Debate: Dos disparos al cine argentino
Uno podría decir que, casi en honor a su título, la película de Martín Rejtman, recibió esta semana «dos disparos» casi consecutivos, como los que abren la trama del filme. Uno, el lunes, cuando ninguna de las grandes multisalas comerciales quiso programar la película, que quedó relegada –al menos en Buenos Aires– a dos funciones […]
Uno podría decir que, casi en honor a su título, la película de Martín Rejtman, recibió esta semana «dos disparos» casi consecutivos, como los que abren la trama del filme. Uno, el lunes, cuando ninguna de las grandes multisalas comerciales quiso programar la película, que quedó relegada –al menos en Buenos Aires– a dos funciones diarias en el Arteplex Belgrano y a otras dos en el BAMA, en el Centro. La segunda, menor si se quiere pero de algún modo simbólica, es que dos de los grandes diarios de la Argentina no publicaron el jueves, el día de su estreno, la crítica del filme. No es un problema necesariamente grave –siempre hay más estrenos que espacio para publicarlos en los formatos cada vez más acotados de los diarios–, pero sí un síntoma curioso: el filme de un cineasta que muchos consideramos de los más importantes de los últimos 25 años en la Argentina y padrino de toda una generación que cambió al cine nacional para siempre, no estaba siendo considerado entre los estrenos importantes de la semana. Y, para peor, con una película que está haciendo una cuatrifecta de festivales que casi no tiene paralelo en el cine mundial este año: Locarno, Toronto, Nueva York, Viena y, si se quiere, podemos sumar hasta San Sebastián.
En realidad, esos «dos disparos» vienen de antes. Uno podría usar esa misma «metáfora» para hablar de la manera en la que se distribuye el cine argentino y porqué películas como DOS DISPAROS funcionan en una especie de «tierra de nadie», pese a los festivales, los premios, la reputación de sus directores, etc, etc. En lo que respecta a la exhibición parece haber dos ejes sobre los que las autoridades del cine argentino se ocupan: las películas muy grandes o las pequeñas que van solo a una sala oficial. Las primeras son las que le cumplen a las multisalas la «cuota de pantalla» necesaria para no tener que ocuparse de las medianas y mucho menos de las chicas. Los números de RELATOS SALVAJES y de BAÑEROS 4, SOCIOS POR ACCIDENTE y tal vez alguna otra, logran que las leyes se cumplan (si no es así, invito a algún especialista a que me corrija) y las grandes salas se desentienden de todo lo demás. O lo tiran por ahí, a alguna sala menor y alejada en la que saben que no les quitará espacio para un tanque.
El segundo «disparo» sucede en el territorio de las salas coordinadas por el INCAA. Uno podría decir que, con espíritu democrático, se trata de que todas tengan la misma oportunidad y posibilidades: las películas se estrenan de a decenas, ocupan alguna sala del Gaumont una o dos semanas y que pase la que sigue. El problema, entonces, es qué se hace con películas como DOS DISPAROS, con LOS DUEÑOS, con LA TERCERA ORILLA y algunas otras películas que tienen un potencial de espectadores que supera la pequeña salida en unas pocas salas pero tampoco entran (o lo hacen forzadamente y duran muy poco) en el circuito de las grandes. Y, por su producción en cierto modo «industrial», tampoco pueden ir solo al MALBA o a salas consideradas no comerciales.
La película de Rejtman puede gustar más o menos, puede atrapar o no al público, pero es claro que no se trata de una película minúscula para 500 o 1.000 espectadores. Y, con la salida que tuvo, salvo un milagro tipo 7 CAJAS, nunca va a poder ni superar los 10.000 cuando es una película que podría, tranquilamente, ser vista por 20, 30 mil espectadores, ya que tampoco estamos hablando de un filme radical o uno de vanguardia supuestamente imposible para las audiencias no especializadas. El asunto es que si por un lado las grandes salas tienen su cuota cubierta y las «oficiales» exhiben una película atrás de otra como si fuera un procedimiento burocrático, ¿cómo lograr que estas películas encuentren su lugar? ¿Y dónde?
