BAFICI 2012: Reseñas de películas argentinas (24)

BAFICI 2012: Reseñas de películas argentinas (24)

por - Críticas
20 Abr, 2012 07:02 | comentarios

El post que tiene la mayoría de las películas internacionales irá actualizándose en tanto vaya viendo y agregando películas extranjeras allí. Lo que hice fue sacar de allí las que eran argentinas (por eso se redujo la cantidad, je!) y abrí este nuevo post que sólo tendrá los títulos argentinos que vea en todas las […]

El post que tiene la mayoría de las películas internacionales irá actualizándose en tanto vaya viendo y agregando películas extranjeras allí. Lo que hice fue sacar de allí las que eran argentinas (por eso se redujo la cantidad, je!) y abrí este nuevo post que sólo tendrá los títulos argentinos que vea en todas las secciones. No sé realmente si tiene sentido hacer esta diferenciación, pero creo que en un post que va a terminar siendo de más de 100 películas, la cuestión de encontrar las argentinas desparramadas puede volverse algo arduo. Así que aquí están separaditas, en su pequeño hogar…

PELICULA DE APERTURA

EL ULTIMO ELVIS, de Armando Bo, Jr. (7.50) Voy a extenderme más en el momento de su estreno. Sólo quiero comentar aquí que es una muy buena apertura para el BAFICI, una película pequeña, sentida y muy convincente acerca de la vida de un imitador de Elvis (excelente John McInerney), a quien la obsesión por su ídolo no le permite tomar real contacto con el mundo que lo rodea. ¿Tener que hacerse cargo de su hija podrá modificar esa sensación? Muy buen debut como director de Bo, alejado -por suerte- de los excesos melodramáticos de ese bodoque que fue BIUTIFUL, de Iñárritu…

COMPETENCIA INTERNACIONAL

LOS SALVAJES, de Alejandro Fadel (7.50). La opera prima «solista» de Fadel –como Santiago Mitre, coguionista de los últimos filmes de Pablo Trapero y codirector de EL AMOR (PRIMERA PARTE)– tiene poco que ver con EL ESTUDIANTE y más con la tradición del western “de arte”. La película narra la fuga de un grupo de 5 jóvenes (cuatro hombres y una mujer) que escapan de un correccional en Mendoza y se van hacia un territorio cada vez más oscuro y un destino incierto en el que las condiciones de supervivencia son cada vez más arduas y violentas. Fadel narra con la maestría y el manejo de los materiales cinematográficos propios de un veterano, entrando en un territorio cercano al de Lisandro Alonso pero con una línea narrativa más cargada y épica que también lo pone en línea con el cine de Leonardo Favio. Salvo cuando, sobre el final, la película entra en un terreno un poco místico (¿pomposo?), el filme impresiona como la obra de un realizador con un universo propio y un dominio asombroso del medio. Una película impactante.

GERMANIA, de Maximiliano Schonfeld (7) Cerca del pueblo de Crespo, Entre Ríos (de donde parecen surgir cineastas de abajo de las baldosas), vive una comunidad de inmigrantes alemanes que siguen manteniendo el idioma y costumbres. El filme narra el último día allí de una familia que, por la situación económica, decide buscar mejores horizontes. La madre y los dos hijos son el centro de la acción en este filme contemplativo -con un inevitable aire a LUZ SILENCIOSA y otro a LA CINTA BLANCA– que intenta describir las realidades emocionales de estos dos adolescentes -y su complicada relación-, además de mostrar la vida en el pueblo. Minimalista en estilo, de tono siempre bajo, GERMANIA es un filme austero y ensimismado, como sus protagonistas.

