Festival de Mar del Plata: 9 películas
Aquí van nueve reseñas de las películas que vi desde que llegué, el miércoles, al Festival de Mar del Plata. También, sin más organización de la que me permitió el tiempo y los horarios disponibles durante el día. Sin más preámbulos que para decir que las salas están muy muy llenas, que hay buen clima […]
Aquí van nueve reseñas de las películas que vi desde que llegué, el miércoles, al Festival de Mar del Plata. También, sin más organización de la que me permitió el tiempo y los horarios disponibles durante el día. Sin más preámbulos que para decir que las salas están muy muy llenas, que hay buen clima «festivalero» y que el Ambassador 1 es un cine mucho mejor que el Auditorium como para usarlo de «centro» de la competencia, vamos a los filmes en cuestión…
STARLET, de Sean Baker (EE.UU.) Tenía muchas expectativas con esta película por lo que me habían comentado algunos colegas extranjeros (las altas expectativas terminan siendo siempre un problema), así que debo admitir que algo me decepcionó el nuevo filme de Baker. No es una mala película y hace una muy interesante y fresca pintura de la industria pornográfica (tal vez un touch naive), pero ese no es el tema central, sino la relación que establece una rubia bastante tonta que trabaja en películas porno con una viuda solitaria cuando, sin querer, se lleva 10 mil dólares de su casa dentro de un termo que le compró a la señora por un dólar. Devolverle la plata se le complica, por lo que termina tratándose de hacerse amiga de la muy cabrona octogenaria. La relación y el secreto son en exceso forzados, pero terminan rindiendo sus frutos emocionales. Lo que más me costó a mí fue engancharme con el personaje de la chica (encarnada por Dree Hemingway, bisnieta del escritor e hija de Mariel) que es una rubia bastante tonta al estilo Paris Hilton, por más que Baker encuentra maneras de hacerla simpática (su perrito chihuahua ayuda). Entre ella y su aún más insoportable amiga porn star hacen difícil que la película te caiga simpática. Eso sí, capturan el interés por otro lado…
ROMANCE JOE, de Lee Kwang-kuk (Corea). Asistente de dirección de un par de películas de Hong Sang-soo, cuya influencia en el filme es evidente, Lee cuenta una serie de historias encadenadas, en las que realidad y ficción (o ficción y metaficción) parecen mezclarse. El esquema de la película es que un hombre y una mujer se encuentran y uno le cuenta a otro una historia. Luego, lo mismo hacen los personajes de esa historia, encadenándose en varias más y volviendo a las anteriores, ya que varias de ellas están interconectadas. Toma un tiempo encadenar el mapa de historias «en abismo» (el «overplotting» excesivo atenta contra el interés de cada historia: más que escuchar lo que dicen estás buscando pistas de conexiones entre ellas), pero cuando se logra hacer (si es que se logra hacer) lo que Lee logra en una «hongsiana» historia de amores perdidos y encontrados, relaciones circulares, mucho alcohol (soju, claro), pero con una puesta en escena más prolija y cuidada que la de su maestro. Me gustó la película, pero prefiero la desprolijidad y frescura de Hong, donde a veces todo se conecta entre sí forzadamente, pero de manera lúdica y juguetona.
BERTRAND BONELLO X 4. Aprovechando que vi buena parte de las películas más «buscadas» aquí, trato de ver la retro de Bertrand Bonello, de quien hasta ahora solo había visto L’APOLLONIDE. Y me parecieron extraordinarias. Vi dos cortos, los excelentes CINDY: THE DOLL IS MINE y WHERE THE BOYS ARE, en los que vuelve a usar la música, los planos que escudriñan rostros y emociones, y un clima de enorme intimidad para contar momentos en la vida de mujeres. El minishow de Asia Argento en CINDY, en el que hace dos roles, es sencillamente genial. Y vi sus dos primeros largos, QUELQUE CHOSE D’ ORGANIQUE y LE PORNOGRAPHE. El primero, de 1998, se centra en una pareja (Laurent Lucas y Romane Bohringer) que tienen una relación en decadencia. El trabaja en un zoológico y tiene un hijo de un matrimonio anterior con una severa enfermedad. Ella, en tanto, parece dejarse llevar por la vida sin mucho interés por nada. El peso del filme no está en lo narrativo, sino en las formas y distancias que esa relación va tomando, el clima ominoso que la circunda y la oscura melancolía que tiñe las vidas de estos personajes. Algunas escenas casi absurdas (una genial, con una cebra pintada entrando al hospital) le otorgan algo de luz a esta película bella pero algo agobiante.
