Cannes 2012: Weerasethakul, Acher, Resnais, Delepine & Kervern, Kiarostami

Cannes 2012: Weerasethakul, Acher, Resnais, Delepine & Kervern, Kiarostami

por - Críticas
25 May, 2012 12:18 | Sin comentarios

Así como pasamos de los grandes filmes a las películas «promedio», al momento de escribir esto (jueves al mediodía en Cannes) la moda parece ser competir en «abucheos» en las funciones de prensa de los filmes. Me sorprendió que no pasará con la película de Leos Carax (cuya propuesta por momentos extrema hacía suponer algunos […]

Así como pasamos de los grandes filmes a las películas «promedio», al momento de escribir esto (jueves al mediodía en Cannes) la moda parece ser competir en «abucheos» en las funciones de prensa de los filmes. Me sorprendió que no pasará con la película de Leos Carax (cuya propuesta por momentos extrema hacía suponer algunos «buuu» tan comunes aquí), pero para el día siguiente ya estaban instalados. Empezaron tímidamente con ON THE ROAD, de Walter Salles, se hicieron bastante más fuertes con POST TENEBRAS LUX, de Carlos Reygadas, y siguieron recién con THE PAPERBOY, de Lee Daniels.La costumbre de abuchear me parece horrible, desagradable, innecesaria e injusta (una película que en una función es abucheada por 20 o 30 de las mil personas que hay en la sala automáticamente se convierte en «una película abucheada», «mal recibida», etc.), y generalmente expresa el descontento de un grupito mediocre de espectadores que le escapan al riesgo. De cualquier manera, venga de quien venga, es bastante vulgar la reacción. Para tomárselas con un director porque nos hizo perder dos horas de nuestro tiempo, llegado el caso, están las críticas. O los puntajes, como el de nuestra Tabla de Críticos, que bastante parecido es, en un punto… (verlos aquí)

Sigamos, entonces, avanzando de a cinco películas por post. Sigo tratando de alcanzarme, pero no llego…

MEKONG HOTEL, de Apichatpong Weerasethakul. Escribí en el momento que se dio (una jornada bastante mala en el festival), que un jueguito, un ejercicio menor de Apichatpong, es mejor que buena parte del cine que se ve aquí. MEKONG HOTEL puede ser una serie de ensayos, una improvisación «al paso», una hora de material hecho película más por Thierry Fremaux que por el propio AW (tipo, «¿Tendrás algo para mandar este año?»), pero sólo por entrar en su mundo de planos contemplativos, voces casi susurradas y personajes relacionados con otros de su filmografía, ya nos da un placer que buena parte del cine no tiene. Leve, acaso intrascendente. La pasé muy bien, igual.

ROOM 237, de Rodney Ascher. Había leído cosas interesantes sobre esta película antes de llegar, pero me decepcionó casi completamente. Es que la mayoría de los especialistas que hablan en este «estudio» sobre EL RESPLANDOR, de Stanley Kubrick, se dedican a observar y a analizar el filme de una manera tan ridícula y obsesiva por los detalles (números, dibujos en la alfonmbra, mensajes «subliminales»m interpretaciones zarpadísimas) que ni siquiera se me hizo interesantes seguir sus analísis. Daba la impresión de que eran tan absurdos que empecé a sospechar que podían ser todos inventados por los cineastas mismos. Pero parece que no, que hay gente que se dedica a ver las referencias de una lata de comida que aparece de fondo, entre otras muchas latas de comida, y sacar como conclusión de qué va una película. Ni Kubrick, creo, da para tanto escrutinio…

YOU AIN’T SEEN NOTHIN’ YET, de Alain Resnais. En estos casos siempre hay frases hechas, que se empezaron a usar con Manoel de Oliveira y siguen de moda para hablar de realizadores extraordinarios que andan por una muy avanzada tercera edad: frescos, vitales, más jóvenes con los años. Es obvio, pero inevitable: da la impresión de que al llegar a cierta edad, digamos, inesperada, a ciertos directores les diera por una ligereza post preocupación por la mortalidad, como si cierta gravedad se relajara y uno pudiera continuar con los años de vida como algo más irremediable que otra cosa. Resnais mantiene su gusto por la intrincada coreografía de acciones y tramas en esta meta-meta-meta adaptación de una obra teatral hecha por tres elenco y en distintos estilos y formatos a la vez…

LE GRAND SOIR, de Benoit Delepine y Gustave Kervern. Anárquica, absurda, genial, ridícula, todo al mismo tiempo. Es la película que más me divirtió en todo el festival y es una lástima que no logre sostener durante más tiempo ese nivel de hilaridad porque se podría haber transformado en el hit de Cannes. Igual, lo es. Esta historia de «el más viejo punk con un perro en Europa» y su hermano, un obsesivo del trabajo que termina volviéndose «punk» como su hermano tras un ataque de furia, muestra a los directores de AALTRA abrazando cada vez más una suerte de «cualquierismo» que tan fascinante como sus personajes, lo más parecido que el cine de arte europeo puede hacer de JACKASS.

LIKE SOMEONE IN LOVE, de Abbas Kiarostami. Dedicaré más tiempo y espacio a escribir sobre éste y algunos de los mejores filmes de Cannes a mi regreso, ya que aquí me la impresión que tiempo y complejidad no se llevan de la mano. Y eso se nota más a la hora de hablar de este tipo de películas, que no son fácilmente resumibles. Kiarostami se va ahora a Japón y lleva «el sistema Kiarostami» que recorre su filmografía y que apareció de vuelta en COPIA CERTIFICADA: estos viajes circulares en los que la identidad de las personas y sus relaciones se ponen en juego, entre ellos y con ellos y el espectador. La elegancia y complejidad del iraní en la puesta en escena de esta película merecería un estudio plano por plano, que espero que alguien haga en algún momento. Las secuencias en las que se divide este relato acerca de la relación entre una joven prostituta y un anciano cliente que es tomado por el novio de la chica (y otros) como su abuelo son maravillosas, una a una: la primera en el bar, la segunda en el auto, la tercera en la casa del «abuelo». Véanla así, de a poco, observen cada detalle. Es un prodigio de construcción cinematográfica.