Las dos películas de Néstor Kirchner

Las dos películas de Néstor Kirchner

por - Críticas
02 May, 2013 08:37 | comentarios

Este tipo de oportunidad se da pocas veces. O, al menos, pocas veces se puede hablar de estas cosas. Generalmente no se hacen públicas dos versiones de una misma película. Por más diferencias que haya en una producción, hay una película que sale a la luz y otra -la que se descartó por los motivos […]

nk1Este tipo de oportunidad se da pocas veces. O, al menos, pocas veces se puede hablar de estas cosas. Generalmente no se hacen públicas dos versiones de una misma película. Por más diferencias que haya en una producción, hay una película que sale a la luz y otra -la que se descartó por los motivos que fueran- que pasa al archivo o se destruye. En algunos casos las diferencias entre una versión y la siguiente son relativamente menores, no implican cambios radicales y terminan conociéndose en alguna reedición en DVD con «el otro corte».

Este es un caso muy particular. Según cuenta «la leyenda», Israel Adrián Caetano se encargó durante un buen tiempo de hacer un documental sobre Néstor Kirchner, pero a los productores no les gustó -o no les convenció- el material entregado por el realizador de BOLIVIA y decidieron llamar a otra directora, Paula de Luque, que tomó el proyecto e hizo su propia película. Lo curioso es que -más allá de cierto material de archivo, en algunos casos bastante público-, las películas tienen poquísimas cosas en común.

Vayamos punto a punto, me parece lo más claro para resumir las diferencias entre ambos.

nk2-El filme de Paula De Luque es una especie de institucional publicitario de 100 minutos sobre el kirchnerismo en el que, básicamente, se traza un link muy simplista entre «los sueños de la generación del ’70» y el kirchnerismo. Hay poco, muy poco, en el medio. La película de Caetano, en tanto, casi no menciona los ’70 y dedica casi la mitad de su metraje a hablar de la etapa Santa Cruz de Kirchner, con mucho material de archivo muy poco visto de su época de candidato, intendente y gobernador de esa provincia.

-La película estrenada tiene un uso y abuso de la música, que tapa y cubre casi todos los momentos en los que no hay discursos. Tanto en las entrevistas como sobre mucho material de archivo hay una buena cantidad de composiciones de Gustavo Santaolalla y una en especial -no sé si es también de Gustavo- en la que un insistente violín agota la paciencia de cualquiera. Si bien la versión de Caetano que está circulando no es la versión definitiva -eso se dice-, la música está usada de una manera muchísimo más discreta y de bajo perfil. Casi no subraya nada, salvo alguna canción que sobra al final.

-La película estrenada tiene decenas de entrevistas a cámara. La descartada, ninguna.

nk4-Los entrevistados en la versión de Paula De Luque (PDL) son la madre de Néstor, la madre de Cristina, Alicia Kirchner y Máximo Kirchner (que abre y cierra el filme), entre otras figuras públicas, además de varias personas cuya vida cambió al ser ayudados por NK a salir de sus penurias económicas. Nada de esto hay en la versión de Caetano (IAC).

-La película estrenada tiene varios discursos de Cristina Fernández de Kirchner. La descartada, casi nada, alguno en off como mucho.

-La película de Caetano no tiene escenas filmadas para la ocasión. Ninguna. Es todo archivo más algunos textos en pantalla. La de PDL tiene una larga cantidad de escenas con «la gente común» antes citada (no sólo en las entrevistas, sino mirando a cámara o al cielo), además de muchas pequeñas secuencias en la que se muestra, como en un clip de campaña, a gente trabajando, amasando pan, limpiando frutas, etc, etc. La ecuación es simple: al durar unos 100 minutos ambas, la película de PDL cubre con estas entrevistas y escenas filmadas, el hecho de no tener casi nada de Santa Cruz ni de las elecciones.

-La relación entre NK y Menem, que va del apoyo al enfrentamiento, está detallada en la película de Caetano, presentando un leve -pero, en este contexto, importante- síntoma de cambio y contradicción en la carrera política de Kirchner. En la película de PDL, Menem prácticamente no existe.

