Estrenos: «Relatos salvajes», de Damián Szifron
Plano por plano, seguramente no haya cineasta comparable a Damián Szifron trabajando en el cine de carácter comercial en la Argentina. La maestría que tiene para narrar escenas de tensión y suspenso le han valido comparaciones de todo tipo: ¿es nuestro Spielberg? ¿nuestro Hitchcock? En RELATOS SALVAJES esa maestría está en primer plano, ya que Szifron […]
Plano por plano, seguramente no haya cineasta comparable a Damián Szifron trabajando en el cine de carácter comercial en la Argentina. La maestría que tiene para narrar escenas de tensión y suspenso le han valido comparaciones de todo tipo: ¿es nuestro Spielberg? ¿nuestro Hitchcock? En RELATOS SALVAJES esa maestría está en primer plano, ya que Szifron no sólo logra crear una enorme tensión en su película sino que lo logra, por lo menos, contando seis historias distintas. Es que el tercer filme del realizador de TIEMPO DE VALIENTES es una colección de seis «relatos» diferentes que no están conectados entre sí en lo que respecta a la trama, pero sí en cuanto a su temática. Se trata de cuentos de tensión creciente y de explosiones de furia, todos centrados en la idea de la violencia incontenida (e incontenible) de sus personajes a partir de disparadores de esos que se pueden vivir cotidianamente en este país. Un DIA DE FURIA para la Argentina del siglo XXI, RELATOS… apuesta por poner los nervios de punta al espectador, estimular sus pulsaciones al límite de lo imposible y no darle un respiro ni una satisfacción final. Al contrario, enfrentarlo a las crudas circunstancias a las que podrían llevarlo explosiones de violencia de este tipo si uno no aprende, digamos, a manejarlas.
Lo cual no es fácil. En las ficciones de RELATOS SALVAJES, muchos de los personajes que vemos –y que ven los protagonistas– suelen ser tan crueles que muchas veces uno siente que debe hacer algo para detenerlos. Injusticias, mentiras, cotidianas trampas mortales: son personas que nos ponen frente al espejo de nuestras limitaciones y nos desafían a ir más allá de ellas. Y los protagonistas de estas historias optan, en un momento, por hacerles frente y ver qué pasa: «si el mundo me tira mierda –parecen decir–, les voy a devolver lo mismo». Aténganse a las consecuencias.
Trataré de no spoilear las tramas, pero tomando en cuenta que cada relato es, de algún modo, un cortometraje, los que no quieran saber mucho de las historias deberían no leer mucho más. Aclarado el punto y el sistema que moviliza las acciones de la película, lo que Szifron logra a partir de ellas es usar los miedos del público a su favor. ¿Qué sería uno capaz de hacer si una situación tensa aparece? ¿Escaparse y dejar que continúe, humillándose en el camino? ¿O enfrentarla? La película pone en primer plano un catálogo de potenciales desgracias cotidianas que todos conocemos –la grúa que nos lleva el auto, el reencuentro con un enemigo que hace mucho no vemos y no nos recuerda, un loco que nos hace imposible manejar en la ruta, una infidelidad de la que uno se entera en el momento menos indicado y así– y nos pone frente a una suerte de paredón: «¿Qué vas a hacer con todo esto?»
Tensa, por momentos cómica (el humor, negrísimo, recuerda al de Alex de la Iglesia, con cuyo estilo zarpado y cruento la película también coquetea), RELATOS SALVAJES apreta todo el tiempo el acelerador desde el guión –cada situación potencialmente violenta duplica su juego en medio de cada relato, apuesta sistémica que al principio toma por sorpresa–, pero también lo hace desde la forma, apostando por un ritmo furioso a mitad de camino entre el género y el realismo intenso, y no soltando jamás ni ese acelerador ni el control sobre las emociones del público. La película, en cierto modo, es una pesadilla de la que cuesta despertarse: es el mundo tal como no queremos que sea y en el que estamos rodeados de gente que preferiríamos no tener que ver. Esa ecuación peligrosa no da respiro: ni los protagonistas ni el espectador escapan a esa oscura visión del mundo como un infierno del que no parece haber salida. La película nos pone frente a lo peor de nosotros mismos en la forma de breves e intensas aventuras.
