BAFICI 2013: Competencia Vanguardia y Género (20 críticas)
Bienvenidos a la nueva competencia del BAFICI, Vanguardia y Género, que reemplaza a Cine del Futuro y a la que los organizadores gustan llamar por su sigla VyG (dicha como «Big» más que como «Ve y gé», que suena a marca de electrodomésticos). Aquí hay una curiosa combinación de películas de las llamadas «de arte […]
Bienvenidos a la nueva competencia del BAFICI, Vanguardia y Género, que reemplaza a Cine del Futuro y a la que los organizadores gustan llamar por su sigla VyG (dicha como «Big» más que como «Ve y gé», que suena a marca de electrodomésticos). Aquí hay una curiosa combinación de películas de las llamadas «de arte y ensayo», las si se quiere más radicales que solían ser parte de la competencia Cine del Futuro, con otras de género puro y duro, que son la novedad en la sección. Imagino que habrá un premio único, así que dependerá de si el jurado es más V que G, o viceversa… Otra cosa, tal vez la más interesante que distingue a esta sección, es que coexisten cortos, medios y largometrajes, por lo que las opciones del tipo de películas que se pueden ver se abren mucho más. Aquí, entonces, un repaso a algunos de estos 24 títulos (los 20 que logré ver hasta la fecha) que, si uno se rige por las mediciones clásicas, incluyen 18 largometrajes (de más de 60 minutos), 3 mediometrajes (de 31 a 60) y 3 cortos (menos de 30).
COMPETENCIA VANGUARDIA Y GENERO:
HABITAT, de Ignacio Masllorens (Argentina) El mediometraje del director del célebre corto ALABANZA A LA PAPA y codirector de EL HUMOR (PEQUEÑA ENCICLOPEDIA ILUSTRADA) con Mariano Llinás, está más cerca del cine de James Benning que de cualquiera de las referencias aquí citadas. Masllorens filma escenarios (urbanos y porteños, en su mayoría) vacíos, a una hora que parecen ser las 6 de la mañana de un fin de semana, con incipiente luz de día pero sin personas a la vista. El efecto se vuelve curioso especialmente en las escenas que muestran lugares públicos o de mucho tránsito, raramente vistos vacíos, ya que permite observar detalles y analizarlos fuera del contexto habitual. Lo hace mediante un sistema de planos de 13 segundos cada uno -con algunos de 7 segundos- que se vuelven extrañamente cortos, ya que para realmente poder apreciar los detalles del plano y que el todo no se vuelva algo parecido a un slide de diapositivas en movimiento me parece que deberían ser un poco más largos. Imagino que no debe ser fácil filmar esos escenarios vacíos tanto tiempo (tarde o temprano alguien pasará por muchos de ellos) y hasta supongo a algún miembro del equipo de rodaje pidiendo a la gente que no se cruce como mientras alguien saca una foto, por lo que es hasta entendible la situación. Cuando uno se acomoda a la propuesta, los 44 minutos pueden llegar a ser hipnóticos y cautivantes, entregando al espectador una mirada a lo que parece ser una ciudad fantasma con lugares que extrañamente se vuelven irreconocibles, como si el director hubiese estado buscando locaciones para una película de ciencia ficción apocalíptica en la que un virus acabo con toda la población. El lugar donde vivimos, sin nosotros. ¿Una postal del fin del mundo?
MUJER LOBO, de Tamae Garateguy (Argentina) No debe haber muchas cinematografías en el mundo que en el transcurso de unos pocos meses estrenen dos thrillers sobre mujeres asesinas que mutan de una a otra y son interpretadas por varias actrices distintas. En el caso de MALA, de Adrián Caetano, eran cuatro. Aquí son tres. En ambos casos, diríamos, son mujeres psicológicamente dañadas que hacen una particular defensa de género (del femenino, digo, no del género cinematográfico). Aquí, la protagonista tiene sexo con hombres a los que luego mata de manera violenta, algo que de a poco la irá poniendo en la mira de un policía que parece ser el único que entiende algo del caso. Usando el sexo como arma y la conquista callejera como medio muy sencillo de atraer presas, ellas hacen su trabajo. Las tres personalidades de la mujer tienen sus importantes diferencias: una es salvaje y descarnada (Mónica Lairana), otra es tímida y reprimida (Guadalupe Docampo) y otra es sexy y voluptuosa (Luján Ariza). Y es así como entran en conflicto con los demás y, en un punto, con «ellas» mismas. La película es estilizada y trash a la vez, barata y elegante, perversa y juguetona, inocente y zarpada (con muchas escenas de sexo) en un combo desaforado en el que pareciera que todo vale. MUJER LOBO es una curiosidad, atrapante por momentos y risible en otros, fallida en un sentido positivo: allí donde el cine argentino gran parte de las veces juega sobre seguro, manejándose dentro de la comodidad de formatos probados, Garateguy se zarpa y entrega un producto desaforado y salvaje. Seguramente podría ser mejor, pero se agradece el desparpajo.
