Berlinale 2013: Bujalski, Zürcher, D’Anolfi & Parenti

Berlinale 2013: Bujalski, Zürcher, D’Anolfi & Parenti

por - Críticas
05 Mar, 2013 12:04 | Sin comentarios

Gracias a esa pequeña joyita para cinéfilos, críticos y programadores que es el sitio online Festival Scope (www.festivalscope.com) pude recuperar -por el momento- cuatro películas del Forum del Festival de Berlín que me habían recomendado allí y que no pude ver en su momento, tomando en cuenta la cantidad de películas que se suelen superponer […]

berlin compchess450Gracias a esa pequeña joyita para cinéfilos, críticos y programadores que es el sitio online Festival Scope (www.festivalscope.com) pude recuperar -por el momento- cuatro películas del Forum del Festival de Berlín que me habían recomendado allí y que no pude ver en su momento, tomando en cuenta la cantidad de películas que se suelen superponer en festivales tan grandes como ése. Así que aquí van cuatro películas que están entre lo mejorcito de la programación de un festival que, me convenzo cada día más, estuvo bastante bien, mucho mejor de lo que parecía en un principio.

berlin ComputerChessCOMPUTER CHESS, de Andrew Bujalski. Una de las películas más curiosas que vi en mucho tiempo, COMPUTER CHESS, de Andrew Bujalski -el director de FUNNY HA HA y MUTUAL APPRECIATION– tiene algunas cosas en común, pero no demasiadas, con las anteriores películas del «master of mumblecore». Lo «común» tiene que ver con una serie de personajes entre nerds y perdedores que no saben muy bien cómo funcionar fuera de su pequeño universo. La diferencia es que ese universo aquí en mucho más peculiar y, formalmente, se trata de una película muy diferente a las previas. COMPUTER CHESS se centra en un encuentro de técnicos en informática que, en una era muy rudimentaria de la cibernética, se dedican a programar computadoras para que jueguen al ajedrez. Ese encuentro tiene la forma de un campeonato entre programas que se realiza en un hotel. Todo esto transcurre muy a principios de los ’80 y está filmado en un video analógico de pésima calidad, casi como si fuera una ficción casera de esa época. Si te dicen que la película es un objeto encontrado de entonces, filmado por un amateur, podrías llegar a creértelo.

Esta película mala ex profeso -mal actuada, mal montada, mal encuadrada, con una imagen se rompe todo el tempo, supuestamente producto de estar siendo filmada «in situ» por uno de los participantes del torneo- es, sin embargo, durante gran parte de su metraje, encantadora. Una verdadera joyita que, más allá del chiste inicial, encuentra en este mundo de obsesivos por la tecnología (rudimentaria como un juego de 8-bits o más), encerrados en su mundo competitivo y tratando de entender no sólo cómo ganar el campeonato sino cómo funcionan estas máquinas, una serie de personajes que resultan entre queribles y curiosos.

La resolución del filme no estará a la altura de lo previo -ni el encuentro con otro grupo que está también en el hotel, ni el corrimiento hacia algo una temática más, digamos, 2001 que toma la película-, pero más allá de ese regusto amargo final que deja por no ser la gran película que prometía, uno se queda con la sensación de haber estado metido en un extraño viaje temporal, llevado a aquellos tiempos en los que esas computadoras gigantes y pesadas, que no tenían nada parecido a la internet al alcance, eran objetos tan contundentes como misteriosos. Y los que trabajaban en ese mundo, en lugar de los millonarios cool que son hoy, eran los freaks que nadie quería ver ni de lejos. Pero Bujalski no los juzga ni se burla de ellos. Trata de mirar el mundo desde ese lugar. Y pese a los números y los algoritmos lo encuentra tan inexplicable como desde cualquier otro.

berlin The_Strange_Little_Cat_Das_merkwrdige_KtzchenTHE STRANGE LITTLE CAT, de Ramon Zürcher. Esta ingeniosa opera prima de este estudiante de cine de Berlín sorprendió a muchos en la Berlinale con su entre paródica y coreográfica descripción de la vida de una familia en una casa a lo largo de lo que parece ser un sólo día. Filmada en una sola locación con una enorme cantidad de gente entrando y saliendo de cuadro como si se tratara de un vodevil teatral, la película funciona a partir de un tono seco que da pie a situaciones ligeramente graciosas, en una línea si se quiere algo similar a la de Aki Kaurismaki o el sueco Roy Andersson. Las viñetas son rítmicas y el choque humorístico se da entre el tono monocorde y serio con el que se dicen en relación a lo que sucede.

Y lo que sucede son las minucias más cotidianas posibles de la vida en una casa en funcionamiento. Un lavarropa que no funciona bien, una niña que grita cada vez que se prende un aparato eléctrico, un perro que persigue a un gato, una madre que cuenta anécdotas banales de su día como si leyera una obra de Shakespeare, un botón que se sale de una camisa, algún experimento con una  naranja. Con cortes precisos y mucho plano y contraplano, Zürcher hace algo parecido a un sainete germano, la versión seca y árida de lo que aquí sería una comedia gritona a la italiana.

Por momentos funciona muy bien. La manera en la que todos se mueven y dicen sus líneas son casi coreográficas y el absurdo por momentos crece mucho, pero también hay un aire de estudiada artificialidad que por momentos se vuelve mecánico, como la película misma. Esa «mecánica familiar» se hace más ardua de seguir cuando más y más personajes se suman a la reunión familiar. Al final, ya declaradamente, la película toma las formas de un musical. Pero son las palabras y los cuerpos las que generan la melodía. Un objeto extraño, simpático, de un director promisorio y talentoso.

berlin materia oscuraMATERIA OSCURA, de Massimo D’Anolfi y Martina Parenti. Este documental rodado en la Cerdeña italiana narra a través de imágenes capturadas en la actualidad y material de archivo las consecuencias de los tests nucleares que se hacen en una zona entre paradisíaca y tenebrosa de Cerdeña. Paradisíaca, de lejos, cuando uno ve el Mediterráneo azul bañar las costas de esta zona rural, con pocos habitantes y muchos animales. Pero cuando uno se acerca -o cuando se ven las imágenes de archivo- nota que este lugar es usado para pruebas de misiles y otros armamentos,  y que las consecuencias son enormes para quienes viven allí.

El filme no tiene casi diálogos y lo poco que se escucha son mínimos comentarios al pasar o lo que se comenta en un programa radial. Lo demás queda claro en el material de archivo, con lanzamientos explosivos haciéndose desde áreas cerradas de ese mismo lugar y carteles con todo tipo de restricciones. Y está presente, también, en la vida cotidiana, infectada de materiales altamente radioactivos que investiga un geólogo y con consecuencias evidentes en los animales muertos o deformes que nacen en el lugar, en algunas escenas que hasta hacen recordar, pero en otro tono, la película de Michelangelo Frammartino, LE QUATTRO VOLTE. Sin golpes bajos pero con algunas escenas fuertes y contundentes, este paso por el Poligono Sperimentale del Salto di Quirra es un terrible recordatorio de que las guerras están presentes y dejan sus marcas aún donde parece nunca haber pasado nada.