El BAFICI tiene nuevo director
Es complicado para mí escribir una columna, o post, sobre la elección de Marcelo Panozzo como director artístico del BAFICI. Lo conozco, como al anterior director Sergio Wolf, desde hace dos décadas y nos une una larga relación: de amistad, compañerismo, inquietudes, etc. Con «Pano» -me cuesta llamarlo de otro modo- se da encima el […]
Es complicado para mí escribir una columna, o post, sobre la elección de Marcelo Panozzo como director artístico del BAFICI. Lo conozco, como al anterior director Sergio Wolf, desde hace dos décadas y nos une una larga relación: de amistad, compañerismo, inquietudes, etc. Con «Pano» -me cuesta llamarlo de otro modo- se da encima el hecho de que trabajamos mucho tiempo juntos, en Clarín. Ya perdí exactamente cuántos años fueron, pero si no fue una década entera, estoy por ahí. Panozzo fue mi editor, mi «jefe», durante un tiempo, pero nunca lo sentí como tal. Para mí era un colega y un amigo con el que tratábamos de pensar un Suplemento de Espectáculos en sintonía con lo que nosotros pensábamos que debía ser un Suplemento, en especial en el área cine.
«Pano» dejó Espectáculos y, como antes y después, tuvo muchos trabajos (uno de ellos, clave en esta coyuntura, fue de programador del BAFICI en la época de Quintín), siempre dejando su marca y personalidad en cada uno de ellos. La distancia y las fobias mutuas han hecho que no nos veamos ahora como en esos tiempos, pero puedo dar fe -por experiencia- que Marcelo trabaja con una seriedad, profesionalismo y creatividad increíbles y que son esos elementos, además de una apertura mental que pocos en el mundo del cine tienen (tenemos), los que lo hacen más que apto para su labor.
Pese a que lleva décadas en el universo del cine, siento que no está tan «enviciado», como muchos de nosotros, acerca de lo que un festival de cine debe ser, tiene que ser. En ese sentido, Panozzo puede ser para los dogmáticos de la dirección de festivales, una suerte de «wild card». Puede aborrecer una película que tiene todo el prestigio del mundo y programar en su lugar una comedia de transexuales tailandeses (si mal no recuerdo, ya lo hizo). No por nada Buffy, la cazavampiros es su ícono de Twitter: Panozzo respira cultura pop, pero no es ajeno a las búsquedas más arriesgadas del cine arte ni a los clásicos de todos los tiempos.
El trabajo de Sergio Wolf al frente del BAFICI fue encomiable, el festival jamás perdió su prestigio ni su peso, se consolidó y se destacó como una especie de faro del nuevo cine nacional. Y a la vez también no veo mal la idea de una renovación. Sergio podría haber seguido y estoy seguro que el BAFICI podría haber sido bueno por 20 años más, pero también, como dijo el propio Sergio en la cuestionada minoconferencia de prensa solo para tres diarios (estoy de acuerdo con la molestia de Batlle, no fue una decisión feliz de comunicación), tenerlo a «Pano» al frente abre de golpe las puertas a que un universo diferente se asome al BAFICI, universo que marcó en algunos hechos la época de Quintín al frente del festival, si bien en un plano más discreto.
En ese sentido, Panozzo está en contacto con universos que exceden el circuito semicerrado de los festivales de cine en el que muchos nos movemos (sus intereses musicales, periodísticos, literarios, televisivos, lo sacan del regurgitamiento cinéfilo del que muchos somos víctimas), y sé que es una persona que no temerá tomar decisiones de riesgo estético. De hecho, es curioso que su última «participación» en el BAFICI haya sido como coguionista de la única comedia nacional que se presentó en el festival, MASTERPLAN, de los hermans Diego y Pablo Levy. Y, para los que les gusta «el BAFICI así como está», es sabido que Marcelo no va a remover a medio plantel de allí. Tal vez agregue o saque a alguien, pero el núcleo funcional del festival permanecerá.
Si de alguna cuestión tengo miedo, y en esto quiero ser totalmente sincero, es de algo que, paradójicamente, me fascina de su personalidad: que no se banca que lo pelotudeen, dicho en criollo. Trabajo en el que se siente incómodo, en el que no le permiten hacer las cosas que quiere (por presupuesto, por problemas personales, por lo que sea), «Pano» no tiene empacho en darse media vuelta y renunciar. Yo fui testigo de una y varias de esas situaciones y sé que eso puede ser problemático en algún punto. Pero, a la vez, es algo que habla muy bien de él: no va a hacer un festival del que no pueda sentirse orgulloso y, salvo que haya cambiado mucho en estos últimos años, no se va a bancar desplantes o malos tratos de parte de funcionarios o de quién sea.
Me gusta la idea de Panozzo como director del BAFICI, como me gustaron casi todas las decisiones previas de quienes debían dirigirlo (salvo una). Sé que va a hacer un festival que va a generar curiosidad, intriga, fascinación y fastidio, pero que va a renovar a un evento que, siendo sincero otra vez, ya un poco la canchereaba con saberse «el gran festival de cine de la Argentina» y que parecía cómodo en sus laureles. Es de esperar que eso no se produzca, que la gente que siga y la gente que entre entiendan que el BAFICI es central a la vida de muchos porteños (y visitantes) y que ese público quiere ser sorprendido, sacudido, para bien o para mal, por el festival.