A HIJACKING, de Tobias Lindholm (Suecia/Dinamarca) Esta película que narra el secuestro de un barco danés a manos de unos “piratas” somalíes y las negociaciones para liberarlos es bastante curiosa. Por un lado, está armada como un relato de suspenso hollywoodense, con los conflictos clásicos del formato: el montaje paralelo entre complicadas negociaciones y la supervivencia de los rehenes. Pero, por otro, trata de evitar esos lugares comunes del cine de género para armar un drama psicológico centrado en dos personajes: un cocinero secuestrado en el barco y uno de los empresarios encargado de la negociación. La película es intensa, intrigante, se ve con interés de principio a fin, pero uno siempre tiene la sensación de que todo podría haber sido más interesante si Lindholm se hubiera decidido por uno de los dos ejes, ya que de esta manera es demasiado deshilachada como película de suspenso y no del todo profunda como drama humano. Lo que sí logra Lindholm es dar una profunda impresión de realismo, llevando al espectador a meterse de lleno en esa situación. Eso, y una cruda sorpresa sobre el final, dejan la impresión que en realidad más que un filme de suspenso o un drama psicológico se trata de una fuerte película política.
ARRAIANOS, de Eloy Enciso (España) Un pequeño pueblo en la frontera entre Galicia y Portugal. La vida cotidiana de sus habitantes: sus historias, sus diálogos, sus personajes. El mundo que los rodea: los animales, el bosque, la lluvia, la Tierra. En la descripción de este pequeño universo se va esta breve película hecha de imágenes sugerentes, personajes extraños, canciones y conversaciones por momentos muy curiosos, que bebe tanto del cine-documental contemplativo y de observación más clásico como del cine-ensayo más radical de Straub-Huillet y compañía. Sin salirse del todo de esas formas establecidas, Enciso logra llevar al espectador a meterse en ese universo de pequeñas cosas que son, finalmente, tan grandes como pueden serlo una serie de vidas. Como puede ser plantearse convertir en cine un lugar en el mundo.
LEVIATHAN, de Lucien Castaing-Taylor y Vérena Paravel (EEUU). LEVIATHAN es un intento de llevar la lógica del filme documental más hacia la experiencia pura que al registro a distancia. Los mismos directores lo llaman “documental sensorial” y es una definición indiscutible: con la cámara encima de la acción al punto de transformar la imagen, muchas veces, en formas, líneas y colores indescifrables, el filme se centra en las actividades de un barco pesquero con el fragor, el nervio y la confusión de una experiencia en un frente de batalla. Utilizando las posibilidades del video digital al extremo –las cámaras pequeñísimas, muchas veces accionadas a control remoto; la capacidad de obtener una excelente definición pese a un movimiento constante y una cercanía perturbadora-, Lucien Castaing Taylor y Verena Paravel -codirectores, cada uno por separado, de SWEETGRASS y FOREIGN PARTS, respectivamente- prácticamente reformulan la idea del “estar ahí” en un documental. Es como si el concepto del primer plano desapareciera hasta que los objetos, personas, paisajes y animales se transformaran en un juego de formas y colores, una sinfonía de movimiento constante más cercana al cine experimental que a la mayor parte de los documentales.(Crítica completa, del Festival de Valdivia 2012, aquí)