El primer corto, que funciona como aperitivo del universo al que vamos a ingresar, toma a una serie de personas que viajan en un avión (Darío Grandinetti, María Marull y Mónica Villa son los protagonistas), situación que lleva a un desenlace impactante que da la primera pista de lo que se viene: será muy negro, será muy cruento, será espectacular. El plano sobre el que se imprimen los títulos del filme sin dudas pasará a la historia como uno de los mejores y más impresionantes del cine argentino de todos los tiempos.
La primera historia se centra en una moza de lo que parece ser un bar de ruta (Julieta Zylberberg) que recibe a un desagradable comensal que la agrede y humilla de entrada (César Bordón). La chica se da cuenta que se trata de un hombre que fue responsable de grandes dificultades familiares que que la afectaron de por vida y es la cocinera (Rita Cortese) la que le propone tomar cartas en el asunto. Allí aparece el formato tal como será repetido de ahí en más: una noticia o aparición desagradable que, al intentar resolverla, se vuelve doblemente desagradable y mucho más complicada de lo que era inicialmente, y en la cual todos los personajes sacan a la luz su costado más siniestro.
La segunda es para mí la más lograda de todas no solo por su impecable pericia técnica, su rigor audiovisual y sus espléndidas actuaciones, sino porque –al estar más acotada a lo que parece ser una trama de género– resulta más fácilmente asimilable. Leonardo Sbaraglia es un hombre viajando en un auto caro por una bellísima ruta salteña, escuchando música, cuando nota que el auto destartalado que va delante suyo muy lentamente no le permite rebasarlo. Cuando finalmente lo pasa y agrede verbalmente a su conductor, vemos que el hombre que lo maneja (una especie de «white trash» violento a la manera de tantos personajes del cine negro americano) lo mira de la peor manera y lo amenaza. El asunto, obviamente, no terminará allí y el reencuentro de estos dos personajes será tan inevitable como violento, algo que Szifron transmite de una manera más que vívida en un corto que remite al cine de Quentin Tarantino: la ruta desértica como escenario de una pesadilla de la que no se puede zafar.
A esa altura ya entendemos que la mecánica de la película será esa: el encuentro violento, el choque entre fuerzas que se oponen y, sobre todo, los personajes que sacan a la luz su peor cara ante circunstancias límites. La cuarta historia la protagoniza Ricardo Darín en el rol de un hombre que va a comprar una torta para el cumpleaños de su hija cuando la grúa se lleva su auto estacionado. El corto seguirá el derrotero de este sujeto que se va poniendo cada vez más y más tenso a partir de la impotencia que le genera la situación y las complicaciones posteriores de cada decisión impulsiva que toma ante lo que considera una injusticia.
De todos los cortos es el que más se acerca a esa idea de UN DIA DE FURIA, aquella película con Michael Douglas enloqueciendo en medio de un embotellamiento. Es el relato más abierto y social: incluye la ciudad, el caos cotidiano, familiares, colegas y amigos en una trama que apunta a capturar el fastidio de vivir en una Buenos Aires implacable e impredecible. Es, también, la primera que pone claramente al frente el costado ofuscado de la película, el de un director claramente molesto y fastidiado por el mundo que le toca vivir.
La siguiente historia seguirá por el mismo camino pero se manejará formalmente de un modo, si se quiere, más de cámara. El hijo adolescente de un millonario empresario embiste con su auto, borracho, a una mujer embarazada y sus padres (Oscar Martínez y María Onetto), con la ayuda de un abogado (Osmar Núñez), intentan cubrir el asunto de una manera un tanto insólita. Claro que la situación se complicará y se volverá a complicar cuando los involucrados se vean metidos en caminos sin salida. Aquí los enemigos y hasta la trama van girando de maneras insospechadas, pero la lógica es la misma: cuando imaginás que nada iba a poder ser peor de lo que es, la realidad te demuestra que estás equivocado.