-La película de PDL apela constantemente a la emoción. Por un lado, haciendo que los familiares y amigos cuenten historias sobre Kirchner y lo recuerden. Por otro, con los testimonios del tipo «yo no tenía trabajo y gracias a Néstor ahora lo tengo». La película de Caetano es, en ese sentido, un reporte seco y duro, mucho más interesado en la política real y no tanto en la, digamos, «simbólica».

nk5-Todos tocan los «grandes temas» de las presidencias de Néstor y Cristina, como el duro discurso en el Colegio Militar (en el caso de IAC solo se ve un plano de los militares, en el de PDL a plano y contraplano con Kirchner), la bajada de los cuadros de Videla y Galtieri, la visita de Bush a Mar del Plata, el discurso en la ONU (en la película de PDL ambos hechos están montados entre sí), el conflicto con el campo y la Ley de Medios (desarrollada de manera muy distinta en cada caso), entre otros. Llama la atención de que en el de PDL no está la Ley de Matrimonio Igualitario mientras que en el de IAC tiene un largo desarrollo, incluyendo el choque de Kirchner con la Iglesia, que en la de PDL no aparece.

-La película de PDL tiene una cronología más clara, mientras que la de IAC va y viene en el tiempo de manera más, si se quiere, caprichosa.

-En la película de IAC casi todas las voces en off son discursos -y alguna que otra vieja entrevista- de Kirchner. En el de PDL el material de NK es solo una parte del tapiz de voces que se escuchan durante el filme.

-La película de IAC tiene a Florencia Kirchner en su equipo de producción. En las entrevistas de la película de PDL, llamativamente, el que habla varias veces en Máximo Kirchner. Florencia no aparece nunca.

Esos son algunos de los puntos que fui anotando mientras veía las películas y me pareció que lo mejor era dejarlos así, como impresiones en vivo ante cada filme. Si uno observa cada película como un todo, queda claro que la película de Caetano tiene una marca autoral mucho más fuerte, aún eligiendo tomar más distancia con el material. Es que esa es la decisión autoral: la de pensar una película en términos cinematográficos, tener una idea de qué es lo que se quiere hacer y cómo hacerlo. Es cierto que por momentos -no sé si es por la versión que circula- parece un boceto de trabajo sin terminar, como crudo y algo tosco, pero no me extrañaría tampoco que Caetano haya buscado ese efecto medio «home-video» que tiene la película gracias también a la baja calidad de los archivos. En ese sentido podría parecerse un poco a la película chilena NO, de Pablo Larraín.

nk3La película estrenada, me da la sensación, está más armada por comité, como si un grupo de personas decidiera qué es lo que una película sobre Kirchner tiene que tener y decidiera ponerlo sin demasiado criterio más que el de acumulación. Esa falta de criterio autoral está reemplazada por uno al que podríamos llamar de prolijidad publicitaria: toda escena tiene como eje vender una idea de una manera tradicionalmente ligada a los spots de campaña o a los institucionales, sin más rigor que la búsqueda de efecto.

Uno podría decir que Caetano hizo una película sobre Kirchner mientras que De Luque hizo una sobre el kirchnerismo. Ver ambas sirve, además, para analizar las diferencias entre formas de enfrentarse a un problema cinematográfico. En un caso, dejando que el material hable y editorializando, si se quiere, a partir del proceso de selección de ese material. En el otro, es el montaje (y las escenas adosadas) las que priman por sobre todo lo demás y las que, claramente, editorializan. No es que no haya montaje ni concepto editorial en el documental de IAC, pero si lo hay es más discreto. Es el propio material crudo el que determina la mayor parte de las veces el efecto de cada escena. Lo mismo sucede con el uso de la música.

Uno puede entender por qué la película de Caetano fue rechazada: le falta ese ritmo televisivo y rimbombante que tiene la segunda versión. Los discursos son muy largos, el material es muy crudo (hay algunas imágenes que casi no se ven y discursos que se cortan todo el tiempo) y no logra el efecto emocional directo sobre el espectador. Es, por ponerlo de un modo, una película casi punk: fea, tosca, brusca, más cercana al cine político de los ’70 que otra cosa. La versión 2.0 le saca al material todas las zonas ríspidas y lo convierte en un programa del canal 7.

Obviamente que para un espectador anti-kirchnerista ambas películas serán difíciles de tragar y es posible que para un ultra-kirchnerista ambas sean fascinantes, ya que ninguna hace cuestionamientos sobre la figura del ex presidente. Pero en lo que respecta a la forma cinematográfica -el tema que me interesa acá- la de Caetano es claramente la más interesante. No sólo por la cantidad de material de archivo raro que tiene si no por que intenta ser una película política y no una sobre políticos.