Se me ocurren dos opciones que, seguramente, los que conocen al dedillo los vericuetos de la distribución y la producción cinematográfica me dirán que son imposibles. Una, que el apartado «cuota de pantalla» tenga algún tipo de reglamentación que exija a las salas pasar una cierta variedad o cantidad de películas argentinas y que no alcance solamente con los números de Szifron, digamos, para cumplir con todos los requisitos legales. Ni siquiera hablo de aumentar la cuota ni ninguna medida que pueda ser leida como excesiva o que implique que las grandes cadenas quieran irse del país. Simplemente una regulación específica sostenida en la misma «diversidad» que el gobierno asegura defender. De hecho, en muchos países (Corea y Francia son casos clásicos) apoyar el cine nacional ha redundado en un gran éxito para las salas y, obviamente, para la industria nacional. No va a pasar, lo sé, pero es deseable que ese apoyo a la producción se vea sostenido por un apoyo similar a la distribución.
Por el otro, una cuestión sobre la que ya se ha hablado mucho: la posibilidad de que muchas de las más de 150 películas que se hacen en la Argentina al año no tengan que pasar por los cines para cumplir la obligación legal que les permita cobrar tal o cual subsidio. Es decir: una proyección televisiva o en una plataforma online tranquilamente podría darles a esas películas ese visto que las hace acreedores de los prometidos y en muchos casos justificados dineros. Se sabe que en ese centenar de películas que pasan inadvertidas por los cines hay tanto notables documentales hechos con enorme esfuerzo personal de mucha gente como productos pensados por algún productor ingenioso que encontró la vuelta para gastar 50 y ganar 80 sin importar qué película ha hecho y si la ven diez, cien o mil personas. Creo que muchas de esas películas –preferentemente, las valiosas como tantos documentales que pasan rápidamente por las salas sin que nadie se entere– podrían estrenarse directamente en ese tipo de plataformas sin necesidad de bloquear la salida de películas que tienen tanto valor estético como, en cierta medida, comercial. Con las otras –las producidas con la calculadora solamente– habría que tratar de ir terminando. ¿Cómo? No sé. Me dirán que es imposible, que todas las películas tienen los mismos derechos y nadie hace una película «mala» a propósito. Pero el mundo del cine es lo suficientemente chico como para que sepamos más o menos bien cuáles son esas películas que aprovechan los recovecos y conexiones del sistema para existir y, rápidamente, desaparecer de todos los mapas.
Lo curioso de DOS DISPAROS, como muchas otras películas argentinas, es que nace comercialmente amputada por las mismas estructuras que facilitan su existencia. O bien, esas estructuras que se ocupan de ver al niño nacer luego lo abandonan en la calle para que se pelee solo y en franca desventaja con los bullies de turno, llámense distribuidoras, exhibidores o programadores de salas. Me dirán que esas películas funcionan económicamente gracias a otros recursos –dineros del exterior, fondos, subsidios europeos, ventas, screening fees, etc.– y que no dependen de los espectadores nacionales para que «los números cierren». Tal vez sea cierto: de hecho más de un productor lo ha dicho públicamente. Nadie está diciendo aquí que los productores de las películas más radicales son torpes y quieren perder miles de dólares intencionalmente, pero eso no quita que, a diferencia de otros, su deseo es que sus películas aquí se vean, se compartan, se discutan, se disfruten.
Situaciones como la de DOS DISPAROS son las que vuelven a plantear hasta qué punto tiene sentido estrenar dentro del sistema comercial una película en la Argentina, donde será maltratada por las cadenas, descuidada por las mismas autoridades que le dieron el dinero para existir y encima, ahora, ni siquiera tenida tan en cuenta por los medios gráficos nacionales, que parecían ser el último bastión de defensa para este tipo de cine. Tal vez, como opinan algunos realizadores que prefieren mantenerse fuera del sistema de subsidios estatales y de estrenos comerciales, el cine independiente en la Argentina deberá ser realmente independiente y evitarse de una vez por todas esos dos temidos disparos que, como en la película de Rejtman, van al cerebro y al estómago. Entre esos dos órganos, por suerte, queda otro que nos permite seguir vivos.
