Freaks and Geeks: «Las ventajas de ser invisible» y «Terri»

Freaks and Geeks: «Las ventajas de ser invisible» y «Terri»

por - Críticas
28 Nov, 2012 05:12 | comentarios

El subgénero dedicado a adolescentes solitarios y marginados, con problemas de comunicación, sin amigos y con algún que otro trauma personal, tiene una enorme cantidad de ejemplares cinematográficos y, obviamente, también literarios («El  cazador oculto/Catcher in the Rye», de J.D. Salinger, es el referente más obvio, si se quiere). Pese a que creemos haber visto […]

El subgénero dedicado a adolescentes solitarios y marginados, con problemas de comunicación, sin amigos y con algún que otro trauma personal, tiene una enorme cantidad de ejemplares cinematográficos y, obviamente, también literarios («El  cazador oculto/Catcher in the Rye», de J.D. Salinger, es el referente más obvio, si se quiere). Pese a que creemos haber visto y consumido variantes de esa problemática en todas sus formas, nunca deja de fascinarnos o al menos intrigarnos nuevos acercamientos al tema. Tal vez se trate de una cuestión de identificación: más allá de que la adolescencia de cada uno de los espectadores es diferente entre sí (y también lo es respecto a los personajes de estas películas), en casi todos los casos hay momentos, situaciones o personajes que nos traen a la memoria nuestra adolescencia.

Este jueves se estrena en las salas argentinas LAS VENTAJAS DE SER INVISIBLE (titulada originalmente THE PERKS OF BEING A WALLFLOWER, cuya traducción más justa sería «Los beneficios de pasar inadvertido»), película que tiene como dato curioso el haber sido dirigida y guionada por el propio autor de la novela de 1999: Stephen Chbosky. Se centra en Charlie, un chico de unos 14 años, que comienza la secundaria en 1991 en medio de una crisis personal ya que un amigo de la infancia se acaba de suicidar. Depresivo (empastillado, digamos), silencioso y solitario, obviamente se enfrentará a la típica situación del colegio estadounidense: la crueldad de los desconocidos y hasta la ignorancia de los pocos más o menos cercanos que no quieren quedar pegados a un «loser» como él. A salir de esa situación lo ayudarán dos estudiantes del último año, que lo harán parte de su grupo de «outsiders» y serán -junto a un profesor de inglés- los guías en ese crecimiento, en ese famoso «coming of age».

TERRI, por su parte, que fue parte del Festival 4+1 que se dio en la Sala Lugones, y que se puede ver hasta el viernes online (en el sitio www.4mas1online.com) toma a un personaje con aristas similares. En el filme de Azazel Jacobs, el Terri del título es un chico muy obeso que va a la secundaria en pijamas y que -aún más que en el caso de Charlie- es burlado y maltratado por todos. Vive con un tío senil y también fármacodependiente, y la única persona que parece darle una mano es el director de la escuela, un peculiar personaje que encarna muy bien John C. Reilly. Terri se relacionará también con otros dos «losers» por motivos diferentes: un chico bastante salvaje y descontrolado, y una «chica popular» que pasó a ser marginada por todos tras haber sido descubierta en una situación sexual un poco incómoda en la cafetería de la escuela.

Las dos películas parten de premisas con mucho en común, pero toman dos estrategias diferentes en sus viajes por el sinuoso camino del crecimiento. LAS VENTAJAS… pertenece, si se quiere, a una zona entre el mainstream y el indie, en el que los conflictos son claramente expuestos, los personajes tienen traumas si se quiere clásicos, hay una banda sonora de canciones cool de los ’70 y ’80 (Sonic Youth, The Smiths, New Order, David Bowie, Galaxie 500 y XTC), hay amores y desamores, diálogos ingeniosos y lecciones de vida dichas en voz alta. Tiene, además, un elenco que incluye a Emma Watson, Paul Rudd y «caras nuevas de Hollywood» como Ezra Miller y Logan Lerman.

TERRI pertenece a la zona más indie del indie americano, entre Sundance y, digamos, el mumblecore (cuyo festival más representativo sería el South By Southwest, de Austin). Los personajes son más extraños, los tiempos narrativos más lentos, los silencios más profundos, la puesta en escena más «autoral» y no hay canciones pop en kilómetros a la redonda. Si es que hay «lecciones de vida» no son tan claras, ni obvias y cuando se dicen, uno nunca sabe hasta qué punto tomarlas seriamente. Y salvo John C. Reilly (y para los fans de THE OFFICE, Creed Bratton), el resto del elenco son desconocidos totales, desde el protagonista Jacob Wysocki hasta sus amigos, los muy buenos Bridger Zadina y Olivia Crocicchia.

Más allá de sus diferencias -que convierten a TERRI en una película más intrigante, misteriosa e inasible-, ambas tienen en común el hecho de ser muy honestas y sinceras, compasivas también, sin la habitual guiñada de ojo de tanto cine independiente reciente. LAS VENTAJAS… utiliza recursos más clásicos -uno podría verla como una relectura de las películas de John Hughes de los ’80-, pero procede, uno podría decir, con «el corazón en la mano», amable y comprensiva con todos sus personajes, con las contradicciones que poseen y que los hacen no siempre actuar de las maneras más deseables. Un exceso de «psicología de salón» (el doble trauma del protagonista es un poco demasiado) le quita cierta fuerza y universalidad, pero más allá de esos momentos, lo que sobresale es la ternura y la falta de crueldad del director hacia los personajes, y de los personajes entre sí.

TERRI es similar en ese sentido, aunque los personajes responden a modelos más difíciles de clasificar, aún más en los márgenes. Si bien el obeso y por momentos cruel protagonista podría parecer un personaje de Todd Solondz, la película nunca entra en ese territorio, prefiriendo mostrarlo como un buen chico, confundido y de una vida familiar que desconocemos pero imaginamos complicada (ese falta de historia previa de los personajes es una diferencia clave entre las dos películas). Sus relaciones son menos «curativas» y más extravagantes: nadie sabe qué se aprenderá de lo que está pasando. El director de la escuela es de una generosidad que confunde y uno nunca está seguro hasta qué punto su «amigo» y la chica vuelta outsider pueden en cualquier momento burlarse de él y maltratarlo. Pero el lugar al que Jacobs lleva a los tres (a los cuatro habría que decir, sumando a Reilly) es de una nobleza que obliga a rendirse a sus jugadas decisiones narrativas. Especialmente notable en el filme son los gestos y los silencios. Mucho de lo que pasa en la película, pasa a través de los ojos de los personajes, y sus epifanías son privadas, casi secretas.

Utilizando modelos diferentes y hasta llegando a distintas conclusiones, LAS VENTAJAS… y TERRI tienen la capacidad de transitar la adolescencia junto a sus personajes, acompañándolos de cerca. Cada espectador podrá identificarse tanto personal como cinematográficamente más con una que con otra (imagino que, por su modelo clásico y sus personajes más «geeks» que «freaks», la primera corre con ventaja en el terreno identificatorio), pero ambas apuestan a tratar de comprender un universo en el que no cuentan tanto los villanos y enemigos (los «bullies» de turno están, pero no son muy importantes), sino el pequeño mundo que uno puede armarse para sobrevivir: los amigos, los que están dispuestos a dar una mano y los adultos que logran darse cuenta que, más allá de todo, ellos alguna vez también estuvieron ahí.