Szifron tiene la sabiduría formal de elegir estilos distintos para cada corto, siempre apostando al impacto sensorial y a la ambigüedad moral –entendemos por qué los personajes hacen lo que hacen hasta un punto en que ya nos arrepentimos de haberlos entendido o estimulado–, lo cual nos lleva a ver la película nerviosos o riéndonos de manera incómoda. Sobre todo, nos provoca a plantearnos nuestras propias actitudes ante circunstancias similares. La apuesta funciona extraordinariamente bien: será una película que provocará debates, cuestionamientos, discusiones de sobremesa y hasta seguramente mesas redondas en algún programa de televisión donde se invite al director y/o a actores a hablar de los temas que propone el filme, entendido como reflejo de un evidente malhumor social.
La última secuencia es otro gran tour de force impactante de Szifron y compañía. Se centra en un casamiento judío fastuoso en un salón de un hotel que se complica cuando la novia (Erica Rivas) se entera de una infidelidad de su marido. Lo que pasa luego es lo más parecido a una boda del infierno, con una energía increíble y una negrura que avanza hasta lugares tremendos aún dentro de los parámetros fuertes de la película. En algún punto, es lo más parecido que se propone a un final feliz, ya verán porqué…
RELATOS SALVAJES es el tipo de película que genera amores y odios, fanáticos y detractores. Es cine de género, sí, pero también es cine de frustración ante cierta decadencia moral (Robert Altman y CIUDAD DE ANGELES es otro claro referente aquí), de shock al espectador (en una línea del Michael Haneke de FUNNY GAMES) y de ingenio narrativo propio de thrillers hitchcockianos. Es, curiosamente, una película en episodios sin conexión alguna entre ellos, lo que hace pensar por momentos si la idea no es también aplicable a una serie de televisión de mismo título y capítulos de media hora a la manera de TIEMPO FINAL, pero siempre con el eje temático puesto en situaciones de violencia cotidiana.
Es interesante, también, pensarla en relación a otros «relatos» del cine argentino como HISTORIAS MINIMAS o HISTORIAS EXTRAORDINARIAS, dos películas que parecían jugar entre el minimalismo y el maximalismo –una se montaba, de manera ligeramente irónica, sobre la otra– a la hora de abordar diversos relatos con pocos o ningún cruce entre sí. Estas «historias salvajes», en cambio, parecen pivotear sobre ambos ejes: son historias ordinarias, mínimas, que se vuelven extraordinarias por los comportamientos de sus protagonistas. La lectura, sin embargo, no es humanista como la del filme de Carlos Sorín ni lúdica y disparatada como la de Mariano Llinás, sino perturbadora y angustiante.
Si los filmes anteriores de Szifron se caracterizaban por un respeto férreo a los códigos de género (aquí la conexión es más directa con la más oscura EL FONDO DEL MAR que con TIEMPO DE VALIENTES) y a poner cualquier tipo de posición ético/ideológica en segundo plano, al servicio de la narración, de la aventura y hasta del heroísmo, acá la lógica parece invertida: es el sistema narrativo el que parece estar al servicio de una serie de ideas que toman ese mismo y celebrado heroísmo y lo ponen patas para arriba. Como una versión de LOS SIMULADORES en la que los protagonistas en lugar de arreglar las injusticias las volvieran todavía más injustas o que en lugar de atenuar la crueldad de los denunciados les subieran la apuesta, RELATOS SALVAJES presenta a un cineasta enojado con todo o casi todo. Menos con su talento para contar historias cinematográficamente, que sigue brillando como una luz rutilante en medio de tanta oscuridad.
que difícil leer una crítica sí uno no quiere enterarse de nada antes de ver la película
Lo aclaro de entrada.
Te recomiendo leer los primeros párrafos y los últimos en este caso…
Pusiste Haneke y Altman en una misma nota y me asuste!! Me da ganas de verla, pero con toda la misantropía y crueldad que contas que tiene cada relato, me da la sensación de que es la tipica garcha austriaco/mexicana que nos depara cada año Fremaux.
¿Decís que ahora podemos dormir tranquilos en Argentina porque se puede hacer pelis crueles de qualite- bien filmadas, bien actuadas, con explosiones y ruiditos de suspenso-?
Ojalá que no sea así!! Me imaginaba otra cosa de Szifrón.
