Cannes 2014: «White God», «Bird People», «Lost River»

Cannes 2014: «White God», «Bird People», «Lost River»

por - Críticas
24 May, 2014 10:26 | Sin comentarios

A lo largo de los últimos años Cannes parecía ir mostrando una serie de tendencias en sus secciones paralelas: la Semana de la Crítica mejoraba, la Quincena de Realizadores empeoraba y Un Certain Regard no solo mejoraba también sino que parecía reemplazar a la Quincena como la sección con la programación más radical de las […]

uncertainregardA lo largo de los últimos años Cannes parecía ir mostrando una serie de tendencias en sus secciones paralelas: la Semana de la Crítica mejoraba, la Quincena de Realizadores empeoraba y Un Certain Regard no solo mejoraba también sino que parecía reemplazar a la Quincena como la sección con la programación más radical de las cuatro. A juzgar por los promedios de los votos de la crítica de este año (ver aquí), da la impresión que la llamada UCR no estaría teniendo su mejor edición. Habiendo visto diez de las veinte películas programadas allí, mi experiencia no fue tan negativa, pero es claro que por suerte o por buenas decisiones evité todas las que mis colegas han juzgado muy duramente. Si miran la encuesta, verán es la sección con más películas «en rojo» y con menor promedio de todas, aún teniendo JAUJA, la mejor de la sección para casi todos… menos el jurado.

Aquí, algunas críticas más de la sección. Todavía me faltan algunas que llegarán los próximos días.

 

WHITE GOD, de Kornel Mundruczó (Hungría)

white godEl director húngaro es un favorito de Cannes, que programó ya varias de sus películas en esta sección y una (DELTA) en la competencia internacional. Y el jurado, respondiendo a ese favoritismo, eligió a la película como la mejor de la sección. El filme no es más que una aventura de Disney pasada por el tamiz de cierta crueldad y violencia propias de cierto cine del Este de Europa. Cuenta la aventura de un perro que es abandonado en la calle por el padre de una niña y lo que le va pasando a partir de ahí: es capturado, entrenado para ser perro de pelea y, lo más extraño de todo, convertido en una suerte de lider de un grupo de perros callejeros rebeldes que salen a vengarse de los humanos que los maltratan.

Alegoría política excesiva sobre la crisis europea contemporánea (los perros como los marginales que están fuera del sistema, el valor del «arte» como factor de integración), lo mejor de la película tiene que ver con cuestiones técnicas: es asombroso lo que han logrado no solo con un perro sino con 250 lanzados como locos por las calles de Budapest. La historia en sí no tiene nada de sorpresivo: es una acumulación de gente horrible que le hace cosas horribles a los perros hasta que reciben su merecido. Mundruczó no apuesta por el género de terror ni un cierto gore que podrían haber llevado a la historia a territorios más inquietantes. Lo suyo es un realismo intenso que deja demasiado en evidencia sus mañas. La segura remake americana la convertirá, sin dudas, en un éxito internacional.

 

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BIRD PEOPLE, de Pascale Ferran (Francia)

BirdPeopleDe entrada queda claro que la nueva película de la directora francesa apostará por algo no del todo convencional: las primeras tomas muestran a mucha gente en un tren y trabaja con el sonido de una manera muy original. Pero pronto la historia parece encontrar un eje en la figura de un ejecutivo de una empresa de software norteamericano que tiene una reunión de trabajo en Francia y se hospeda en un hotel cercano al aeropuerto. A pocas horas de viajar a Dubai para terminar un trabajo urgente tiene una crisis personal y decide largar todo. De ahí en adelante la directora seguirá lo que ese quiebre produce en él y en sus seres más cercanos. A la mitad, esa historia parece quedar de lado y empieza otra: la de una chica que trabaja en ese mismo hotel, a la vez que estudia. Pero luego habrá otro radical giro narrativo y entenderemos la lógica de ese comienzo. La de Ferran no es una historia convencional.

Una película despareja, con buenos momentos e ideas y otros bastante absurdos y que no se sostienen ni siquiera dentro del arriesgado concepto del filme, lo más interesante de la historia –al menos para mí– tiene que ver con la crisis casi espiritual del empresario y su negativa a seguir trabajando (y salir casi del hotel) por más caos que se produzca a su alrededor. Consecuencia de lo que parece ser un ataque de pánico en medio de la noche, esa crisis tiene un sentido profundo que el resto de la película no tiene por más que pretende hacerlo.

 

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LOST RIVER, de Ryan Gosling (Estados Unidos)

lost_river_ryan-goslingUna de las películas más bastardeadas del festival es la opera prima como realizador del actor Ryan Gosling. Tiene su lógica el maltrato: la película es un patchwork de estilos que no tiene demasiado sentido ni personalidad, es una apilada de influencias contradictorias que hacen eclosión juntas. De todos modos, hacia el final, la película logra con todo eso armar un clima pesadillesco que se disfruta.

LOST RIVER arranca como una película casi realista en un tono Terrence Malick o David Gordon Green: narra la vida de una familia muy pobre de un barrio marginal en las afueras de Detroit con un naturalismo poético de cámara en mano y colores saturados. Es la historia de una madre (Christina Hendricks), sus hijos y una vecina, en sus cotidianas aventuras de supervivencia. De a poco el filme empieza a incorporar elementos de thriller (una banda criminal los amenaza), de realismo mágico y de delirio casi «lynchiano» que al principio descolocan y molestan, y da la impresión que Gosling (que no actúa) va perdiendo de a poco el rumbo.

Pero para el final es ese mismo delirio el que termina dominándolo todo: ya ahí el espíritu Lynch prima (y también el de Nicolas Winding Refn, entre otros) y la película vuelve a encontrar su extraño centro ahí, donde el tono entre pesadillesco y carnavalesco transforma la historia en una especie de freakshow delirante, un Gótico Américano más cercano a la feria de excentricidades que a cualquier cosa parecida a la realidad.