El BAFICI nunca perdió su lugar de evento clave del cine nacional, latinoamericano y hasta internacional, pero en esta última edición muchos notamos un apego a cierta corrección, comodidad, medianía. Es cierto: es también consecuencia de que hoy se hace un cine que, con tal de «ser parte de…», funciona con el eje en ese «tono medio». De alguna manera, uno desea de nuevo que el BAFICI sorprenda, apasione y fastidie, se salga de su cauce de «elegante sport» que lo mantiene muy bien hace años, y Panozzo es la persona adecuada para hacerlo.
Estos cinco años de Sergio Wolf fueron, definitivamente, los de la consolidación del festival como un evento clave del calendario mundial y el centro del mundo para el cine argentino. Wolf, con menos medios que sus competidores, supo hacer un gran festival, dejar un evento organizado, ordenado, establecido, fortificado y sólido. Ahora, quien sabe, puede ser hora de sacudir el avispero una vez más…
No es el mismo Panozzo que te llamó «Verbitsky» en twitter? Esa si es toda una autodefinición. El bafici es más pro que nunca.
Por lo de Prividera?
Si me voy a ofender por cada persona que me bardea tendría que encerrarme en mi casa y no salir nunca más.
Supongo que fue una gastada de momento. Y si no, lo cago a trompadas… ;)
Lo de «sueños compartidos» tambièn fue una «gastada del momento»? Los twitters de Panozzo fueron lamentables, pero dejan claro porque es el nuevo director. Pero si hasta los agraviados aplauden, la cosa está mal en serio…
In every generation, one programador is born..
Me parece que se está dando la oportunidad para algo que, por multiples razones, se postergó demasiado tiempo: una renovación radical (o 3/4 radical) del Bafici. Está buenísimo que venga alguien con nuevas ideas y que las ponga en práctica sin prejuicios y sin concesiones.
Dele para adelante, Pano!
Lo unico radical de Panozzo es que es más antiká que Wolf.
Bienvenido sea, entonces!!
Totalmente de acuerdo (una vez más, ya me preocupa…) con Quintín!
Ustedes escriben acá y Peña me bardea en su Facebook. Qué pensará Wolf?
Miedito!!!
Qué elección de director del BAFICI fue la que no te gustó Diego?
muy bueno… interesante la mirada sobre Panozzo…
qué onda con el «salvo uno» de los directores del bafici? es evidente el tiro por elevación. y como quintin escribió, es obvio a quien te referís. podrás fundamentarlo? o existe algo escrito donde se puedan leer los fundamentos?
Respondo a la pregunta y de paso aclaro las boludeces que andan escribiendo en Facebook sobre este tema. La elección que no me gustó, en su momento, fue la de Fernando Martín Peña porque me parecía que era una persona cuyo gusto cinematográfico, a mi entender, era bastante más canónico de lo que proponía entonces el BAFICI.
Pero entre la elección y los resultados hubo muchas diferencias. No dije que no me gustó el BAFICI de Peña, dije que no me gustó en su momento «su elección». El BAFICI que hizo Fernando fue muy bueno, y me sorprendió que fuera él quien se adaptara al estilo del festival más de lo que el festival se adaptó al suyo. O, tal vez, yo estaba equivocado creyendo que Peña era más «tradicionalista», por decirlo de algún modo, de lo que realmente es. Sólo me basé en lo que históricamente había programado en diversas salas, películas que dan a entender que su gusto no parecía estar en sintonía con el BAFICI. No fui el único, muchos sentimos lo mismo. Pero no fue tan así y fuimos muchos los sorprendidos. Para bien…
Si no puse su nombre en este post no fue por cagón ni nada por el estilo. Simplemente porque este no es un post sobre Peña y no me detuve demasiado en esa frase. Tal vez debía haber puesto el nombre, pero iba a desviar la atención de lo que estaba hablando, y no me interesaba entrar en esa discusión. Evidentemente me equivoqué.
Lo que pasó con Peña con el BAFICI puede ser similar a lo que pasó con Miguel Pereira en Mar del Plata. Cuando lo eligieron, la gente imaginaba que no era la persona correcta y terminó siendo un gran director de ese festival.
Igual, si se quiere enojar que se enoje.
Seguramente Panozzo traerá algo de aire nuevo al BAFICI. Desde el vamos su formación y personalidad son muy distintas a la de lobo disfrazado de caperucita roja del director saliente. Pero me pareció muy mal como punto de partida que el «acto» de presentación del nuevo director haya sido exclusivamente para 3 medios periodísticos. Wolf, Panozzo no pueden decir proponer a sus jefes que lo lógico sería hacer una presentación amplia que abarque a todos los medios periodísticos? Primer sapo adentro en la generosa y simpática panza de Panozzo. Y si la idea de Panozzo es impregnar el BAFICI de su esencia creo que va a necesitar cambiar a más de uno de los actuales programadores que parecen trabajar en un cómodo piloto automático…
Bienvenido el cambio radical o 3/4 radical.
Lo necesitábamos!
Pero debo admitir que me asusta que terminemos en ´´Buffy la cazavampiros´´, que puede ser un buen chiste en Twitter, pero uno malo en un festival.
Que no haya límites en la patada al tablero, pero ojalá que no termine eligiendo puras comiedias románticas o hollywood in argentine.
Al Bafici le falta rock, es cierto, pero no creo que le haga falta un exceso de cancherismo en las elecciones (sería muy canchero programar ´´Buffy la cazavampiros´´, pero en el fondo, solo un gesto medio bobo para no ser snob, lo cual te hace más snob aún).
De todas maneras y pesar del miedo, brindo por el cambio.
Saludos!