Que Alonso Nos Redima!!
Igual, el Haneke de Funny Games es el que más me gusta…
Para mí, lo que la salva de caer en el exceso y en algo, digamos, misantrópico, es el humor.
Es una película por momentos muy graciosa. Y esa cosa cruenta que tiene se digiere mejor en un tono zumbón, digamos.
A mí me recuerda más al mejor Alex de la Iglesia, al primero. Negro, zarpado, pero narrativamente contenido (los cortos no le permiten irse al carajo, digamos) y muy efectivo y eficaz. Además, Szifron filma y narra como los dioses.
El Haneke de Funny Games es el unico que zafa!
Me está pasando algo raro después de leer las criticas que están dando vueltas por ahí. Sobre todo las argentinas que parecen que festejaran un «Acá también se puede». Y miran para el costado la parte misantrópica de la peli. Batlle hizo eso en su crítica. A lo que voy, es que creo que si la peli hubiese sido mexicana o de algún otro lado estarían indignados por la crueldad y no la perdonarían, pero como es una pelicula argentina con un director como Szifrón – que es el mimado de la industria desde hace años-, un gran reparto, mucha «production value» y encima en la Competencia se genera algo – me da la sensación- medio «perdonavidas».
Lo mas loco de todo es que me gusta Szifrón y tengo ganas de ver la peli aunque las primeras críticas me la están pinchando.
Por otro lado, como decis, el costado Alex de la Iglesia puede ser el que la redima.
Que es misantropia?
Osea es como Drive o Kill List pero de Telefe?
ahhh ya lo lei es un sustituto para Boderline… ya entendi.
Lucas, siento que sí, que hay algo de misantropía en la película y la verdad que a mí me irrita un poco, especialmente en algunos episodios en los que no prima ni el humor ni el marco del género.
Entiendo lo que decis respecto a si fuera mexicana o austríaca. Tal vez todavía tenemos el «defecto» de valorar películas argentinas por el hecho de estar bien hechas y dejamos pasar otras cosas.
Acá los personajes son bastante jodidos pero no se cae en la tortura al espectador, como es el caso de Iñárritu digamos. Igual, entiendo. Esa crítica está presente…
genial recién veo la contestación.
perdóname que te diga pero esa mirada «subjetiva» de la crítica de autor sobre lo que «está bien hecho» me parece un papelón que a la vista de la derrota de esa teoría insufrible deberían tomar en cuenta.
No vi la película aun y no dudo que este correcta pero objetivamente (eso de la subjetividad es una berretada semántica) nada que vi todavía me ha llamado la atención en terminos reales, te diaria que se parece más a una publicidad de de automóviles bien fluo fluo y refrescante que a lo que por lo que leo apunta.
Pero bueno se ve que a nadie ya le importa profundizar sobre cine, mas fácil que bajarse lo liensos intelectualmente ante cada estándar de corrección ante la política de autor.
Un torro total.
¡Injusticia! Uno empieza a leer y después tiene que dejar hasta dentro de meses… Así no va, jaja.
Gracias Sifón por salvar al cine arrrrrrrgentino!!!!!!!!!!!!!!
Thanks. Great reviews for RELATOS SALVAJES so far.
This seems to be besides the Ceylan the only Cannes film I really burn to see this year.
Nothing about the rising competition of Argentinian vs Mexican festival cinema lately? Last years it was only Mexico all over, and most of the Mexican films looked Argentinian (like Los insólitos peces gato). This year only Argentina again.
Not really a competition. They are two big production countries in Latin America, but that’s it. Different styles, most of the time. But it’s true: LOS INSOLITOS PECES GATO looked argentinian a bit… Or chilean!
Cual es el problema de la supuesta misantropía de Zsifron? Esto no es el arte de vivir, no es un libro de Osho…agradezcamos que exista esta película por favor!
Celebro que Relatos Salvajes sea una peli de género de calidad!! Al cine argentino le hace mucha falta que haya más de ese cine popular, pero de calidad a la vez.
Parece que los críticos (al menos los que escribieron hasta ahora sobre esta película)tienen prohibido decir que el episodio de la ruta está afanado de Duel y de una famosa escena de I Vitelloni.