PD. Esta nota fue escrita el jueves del estreno. Al día siguiente, las críticas salieron en los dos grandes medios gráficos que faltaban. De todos modos, creo que no invalida el análisis de lo que pasó, ya que ese es el menor de los temas tratados aquí. El principal es el de la exhibición y la falta de protección a las películas nacionales. La taquilla, de todos modos, sí parece estar demostrando lo que planteo en la nota: es imposible llegar a una digna cantidad de espectadores si estos filmes no se estrenan en más salas.
Me parece que a esta altura hay que aceptar la existencia de dos mercados muy armados. De la misma forma que los festivales no programan un tipo de películas (Por dar un ejemplo: ¿Cuántas comedias hubo este año en Locarno o San Sebastián, si no contamos DD?) las salas tampoco tienen interés en programar un tipo de películas como DD (sin actores de la TV, con una narrativa no convencional, etc).
Si se pide apertura al «sistema comercial» se debería entonces pedir lo mismo a los seleccionadores/curadores de los festivales de cine que parecen elegir todos con más o menos la misma lógica. Y no creo que haya interés para esto tampoco.
Caso contrario tendremos que aceptar que hay dos mercados con sus propias reglas del juego y que cada película tiene que encontrar/decidir a cual pertenece.
Honestamente no creo que DD (que vi ayer en el Arte Multiplex con bastante poca gente a mi alrededor y coincido que es una de las mejores películas del año-no sólo argentinas) tuviera otra suerte con más copias.
Se me ocurre que el ejemplo de «Cornelia frente al espejo» puede ser bueno: hecha dentro del «sistema» del INCAA, pero con una carrera interesante en festivales y con una carrera comercial más que interesante en los cines con muy pocas copias.
Vamos a ver si DD sigue esta misma vía.
Coincido que los festivales pueden ser igual de predecibles, pero creo que en general tiene sentido esa «misión» de exhibir películas que no van a tener demasiado recorrido comercial. Las comedias mainstream habitualmente sí lo tienen. Y comedias independientes que no sean norteamericanas no hay tantas. Y si las hay, no se conocen. Pero no estoy en desacuerdo de todos modos, he visto muy buenas y originales comedias brasileñas –por ejemplo– o asiáticas que muchas veces no entran ni aquí ni allá, salvo que seas Hong Sangsoo.
Creo que DOS DISPAROS merecía una semanita en alguna sala tipo Cinemark Palermo o Village Recoleta. Hay un público lo suficientemente «sofisticado» para apreciarla, de hecho es el mismo que va al BAFICI. Tal vez no romperá ningún record, pero permite que a la película acceda un público que no va al BAMA ni al Arteplex. ¿Soy yo el único que cree que es una película relativamente accesible? Imagino que habrá gente a la que no le gustará, pero tampoco es una película radical y bizarra. No estoy diciendo que pongan PENDEJOS en el Village. Pero estas películas alguna suerte pueden tener.
Me acuerdo que hace no mucho tiempo nos quejábamos que una película accesible y premiada en Cannes como LAS ACACIAS se estrenaba en solo diez salas o algo así. Ahora eso es un sueño inalcanzable para estas películas. Los programadores de las cadenas prefieren, no sé, algún thriller mediocre con Nicolás Cabré (o alguien así) y listo. Saben que es malo, pero engañan a la gente cuatro días y listo…
Tampoco la locura de estrenar enorme como EL ARDOR y caer furiosamente, pero 6 o 7 salas no se le pueden negar a una película así. De todos modos, concuerdo, hay que pensar ya en MALBA, BAMA, Gaumont y a otra cosa. El circuito comercial es inaccesible.
Eso o clonar a Darín para que aparezca en todas las películas argentinas…
Estupendo y preocupante anàlisis. Da la sensaciòn que la pasiòn por un cine diverso y no convencional, es absolutamente prescindible para muchisimos y fundamentalmente para quienes deben conducir estrategias de difusiòn cultural.