LA ARAÑA VAMPIRO, de Gabriel Medina (7.50) A diferencia de lo que me pasó con LOS PARANOICOS, elegí ver esta película casi sin más información previa que saber que había una araña que tenía que picar al protagonista para curarlo de la picadura de otra. Y fue una gran decisión no saber nada, porque más allá de que eso sí resume la anécdota central del filme, no dice nada del tono extrañado, misterioso, fuertemente metafórico que tiene. El filme cuenta tres viajes distintos: el del padre con el hijo a ayudarlo a curarse de sus miedos y ataques de pánico; el del hijo con un guía alcohólico que debería ayudarlo a encontrar «la araña en cuestión», y el del hijo, interno, que viaja literalmente a enfrentarse con sus miedos en una peregrinación de resonancias casi bíblicas (aquí hay algún que otro punto de contacto con LOS SALVAJES que habrá que analizar) a la cima de una montaña. Más allá de un cierto desajuste narrativo promediando el relato (los primeros y algo extensos recorridos por la montaña), LA ARAÑA VAMPIRO no se parece a nada de lo que se ve actualmente en el cine argentino. Es cine de género y no lo es, es cine de «festivales» y no lo es, y temáticamente al menos deja en claro que es una película de autor. De un autor que encuentra en el cine una curiosa y muy original forma terapéutica.

 

COMPETENCIA ARGENTINA

DROMOMANOS, de Luis Ortega (7.50) Un regreso al origen, DROMOMANOS, la nueva película de Luis Ortega (CAJA NEGRA) retrata con urgencia y nervio la vida de un grupo de marginales: un enano, una mujer con una joroba, una chica cartoneraque anda con un cerdo, un paciente de un hospital mental y un particular psiquiatra que se hace llamar Pink Floyd. Los tres primeros forman un triángulo amoroso mientras los otros dos charlan, divagan ydeliran. Con momentos de humor, un gran cariño por los personajes y sus universos, el filme de Ortega tiene algo del cine de Harmony Korine y del de Leonardo Favio: un intento poético de mostrar formasde vida (religión, drogas, alcohol, locura) que existen fuera de la prisión de la razón.

PAPIROSEN, de Gastón Solnicki (5,50) Diario íntimo de la vida de la familia de Solnicki centrado principalmente en su padre, que vino de Europa escapándose de la Segunda Guerra. Honestamente, más allá de algunas logradas escenas, no me logran interesar demasiado ni los personajes ni lo que les pasa. Tengo familiares parecidos y los evito siempre que puedo… Reseña desde Viena: «PAPIROSEN, de Gastón Solnicki, presentado aquí en una versión más corta que alcancé a ver unos meses atrás, es un diario familiar en el que el realizador de SUEDEN toma la rama paterna de su familia (los Solnicki) y cuenta a través de viejos videos, Super 8 y algunas filmaciones actuales, la historia desde que su padre vino de Polonia tras la Segunda Guerra Mundial. A mí, que tengo una historia familiar asombrosamente similar a la de Gastón (al menos en la parte europea), la película me llega de manera muy cercana, pero a la vez no puedo evitar notar sus limitaciones, su algo caótica organización (el filme pasa de centrarse en los abuelos al padre, del padre a la hermana, de la hermana al sobrino, y así…) y una cierta falta de “peso” del relato. El eje “europeo” (la historia familiar, abuelos/padres) es sin duda más interesante y complejo que los problemas familiares (divorcio, carrera, etc.) de su hermana, pero el filme no logra decidirse del todo por ningún eje, por lo que pierde algo de fuerza un filme que podría haber sido bastante más rico.»

SALSIPUEDES, de Mariano Luque (6) Los primeros 20 minutos –unos tres planos- son extraordinarios. El problema, tengo la sensación, es que de ahí en adelante la película gira sobre sí misma. No vi los cortes previos, más breves, pero supongo que una duración de 30/40 minutos sería la ideal para el filme. Así, con menos de 70, se hace largo…

LA CHICA DEL SUR, de José Luis García (7.50) Esto no es una reseña, es una recomendación. Vi la película en un corte que no es el actual y me había gustado bastante entonces. Mi intención era volverla a ver ayer y reseñarla, pero no pude ir a la función. Y como no quiero que se la pierdan, la incluyo y la recomiendo. Si logro verla nuevamente antes del fin del BAFICI la reseñaré como se debe…

