
Más allá de los récords de taquilla
Este fin de semana MONSTERS UNIVERSITY llevó 790.045 espectadores a los cines argentinos y se transformó en el estreno más taquillero de la historia, récord que ostentaba LOS SIMPSONS: LA PELICULA, estrenada en las vacaciones de invierno de 2007 y que llevó, entonces, 769 mil espectadores de jueves a domingo. En cierto sentido, las cifras […]
Este fin de semana MONSTERS UNIVERSITY llevó 790.045 espectadores a los cines argentinos y se transformó en el estreno más taquillero de la historia, récord que ostentaba LOS SIMPSONS: LA PELICULA, estrenada en las vacaciones de invierno de 2007 y que llevó, entonces, 769 mil espectadores de jueves a domingo. En cierto sentido, las cifras son equiparables: en ambos casos fueron cuatro días y si bien el fin de semana de MONSTERS UNIVERSITY coincidió con un feriado largo, para buena parte de los chicos en edad escolar que vieron ese fin de semana LOS SIMPSON, las vacaciones de invierno funcionan como un largo feriado.
Pero hay un dato relevante que no puede quedar afuera de la ecuación: LOS SIMPSONS llevaron esa cantidad de espectadores en 172 salas mientras que MU lo hizo en… 315. Así, la cifra puede leerse de una manera diferente: nadie le quita el récord, obviamente, pero está muy lejos de acercarse a aquella película en lo que respecta al promedio de espectadores por pantalla. De cualquier modo, y como las cifras de espectadores son datos que deben leerse en función del contexto, lo que me interesa aquí no es analizar quién le ganó a quién sino entender algo más complejo respecto al mercado cinematográfico argentino.
Si uno amplía la vista por fuera del éxito de MONSTERS UNIVERSITY se dará cuenta que, paralelamente, son (o siguen siendo) bastante exitosas otras películas como GUERRA MUNDIAL Z (371 mil espectadores en 239 salas), EL HOMBRE DE ACERO (178 mil en 224 salas, en su segundo fin de semana) y RAPIDOS Y FURIOSOS 6 (109 mil en 123, con un sorprendente total de ya más de 2 millones). Son cuatro películas con más de 100 mil espectadores en cuatro días y con más de 100 pantallas cada una.
Hagamos cuentas más generales: del 1,6 millón de personas que fueron al cine este fin de semana (una cifra altísima, por lejos la más alta de todo el año), aproximadamente 1.450.000 fueron a ver esas 4 películas más taquilleras. ¿Porcentaje? Alrededor del 90% del total. Es decir, de la «torta» de películas en la cartelera, apenas 150 mil personas vieron alguna película que no sea una de esas cuatro. Entre las 20 primeras no hay ninguna argentina. Tan concentrado está el mercado en esas cuatro películas (cinco, si suman QUE PASO AYER 3, que hizo 68 mil espectadores y ocupa otras 86 salas) que la muy buena película alemana BARBARA, de Cristian Petzold, logró quedar en el noveno lugar con sus 6.700 espectadores en ocho salas y, aún más sorprendente, LA CACERIA entró décima con 3.100, cifras que normalmente la dejarían en los últimos puestos del Top 20.
La celebración de los récords de taquilla y de la gran concurrencia del público a las salas no puede dejar de lado este ángulo: cada vez va más gente a ver las mismas tres o cuatro películas. No hay casi diversidad de estrenos, cientos de películas no llegan nunca a las salas comerciales y no parece haber límite para la cantidad de salas en las que una película puede darse. Las cinco primeras películas de la cartelera se exhibieron este fin de semana en 987 pantallas mientras que todas las películas ubicadas entre los puestos 6 y 20 se exhibieron en 167. ¿Promedios? Unas 200 pantallas por película para las 5 primeras, unas 11 pantallas promedio para las demás. Y no estoy contando siquiera las que están afuera del Top 20, ya que el promedio bajaría hasta lo ridículo.
