Estrenos: «Bajo la misma estrella», de Josh Boone
La primera escena de BAJO LA MISMA ESTRELLA tiene a su protagonista, Hazel, contando mediante su voz en off que lo que vamos a ver no es una historia «edulcorada en la que las cosas se arreglan con una canción de Peter Gabriel» sino una historia real, ya que «esa versión no es la verdad». […]
La primera escena de BAJO LA MISMA ESTRELLA tiene a su protagonista, Hazel, contando mediante su voz en off que lo que vamos a ver no es una historia «edulcorada en la que las cosas se arreglan con una canción de Peter Gabriel» sino una historia real, ya que «esa versión no es la verdad». Lo curioso del filme es que, irónicamente o no, termina siendo bastante similar a esas películas en las que todo «se arregla» con una canción (tal vez no de Peter Gabriel, pero sí de Ed Sheeran o Ray LaMontagne). Eso, que podría ser un problema, no necesariamente lo es. Tal vez esas películas no están tan mal, ya que uno jamás las confundió con «la verdad». Y tal vez, lo que pasa aquí y lo que le sucede a la propia Hazel, tampoco tenga demasiado que ver con la realidad.
El viaje de Hazel es ese viaje tan caro al cine de Hollywood, el que va del cinismo y la desesperanza al redescubrimiento de «lo humano» y aquello de «apreciar los momentos». En el caso de ella es la máxima lección posible que puede aprender, ya que tiene un cáncer lo suficientemente avanzado como para saber que le quedan, como mucho, algunos años de vida. Interpretada por Shailene Woodley (la joven actriz de LOS DESCENDIENTES, DIVERGENTE y, en especial, de THE SPECTACULAR NOW, para muchos la nueva revelación post Jennifer Lawrence), Hazel es bastante despierta y ácida, una chica que carga con un respirador por la vida, pero a quien las circunstancias han hecho fuerte y desconfiada de cualquier intento de sentimentalismo, en especial en lo relacionado con su enfermedad.
En uno de esos grupos de autoayuda a los que va obligada por su madre (Laura Dern) termina conociendo a Augustus (Ansel Elgort, que encarna a su hermano en DIVERGENTE), un chico que ha superado un cáncer reciente en su pierna y que está allí acompañando a un amigo más enfermo. Augustus es muy diferente a ella, tiene una actitud positiva respecto a la vida y a sí mismo, pero la suficiente inteligencia para saber ayudar a su nueva amiga. Pronto se enamoran y de eso –y de los evidentes placeres y complicaciones de esa relación– tratará la película.
La novela de John Green ha sido un éxito comercial impresionante dentro del cada vez más popular género de literatura para adolescentes y se entiende porqué. Se trata de una historia de amor que se hace fuerte a partir del carisma y la actitud de sus protagonistas y de esta idea de que las relaciones amorosas pueden ser muy intensas y cambiarte la vida más allá de su duración. Pese a lo que también dice Hazel al principio del filme, BAJO LA MISMA ESTRELLA sí funciona como una película «lección de vida» en la que la enfermedad de una persona cambia a otra, sólo que no de la manera esperada.
El filme de Josh Boone (UN LUGAR PARA EL AMOR) tiene una larga subtrama relacionada a un viaje a Amsterdam que Hazel quiere hacer para conocer al autor de su novela favorita, un escritor ermitaño que escribió sin sentimentalismos sobre el cáncer. En ese viaje conocerán al escritor en cuestión (para preguntarle qué pasa con los personajes después del final de la novela, algo que fastidiaría al 90% de los escritores), cenarán, visitarán la casa de Anna Fran y apreciarán las bellezas de la ciudad en un segmento que bien podría estar auspiciado por la municipalidad de la capital holandesa. Romántico, sí. Tapado de clichés, más aún.
De todos modos, hay algo en esa conexión emocional entre ambos (y con Anne Frank como metáfora de aquello breve que puede ser bello antes del fin) que funciona y que le da a la película un sostén que no necesariamente tendría de otro modo. Woodley, especialmente, es una actriz tan natural, tan fresca y desafectada, que todo lo que le pasa a su personaje parece pasarle a ella, sin «técnica» en la cual ocultarse. Eso, que puede ser una técnica como cualquier otra pero una que la chica maneja muy bien, hace que el espectador se conecte con las idas y vueltas de la vida de Hazel. Y así como el filme puede ser más difícil que la novela en el sentido de que el espectador debe visualizar las complicaciones de la enfermedad también es más «accesible» al tener un rostro y una actriz con la cual poderse identificar.
BAJO LA MISMA ESTRELLA es una película correcta en su factura pero menor en sus logros, con algunos momentos inspirados y otros fallidos. Le juega a favor su tono casi de comedia romántica adolescente que se sostiene durante buena parte del relato, ya que relaja la dureza de muchas de las situaciones que los personajes (y el espectador) deben atravesar. En la última parte del relato, cuando las cosas se ponen más intensas, complicadas y bravas emocionalmente hablando, queda claro que Boone no tiene mucha idea de qué hacer y se entrega por completo a su protagonista. Hace bien. Ella resuelve los problemas que nadie sabe bien cómo resolver.