STEMPLE PASS, de James Benning (EEUU) Esta nueva película de Benning -que viene a un ritmo creciente de títulos a sus 70 años- consiste en cuatro largos planos de una media hora cada uno que muestran una misma cabaña ubicada en una zona boscosa de los Estados Unidos en las cuatro estaciones del año. Mientras se ven esas imágenes, se escucha la voz del propio Benning leyendo los diarios de Ted Kaczynski, más conocido como el Unabomber, cuya cabaña real esta imagen replica (la cabaña que se ve fue construida por el propio Benning). Con la cámara ubicada prácticamente en el mismo lugar, lo que atrapa son los cambios de luz y la posibilidad que esa contemplación va abriendo respecto al espacio físico. Ese paisaje bucólico mezclado con los terroríficos relatos genera un efecto muy poderoso y permite reflexionar sobre la naturaleza y la violencia ligadas a lo largo de la historia norteamericana. (Del Festival de Berlín 2013)
A ULTIMA VEZ QUE VI MACAO, de Joao Pedro Rodrigues y Joao Rui Guerra da Mata (Portugal) Tal vez no tan conocida como la estructura del “falso documental”, uno podría proponer que LA ULTIMA VEZ QUE VI MACAO, de Joao Pedro Rodrigues y Joao Rui Guerra da Mata es una suerte de “falsa ficción”. La historia de una travesti en peligro y su amigo, Da Mata, que regresa a la ex colonia portuguesa -ahora parte de China- a rescatarla, es sólo la excusa narrativa que usan para plantear lo que en el fondo es un documental ensayístico sobre la historia de Macao, más cerca de Chris Marker -con tigres en lugar de gatos- que de los filmes previos del realizador de MORIR COMO UN HOMBRE. El filme abre con Candy, la drag queen, cantando el tema de la película de 1952 MACAO, que dirigió Josef Von Sternberg con Jane Russell de protagonista. La excelente -y sí, muy “rodriguense” escena- da paso a otra que también se asemeja a su filme anterior: un combate muy militarizado de lo que parece ser paint-ball pero que termina con la muerte de uno de los participantes. Cuando todo parece que seguirá la línea de MORIR…, Rodrigues y Guerra dan un radical giro y dan comienzo a la verdadera película. Mientras se ven imágenes de Macao, se escucha la voz de un hombre (Da Mata, aunque también Rodrigues habla por momentos) que nos cuenta que regresa a ese lugar, donde pasó su infancia, por primera vez en 30 años. Esa voz se mantendrá a lo largo de casi todo el filme, aunque nunca veremos del todo a la persona que la dice. Digámoslo así: el protagonista nunca aparece por completo en la película. Es esa voz, esa cámara que recorre la ciudad, un brazo, una pierna y no mucho más. Lo que viajan -los protagonistas- son los directores…(Crítica completa, del Festival de Valdivia 2012, aquí)
MANHA DE SAN ANTONIO, de Joao Pedro Rodrigues (Portugal) Este nuevo cortometraje de Rodrigues -que tiene dos filmes en esta competencia, algo muy raro en cualquier festival- parte de una idea simple, pero visualmente contundente: las imágenes de adolescentes volviendo de las fiestas de San Antonio (patrono de la ciudad) a la madrugada por las calles de Lisboa. Con imágenes propias (no es un documental, es una recreación poética y muy libre) que recuerdan al cine de Jacques Tati -o de Michelángelo Antonioni- se ven a jóvenes regresar, coreográficamente, a sus hogares, en silencio, cual literal ejército de zombies, que caminan mirando hacia el piso, se desmayan, vomitan y no parecen saber muy bien adónde van en esa resacosa mañana en la ciudad vacía. Sugerente y creativa -aunque algo programática-, la película termina con unos versos de Fernando Pessoa y una suerte de homenaje, muy particular, al santo de Lisboa.
