Estrenos: «Marea baja», de Paulo Pécora y «Los insólitos peces gato», de Claudia Sante-Luce
MAREA BAJA, de Paulo Pécora. Retornando a la zona del Delta del Paraná, donde filmó su anterior película (EL SUEÑO DEL PERRO), Pécora trabaja esta vez en un registro más clásico, de tipo policial, para contar la historia de un criminal (Germán de Silva) que se llega hasta esa zona, herido, escapándose de viejos cómplices […]
Retornando a la zona del Delta del Paraná, donde filmó su anterior película (EL SUEÑO DEL PERRO), Pécora trabaja esta vez en un registro más clásico, de tipo policial, para contar la historia de un criminal (Germán de Silva) que se llega hasta esa zona, herido, escapándose de viejos cómplices y tratando de encontrar un botín de un robo anterior, escondido en el lugar. Una vez allí entabla relación con las dos mujeres (Susana Varela y Mónica Lairana) que lo alojan en una posada. La búsqueda, la tensa espera por la potencial llegada de los otros hombres y las disputas que surgen a partir de la relación con las mujeres son los ejes de esta narración tensa, oscura, reminiscente del cine negro.
Con mínimos elementos narrativos y pocos diálogos, Pécora y su elenco se las arreglan muy bien para transmitir una sensación pesadillesca, entre el relato policial más clásico y otro un poco más poético que trata de capturar las sensaciones íntimas del atribulado protagonista. La trama tiene algunos puntos de contacto con TODOS TENEMOS UN PLAN, la película que Viggo Mortensen filmó hace algunos años en la Argentina, pero con menos elementos narrativos aquí se consigue un resultado más efectivo y potente. Seca, densa y, finalmente, trágica, MAREA BAJA es una muy sólida película de un realizador para seguir teniendo en cuenta.
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LOS INSOLITOS PECES GATO, de Claudia Sante-Luce
Una joven solitaria que trabaja en un supermercado termina en un hospital donde conoce a una peculiar y simpática familia compuesta por una madre, enferma, y cuatro hijos que la cuidan en ese mismo hospital. La chica, sola, termina yendo a vivir con ellos y a funcionar como una curiosa madre sustituta de los niños, ante los problemas cada vez más severos de salud de la señora.
Sin empujar –al menos hasta el final– el contenido más dramático del filme, Sante-Luce opta por un tono casi de comedia costumbrista, ocupando buena parte del relato en la bastante caótica convivencia familiar y en las desventuras de los distintos niños en relación con la algo opaca y callada protagonista.
El tono es amable e invita a la identificación (los pedidos y reclamos, siempre en tono cariñoso, de la madre a sus hijos son muy realistas), aunque por momentos se exagera un poco en esa candidez en un estilo que recuerda a cierto cine indie americano. La fotografía es de la extraordinaria Agnes Godard, habitual colaboradora de Claire Denis.
Si, me parece que es cierto esa candidez en los personajes y cierto tono melodramàtico, pero en mi opiniòn no invalida para nada la emocionalidad sincera del espectador hacia esos personajes que podrian ser cualquiera de nuestro entorno.
Confieso que a mi me conmoviò mucho, especialmente el desenlace, màs allà de los reparos apuntados.
Esoero que Agnes Godard nunca vea su trabajo de imàgenes en el cine en que hoy lo vi yo…
Eso debe ser terrible, años laburando para que la proyeccion sea una merda importante!
Horroroso!