Estreno online: «The Square», de Jehane Noujaim

Nominada el jueves al Oscar a mejor documental THE SQUARE es un sólido reporte cinematográfico sobre la complicada situación política de Egipto de los últimos años. El filme de la directora nacida en Egipto y radicada en Estados Unidos, Jehane Noujaim (CONTROL ROOM, STARTUP.COM), se centra en la plaza Tahrir y en las distintas y cambiantes manifestaciones que fueron alterando la vida política en ese país. Y lo hace, como dispone la tradición del documental norteamericano, centrándose en un grupo de gente que tuvo importantes participaciones en distintos momentos de las revueltas.

Resumiendo una larga historia política, Egipto fue gobernada con mano dura durante varias décadas por la dictadura comandada por Hosni Mubarak. En 2011, en plena ebullición de la primavera árabe, la gente comenzó a salir a la calle y a juntarse en la plaza para exigir la caída del régimen, lo que se logró luego de algunas vueltas y represiones. En esa primera plaza se mezclaron personas de todos los partidos y clases sociales, religiosos y no religiosos, en un reclamo de décadas que logró sus resultados.

Pero el asunto no terminó ahí ni siguió del todo bien. El llamado a elecciones culminó con el triunfo de la Hermandad Musulmana y el presidente electo Mohamed Mursi, terminó siendo igual o aún peor que su antecesor. Pronto la gente volvió a salir a la plaza a pedir su salida, aunque esta vez ya con peleas internas y colores partidarios y/o religiosos separados. Para el final del filme (que está fechado meses atrás, pero la situación sigue igual hoy) habían logrado destituir a este nuevo régimen y actualmente hay un gobierno militar a cargo.

El filme va dejando que las distintas situaciones políticas se desarrollen y evolucionen naturalmente. Muchos espectadores sabrán de entrada lo que sucedió allí estos últimos años y la directora lo sabe, por lo cual prefiere centrarse en historias de vida ligadas a esta casi permanente situación «revolucionaria» egipcia, una forma de protesta/reclamo público que es muy habitual para los argentinos pero que significó un cambio radical en la forma de entender la política en ese país.

Los principales protagonistas son Ahmed, un joven humilde que se convirtió en un excelente orador público capaz de movilizar a la gente en sus reclamos; Magdy, un militante de la Hermandad Musulmana al que los problemas posteriores entre facciones pondrán entre la espada y la pared, y Khalid, un actor egipcio conocido que se volvió portavoz del movimiento, en especial hacia el exterior por su excelente manejo del inglés y su larga militancia familiar por los derechos humanos en ese país. Hay otros protagonistas secundarios de la película: un cantante popular que se volvió «el poeta» de la revolución, una joven cineasta y las distintas personas (familiares, especialmente) relacionadas con los protagonistas.

El formato del filme no se sale de las convenciones del «reportaje» filmado, pero Noujaim logra imprimirle nervio e intensidad a todo el relato, en especial en las escenas filmadas con diversas cámaras en las distintas épocas de la «plaza»: en las discusiones intensas, los enfrentamientos y la violencia que signaron cada una de las épocas y las conquistas allí logradas (o no). Los personajes son claros al hablar de lo inédito que es en Egipto que la gente salga a la calle a reclamar lo suyo y que logre lo que se propone. Lo que entra un poco en duda -acaso visto desde un país como el nuestro, excesivamente afecto a los reclamos callejeros- es la comprensión del sistema político por parte de esos mismos manifestantes, que pasan de pedir por la caída de un régimen militar y luego lo hacen con uno democrático, por más «falso» que este fuera. Y así…

Lo más interesante de THE SQUARE es su propia factura «en vivo». No se trata de una película hecha desde hoy que recupera imágenes del pasado reciente. Noujaim empezó a filmarla con los primeros destellos de la Primavera Arabe y la realidad política le fue armando el guión a su paso, imponiéndole sus dobleces, sus grises, sus contradicciones. En ese sentido, hay algo esencialmente periodístico que transmite el filme: la realidad va cambiando permanentemente la lógica de las situaciones y es la edición final, en un sentido, la que la organiza temporalmente, la que permite generar una serie de reflexiones que, de haber sucedido las cosas de otra manera, podrían hasta ser muy distintas. Más optimistas, si se quiere…

Pese al tono militante del filme, es interesante observar cómo la película por momentos parece contradecirse a sí misma, casi dejando en evidencia lo complicado que puede resultar vivir en un país cuya lógica política es tan cambiante que hace que los que comparten la plaza en un momento en un par de semanas se conviertan en enemigos. No es algo que uno no conozca, claro. Y viendo THE SQUARE es inevitable pensar en las similitudes con algunos momentos álgidos de la política argentina.

(La película se puede ver en Netflix a partir del 17 de enero)