Pablo: la verdad es que Cornelia frente al espejo también la distribuimos nosotros, Zeta Films. Pero en esa oportunidad Cinemark Palermo nos dio tres vueltas y la película permaneció en esa sala diez semanas cumpliendo con la media. La otra diferencia fue que una copia fue al Malba donde quedó casi dos años, un fenómeno un poco raro, que no consideramos para Dos Disparos pues no había copia 35 mm y en el Malba no hay DCP, solo se podía proyectar en blu ray. Además la oferta de salas que teóricamente había el 9 de octubre era razonable, pero no se cumplió, haciéndonos caer en una verdadera trampa
Ves, eso me llama la atención.
Cuantos espectadores hizo CORNELIA? Y no era particularmente «sencilla»…
No es prueba para los programadores de esas salas de que películas así de vez en cuando pueden funcionar en una sala grande?
Saludos,
d
Otra película de zeta films, Cae la noche en Bucarest, se estrenó en La Plata y estoy casi seguro de que duró más de una semana en cartel. No se trata tampoco de una película «fácil» o «amable» (si se entiende lo que quiero decir). Dos disparos, me atrevo a pensar, tenía mucho más potencial de atraer al público, sin embargo no se estrenó comercialmente en La Plata. No sé qué criterios manejan las salas para creer (o estar seguros de) que van a vender más pochoclo con Porumboiu que con Rejtman.
No sé hasta qué punto se pueden torcer las decisiones de quienes alzan o bajan el pulgar para exhibir determinadas películas en las grandes salas. Hacen lo que hacen para ganar dinero, no creo que les importe otra cosa.
Creo que habría que poner énfasis en las salas alternativas (DOS DISPAROS, por ejemplo, es una película que seguramente disfrutan más los cinéfilos, estudiantes de cine y quienes tienen la mirada más entrenada para un cine menos convencional) y, sobre todo, en la difusión y formación de los potenciales espectadores, y para eso sería de mucho provecho que proliferen en los medios no sólo críticas sino también charlas con su director en las radios y la TV, y textos que sirvan para «aprender a mirar».
Lo de R.SALVAJES es otra cosa, es un poco como EL SECRETO DE SUS OJOS: una película de suspenso y acción hollywoodense hecha con actores y vocabulario argentinos. Por eso gusta. Además, a mucha gente le gusta ir al cine para ver lo que otros ven y tener de qué hablar en la oficina al día siguiente: R.SALVAJES se puso de moda, hay que ir a verla para no quedarse afuera.
No estaría mal que cierto periodismo de espectáculos diera más espacio a películas como las de Rejtman, pero no sólo diciendo «vayan a verla, es buena» sino explicando y fundamentando por qué puede ser buena siendo distinta a lo que hacen Szifrón o Campanella.
Es una pena lo sucedido con Dos disparos pero coincido en que más salas no generarían necesariamente más espectadores. Las salas comerciales son un espacio ya perdido para casi todos los estilos cinematográficos.
Quisiera apuntar sobre un par de cuestiones.
1) En la lista de 190 estrenos también hay muchas películas hechas por fuera de incaa que también se estrenan, Salsipuedes o El espacio entre los dos por ejemplo. Me arriesgaría a decir que no son tantas las hechas por productores inescrepulosos, máximo un 10% (que serían 19 en el caso de los estrenos 2013, una parte ínfima porque esas películas duran menos que nada, ojalá esa cifra baje a cero obviamente, pero creo que no es una parte significativa del problema)
2)Imagino que no debe ser fácil, pero si van a salir con aproximadamente 8 o 10 copias, una debería ir a Córdoba, otra a Rosario y alguna a otra ciudad grande del interior. La poca prensa que reciben estas películas es en ocasión del estreno porteño y a las dos tres semanas «caen» sin que nos enteremos a estas ciudades donde corren aún peor suerte que en bsas. Tienen pocas copias, poco espacio, poca prensa pero también están fallando en la utilización de estos mínimos recursos.
JC:
DOS DISPAROS se estrenó también en Rosario, pero en una sala de un shopping céntrico en el que suelen tener éxito otro tipo de películas (la de W.Allen, por ejemplo, debe estar trabajando muy bien) y donde en otros horarios pasan también LAS CHICAS DEL 3º (como si fuera más o menos lo mismo). Y con entradas a $ 50. Esperar que funcione bien allí la película de Rejtman es esperar un milagro. Seguro andaría mejor si se exhibiera en alguna sala alternativa, como El Cairo (no sé cómo deberían hacer para que la exhiban en esos espacios). Con «la prensa» (creo que ya habría que reemplazar esta expresión por otras, como «redes sociales») pasa más o menos lo mismo que en Bs As: depende de la buena voluntad de unos pocos interesados en difundir películas como ésta.
