«La cacería», de Thomas Vinterberg: acusado y condenado
A muchos nos sorprendió cuando lo anunciaron para la competencia del Festival de Cannes 2012, ya que hace rato que Thomas Vinterberg no hacía películas interesantes. Pero se ve que a falta de Lars Von Trier, en el festival necesitaban un danés polémico y encontraron que el muchacho de LA CELEBRACION tenía una película pasable y potencialmente, […]
A muchos nos sorprendió cuando lo anunciaron para la competencia del Festival de Cannes 2012, ya que hace rato que Thomas Vinterberg no hacía películas interesantes. Pero se ve que a falta de Lars Von Trier, en el festival necesitaban un danés polémico y encontraron que el muchacho de LA CELEBRACION tenía una película pasable y potencialmente, sí, polémica. Al menos, por su tema.
Al filme en sí se lo puede calificar de «aceptable», y seguramente se seguirá hablando de él (es de esas películas potencialmente Oscarizables y que parecen americanas sin serlo) por su historia de un hombre acusado por niños de jardín de infantes de abuso sexual. Es una historia que no es novedosa, aunque su planteo lo es, ya que toma el punto de vista del acusado y pone en juicio severo las acusaciones de los niños. Pero, claro, jamás los coloca en el lugar de «villanos». Esos son sus padres que, excedidos por sus temores respecto a sus hijos, acusan y condenan a un hombre sin darle casi oportunidad de defenderse, aún siendo muchos de ellos amigos suyos.
La película intenta poner los nervios de punta al espectador, al estilo Hitchcock, ya que la acusación en apariencia injusta (la película deja hasta el final abierta una pequeña puerta a la duda) va creciendo y creciendo, envolviendo a un hombre inocente más y más hasta no dejarle salida, y haciéndolo cometer actos igualmente dudosos. Hay algo potencialmente molesto en ese suspenso artificialmente creado, ya que juega con emociones y actitudes de niños muy pequeños, y el filme está todo el tiempo al borde de caer en la manipulación emocional grosera.
La película en sí no creará polémica -no es ese tipo de filme, ni busca crearlas a la manera de Lars-, salvo entre los que piensen que deja abierta la posibilidad de que muchos casos de abuso sean en realidad inventos de las víctimas. Si para algo servirá será para traer de nuevo al mapa del cine mundial al irregular Thomas Vinterberg. Ojalá sea el comienzo de una mejor etapa en su carrera.
(Versión ampliada de la crítica publicada originalmente aquí durante el Festival de Cannes 2012)
Yo ceo que el valor del planteo està en que precisamente todo hecho delictivo o perverso es proclive a ser dificilmente comprobable.Y que la condena social esta atravesada por muchas ansiedades y contagios que a veces tienen muy poco de racional y mucho de desplazamiento.Tengo la sensaciòn que Vinterberg no quiso colocar una duda sobre la inoencia del personaje y que el final -que parecia todo lo feliz que era posible- se despacha con una situaciòn en que la tortura de este personaje parece que no tendrà fin.
Entiendo que criaturas tan pequeñas esten probablemente cuestionadas y funcionales al suspenso de la trama, es algo dificil de aceptar como recurso genuino. Pero en los tiempos que corren las varas de la tolerancia van descendiendo de a poco y no se si para bien o para mal.
Por otra parte me pregunto.¿existen relatos atrapantes y de suspenso efectivo que no manipulen emocionalmente un poco al espectador?
Entiendo la manipulación existente en los relatos de suspenso, pero cuando se manipula con niños de por medio, cuando se especula dramáticamente con el hecho de si se abusó o no sexualmente de un chico, es una manipulación al borde de lo morboso, para mí gusto. Me parece que es un golpe bajo a los espectadores. Aquí está ahí, al borde todo el tiempo de caer en eso. Me imagino que el propio rodaje de algunas escenas, con la nena, puede haber sido un poco complicado…
Para el que vivió algo semejante es una réplica del sentimiento que alguna vez experimentó, y que, al juzgar por la angustia que deja al ver la película, no se logra superar jamás. Pero yendo a la película, no abusa de ninguna manera al manipular al espectador; a veces es necesario involucrarse en cuerpo y alma, porque los desinteresados, los apáticos, dan miedo.
Una vuelta de tuerca para un tema recurrente tanto en el cine como en la literatura. La cacería está impregnada de realidades, una de ellas: los niños mienten y suelen ser perversos. Los adultos permitimos que miren nuestro mundo a través de una ventana que en muchas ocasiones dejamos completamente abierta, sin pensar que a través de ella se manipula y se generan valores y un lenguaje adulto: la televisión.
Algo de eso hay, pero también es cierto que la niña se acerca a él y se confunde emocionalmente un poco por lo que sucede en su casa, con sus padres. Y la reacción de sus padres contra él casi que parece una forma de tapar o patear para afuera (echándole la culpa a él) sus propios problemas.
Recuerdo ahora que cuando estaba viendo la pelìcula , en las escenas màs jugadas con la criatura,pensaba como habrìa sido la preparaciòn y la contenciòn de la nena, còmo el director se habrà visto en figurillas para reolverlo.Tuve la sensacion-o el deseo?- de que los cuidados fueron hechos.
Son muy interesantes los comentarios de Victoria y Gloria, cada cual desde los suyo, por lo que creo que la pelicula es lo suficientemente movilizadora.
creo que es impecable hasta el final, no quiero entrar en detalles por los que no la vieron, pero como se llega a esa situacion de la ultima escena y quien es el que continua «la caceria»
gracias por contar parte del final de la película