Estrenos: «Carta a un padre» y «Ramón Ayala»
Durante mayo se estrenan en el MALBA dos notables documentales que pasaron en el BAFICI este año y el año pasado. Me refiero a CARTA A UN PADRE, de Edgardo Cozarinsky y RAMON AYALA, de Marcos López. Aquí abajo están las críticas publicadas durante los respectivos pases de las películas en el festival local. El filme de Cozarinsky […]
Durante mayo se estrenan en el MALBA dos notables documentales que pasaron en el BAFICI este año y el año pasado. Me refiero a CARTA A UN PADRE, de Edgardo Cozarinsky y RAMON AYALA, de Marcos López. Aquí abajo están las críticas publicadas durante los respectivos pases de las películas en el festival local. El filme de Cozarinsky se exhibe en MALBA (Avenida Figueroa Alcorta al 3400, Buenos Aires) los sábados 17, 24 de mayo y 1º de junio a las 18, mientras que el de López se ve los viernes 16, 23 y 30 de mayo a las 20. Seguramente continuarán durante el mes de junio y siguientes.
CARTA A UN PADRE, de Edgardo Cozarinsky.
Este breve y sentido filme-ensayo encuentra al realizador trazando los pasos familiares desde la inmigración de sus abuelos hacia la Argentina a fines del siglo XIX, centrándose luego en la historia familiar en las colonias judías de Entre Ríos, las vidas de sus abuelos y, especialmente, de su padre, un marino de la Armada, que vivió viajando buena parte de su vida y al que conoció poco.
Con mucho y muy bien conservado material de archivo (especialmente fotográfico), Cozarinsky cuenta la historia familiar en un tono entre nostálgico y poético, viajando a los pueblos de Entre Ríos donde vivieron sus familiares, lugares a los que nunca había ido anteriormente. Allí va reconstruyendo una historia biográfica (de padres e hijos) que es también una historia social y cultural de parte de la inmigración judía de esa época, con los devenires posteriores que son comunes a buena parte de la colectividad.
Emotiva, honesta y sentida, la “carta” de Cozarinsky intenta conectar al realizador y escritor (también un “viajante”) con ese pasado con el que, más allá de las aparentes diferencias, uno se reconoce cada vez más. Y con ese padre –ausente en la vida real, pero “presente” en los regalos, postales y fotos que le envíaba– al que, dice el propio Cozarinsky, no conoció lo suficiente.
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RAMON AYALA, de Marcos López
No soy un experto en folklore ni mucho menos por lo que no sabía qué esperar de esta película más allá de la fama de López como fotógrafo. Lo que me resultaba curioso era pensar cómo su estilo tan, digamos, kitsch y colorinche, podía aplicarse a la hora de hacer un documental sobre una figura del folklore autóctono. Pero no conocía los suficiente a Ayala y al verlo me di cuenta que podían ser compatibles y que el estilo algo desaforado de este folklorista misionero, más conocido y reconocido como compositor que como intérprete, le caía a la perfección a Marcos.
Y así es: RAMON AYALA es un documental bastante convencional sobre una figura poco convencional y está bien que así lo sea. Hay respeto y cariño sobre su figura, se lo muestra y se lo escucha y se lo admira, lo cual me resultó un alivio porque tenía miedo que, kitsch sobre kitsch, termine dando una ensalada barroca de ironías y canchereadas.
No las hay. López entiende y celebra la naturaleza excesiva de Ayala, un compositor de folklore cuyo aspecto es más el de un músico de cumbia que de un folklorista, y esa curiosa mezcla estilística da algo muy rico de explorar. Con testimonios, con shows en vivo y con historias de vida que enriquecen aún más el universo en el que se mueve Ayala. Bah, el universo del folklore nacional en su vertiente misionera.