HASTA EL SOL TIENE MANCHAS, de Julio Hernández-Cordón (Guatemala) Esta híper ultra independiente producción del realizador guatemalteco de LAS MARIMBAS DEL INFIERNO da la impresión que debe haber resultado mucho más divertida de hacer que lo que resulta de ver. Simpática e ingeniosa, con buenas ideas que la motorizan, pero bastante ardua de atravesar es esta película en la que varios amigos recrean situaciones, revisan la historia del país y/o, directamente, bailan o se golpean al mejor estilo JACKASS sobre una pared pintada y usando, en la mayoría de los casos, unas máscaras enormes de cartulina para representar «rostros de personajes». Todo esto, además, se mezcla con comentarios del realizador en off acerca de la película en sí y sobre estética cinematográfica. Tiene momentos absurdos y divertidos, pero podría haber sido un simpático corto. Los 62 minutos de duración se terminan haciendo reiterativos y muy arduos de ver. Se aprecia y agradece la libertad creativa, pero no mucho más que eso…
VERS MADRID!, de Sylvain George (Francia) El realizador francés de QU’ILS REPOSENT EN REVOLTE (ganadora del BAFICI 2010) pone su atención en las manifestaciones de los indignados en Madrid, creando una especie de reportaje en blanco y negro de distintas situaciones de las marchas: discursos, debates, asambleas, música, cantos y la escenografía del lugar. Dividida en episodios en apariencia cronológicos, George pone su cámara al servicio de los discursos y las discusiones, revela los detalles minuciosamente y trata de crear un muy claro -y por momentos algo repetitivo, en un punto- retrato de este movimiento de revuelta, con un espíritu innegablemente ligado a cierto cine (especialmente francés) revolucionario de fines de los ’60 y principios de los ’70. Una película política desde lo más evidente, pero también desde lo oculto y lo formal: el respeto a las palabras y a los personajes, dejándolos expresarse, repetirse y exhibirse. No es el intento de George ni entretener al espectador resumiendo de manera obvia, mediante el montaje, la situación. Es entregar la cámara a los sujetos de la historia, de esta historia, y dejar que ellos sean los que la cuenten.
JOVEN Y ALOCADA, de Marialy Rivas (Chile) Apuesto que será uno de los grandes éxitos de este BAFICI esta comedia dramática chilena acerca de una chica de 17 años que debe lidiar entre dos polos muy opuestos en su vida: una familia evangelista muy conservadora y represora, y una importante y variopinta vida sexual. Adaptado de un blog existente en Chile, la opera prima de Marialy Rivas pone en el centro a esta chica que parece tener bastantes experiencias sexuales -las que documenta en su blog, con dibujitos ad hoc- y que un día es «descubierta» en el colegio religioso, «denunciada» a sus padres y echada del establecimiento. De ahí en adelante, en forma de capítulos de un «ebanjelio» poco convencional, la chica pasará a trabajar en un canal de TV religioso, mientras su madre sigue persiguiéndola y ella se las rebusca para entretenerse con su novio religioso y el descubrimiento de otras posibilidades románticas/sexuales en su vida. Calculo que a algunas personas podrá resultarle controvertida esta oposición directa entre sexo y religión (y/o algunas escenas un poco gráficas), a mí me pareció bastante realista y efectiva, excesivamente cruda en algunos puntos pero bastante a tono con el personaje, su mundo y sus deseos. Se recomienda, sí, un curso acelerado en slang chileno. Entre esta película y SOY MUCHO MEJOR QUE VOS, el curso va a terminar rindiendo con creces… cachai?
CARMELA, SALVATA DAI FILIBUSTIERI, de Giovanni Maderna y Mauro Santini (Italia) Varios de los personajes conocidos de la serie de libros EL CORSARIO NEGRO, de Emilio Salgari, reaparecen transformados en pescadores actuales de la bella, histórica (y un poquitín deteriorada) ciudad de Taranto en esta adaptación muy libre y radical de la novela YOLANDA, LA HIJA DEL CORSARIO NEGRO. Realizada en función del 150ª aniversario del nacimiento de Salgari, Maderna y Santini toman la aventura principal de la novela (el rescate de Yolanda, atrapada por el Conde de Medina, por parte de los corsarios Carmaux y Wan Stiller, enviados por el Capitán Morgan) para deformarla casi por completo, ya que lo que vemos son las mínimas aventuras cotidianas de dos marineros de Taranto que, a un modo de «role-playing», «interpretan» por momentos a dichos corsarios en esa búsqueda de la mujer capturada en una isla. La mezcla de una trama de aventuras insinuada en cada capítulo del filme con una suerte de registro documental de estos dos hombres recorriendo la ciudad y hablando un dialecto incomprensible (la copia que vi tenía subtítulos en italiano) genera unos ecos curiosos y simpáticos, otorgándole dimensiones novelísticas a la dupla protagónica en un filme bellísimo y de formato muy libre (la cámara parece flotar por su propia cuenta) que confundirá a los que esperan algo «salgariano» pero fascinará a los que celebramos que el cine italiano siga haciendo películas «fuori di norma».