ANTE LA LEY, de Emiliano Jelicié y Pablo Klappenbach (6.50) La vida del escritor Carlos Correas es el tema de este documental que se ocupa gran parte del tiempo del juicio por obscenidad que siguió tras la publicación de su relato “La narración de la historia” cuyo contenido homosexual fue considerado ilegal en 1960. Ese punto de partida sirve para conocer el universo del escritor en un relato que está integrado por entrevistas a quienes lo conocieron en sus distintas épocas (Juan José Sebreli, Tomás Abraham y Horacio González, entre muchos otros), la ficcionalización de ese relato y la investigación legal del hecho que hacen los directores. Más allá de su algo extensa duración (las entrevistas se vuelven algo reiterativas), es una película que pinta con inteligencia y curiosidad la vida de un hombre intenso y complejo que fue marcado a fondo por las circunstancias y por la época que le tocó vivir.

MIS SUCIOS 3 TONOS, de Juanma Brigande (6.50) Un grupo de amigos de Misiones se junta con la idea de ir a ver un recital de FunPeople con entradas “truchas”. La opera prima de Brigande narra “la previa” aese show, centrándose en  los encuentros, diálogos, situaciones y enfrentamientos entre esos amigos, con uno de ellos planeando irse a la semana siguiente avivir aBuenos Aires. Pese a ciertos desniveles actorales y algunas limitaciones técnicas, la película logra transmitir esa sensación de vacío del fin dela adolescencia y del comienzo de una etapa aún enigmática. Aunque es un terreno transitado muchas veces (Linklater, Van Sant, etc), Brigande capta algoesencial de esa transición, si bien “la inocencia” ya parecen haberla perdido bastante tiempo antes.

MASTERPLAN, de Diegoy Pablo Levy (6.50) Mariano se prende en una estafa con una tarjeta de crédito que se complica y lo obliga a abandonar su auto para justificar el robo de la tarjeta en cuestión. Las derivaciones de ese caso son el centro de esta simpática comedia, con momentos muy graciosos, que toma esa situación como punto de partida para hablar de la crisis de un hombre (muy bien Alan Sabbagh) que está a punto de irse a vivir con su novia y, como le cuesta decidirse a dar el paso, se enreda cada vez más en esta ridícula situación, en especial con un vago que vive en su “auto autorobado”, y que encarna de manera muy graciosa Andrés Calabria, uno de los empleados de NOVIAS – MADRINAS – 15 AÑOS, anterior filme de los hermanos Levy.

17 MONUMENTOS, de Jonathan Perel (5) El filme consiste en 17 rigurosos planos fijos de 3,16 minutos cada uno, una intro y un mapa final en el que se muestran donde estuvieron los 17 centros de detención clandestina durante la dictadura, empezando por los monumentos (tres columnas que dicen “Verdad”, “Memoria”, “Justicia” y una barra que da el nombre del lugar, muchas veces borrado). Perel permite que el espectador observe no sólo las diversas condiciones y ubicaciones de los lugares hoy, sino que intenta darles tiempo para reflexionar sobre lo sucedido. Documental de observación riguroso, en el que cada uno puede interpretar lo que desea (algunos verán una crítica a partir del estado de muchos monumentos, otros no), le habría venido bien algo más de información específica y una menor duración.

DIORAMAS, de Gonzalo Castro (6.50) Danza, intimidad, cariño. Más danza, más intimidad, más cariño. Y así. Ese podría ser el mapa y el recorrido de DIORAMAS, el nuevo unipersonal cinematográfico (al menos, detrás de cámaras), de Gonzalo Castro. Delante hay una muy interesante clase de danza moderna que va avanzando de ensayos a concreciones. Y en el terreno más ficcional, la relación entre dos chicas que se muestra en una intimidad que bordea, por más atractiva que sea visualmente, el «lesbian chic», algo que tal vez limita la posibilidad de tomarse completamente en serio la película. Pese a ser algo extensa, la película es disfrutable y muchas escenas de danza son reveladoras, lo mismo que algunas centradas en la relación entre las dos chicas. El ir y venir entre los dos mundos puede ser un poco esquemático, pero Castro logra hacernos interesar en ese mundo gracias al talento para «todos los rubros técnicos» que tiene y que casi averguenzan a buena parte de los filmes nacionales que circulan por esta hasta ahora mediocre edición del BAFICI.

