Cannes 2014: «Next to Her», «Queen & Country», «Titli»

Cannes 2014: «Next to Her», «Queen & Country», «Titli»

por - Críticas
30 May, 2014 09:07 | Sin comentarios

Todos los festivales, inclusive Cannes, tienen una enorme cantidad de películas que no pasarán a la historia pero a las que tampoco se puede acusar de ser realmente malas, impresentables ni uno se pregunta qué es lo que hacen ahí. El bloque de películas de secciones paralelas que reseño aquí, con sus diferencias, reflejan ese […]

next to herTodos los festivales, inclusive Cannes, tienen una enorme cantidad de películas que no pasarán a la historia pero a las que tampoco se puede acusar de ser realmente malas, impresentables ni uno se pregunta qué es lo que hacen ahí. El bloque de películas de secciones paralelas que reseño aquí, con sus diferencias, reflejan ese tipo de títulos de los que pocos hablan en los cafés, que no despiertan demasiadas pasiones (más allá de algún ocasional fanático o detractor) y que muy probablemente no pasen a la historia. Son películas muy distintas entre sí y hay algunas más recomendables que otras, pero lo cierto es que demuestran que no solo los festivales chicos tienen esas películas que algunos críticos y/o espectadores consideran como «de relleno». En un sentido, todos los tienen.

 

NEXT TO HER, de Asaf Korman (Quincena de Realizadores)

nextoherRepresentante de la amplia delegación israelí en Cannes (cuatro largos, como la Argentina), la película de Korman se centra en Chelli, una mujer que cuida a su hermana, Gabbi, que sufre de una severa discapacidad mental. Chelli trabaja de empleada de seguridad en una institución y su hermana se queda en la casa, muchas veces golpeándose la cabeza contra el piso o sentada con la mirada perdida. A veces, Chelli la lleva a un centro de discapacitados y luego la pasa a buscar. El conflicto aparece cuando empieza una relación con un profesor de educación física y él debe acostumbrarse a la presencia y a los comportamientos de Gabbi.

Korman toma algunas decisiones formales radicales pero interesantes: la película, oscura, muy pocas veces sale de la casa caótica en la que ambas habitan, y tampoco se esfuerza por hacer de Chelli un modelo de hermana devota. Ella se ocupa más por resignación, hábito (codependencia) que por otra cosa, o al menos eso parece al principio. La madre parece ausente y el dinero no le da para otros planes. Tampoco es común la manera en la que el novio se conecta con Gabbi, lo cual no podrá evitar los conflictos que marcarán la segunda parte del filme.

Es un filme de tono bajo, sincero, que jamás busca la explotación, el escándalo o la crueldad a la que siempre pueden caer este tipo de filmes, pero tampoco va por el lado del banal sentimentalismo. Un muy buen elenco en una película que cuesta ver, pero que va creciendo con el tiempo ya que se la siente verdadera, humana y creíble.

 

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QUEEN AND COUNTRY, de John Boorman (Quincena de Realizadores)

queenandcountryNo hay duda que Boorman es uno de los grandes realizadores del cine de los últimos 50 años. Solo basta repasar algunos títulos: A QUEMARROPA, INFIERNO EN EL PACIFICO, LA VIOLENCIA ESTA EN NOSOTROS, EXCALIBUR, LA ESPERANZA Y LA GLORIA y hasta la muy buena EL SASTRE DE PANAMA, ya en este siglo. A la vez, claro, tiene otros tantos títulos bastante más flojos. A los 81 años retomó la historia de su infancia que ya contó en HOPE AND GLORY unos años después de los sucesos de aquella película que transcurría durante su niñez en la Segunda Guerra Mundial. Aquí estamos en los años ’50 y él ya tiene 18 años y va a hacer la conscripción durante la Guerra de Corea. Pero si bien es inteligente, no es del todo apto para el combate y termina quedándose en las barracas militares como instructor. Allí se hace amigo de otro joven en similar situación y aún más proclive a entrar en problemas con las autoridades.

La película contará las desventuras de estos dos amigos en la «colimba», enfrentándose a los superiores, conociendo una chica de la que se enamora, enfrentándose entre sí. Son episodios nostálgicos y livianos que intentan ser simpáticos pero que están narrados en un tono de comedia de enredos de los ’50 que, si bien causaban muchas risas en la sala en la que vi el filme, a mí me dejaron completamente helado. Es una época que varias veces ha retratado el británico Terence Davies con un tono melancólico y elegante. Aquí, Boorman hace el juego casi de filmarla como en la época en la que transcurren los acontecimientos (solo basta prestar atención al estilo de actuación) y no le sale del todo bien, más allá de algunos ocasionales momentos. Una pena…

 

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TITLI, de Kanu Behl (Un Certain Regard)

titliEste thriller indio promete de entrada con su historia acerca de tres hermanos que viven en un barrio pesado de Mumbai y se dedican al crimen. Sin embargo, el menor tiene otros sueños: junta plata para comprar un garage de un shopping que se está construyendo y volverse un empresario «legal», pero le falta dinero. Un robo de auto –el modus operandi típico de la banda– le sale mal y son detenidos. En la cárcel a Titli le roban todo su dinero (lo tenía consigo, el plan era irse directamente) y luego deben pagar coimas para salir lo que los meten aún en más deudas. Para el hermano mayor, el más violento, la solución es casarlo a Titli, pero el plan sale muy mal. Ni Neelu, la chica, es lo que esperan (tiene sus propios trucos) ni el dinero de la otra familia ayuda. Ambos, sin embargo, tienen pensada una posible solución al entuerto.

La película es breve para los parámetros de la India –donde los filmes suelen durar cuatro o más horas– pero igualmente acumula vueltas y vueltas narrativas al punto que resultan excesivas. No sólo por su cantidad, sino por la manera improbable en la que se concatenan, siempre poniendo al cada vez más torturado Titli a tomar una decisión clave entre una y otra cosa. El filme tendrá más escenas de violencia y más complicaciones hasta sacar a la luz casi todas las miserias de los personajes que rodean a esta joven y conflictuada pareja.

TITLI tiene grandes momentos (la pintura del submundo criminal de poca monta de Mumbai es notable) y muy buenas escenas de tensión familiar en un estilo casi del Hollywood de los ’70 para narrar la vida de pandillas criminales (alguien la comparó con el cine de Scorsese y en cierto punto es así), pero peca de un guión excesivo que necesita explicar y resolver demasiados puntos y que busca constantemente excusas para confrontaciones dramáticas supuestamente intensas. Da la sensación que, con algunos ajustes y minutos menos (subtramas enteras), la muy digna TITLI podría ser una mucho mejor película.

 

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