A STORY FOR THE MODLINS, de Sergio Oksman (España) Este extraordinario y en apariencia muy simple cortometraje toma como punto de partida una serie de fotografías, vídeos y cartas supuestamente encontradas en un container que fueron a caer a las manos del cineasta. Lo que Oksman hizo (como también lo había hecho antes un fotógrafo con ese mismo material pero armándolo de manera distinta) fue tratar de reconstruir como fue la vida de esa familia a partir de ese material. Esta historia de un actor fracasado que apenas conseguía trabajos menores o de extra (es eso en una escena clave de EL BEBE DE ROSEMARY), de su mujer -una pintora ambiciosa y mucho menos talentosa de lo que cree ser- y el torturado hijo de la pareja que dejan su país para irse a vivir a España es una de las tantas tramas posibles que se podrían haber reconstruido para este grupo humano. Las cartas y unos vídeos que se muestran dan datos más fuertes y certeros sobre lo que se cuenta, pero el límite aquí no es entre ficción y realidad sino entre distintos grados de plausibilidad. A partir de este material -y jugando con él, especialmente con la «metáfora» diabólica de la película de Polanski- Oksman arma una historia posible, y bastante creíble, para los Modlins. Cada espectador, supongo, podrá armar la suya de otra manera…
THE POOR STOCKINGER, THE LUDDITE CROPPER AND THE DELUDED FOLLOWERS OF JOANNA SOUTHCOTT, de Luke Fowler (Reino Unido) Les cedo el honor, diríamos. Juro que lo intenté y que puse mi mayor atención posible al trabajo con las imágenes de Fowler en relación a las lecturas y clases del profesor E.P. Thompson, un legendario historiador y educador socialista británico. Pero el tono de las clases y comentarios de Thompson que aparentan ser bastante interesantes están dichos (son audios grabados e imágenes filmadas suyas en los años ’50) con un tono apropiado para la más desarmante de las siestas. Imagino que sus alumnos no se le dormirían en clase porque tendrían que hacer menos esfuerzo que yo para ponerme en la situación de lo que dice en cada caso, pero lo cierto es que por más apreciable que me parecía el planteo estético (un pastiche feroz de imágenes de la Gran Bretaña actual) y lo que el hombre decía (algunos comentarios al pasar dentro de las lecturas eran bastante graciosos, lo mismo que cuando criticaba a sus alumnos), en algún punto de la hora de duración del filme mi cerebro dijo basta y hasta ahí llegué. Seguramente los conocedores y/o admiradores de la obra de Thompson valorarán la película y creerán que soy un imbécil. Seguramente estarán en lo cierto…
ANIMALS, de Marcal Forés (España) Curiosa mezcla entre DONNIE DARKO, TED y, digamos, ELEPHANT, esta película catalana (originalmente hablada en catalán e inglés, pero que vi en una copia doblada al castellano) se centra en un adolescente de 17 años tímido y sexualmente confundido cuyo mejor amigo es, ejem, un osito de peluche que habla… A diferencia de TED, aquí el oso parlante en cuestión existe sólo en su imaginación y el animal en cuestión parece tomarse muy en serio a sí mismo y a la relación con su dueño. Lo mismo pasa con la película, que tiene un tono grave y denso, e intenta abarcar casi todos los tópicos de la adolescencia sin hacer centro en ninguno. Más que ninguna otra cosa, ANIMALS intenta, desesperadamente, ser una película cool y está dispuesta a usar cualquier cosa para lograrlo: música indie, planos en cámara lenta, algunos delirios visuales, accidentes varios, relaciones pansexuales, sangre y tragedia a mano, y así. A fin de cuentas, lo único que parece importarle a Forés es la belleza o la onda de un momento determinado, casi como si fuera un director de videoclips indies que armó algo parecido a una historia para pasar de secuencia en secuencia. Los temas que trabaja la película son interesantes (el fin de la infancia, el despertar sexual y así), pero sólo parecen importar en función de forzadas epifanías audiovisuales, y lo que pasa por la cabeza o las