«Django sin cadenas»: la gran aventura

«Django sin cadenas»: la gran aventura

por - Críticas
30 Ene, 2013 10:10 | comentarios

Defensor de las causas nobles, pero disimulado bajo un aura de “sólo me importa el cine y casi todo lo humano me es ajeno”, Quentin Tarantino es un cordero en ropas de lobo, un hombre que parece más desafiante e incorrecto de lo que es. DJANGO SIN CADENAS, como BASTARDOS SIN GLORIA, como KILL BILL, […]

django-unchained-poster-jamie-foxxDefensor de las causas nobles, pero disimulado bajo un aura de “sólo me importa el cine y casi todo lo humano me es ajeno”, Quentin Tarantino es un cordero en ropas de lobo, un hombre que parece más desafiante e incorrecto de lo que es. DJANGO SIN CADENAS, como BASTARDOS SIN GLORIA, como KILL BILL, son películas cuyo formato trash, de clase B, disfraza que en el fondo son películas sobre la justicia, tan correctas políticamente en el fondo como no lo son en la forma.

Es cierto que en la forma está todo y es ahí donde Tarantino se luce, siempre, como guionista, director, apropiador y tergiversador de ideas, enciclopedia de referencias oscuras para el deleite de los fans. Si sus dos últimas películas fueron muy celebradas –dos partes de lo que, dice, puede ser una trilogía- es porque lo sacaron del mundo de entrecomillados de sus filmes anteriores (aquí no cuenta JACKIE BROWN) para tirar unos lazos muy ricos entre el cine y, digamos, el mundo que lo rodea.

django-unchained-christoph-waltzKILL BILL era, mayormente, un homenaje al cine de acción asiático como formato para plasmar la revancha de una mujer agredida. BASTARDOS… tomaba la forma de película “de misión” (subgénero del cine bélico y/o de aventuras) para canalizar la venganza de una mujer y de un pelotón de soldados contra los nazis. Aquí, Tarantino toma el spaghetti western para hacer justicia con los esclavistas, poniendo a un esclavo liberado a vengarse con la ayuda de un caza-recompensas alemán que lo libera y colabora con él.

La «misión» (todas las películas de QT son «misiones») de Django (Jamie Foxx) y el doctor Schultz (Christoph Waltz) será rescatar a la mujer de Django, Broomhilda (Kerry Washington) de las garras del magnate Calvin Candie (Leonardo Di Caprio), perverso dueño de una plantación que la tiene como una muy particular esclava.

Claro que para llegar a esa etapa del filme –que ocupa la última hora y algo de las dos y media que dura la película- nuestros protagonistas deben recorrer un largo camino, asesinando  por dinero y atravesando un largo invierno hasta llegar a ese destino. Gran parte del filme serán las aventuras de esta extravagante dupla que de a poco se va conociendo hasta armar “equipo”. Schultz no entiende la extrañeza que genera ver a un “nigger on a horse” (un negro a caballo) y va sembrando el asombro a su paso, mientras Django se acomoda cada vez más a su vida como hombre libre.

django-unchained-leonardo-dicaprioEn la segunda parte, que se desarrolla mayormente en la plantación del francófilo Candie, el «trabajito» será sin duda más riesgoso, y el asunto se complicará más aún por el extremadamente rebuscado plan que Schultz arma para liberar a la mujer. Es que a Schultz no le gusta hacer nada de manera sencilla: siempre insiste en inventarse personajes, confundir a sus interlocutores, sorprenderlos. Lo suyo es una performance permanente, disfruta de lo mismo que disfruta Tarantino: de montar un show. ¿Por qué hacer las cosas sencillas si es más divertido hacerlas complicadas?

Más allá de tomar las referencias ya conocidas por muchos (Sergio Corbucci, Sergio Leone y los westerns americanos más sangrientos y de clase B), de cualquier modo Tarantino hace películas “de Tarantino”, algo que queda claro al minuto de película, con esos diálogos que no pueden ser escritos por ningún otro guionista y que cualquier otro realizador dejaría de lado o cortaría por “disgresivos”. Lo que a mí me sorprendió de la película es lo graciosa que resulta en muchos momentos, especialmente en su más episódica y menos violenta primera mitad, con varias escenas –especialmente una, con miembros de un proto Ku Klux Klan- que hacen recordar a las LOCURAS EN EL OESTE, de Mel Brooks. Más cerca del TRINITY, con Terence Hill y Bud Spencer, que del DJANGO, con Franco Nero, digamos…

django-unchained-jamie-foxx1La película tiene una tercera parte de la que no habría que adelantar mucho, pero que es tal vez la más violenta del filme, a tono con las más violentas de la película de la carrera de Tarantino. A diferencia de otras, como KILL BILL, en la que esa violencia está en el amplio marco del género, acá el western no contiene del todo, si se quiere, el grado de agresividad revanchista que toma el relato en su última etapa. A diferencia del ingenio que utilizaban los personajes en BASTARDOS, acá el fuerte parece estar en el fuego por sí mismo.

A mí siempre me llama la atención que un cineasta con tantas ideas cinematográficas, tanto buen oído para el diálogo y que es capaz de crear personajes maravillosos y complejos, siempre termine reduciendo sus tramas a épicas de venganza. Se me hace limitado, reduccionista si se quiere. Y en esta película, que no tiene las complicadas estructuras cronológicas de las otras que así disimulan esa obsesión, le noto demasiado esa idea de “venganza de los nerds” (o de los agredidos de todo tipo, digamos), de justificado “bully” que tiene este personaje y los de muchas otras películas.

django-unchained-klan-ridersNo es necesariamente un problema –al llevar esos temas de películas serias sobre el racismo o el nazismo al universo del cine de género clase B, casi que el formato pareciera pedírselo-, pero siento que ahí puede generarse un círculo cerrado del que, tarde o temprano, sería bueno salir. Eso sí, primero esperamos algo así como un “giallo” (películas de terror italiana) sobre la venganza de los indígenas como próxima película.

Hasta que esta trilogía de vendetta no termine, uno seguirá disfrutando del ingenio y de la creatividad de Tarantino, que continúa en su mejor forma y logrando que nadie se dé cuenta que, más allá de su actitud irreverente y canchera, en el fondo no es otra cosa que un liberal con buen corazón que vio las películas equivocadas: en vez de Stanley Kramer y Sidney Poitier, creció con Mandingo y Navajo Joe. Mejor para nosotros…