VILLEGAS, de Gonzalo Tobal (7) Tras la noticia de la muerte de un familiar, dos primos (interpretados por Esteban Lamothe y Esteban Bigliardi) que viven en Buenos Airesvuelven a su ciudad natal de General Villegas para el velorio. El filme narra el viaje de ambos en auto y lo que pasa una vez que se reencuentran con los familiares allí. En ambos momentos salen a la luz veladas cuestiones que los obligan a enfrentar sus muy diferentes actualidades personales. Casi un ping pong entre dos muy buenos actores, la opera prima de Tobal elige ir revelando capas de a poco, usando un sistema curioso pero efectivo de giros narrativos que profundizan la situación de los personajes y a la vez retratan muy bien la vida en el lugar.

AL CIELO, de Diego Prado (5.50) La muerte de una estrella de la música punk motiva que, por consejo de su madre, un adolescente fanático del músico, entre a un grupo de ayuda en una parroquia de La Plata. El filme mostrará su curioso ir y venir entre esos dos mundos, que se encontrarán cuando descubra que una banda ensaya en la Iglesia en cuestión. Algunos momentos logrados y una mirada curiosa sobre el día a día de este adolescente bastante «misterioso» se destacan en un filme cuya puesta en escena de planos detalle y juegos con el foco empieza siendo original pero acaba irritando un poco.
EL ESPACIO ENTRE LOS DOS, de Nadir Medina (7) Uno de los integrantes de un trío de pop/rock cordobés parece no bancarse demasiado bien la historia de amor entre los otros dos (una chica y un chico). A lo largo de un concierto, fiesta y posterior viaje de regreso, el filme irá dejando ver más y más aristas de esa tensa relación, con sorpresas incluidas. Es llamativo el parecido temático -y en algún punto, formal- entre este filme y AL CIELO, pero en este caso se nota un control de la técnica cinematográfica y del trabajo actoral muy superior; y a la vez una mirada más íntima y comprensiva del mundo adolescente (o post adolescente).  Medina tensa los tiempos de forma extrema, por momentos reiterativa, y los combina con otros más amables (muchos con música) en lo que podría ser una versión cordobesa del cine de Ezequiel Acuña (Medina tiene sólo 22 años). Así nos lleva a meternos, con un grado inusual de comprensión emocional, en la cabeza de su protagonista y en las relaciones contradictorias que mantiene con sus amigos más íntimos. El dominio técnico -notable- y la generosa mirada hacia el mundo están. Sólo faltaría ajustar un poco los hilos «de guión» y todo parece indicar que hay en Córdoba otro muy interesante realizador a seguir.
IGUAL SI LLUEVE, de Fernando Gatti (6) Si uno de los temas  del cine argentino en BAFICI parece ser la vida y la supervivencia en parajes remotos (las películas de la competencia internacional especialmente), en la competencia  argentina el asunto parece ser la adolescencia, la pérdida de la inocencia, la cultura rock. En casos como GERMANIA, aparecen las dos cosas. En IGUAL SI LLUEVE son los más chicos de todos ellos. Su protagonista y su amigo andarán por los 13 años. El filme cuenta un día en la vida de uno de ellos, quien hace sus rutinas habituales mientras en su casa se prepara lo que parece ser una mudanza. La vida en ese pueblo chico y tranquilo es bastante rutinaria -y más allá de la elegancia con la que Gatti intenta mostrarla, se nota que es así-, y la gran actividad es ir a pescar, lo que los dos chicos aquí hacen. El minimalista filme, de 65 minutos, cuenta ese día, esa tarde en el río y un bizarro encuentro con otro chico que toca muy bien un cover de Bob Dylan, que no sé como los directores piensan conseguir los derechos… La película es reposada, demasiado reposada; bonita, demasiado bonita. Da la impresión de querer estrujar la última epifanía posible a cada situación. Podía haber sido un gran corto, o un mediometraje de 40 minutos, no más. Si hay un tercer tema en este listado de películas argentinas es que varias de ellas, aún siendo películas cortas, podían haberlo sido aun más.

