Toronto y Venecia: de la primicia al papelón
La información completa de la programación del festival de Venecia está aquí en OtrosCines, pero para llegar a ella hubo que atravesar un par de problemas periodísticos que me parecen relevantes de analizar antes de entrar en la cuestión de la programación propiamente dicha. Esto empieza 48 horas atrás. El martes, un par de horas […]
La información completa de la programación del festival de Venecia está aquí en OtrosCines, pero para llegar a ella hubo que atravesar un par de problemas periodísticos que me parecen relevantes de analizar antes de entrar en la cuestión de la programación propiamente dicha.
Esto empieza 48 horas atrás. El martes, un par de horas antes de que el Festival de Toronto anunciara su programación, la revista Variety publicó online los títulos de las películas que iban a ser anunciadas. Los que trabajamos en esto sabemos que es muy común que los medios grandes reciban con anticipación las noticias para poder preparar su salida con mayor amplitud y cobertura. Pero por lo general esos «adelantos» vienen acompañados de algo que se llama «Embargo»: un pedido al medio de no publicar la información antes de un horario determinado. Digamos, si un festival te pasa los ganadores anticipadamente, te pide que no los publiques hasta después de la ceremonia. Esto es algo similar. La prensa del Festival de Toronto le dio a Variety la selección de sus películas (la pueden ver aquí) y -tal vez por error, tal vez deliberadamente-, Variety la puso online antes de tiempo, «matando» el suspenso del evento. A Cameron Bailey el asunto no le gustó nada y tuiteó su enojo al respecto con el hashtag #embargone («embargo perdido», digamos).
Dos días después Variety volvió a pifiarla, pero distinto. Y aquí es más difícil saber de quién fue el error. Publicaron la programación del Festival de Venecia en el horario correcto, pero plagada de errores. Eran alrededor de las 6.30am en la Argentina y yo estaba despierto porque, bueno, me dedico a esto y me intrigaba saber la selección, cuando Variety subió a la red una programación que incluía a THE MASTER, de Paul Thomas Anderson y, en competencia, las películas de Robert Redford, Manoel De Oliveira y Susanne Bier. Los RT vía Twitter se multiplicaron ya que la primicia era notable: THE MASTER, que no había sido anunciada en Toronto, tendría su premiere mundial en Venecia, en lo que parece un «logro» importante del festival.
Ahora, si uno se tomaba el trabajo periodístico de ir a la fuente de información (el propio website del Festival de Venecia) notaba que THE MASTER brillaba por su ausencia y que las otras tres películas estaban, pero fuera de competición. La info en Twitter empezó ahí a contradecirse y al rato uno encontraba una nueva nota en Variety (ver aquí) en la que los errores estaban corregidos y ni noticias de la versión anterior. Pero tampoco podían hacerse los tontos y via Twitter el periodista Justin Chang se disculpó por el error. Yo, casualmente, había hecho un copy/paste de la nota original de Variety y ahí se ven claros todos los errores (ver aquí, les aseguro que no hay ninguna manipulación de los textos). Pero ya era tarde porque varios sitios habían levantado la info de Variety tal cual…
Tal vez no sea grave ni muy importante lo sucedido (tengo mis sospechas de que THE MASTER será finalmente anunciada como «película sorpresa» ya que Alberto Barbera, director del Festival, dijo que iba a haber una y que «no iba a ser china») y que el error de Variety fue ponerla directo en la programación, pero habla a las claras de dos problemas periodísticos que se vienen repitiendo permanentemente en los últimos tiempos: la necesidad de ser primeros, de tener la primicia y -especialmente vía redes sociales- ganar más seguidores y ser considerados «fuente de información». Eso hace que muchos medios no chequeen las noticias lo necesario, se rompan pactos asumidos con los que verdaderamente son la fuente de esa información y esa «primicia» termine siendo un papelón. Ahora, claro, con la magia del Delete, el error desaparece. Pero, en cierto punto, «la pelota sí se mancha», como diría el Diego.