emociones de su protagonista son secundarias en tanto la gota de sangre, el disparo, el beso, el plano de la guitarra o la cámara lenta en el bosque funcionen estéticamente. Si a eso se le suma -en la versión que yo vi, al menos- un doblaje al español de locutor de radio, el asunto se vuelve decididamente intragable. Una película desagradable, de principio a fin. El osito Ted le pegaría un sopapo a su ampuloso, aburrido y pretencioso colega Deerhoof (sí, el oso se llama Deerhoof, como la banda…) sólo al escucharlo decir dos palabras. Y a su dueño lo invitaría a ir a tomar unas cervezas y a otra cosa…
CITADEL, de Ciarán Foy (Irlanda/Reino Unido) Una de las películas de horror -bah, casi de cualquier género- menos políticamente correctas que vi en mucho tiempo, esta opera prima irlandesa plantea una situación que, imagino, nadie aquí se atrevería a plantear. Un hombre ve como su mujer embarazada es asesinada por una banda de chicos con capuchas en un monobloc de un barrio pobrísimo y desolado. La bebé sobrevive pero estos niños pandilleros asesinos parecen querer matarla también y acosan al hombre que, perseguido por el trauma de lo que pasó, ni quiere salir de su casa. Una asistente social tratará de convencerlo de no temer, de que los niños del monobloc son buenos chicos que necesitan ayuda, pero un cura insistirá que están poseídos por el demonio y que hay que quemarlos vivos a todos. El clima del filme es bastante inquietante ya que el lugar, que tiene algo de los escenarios de LET THE RIGHT ONE IN, se nos muestra de una manera realista (más cercana a Lugano 1 y 2 que a lo que alguien puede imaginar que es Europa), pero la película no tiene esa misma búsqueda temática y acaso lo más interesante que tiene como planteo es la idea de que es el miedo del protagonista lo que lo lleva a ser atacado. ¿Cómo resolver ese miedo? Bueno, ustedes ya lo verán. No esperen, eso sí, que la película sea recomendada ni por trabajadores sociales ni por curas progresistas. Con explosivos, cuchillos y bombas caseras el asunto de «los niños infectados» se resuelve mucho más fácilmente…
TRAIGANME LA CABEZA DE LA MUJER METRALLETA, de Ernesto Díaz Espinosa (Chile) «Latinxplotation» puro, tal como se llama la compañía productora de este filme chileno. Eso es el cuarto filme del realizador de KILTRO: un homenaje al cine de explotación de los ’70 por la vía de la relectura «Tarantino/Rodríguez» y la escuela «EL MARIACHI meets GRAND THEFT AUTO«. Un tímido y medio tontuelo DJ, que vive encerrado en su living jugando videogames, pasa música en una tanguería manejada por un argentino mafioso. Tras escuchar allí una conversación que no debía escuchar (como reza el género, mientras está cagando en el baño), se ve obligado a salir a capturar a la «mujer metralleta» del título, una asesina sexy que anda cargada y matando gente por Santiago y que además es la ex mujer del Che Longana, el argentino dueño del tugurio. Armada como una serie de misiones muy similares a las del GTA -al final ya directamente la película toma la estética del videogame-, el DJ va zafando de obstáculos para luego tener que decidir entre cumplir su misión o salvar a la Mujer Metralleta, de la que se ha enamorado, algo que es fácil entender con solo verla (ver foto aquí al lado como Evidencia Nº1). Realizada con muy poco presupuesto y mucho ingenio, extremadamente deudora de otras películas (la lista de agradecimientos del director en los créditos finales es un «quién es quién» del cine más duro y violento, de Scorsese a Peckinpah, de Leone a Fulci), TRAIGANME… es un bastante pasable filme de entretenimiento que gana puntos (siguiendo la metáfora gamer) cuando adapta situaciones más que imitarlas, como por ejemplo en el uso que le da a la bombilla del mate en una escena, o la función de la policía en otra, o cuando los diálogos se vuelven más realistas… Es que homenajes literales ya se han hecho demasiados y lo que tiene para aportar Díaz es su capacidad para chilenizar el asunto.
