Cannes 2012: Haneke, Akin, Hong, Cronenberg Jr., Franco
Sigo avanzando mucho más rápido con lo que veo que con lo que escribo, pero aquí vuelvo a tratar de alcanzarme a mí mismo en una carrera en la que llevo todas las de perder (recién podré empatarme al final del festival, o al regreso…) Cannes tuvo, para mí, tras la excelente MOONRISE KINGDOM, unos primeros […]
Sigo avanzando mucho más rápido con lo que veo que con lo que escribo, pero aquí vuelvo a tratar de alcanzarme a mí mismo en una carrera en la que llevo todas las de perder (recién podré empatarme al final del festival, o al regreso…) Cannes tuvo, para mí, tras la excelente MOONRISE KINGDOM, unos primeros días muy flojos, luego repuntó con un fin de semana notable (Haneke, Hong, Kiarostami, Resnais) y ahora ha llegado a esa zona más clásica en este tipo de eventos en la que se combina una muy buena película con otra muy floja de manera continuada. Vamos a ir avanzando por el matorral de títulos a ver adónde llego. Si quieren ir viendo cómo van las puntuaciones de la encuesta de más de 40 críticos, pueden linkear a la Tabla por acá.
AMOUR, de Michael Haneke. Hace tiempo que no me gustaba tanto una película de Haneke, un realizador que conocí recién en la época de FUNNY GAMES y que luego, tras CODIGO DESCONOCIDO, que me encanta, me fue dejando de interesar. Ni CACHE ni LA CINTA BLANCA me interesan demasiado: son las lecciones de un señor severo con un puntero, que nos pega en la yema de los dedos por hacer, o haber hecho, las cosas mal. AMOUR no sólo no es así, sino que desaparece buena parte de la gelidez que caracteriza a los personajes de Haneke, reemplazados por algo parecido al amor y la devoción. En este caso, la frialdad y cierta distancia del autor con respecto al material viene más que bien, ya que en otras manos el riesgo de caer en el sentimentalismo es grande. Ya leyeron de qué va la historia. Es eso, simple, duro y directo: el amor, la enfermedad, la muerte. La relación de una mujer y un hombre ancianos a través de la prueba más dura de la enfermedad. Complicada de ver, por momentos, pero honesta, lúcida y comprensiva con los personajes. Los actores, increíbles.
POLLUTING PARADISE, de Fatih Akin. No hay mucho una película en esta historia acerca de cómo creció y se desbordó un basural en el pueblo turco donde viven familiares de Akin. Hay material grabado a lo largo de años, una situación vergonzosa, algunos testimonios y no mucho más. El espíritu de Akin de denunciar la situación prima sobre la forma y hasta el contenido.
IN ANOTHER COUNTRY, de Hong Sangsoo. Debo aclarar que Hong es, tal vez, mi cineasta favorito de la última década y algo. Sus películas raramente bajan de un 9 en mi mundo. Esta es extraordinaria, pero la pondría entre las «menores» de su filmografía, tal vez por el hecho de que estña hablada en inglés y, por ese motivo, los diálogos son algo limitados. Eso, tengo la sensación, hace que cierta riqueza del cine de Hong se diluya un poco, aunque aparece un ángulo de humor con el «malentendido». Lo que no se diluye nunca es su creatividad, su genio, su marca, cómo hace para dejar en 90 minutos la sensación de que conoce el mundo y el cine mejor que el 90% de la gente, que ha quitado lo superfluo y se ha quedado con lo central. La idea de que el cine es un juego en el que más vale una canción improvisada y en encuentro misterioso que mil teorías sobre la puesta en escena. Hong sigue haciendo con su cine-río un mapa de todos los territorios y situaciones amorosas posibles de una Corea que ya es el mundo entero.
ANTIVIRAL, de Brandon Cronenberg. La primera película de Cronenberg hijo es muy parecida a las primeras de Cronenberg padre, tanto que uno podría pensar si no está un poco «robando con la marca familiar». Brandon prueba que puede hacer una de David, de las de terror de los ’70, y si bien todavía tiene problemas tanto de guión como de puesta en escena, la búsqueda creativa está instalada. La trama es hipercomplicada y tiene que ver con el tráficos de virus de celebridades que se inyectan los fanáticos de ellas en un futuro en el que los famosos son lo único que importa. Pasa de todo y hay más pinchazos en brazos que los que te diste en toda tu vida…
DESPUES DE LUCIA, de Michel Franco. La historia de un padre y su hija adolescente que se mudan al DF desde Puerto Vallarta tras el accidente que mató a la madre arranca muy bien, contando la llegada y adaptación de ambos a la nueva ciudad, en su parte más acomodada económicamente. Pero luego elige centrarse en las humillaciones que la chica recibe en el colegio tras un video que circula con ella teniendo sexo con un compañero y hasta donde llega el director es verdaderamente cruel e insoportable, con la película humillando a la actriz tanto como los compañeros a la protagonista. De la mitad hacia el final es increíble: un catálogo de maltratos y calamidades infligidos al personaje, a la actriz y al espectador. Hay muchas películas mexicanas mucho mejores que esta dando vueltas por ahí. ¿Por qué eligieron ésta? Me supera.