Esto viene sucediendo cada vez con mayor frecuencia. El cuarto episodio de THE NEWSROOM contaba cómo varias cadenas dieron por muerta a una política de Arizona que no lo estaba y, en el caso del asesino de Aurora, se reportaron incontables errores con tal de decir algo fuerte, original y, más que nada, decirlo primero que nadie. Esto, claro, no tiene esa gravedad. Pero la absurda lógica es la misma.
Volviendo a los festivales, Venecia y Toronto prometen un buen panorama del cine de fin de año. Sabemos que Toronto es un all-inclusive importante (programa muchas películas más que Venecia y no exige premieres mundiales), pero aún así llama la atención que allí estén películas que Venecia no tiene, como las de Laurent Cantet, Francois Ozon, Ben Affleck, los Wachowski, Noah Baumbach, Derek Cianfrance, Joe Wright y David O. Russell, entre otros. No es que Venecia esté obligada a tenerlos (cuenten con muchos de ellos en San Sebastián, quizá alguno en Roma o Berlín), por supuesto, pero podrían haber estado. Calculo que al ser un festival más chico que en años anteriores, Venecia se vio obligada a dejar muchas de esas películas grandes de lado. De otra manera sería una sucursal hollywoodense.
Los dos festivales comparten, al menos hasta ahora, pocos títulos: Terrence Malick, Takeshi Kitano, Robert Redford, Marco Bellocchio y Ramin Bahrani, pero calculo que Toronto irá agregando algunos que ahora sólo figuran en Venecia, como Brian de Palma, Olivier Assayas, Xavier Giannoli y, posiblemente, hasta Kim Ki-duk, Ulrich Seidl y Harmony Korine, de las que están en competencia. Supongo que también compartirán el documental sobre BAD de Michael Jackson dirigido por Spike Lee, y tal vez hasta la intrigante y esperada película de 270 minutos de Kiyoshi Kurosawa, que ahora sólo tiene Venecia fuera de competición.
En líneas generales la programación de Venecia en competencia suena bien, aunque el agregado de THE MASTER la haría un poco más redonda. Son sólo 17 películas de las cuales 10/11 suenan bastante atractivas, lo cual no está mal en un festival algo más reducido que otros años. Fuera de competencia y en Orizzonti hay algunas cosas que suenan interesantes (Wakamatsu Koji, Wang Bing, un corto de Tsai Ming-liang, los ya citados Oliveira, Lee, un docu de Michael Mann y otro de Jonathan Demme, etc.) mientras que en las secciones paralelas (Venice Days y Critics Week) no hay mucho, a primera vista, que resulte atractivo, pero el placer de ver esas secciones también es descubrir cosas. La sección que hoy más me tienta fuera de la competencia es la de Clásicos restaurados, que tiene varias joyitas…
Respecto al cine latinoamericano en general y argentino en particular no me corresponde hablar demasiado de lo que programan ambos festivales porque, en cierto modo, soy «juez y parte» y no queda nada bien hacerlo. Es poco lo que hay, es cierto, y Argentina es el país mejor representado de todos hasta el momento: en Toronto está TODOS TENEMOS UN PLAN, de Ana Piterbarg, con Viggo Mortensen, y en Venecia está LEONES, de Jazmín López (Orizzonti) y la coproducción con Italia EL IMPENETRABLE, de Daniele Incalcaterra y Fausta Quattrini, filmada en el Chaco (Proyecciones especiales).
Toronto anunciará los títulos de su World Section más adelante y allí seguramente se agregarán cosas de todo el continente, mientras que en Venecia, además de los citados títulos argentinos, hay un corto mexicano, uno brasileño y otro paraguayo en la sección oficial, y un largo mexicano en la Semana de la Crítica (es raro que no haya nada de nada en Venice Days, más allá de un corto de Lucrecia Martel que está online hace meses). No es mucho, es cierto, pero es un festival acotado en cantidad de títulos y el espacio es pequeño para nuestras cinematografías, nos guste o no. Con excepción de San Sebastián (que tiene un fuerte acento latinoamericano), esto puede pasar con todos los festivales grandes. Como sucede siempre, Cannes propone y los demás disponen…