«Tiempo de revancha»: los premios Oscar y el cine político

«Tiempo de revancha»: los premios Oscar y el cine político

por - Críticas
21 Ene, 2013 09:53 | Sin comentarios

Viendo cinco de las candidatas al Oscar -las que están en la discusión por ganarlo- es inevitable pensar en la cantidad de cosas en común que tienen. En principio, la más obvia: LINCOLN, ARGO, LOS MISERABLES, DJANGO SIN CADENAS y LA NOCHE MAS OSCURA son películas políticas que tocan temas bastante fuertes de maneras muy distintas. […]

Daniel Day Lewis as LincolnViendo cinco de las candidatas al Oscar -las que están en la discusión por ganarlo- es inevitable pensar en la cantidad de cosas en común que tienen. En principio, la más obvia: LINCOLN, ARGO, LOS MISERABLES, DJANGO SIN CADENAS y LA NOCHE MAS OSCURA son películas políticas que tocan temas bastante fuertes de maneras muy distintas. LINCOLN y DJANGO… se centran en el final de la esclavitud, mientras que ARGO y LA NOCHE MAS OSCURA (para simplificar la llamaremos ZDT, siglas de su título original ZERO DARK THIRTY) trabajan sobre dos episodios clave de la relación de los Estados Unidos con Oriente Medio: la toma de rehenes en su Embajada en 1979 y la reciente captura de Osama Bin Laden. LES MIS, en tanto, toca de manera un poco más tangencial los embates contra la monarquía francesa del siglo XIX.

top 10 argo-ben-affleckPero más allá de ser películas con un fuerte sesgo político, lo que me llama la atención es que la mayoría de ellas tienen una narrativa que podríamos denominar de «revancha» («payback», como dicen en inglés, me resulta más adecuado). Son películas en las que los protagonistas deben ejercer algún tipo de venganza o «devolución de gentilezas» sobre el rival para «enderezar», digamos, algún asunto. En ARGO es un secuestro. En ZDT es la revancha por el 11/9. En DJANGO es devolver las agresiones recibidas por la novia y el amigo del protagonista y, a su vez, vengarse sin medias tintas de los esclavistas. En LINCOLN, la idea de revancha no es tan evidente, pero sí es importante la relación entre vencedores y vencidos tanto de la Guerra Civil como de la contienda política específica. El caso más curioso es el de LES MIS, en el que la venganza ejercida por Javert hacia Valjean encuentra una solución muy diferente a la de las demás películas.

zeroSi fuera aún más específico, podría decir que la historias se organizan, en general, bajo un concepto que acá conocemos como «el fin justifica los medios». En Estados Unidos se suele usar una frase que se adjudica a Malcolm X para este tipo de cosas: «By Any Means Necessary», que aquí traduciríamos como «cueste lo que cueste», «como sea necesario», aunque también se podría decir «a como dé lugar». La negociación política para sacar la enmienda para abolir la esclavitud es sucia y hay que comprar votos, pero sacarla es fundamental y hay que hacerlo «cueste lo que cueste». La tortura a los prisioneros en ZDT está más allá de toda ética y moral, pero hay que hacerla porque, se dice, hay que capturar a Bin Laden «como sea necesario». En ARGO, el planteo para sacar a varios rehenes de Irán es complicadísimo e implica engañar a los iraníes en su propio país, pero la importancia de la gesta nos hace pensar que hay que hacerlo «a como dé lugar». En el filme de Quentin Tarantino es lo mismo: para rescatar a su mujer de las garras del malvado dueño de una plantación, todo vale, ese fin justifica cualquier medio. LOS MISERABLES, partiendo de esa misma lógica (Javert tiene que atrapar a Valjean «como sea»), pega un giro en su narrativa, dando a entender que hay otras soluciones que el «ojo por ojo» o el «by any means necessary».

djangoQuedará en manos de los politólogos entender los motivos por los que este tipo de narrativas son hoy tan predominantes y marcan a fuego la discusión de las películas que pelean por el Oscar. Se ha cuestionado a ZDT por mostrar la tortura y dar a entender -sin hacer consideraciones éticas y/o morales- que pudo haber jugado un rol decisivo a la hora de capturar a Bin Laden. Se ha criticado también a DJANGO por su violencia gráfica y por el uso de la discutida palabra «nigger», que dicha por un blanco ahora es un claro insulto, pero en esa época no lo era tanto, o al menos su uso estaba más naturalizado dentro de los márgenes de la esclavitud. En LINCOLN se muestra también las trampas y el «juego sucio» que los lobbistas, congresistas y el propio presidente tienen que hacer para pasar una ley considerada importantísima, mediante un sistema de prebendas y súbitas enfermedades que recuerda bastante votaciones clave del Congreso argentino, como la Ley del Matrimonio Igualitario o la célebre «125». En ARGO, quizás a diferencia de las otras películas que apuestan por la violencia o la compra de votos, se requiere del ingenio y la imaginación para quebrar las leyes y, en este caso, sacar a un grupo de gente de Irán.

Les MiserablesA pocas semanas del estreno local de estas películas -sobre las que volveremos, una por una- y a pocos días de la segunda asunción como presidente de los Estados Unidos de Barack Obama, es curioso como este tipo de narrativas que apuestan más por el choque, la ignorancia de la ley, el «ojo por ojo» y el juego sucio son tan predominantes, dado que son antitéticas a lo que el presidente parece proponer. De hecho, en el filme de Kathryn Bigelow (LA NOCHE MAS OSCURA o ZDT), hay una breve aparición de Obama en televisión que marca el punto final para el uso de la tortura de parte de los servicios de inteligencia. Es cierto, para la captura de Bin Laden de ahí en adelante no la usarán, pero uno podría concluir con que al menos una pista para llegar a él surgió de un abominable proceso de violencia y humillación sobre un prisionero.

No estamos hablando de nada nuevo, esto es claro. El cine de Hollywood se ha caracterizado a lo largo de su historia por trabajar con narrativas revanchistas similares, muchas veces disfrazadas de gestas de «defensa personal» o justificadas dramáticamente, como es el caso de ARGO, ZDT o DJANGO SIN CADENAS. Eso no quita que llame la atención el hecho de que haya varias películas en las que los héroes, cada vez más anti-héroes, aplican este tipo de medidas «moralmente dudosas» contra sus enemigos. Todas películas directamente políticas, encima. Acaso la menos obviamente política de todas ellas, LOS MISERABLES, es la más -si se quiere- «cristiana» de todas, dando un espacio para la compasión y el perdón como formas de solucionar conflictos entre las partes. Pero, se sabe, en esa película son todos originalmente franceses. Gente rara, si las hay…