En tanto, LE PORNOGRAPHE tiene al mítico Jean-Pierre Leaud (el actor de la saga de Antoine Doinel, de Truffaut) en el rol de un director de cine que, entre los 60 y los 80 se dedicó a la pornografía. Luego dejó, pero en la actualidad (la película es de 2002) está regresando, aunque odiándose un poco a sí mismo por hacerlo. La película sigue a este personaje, también melancólico, silencioso y atribulado, en su trabajo, en su relación con su mujer y su hijo, y lo usa, en cierto modo, como una manera de contar desde otro lado los cambios culturales de la Francia desde el ’68 hasta aquí, con un personaje que puede citar a Bergman y a Antonioni, pero que tiene una carrera que él mismo considera impresentable. Su hijo, en tanto (encarnado por Jérémie «Elefante blanco» Renier, jovencísimo), se mezcla -con igual combinación de curiosidad y desdén que su padre- en los movimientos políticos actuales, lo que lleva a algunos encontronazos entre ambos. Algo similar pasa en la bastante cruenta entrevista que el cineasta le da a una periodista que lo trata de entrevistar. Con el particular estilo actoral medio «camp» del Leaud de las últimas décadas, LE PORNOGRAPHE mantiene el estilo, la forma y la investigación estética y humana de Bonello, sumándole en este caso un contenido político más evidente.
APOCALYPSE: A BILL CALLAHAN TOUR FILM, de Hanly Banks (EEUU) Una película breve que cubre una gira del gran cantautor Bill Callahan, centrada en unas pocas canciones (unos 40 minutos de show) más imágenes de los viajes y comentarios de Callahan. Nada especial, es un buen DVD extra para editar con el disco, pero para los que nos gusta Callahan bien vale la experiencia. En un cine inusualmente lleno de gente, dos personas detrás mío se quejaban porque, por el título (y por la un poco ambigua descripción del catálogo) se imaginaron que iban a ver una película sobre las profecías mayas del fin del mundo. Y si bien el disco, que se llama APOCALYPSE, habla algo tangencialmente del tema, aquí no se acaba ningún planeta. Los chicos se fueron decepcionados…
FANGO, de José Campusano (Argentina). El cine de Campusano tiene sus reglas claras y específicas, sus lugares, sus temáticas, sus personajes. También su lógica narrativa y sus problemas. FANGO es su narración más organizada y efectiva en términos de thriller: uno la podría imaginar como un sólido, duro policial de mafias que se van enfrentando a partir de una situación mínima de un engaño de pareja que crece sin que nadie la pueda detener a una guerra barrial. Campusano va directo al grano, sin vueltas ni sutilezas, y en su estilo característico que apunta tanto a lo realista que por momentos pasa por algo que el mismo denomina «bruto». Esa «franqueza/brutalidad» se agradece en ciertas escenas de acción y suspenso, que no dan vueltas innecesarias y que apuntan al choque de personajes, emociones, armas, etc. A mí, como en otras películas suyas, me hace algo de ruido el trabajo actoral. Entiendo que esos papeles los hagan los personajes reales o de la zona, pero por momentos me hace perder la credibilidad de lo que estoy viendo, me «sacan» de situación. Pero es su estilo y es respetable.
THE DEEP, de Baltazar Kormakur (Islandia) El caso real de un hombre que sobrevivió al hundimiento de su barco y pasó seis horas en el agua helada mientras sus otros compañeros morían es lo que cuenta este oscuro, por momentos poético y en otros simplemente moroso filme del director de CONTRABANDO. La primera mitad de la película es la mejor y más potente, suerte de mezcla de LA TORMENTA PERFECTA con una versión en miniatura de TITANIC. Luego, en el intento de sobrevivir al agua helada, Kormakur intenta airear un poco la historia con unos flashbacks y con el protagonista (un hombre bastante excedido de peso, detalle que tiene su importancia) rezando o hablándole a las gaviotas que lo siguen en la oscuridad y soledad (y frío) islandesas. Su salvación y lo que sucede después en tierra es casi otra película, una que mezcla monotonía de pueblo chico con ese humor seco, inesperado, que surge cuando nos empezamos a dar cuenta que el muchacho que sobrevivió es una especie de extraño superhombre. Ya verán… no pregunten.