A esto hay que sumar el dato de que seguramente en el curso del fin de semana más y más pantallas fueron cambiando su programación hacia las películas más taquilleras, a costa de las más chicas, menos favorecidas o no tan exitosas, que seguramente perdieron «vueltas» en las multisalas (las darían en uno o dos horarios solamente) o fueron barridas por completo. Se ha discutido hasta el hartazgo las limitaciones que deberían existir para la cantidad de pantallas que llevan los grandes tanques de taquilla, pero pese a que el gobierno se llena la boca hablando de industria nacional y de proteccionismo, en lo concreto nada parece hacerse en relación a cuidar la diversidad cultural y muy poco en lo que respecta al costado de exhibición del cine nacional, completamente desatendido por las autoridades, pese a que existen medidas al respecto que no parecen aplicarse.
Hace unos días y en relación al estreno de METEGOL, Juan José Campanella puso el «dedo en la llaga» al criticar la negativa del Disney Channel a aceptar publicidad de su película, estrenada por UIP y competidora de los títulos animados de esa compañía. Si bien no estoy del todo seguro de lo aplicable de su queja (no sé si el Disney Channel, por ejemplo, pone publicidad de las películas animadas de DreamWorks o de Fox, por ejemplo, del mismo modo en que Canal 13 no pone publicidades de Telefé o Canal 9 en su programación), sí creo que lo que marca Campanella es aplicable al INCAA y a la protección de los estrenos nacionales. Si bien METEGOL es una película grande y multinacional que se defenderá seguramente bien sola, no cabe duda que tendrá que pelear salas con esta andanada de títulos animados y de superhéroes de Hollywood, más los que vienen las próximas semanas.
El problema, de cualquier modo, está más allá de METEGOL. Podemos celebrar que se estrenen y que tengan éxito películas como BARBARA, TABU y EN OTRO PAIS (por citar tres módicos sucesos recientes, que totalizarán entre 15 y 20 mil espectadores en total), pero no hay dudas que esta clase de títulos que antes eran la norma casi semanal en la cartelera nacional son hoy la excepción a la regla y -en estos tres casos- tienen más que ver con la decisión personal de un distribuidor «cabeza dura» que sale a pelearla a lo David frente a Goliat, estrenando cuando le permiten, le dejan salas o se acuerdan que existen otras películas que no son secuelas ni precuelas ni tienen de protagonista a Brad Pitt. Me pregunto ahora, por ejemplo, si ANTES DE LA MEDIANOCHE se estrenará este jueves en todas las salas en la que estaba planeada o los exhibidores querrán tener por más tiempo a MONSTERS UNIVERSITY circulando por casi todas sus pantallas.
Películas taquilleras y récords de espectadores pueden ser una señal de salud en la industria cinematográfica, una que indica que «el paciente cine» todavía está vivo y respira. El problema es que muchos otros síntomas temibles aparecen por otros lados.
La realidad que los cines facturaron 60 millones de pesos en entradas en cuatro dias de los cuales el INCAA se lleva 6 millones y ese dinero podria invertirlo en digitalizar(mediante la subvencion) todas las salas del pais y generar circuitos alternativos.
¿La facturación del INCAA es, entonces, el motivo por el que no se actúa sobre la exhibición? Digo, se podría pensar que si se controla la cantidad de copias de las películas grandes se pierde plata. Pero ese no debería ser el criterio, especialmente con un gobierno que dice defender otra cosa. Tu propuesta es adecuada: debería usarse esa plata (ganada al costo de no poner restricciones) para cosas como la generación/digitalización de salas alternativas, o algo que tenga que ver específicamente con la exhibición de cine argentino y no con seguir produciendo por producir. No sé si subvencionar la digitalización de las grandes cadenas (calculo que eso podrán hacerlo por su cuenta), pero sí de las salas más chicas o independientes.
Diego: ¿que crees que hay que hacer ante esto? ¿No crees que sucede lo mismo que sucede hoy por hoy con la música?