 

FUNCIONES ESPECIALES

ESCUELA NORMAL, de Celina Murga (7,50) Documental sobre un año en una secundaria de Paraná con las elecciones del centro de estudiantes como eje. Murga, como suele hacer, logra darle a ese grupo de adolescentes una personalidad y una mirada, a la que vez analiza lateralmente la situación escolar en la que viven.

EL ETNOGRAFO, de Ulises Rosell  (7.50) Seis años después de SOFACAMA, Rosell vuelve con un documental acerca de John Palmer, un antropólogo británico que dejó todo y se fue a vivir a una comunidad wichi en Tartagal, Salta, casándose allí, teniendo hijos y ocupándose de los asuntos legales de la comunidad. El filme va de su vida personal a su trabajo con los wichi, centrándose en un personaje tan enigmático como fascinante y en un doble choque cultural, evidenciado en la familia que él armó allí, en la que sus hijos hablan inglés, wichi y castellano. El caso de un hombre de allí, al que Palmer defiende, que se casó y tuvo un bebé con la hija preadolescente de un matrimonio previo de su mujer, es el eje del conflicto público y cultural que afronta esa comunidad. Rosell narra de manera pausada y cuidada, entrando en ese muchas veces sorprendente mundo con respeto y una mirada curiosa. Como Palmer, suma otro punto de vista a la mesa, otro choque cultural más.

 

PANORAMA

ACCIDENTES GLORIOSOS, de Mauro Andrizzi y Marcus Lindeen (6) Otra serie de viñetas, pero sin un eje temático tan claro como en el anterior filme de Andrizzi. Hay mejores (las primeras, especialmente), hay peores, hay originales, hay ridículas. Para elegir con qué película/s quedarse.

 

ADOLESCENCIAS

NOSILATIAJ, LA BELLEZA, de Daniela Seggiaro (7) Una pequeña fábula muy bien narrada sobre el maltrato subterráneo que recibe una nuña wichi, mucama de una familia criolla en Salta.

 

ALBUM FAMILIAR

LOS DIAS, de Ezequiel Yanco (7) La vida cotidiana de dos gemelas entre lo que parecen ser sus 8 a 10 años cuenta esta opera prima documental de Yanco, que va pasando de la inocencia juguetona de los primeros tiempos a una especie de pérdida de la inocencia, sobre la segunda parte, cuando la madre (con el padre, gran parte del tiempo fuera de campo) abre una remisería, trabaja todo el día y las deja casi solas, haciéndose la comida y hasta lavando la ropa. Yanco observa de forma muy cercana a estas chicas -cuya madre las lleva a castings, por lo cual siempre parecen actuar un poco para la cámara- y un poco las mismas circunstancias de la vida de las niñas van haciendo ir al filme de lo íntimo y simpático a lo oscuro y algo más denso.

 

CINE + CINE

SIN TITULO (CARTA PARA SERRA), de Lisandro Alonso (9) 23 nuevos minutos de cine de Lisandro Alonso es una de las mejores ofertas que tiene este 14° BAFICI. Dividido en tres partes, siempre en el mismo campo arbolado, el corto sigue primero a lo que suponemos es un cazador, luego a un hombre (el ya mítico Misael de LA LIBERTAD) buscando a un perro que no encuentra y cierra con Fabián Casas leyendo un texto que podría o no conectar las partes anteriores. Con una cámara más movil (Steadicam) que en sus filmes anteriores, Alonso sigue logrando subyugar por la manera en la que conquista y somete al espacio físico a la tridimensionalidad de su mirada. Sólo ver la cámara moviéndose entre los árboles hace recordar tanto a LA LIBERTAD como al cine de Apichatpong Weerasethakul. Sucede algo mágico ahí, algo que te transporta, y no sé si soy capaz de explicarlo. Creo que él tampoco.

 


TRAVELLING BUENOS AIRES

NOCTURNOS, de Edgardo Cozarinsky (7) Un filme con momentos notables, centrado en una larga noche porteña y sus personajes que la transitan. Poética, emotiva, tanguera, con un costado «social» que no me convence del todo, es un largo viaje del día hacia la noche.