Un aporte a la redacción: «aprieta» se escribe así.
http://www.wordreference.com/conj/EsVerbs.aspx?v=apretar
Saludos!
Más que copiado de Duel, inspirado en este «accidente» de tránsito en Rusia, no? ja
https://t.co/sNxf7tx19x
Creo que ya se esta hablando muuuuuuy bien de esta pelicula, estamos poniendo la vara muy alta, y si cuando la vaya a ver, me parece un «9», voy a salir decepcionado, porque estoy esperando el PELICULON
Transcurriò candidamente mi vida cinèfila valorando, en su medida y armoniosamente,cuanta comedia, drama, tragedia, crueldades y experimentacions que tuve a mano.
Pero no hace mucho me apareciò un alerta roja: la «misantropia» que me obligò a ver en estado de alerta a algunos autores, en especial Haneke.
Por lo que estoy viendo esta, para mi nueva conceptualizaciòn, aparecerà con fuerza en Relatos salvajes por el tono que al parecer tienen sus episodios.
A riesgo de parecer banal y obvio, me da la impresiòn que la afirmaciòn -tan replicada en los medios- a Mirtha Legrand sobre que no dudarìa en ser delincuente antes que albañil, de no tener sus necesidades bàsicas cubiertas puede ser una señal de la «contundencia» que Szifròn aplica en su mètodo expresivo como creador. Probablemente crea que es la manera de alertar conciencias adormecidas que no quieren saber ni entender una realidad que permanentemente se nos escapa de la mano
¿Szifrón como protagonista de la historia salvaje 7? Intentemos un plot. Un personaje exitoso, admirado y librepensador participa, junto a otros comensales, en un programa de TV de la Diva Eterna. En un marco de civilidad gatronómica, las opiniones van y vienen salpicando diversas realidades. Corte. Un gordo anteojudo, resentido y derechoso, engulle un sangüiche de milanesa en la cocina de su casa mientras mira en su televisor de rayos catódicos el programa del Canal Mayor. Al fondo, en la pared, se distingue un afiche amarillo y oficialista. Repentinamente su expresión cambia hacia un gesto de furia. En el set nuestro protagonista se despacha con una frase tan espontánea como «desafortunada» – según declarará después – de contenido progresista aunque confuso. Nuestro personaje siniestro, el Gordo, redacta una demanda penal para el expositor que radica en el juzgado que – estaba planeado – tiene como titular al juez más reaccionario del cuerpo legal de la República. El joven destacado es acusado de subvertir los valores civilizatorias y condenado a penas irreproducibles. Una vez que sale de la cárcel va en busca de su acusador y…
(Continuará)
VAN ZATO Parece que es cierto lo que dicen algunos que Szifron
tiene muchos guionistas a mano….continuà que esta bueno.
Entiendo, luego de ver el largo, que es un proyecto muy bien logrado.
Ahora bien: los episodios de Cortese, Sbaraglia y Martínez guardan una hermandad muy consolidada si pensamos en «la agentinidad al palo»; te involucran en esa sensación cotidiana tan nuestra hoy de percibir todo el tiempo que nos movemos sobre una delgada línea que, a la primera de cambio, puede explotar en la peor desmesura.
No sucede lo mismo con el episodio inicial (genial), ni con el de Darín; tampoco con el de la boda. Que parecen primos hermanos o segundos.
Digo, si la idea es mostrar un «todos son diferentes» y en esa variedad radica su riqueza, pues que realmente lo sean. Porque un film de estas características bien puede mirarse en relación a una «integridad» conceptual en función de una idea que funcione como enlace. Lo cual no implicaría repetir 6 veces lo mismo, claro. El ver los tres «hermanos» propone y abona un viejo precepto en relación al cine: «muéstrame tu aldea». Excelente en ese trío: esto somos, esto es lo que nos pasa, así estamos.
Sin embargo, con la historia de Darín y la de la boda, el relato que engarza a los relatos se torna digresión. Y la resolución suena a final feliz porque no sé cómo terminar con esto. La violencia en la que hace foco primero, se desdibuja después (al tono, me refiero). Porque el momento en que la amante del episodio final queda gravemente lastimada se pasa demasiado por alto (¿por qué no detenerse más en esa escena?) y la pareja atormentada termina feliz (en una felicidad un tanto insalubre, planteada en esos términos…).