VAMPS, de Amy Heckerling (EE.UU.) Si las dos mujeres vampiro que protagonizan esta nueva película de la directora de CLUELESS vienen de épocas distintas (una se transformó en 1840, la otra en 1992) y si muchos de los personajes están atados a sus respectovas épocas de origen, la película de Heckerling parece un producto traído al presente directamente de las comedias de los ’80, y uno está esperando en qué momento aparecerá Winona Ryder (fotos de Michael J. Fox y de Matt Dillon hay)… Winona no llega, pero sí Sigourney Weaver, como una Gran Vampiro dispuesta a seguir chupando sangre aunque la gran mayoría de la Internacional Vampírica hoy en día se ha vuelto políticamente correcta y bebe, digamos, algo parecido al Jugo de Rata. Alicia Silverstone (cuya cara no puede evitar dejar en evidencia que, en la vida real, ella sigue siendo humana y el tiempo pasa) y Krysten Ritter son las dos protagonistas en una historia sobre interacciones, romances actuales, viejos romances, los herederos de Van Helsing y un grupo de Vampiros Anónimos que es bastante llevadera, más que por la historia en sí por la forma en la que Heckerling la usa para hacer comentarios culturales sobre los cambios en Nueva York. Si bien la mayoría de ellos son, digamos, de adulto fastidioso con «las cosas que hacen los chicos hoy», en ciertos casos los apuntes son muy certeros y dan en el blanco. Eso sí, cuando uno ve que la película se filmó en el 2011 y que uno de los personaje habla de su iPad Mini -lanzado al mercado a fines de 2012- uno podría pensar si no hay algún poder extraño del futuro manejando los hilos de esta simpática (o simpáticamente berreta) comedia.
DEJENEUR CHEZ GERTRUDE STEIN, de Isabelle Prim (Francia) No me cuenten entre los seguidores de Prim ni en los interesados en su propuesta estética. Admito que hay mucha creatividad y trabajo aquí, que hay ingenio y talento en la puesta, pero este tipo de videoarte cerrado y «sólo para entendidos», con referencias inhallables y frases descontextualizadas que sólo funcionan dentro de un marco de fans de Stein y Toklas (Alice B.) me supera por lejos, no incita a mi curiosidad y me expulsa tanto como el fastidio que me terminan produciendo sus operaciones estéticas. Odio la palabra «pretencioso» (se la usa habitualmente de la peor manera), pero si hay algo que se puede parecer a eso, para mí, es esta pieza conceptual francesa. Por suerte, es sólo un mediometraje…
LAS AMIGAS, de Paulo Pécora (Argentina) Espectral y fantasmagórica, entre el cine surrealista de los años ’20, el terror a la europea (de Dreyer al giallo italiano pasando por la Hammer) y de ahí a los revulsivos freakshows de David Lynch, este mediometraje de Paulo Pécora filmado en Súper 8 se centra en un grupo de amigas/vampiras que viven en un caserón y desde allí acechan a presas propias y ajenas, transformando todo en baños de sangre y saliva. Inquietante y enigmática, por momentos complicada de seguir y en otras atrapante, LAS AMIGAS podría ser vista como una secuela o respuesta, en versión arty/experimental a MUJER LOBO, de Tamae Garateguy, que tiene a tres mujeres (acá son cuatro) entre vengativas y desquiciadas como protagonistas (y hasta comparten una actriz, Mónica Lairana, dueña de una intensidad inimitable). Un filme de horror avant-garde que decididamente no es fácil de ver (está en las antípodas estéticas del otro filme de vampiros en esta misma competencia, VAMPS), crece mucho gracias a sus sugerentes planos de la ciudad, su montaje afiebrado y una música que por momentos pone los pelos de punta. Si bien en este caso se pasó por unos minutos al mediometraje (el filme dura 35 minutos), Pécora sigue demostrando acá ser uno de los cortometrajistas más originales y creativos del país.
LUKAS THE STRANGE, de John Torres (Filipinas)
EL DIA TRAJO LA OSCURIDAD, de Martín Desalvo (Argentina)
SANTOS VS. LA TETONA MENDOZA, de Alejandro Lozano Adame (México)
SINAIS DE SERENIDADE POR COISAS SEM SENTIDO, de Sandro Aguilar (Portugal)
Que tremenda Citadel! No se a vos, pero a mi me dio muchísimo miedo… Y la incorrección política, pensé que era el único «mal pensado»…