Estrenos: «Paraíso: Amor», de Ulrich Seidl y «La chispa de la vida», de Alex de la Iglesia
Se estrenan el jueves 26 de diciembre dos películas que ya fueron reseñadas aquí en oportunidad de sus respectivos estrenos mundiales en festivales internacionales. Por un lado, PARAISO: AMOR, del austríaco Ulrich Seidl, primera parte de la trilogía PARADISE, presentada en competencia en Cannes 2012. Y, por otro, LA CHISPA DE LA VIDA, película del […]
Se estrenan el jueves 26 de diciembre dos películas que ya fueron reseñadas aquí en oportunidad de sus respectivos estrenos mundiales en festivales internacionales. Por un lado, PARAISO: AMOR, del austríaco Ulrich Seidl, primera parte de la trilogía PARADISE, presentada en competencia en Cannes 2012. Y, por otro, LA CHISPA DE LA VIDA, película del español Alex de la Iglesia, presentada fuera de concurso en el Festival de Berlín 2012, película anterior a la recientemente estrenada LAS BRUJAS.
Aquí abajo les dejo versiones ligeramente extendidas y modificadas de las críticas de ambas películas publicadas en su momento.
PARADISE: LOVE, de Ulrich Seidl. Nunca fui fanático del cine de Seidl. Las películas que vi suyas tienden siempre a irritarme, a fastidiarme, me genera la sensación de ser alguien descarnado y cruel que somete a sus actores/personajes a situaciones de crueldad y exposición innecesarias, que los ridiculiza para nuestro perverso placer como espectadores, para que nos permitamos sentirnos superiores a esas decadentes criaturas.
DOG DAYS me irritó al punto tal que estuve a punto de irme de la sala, si se quiere, a modo de protesta (algo que nunca hice en mi vida). IMPORT/EXPORT me pareció más lograda y compleja, dentro de un esquema relativamente similar. Por eso la sorpresa de PARADISE: LOVE, que empieza como un típico filme de Seidl (planos frontales y secos de gente patética o enferma o con problemas), pero luego va volviéndose más ambigua. Temáticamente es muy simple (mujer de 50 sola viaja a Africa en plan turismo sexual, pero allí se da cuenta que en realidad lo que busca es otra cosa), pero lo que Seidl hace esta vez es transmitir cierta empatía por este personaje, nos permite ponernos en su lugar y no tomarla como un chiste fácil para la satisfacción del espectador que jamás haría, supone, algo tan absurdo como irse de turista sexual a Africa.
El filme es excesivamente largo y por momentos reiterativo, pero ya el hecho de que esté protagonizado por seres humanos le suma algunos puntos. Entre esta película y AMOUR, de Michael Haneke (también en competencia en Cannes), además de las obvias conexiones de sus respectivos títulos, habrá que pensar que algo raro está pasando en Austria. Tal vez todo lo humano no les sea tan lejano y puedan conectarse, aunque sea un poco, con el sufrimiento ajeno…
LA CHISPA DE LA VIDA, de Alex de la Iglesia. El que, a esta altura, te garantiza algo parecido a una tortura cinematográfica es el cineasta antes conocido como Alex de la Iglesia. Calculo que su paso por la Academia de Cine le habrá producido algún tipo de daño cerebral profundo porque de otra manera no se explica el bajón enorme de su carrera. Si bien ya hace rato que no hacía grandes películas (¿desde LA COMUNIDAD, que tampoco es la gran cosa?), con LA CHISPA DE LA VIDA llega a un nivel de berretada inesperado, porque la película está mal en cosas que uno da por sentado que el realizador puede hacer bien: cierto sentido del ritmo, actuaciones intensas. Acá ni siquiera está eso.
El filme un tontera que quiere denunciar las miserias de las cadenas televisivas y de la gente que le entrega su vida a ellas y que termina explotando esas mismas miserias que supone denunciar. En este caso, todo empieza a partir de un accidente freak que le ocurre a un hombre sin trabajo en un lugar público que, parece, no sólo convoca a los medios de todo el mundo sino que hace que los diarios se editen a las 11 de la noche cuando la supuesta “gran noticia” está en pleno desarrollo. La odiosa película de los payasos era insoportable, pero al menos era personal y tenía sangre. Esta, ni eso, es tan calculada como el accidente del José Mota que protagoniza este esperpento…
Y, por favor, ya no pongan más titulares de diarios con punto final en las películas. No existen, nadie lo hace, presten atención un segundo nada más. No es tan difícil…