Digo.
Yo, en cambio, creo que el de Darin es el de los más «argentinos» de todos mientras que el de Sbaraglia es mucho más cinematográfico, más género puro. No se me hace muy «de verdad». El de Oscar Martínez lo veo muy «latinoamericano»: la explotación del humilde, el pobre, el inmigrante, la cuestión de clase y guita para marcar diferencias. El del casamiento es internacional y lo entienden en todos lados (especialmente si sos de la colectividad judía, creeme). Y lo mismo pasa con la apertura.
Cada uno tiene su ángulo diferente, pero hay algo que yo veo sistemático en la película y que es lo que en un punto se me vuelve complicada: la idea de que todas las personas siempre van a hacer algo peor de lo que suponés que van a hacer, que el género humano es básicamente despreciable. Eso da puntos a favor a la estructura del guión durante un rato ya que nunca sabés hasta donde pueden llegar los tipos, pero al final se vuelve también un tanto predecible. Quienes se salvan en todo el paquete? Quienes tienen un poco de dignidad? Zylberberg, tal vez, porque le da culpa lo que pasa. La mujer y el hijo de Oscar Martínez, por lo mismo (en el caso del pibe, recién al final). Los demás, tienden más bien a ser personas bastante desagradables, si bien uno se identifica porque esos mismos pensamientos desagradables los maneja en privado, je!
Lo digo siempre: me parece un película impecablemente hecha y muy bien narrada, pero –lamentablemente– demasiado misantrópica respecto al género humano. Es una pena. Manejando mejor algunos hilos del guión eso podía no haberse sentido tan fuertemente.
Gracias por estas nuevas ideas que enriquecen la mirada. Saludos!
De nada…
Alguien me puede decir cómo carajo se llama el tema que escucha el personaje de Sbaraglia en su respectivo auto? me estoy volviendo loca por encontrarlo y no hay forma.
Disfrutalo:
maria! conseguiste el nombre del tema? no es el que te pasaron….y yo tb lo estoy buscando!!!!!
muchas gracias
Hay otra canción, no?
Un tema pop? Averiguo…
A esto se refieren?
GIORGIO MORODER – FLASHDANCE «LOVE THEME»
Gracias!!!!
GRACIAS!!!
amigo….es el tema que suena mientras sbaraglia conduce su auto 0km en la ruta, antes de tener el altercado.
gracias peaocok
El Audi no es 0Km…es un modelo 2005 aprox. La patente que empieza con U y el cricket envuelto en celofán para hacernos creer que nunca fue usado hacen ese detalle de la secuencia muy inverosímil, realmente. De todos modos se comprende: no van a hacer pedazos un auto recién sacado de la concesionaria…El BMW de Martínez es mucho más creíble (claro, no había que destrozarlo!).
Me hace ruido el corto de “Bombita” en cuanto a la linea ideológica. A lo que voy es que todos poseen una linea de cinismo, de misantropia e individualismo como forma de salvación dentro de esos mundos que se desarrollan, de “sálvese quien pueda”. Me pareció ser mas kafkiano que kafka. Ya que en cierta medida toma una posición en contra del Estado (en cualquiera de sus niveles, ciudad/nación) criticando a partir de la típica estereotipación del empleado público como alguien cómplice y funcional al poder y no como mero trabajador como podría ser alguien que trabaje para empresas privadas. Me parece que el cinismo y la burocracia no aparece, por ejemplo, a la hora de sacar dinero del banco. Y eso marca una posición, ya que no hay critica en torno a la esfera privada. Lo mismo con respecto al corto que actúa Sbaraglia que es una perfecta publicidad para Audi.
Mas allá de eso, la película deja un marco reflexivo posterior al verla, y la idea de que «la violencia genera violencia» me parece que está muy bien llevada a cabo.
Pregunta: ¿Alguna historia está basada en hechos reales?