Músicos Pop Supertaquilleros (Adele, Rolling Stones, One Direction, U2, Sabina) y una larga cola de miles de bandas independientes (M. Ward, James Ferraro, Death Grips, 107 Faunos, The National, etc. etc. etc. hacia el infinito)
Quizás haya que dejar de pensar que Ho Sang Soo y Nolan puedan convivir en la misma sala. El público no es el mismo y quizás nunca mas lo vaya a ser salvo contadas excepciones.
Es hora mas que nunca de pequeñas salas de art house como funcionan en Europa. Y cuando digo pequeñas no digo una sala con 400 butacas. Digo una con 40, 50 butacas. Un cafe – restaurant delante que ayuden con los costos. Lo he visto en ciudades de 20.000 habitantes, no solo en grandes capitales.
El cine ya paso su edad de oro pop. Ahora son miles los caminos del cine contemporáneo.
No sé, estoy pensando en voz alta, pero creo que la cosa va por ahi.
saludos
gran post
Gracias.
Lo de las salas es un sueño imposible del que se viene hablando desde hace décadas. Parece que el Arteplex Belgrano está funcionando bien, pero es un barrio poco cómodo para los que no son de esa zona (aunque esa es la zona con mayor poder de consumo). El problema, para mí, es que aquí el público tanto para la música como para el cine «independiente» no es lo suficientemente grande como para solventar un circuito de estrenos/exhibición/shows alternativo. El gasto es alto y el público es limitado. Y si encima le ponés que es un tipo de público que, en muchos casos, consume todo gratis por internet, es aún más difícil. Creo que lo único que sigue sobreviviendo son los shows de bandas chicas en lugares chicos. Eso no se puede todavía reproducir por internet, je! Pero con el cine es más complicado…
Saludos
Entiendo lo de las salas. Pero creo que nadie les encontro las vueltas a las salas art houses de por acá. Siguen con una lógica muy tradicional- no la programación, los espacios-.
No veo porque no se puedan generar espacios de cine arte Hipsters Palermitanos – mix simil/Starbucks, mas sala de cine, mas venta de Cd-Dvd -. Leo esto y me quiero matar de estar escribiéndolo , pero me da la sensación de que la nueva forma de generar espacios de consumo de cine va por allí.
Y nadie lo ha visto aún.
Creeme, sí lo vieron: hicieron números y nos les debe haber cerrado. A mí me parece perfecta esa idea (café, librería): un cine, digamos hipster Palermo, etc, pero no deben dar los números. Alguien me dijo que hay un tema «edilicio» complicado en Palermo, pero no sé bien qué es. De hecho, iban a hacer unas multisalas alternativas ahí en Godoy Cruz, pero nunca pasó nada… Misterio!
El 90% de los espectadores fueron a ver las 4 películas que concentran el 90% de las salas. Este es un fenómeno mundial y habría que tenerlo en cuenta cuando se hacen los balances de fin de año del cine nacional y algunos se indignan por la baja participación y dicen que sucede porque el cine nacional es malo o se pelea con el público. Aunque hay muchas cosas que criticar los datos de esta nota dejan muy claro que ahora las salas comerciales son sólo para cierto cine. Hace una década Bolivia llevaba 80mil espectadores y nos quejabamos de las 180 salas para las secuelas de Matrix. Las salas alternativas y el estreno online son las posibles opciones viables, las cifras de Ultracine (que no cuentan espacios Incaa o cineclubes) a esta altura sólo importan para la lucha de tanques contra megatanques.
el post es excelente, y los intercambios lerer-roberti, mas jugosos aun… la distribucion es el gran tema de estos tiempos…
A todo esto, en que quedo lo del » Bafici todo el anio » y eso de que » cambiamos del Abasto al V.Recoleta porque se comprometieron a exhibir cine independiente en el resto del anio, y bla, bla , la » ????
Lo del BAFICI todo el año es como la propuesta de hacerlo independiente del gobierno municipal de turno: nunca se va a concretar porque a los funcionarios no les interesa. Quieren el beneficio político y el cultural del «momento» BAFICI. Si lo hace otro, eso se pierde. Si se diluye en el año, también…
clarisimo