SOBRE RELATOS SALVAJES. ¿Cómo les va cinéfilos? Quiero decirles que anoche tuve la oportunidad de ir a ver la tan mentada y ultrapublicitada «Relatos Salvajes». Fue una experiencia lamentable. Es la peor película que vi en los últimos años después de las de Fito Páez cuando tuvo la mala idea de querer ser director. Estoy tan indignado como el personaje de Darín exigiendo que la Municipalidad de Buenos Aires le devolviera la plata de la grúa cuando se llevaron su auto y encima le pidieran disculpas. Así salí yo del cine, con ganas de que me devolvieran el dinero de la entrada. Relatos salvajes es una seguidilla de recortes, casi sketches de televisión (Hasta su estética es televisiva) que no dicen nada de nada y te la pretenden vender como una obra que tiene un contenido inteligente y con crítica social. Si de verdad para el medio esta película es la gran crítica social y el análisis del odio de clases y la corrupción en Argentina creo que estamos perdidos. Es puro empaque, absoluto marketing. Y no podemos esperar otra cosa ya que Damián Szifrón (Los Simuladores Serie de TV) es eso: Un tipo que te cuenta lo que la gente quiere ver y escuchar para hacer mucho dinero. Cine populista, demagógico, comercial. Punto. El guión es liviano, casi básico diría, ya que cae en permanentes obviedades. Uno ya sabe lo que va a pasar segundo a segundo y como va a terminar el «segmento». Pero lo que mas llama la atención es que no profundiza en los personajes. Todo pasa desde lejos y delante de uno. No te conmueve… a pesar que recurre al facilismo de incluir la violencia por la violencia misma como «único relato». Las actuaciones podrían ser mejores por el casting de alto nivel que participa, sin embargo son interpretaciones bastante grises. Un desperdicio de talentos. ¿Mal dirigidos? Por mi parte una película para el olvido y una desilusión mas.
Gustavo no te gustó y en eso nadie puede estar en desacuerdo con vos. A mi no me entusiasmó mucho pero pasé un buen rato. Se me ocurre que vos podrías hacer la película que no hizo Szifrón, debe ser fácil y también vas a hacer mucho dinero.
como se llama el tema final de la boda en Relatos Salvajes
Yo no lo recuerdo bien, pero dicen por ahí que es este cover de Bobby Womack del clásico FLY ME TO THE MOON.
http://youtu.be/H5xdGiFbiR8
Confirmen!!!
hola queria saber cual es el tema cuando entran ala fiesta? es bien arriba. ayudaa :) gracias
Titanium, de David Guetta.
Y la banda que lo toca lo sabes?? Por favorrrrrrr decime que si
sii buenisimo gracias!!!!
se escribe «sarpado», «zarpado» es de zarpar, los barcos zarpan, sarpado viene de decir pasado, al revés, pasarse, sarparse.
Gracias, no tenía idea. Siempre la usé mal. Viniendo del lunfardo, son referencias fuera de la Real Academia digamos…
Pensaba en «zarpado» como «lanzado» y por eso creía que la referencia era a los barcos.
¿Cómo se llama la canción bolichera con la que los novios entran al la fiesta?
Titanium, de David Guetta…
Comparto el entusiasmo de este escrito.
Los invito a leer desde el link que adjunto, un ensayo sobre la película, a la par de un análsis más exhaustivo de toda la obra de Szifrón (del que se puede bajar la versión completa en un enlace al final del artículo). Si a alguien le interesa, ojalá lo disfrute, y extiendo la invitación a comentar y seguir alimentando el debate sobre ésta película y éste autor que está causando tanto revuelo desde la izquierda hasta la derecha. Gracias y saludos, Gustavo Kreiman.
http://labrokenface.com/tiempo-de-calientes-el-enojo-de-szifron-en-relatos-salvajes/
alguien sabe como se llama la banda que toca en el casamiento???
Yo también estoy buscando el título de la canción que toca la banda en la boda. ¿Alguien podría ayudarnos?
Yo tambien estoy buscando! A esa banda la vi tocando en un restaurant en San Bernardo hace dos semanas!!!!
Como se llama el actor que hace del novio en la escena de la boda?
Diego Gentile
Hola la banda se llama Babel Orkesta