Hola Fernando
Dos disparos entra el 23 de octubre a El Cairo de Rosario, ya está acordado. Pero antes necesitamos que al menos «pase» en una sala con una entrada promedio más alta…Estrenamos simultáneo en Santa Fe y en Córdoba no había lugar. De todos modos cabe aclarar la proporción de público en el interior aún en películas exitosas de cine arte es ínfimo en porcentaje aun contando ciudades grandes
Es una buena noticia saber que va a reponerse en cine El Cairo. Seguramente le va a ir mejor allí.
En cuanto a la proporción de público, supongo que será siempre muy inferior teniendo en cuenta la abrumadora cantidad de población de Bs As respecto a otras ciudades. Pero cinéfilos y gente ansiosa por ver buen cine hay en todos lados.
Diego, con respecto a lo de Cornelia en las salas hasta que yo quedé vinculado con la distribución había hecho unas 8.000 personas. De común acuerdo el director/productor la siguió trabajando con la permanencia en el Malba y lugares del interior y alli llegó a unas 17.000 pero en el lapso de dos años. Desde el punto de vista económico y financiero para un distribuidor no resulta viable: yo en ese lapso estrené 15 películas. De todos modos para los exhibidores no era un éxito Cornelia sino una molestia, cuando no la podían bajar de cartel por la media, (que era muy baja) nos querían matar en el cine: sin la protección de la norma hubiera salido de cartel a la cuarta semana…Por otro lado comparar las películas es imposible, si tuvo semejante continuidad en el tiempo algunos valores propios de esa película singular lo lograron
Entonces, pregunto. Cual es la solución para la exhibición de películas como DOS DISPAROS, Carlos?
Si en las salas comerciales no funcionan ni las quieren, si en las oficiales las pasan una semanita a 8 pesos la entrada para borrarla al toque porque se estrena cualquier otra cosa, si en el MALBA no la dan porque no tienen DCP? Qué se hace? Se la tira al BAMA y se le reza a «San 7 Cajas»???
El Arteplex Belgrano ya se volvió un Cineclub Núcleo donde nada más o menos «de riesgo» gusta o funciona (el concepto de cine arte ahí es algo con Catherine Deneuve o, por suerte para vos, LA GRANDE BELLEZZA) y la media ya la cumplen solo con los que van a ver la de Szifron por segunda vez? Qué se hace? Se la estrena online a 20 pesos? Se la sube a YouTube? Te la proyecta Rejtman en su casa y llevas el vino?
Please, explain!
Es largo para debatir. Si se cumpliera como corresponde la ley algun que otro complejo la debería haber estrenado. Pero más allá de eso el gran problema es que nunca desembarcó en Buenos Aires algo asi como una cadena de complejos de cine arte aggiornada con al menos cuatro/cinco puntos neurálgicos Suponiendo que el Centro y Belgrano podrían considerarse cubiertos con Bama y Arte Multiplex (con algun ajuste) Falta Recoleta, Palermo Soho/Hollywood y Caballito (que se perdió). El otro problema es que el Gaumont se quedó corto: se deberían haber creado un par de espacios Incaa más en Capital con la entrada un poco superior. En ese sentido la no recuperación de Atlas Santa Fe, América y Cineduplex Caballito es tremenda. De todos modos como principio, algunos no estarán de acuerdo, pero cobrar 8 pesos alli y de 6 a 3 en Arte Cinema me parece una falta de respeto: ni una medialuna comprás con eso. Y si el Incaa mueve tanto presupuesto para una producción sería mucho más conveniente derivar esos fondos al fortalecimiento de la posibilidad de exhibición aun disminuyendo una porción de dinero destinada a producción, para fomentar y/o motorizar proyectos como el que digo.
¿Habrá algún valiente que abra un cine Tonalá o esa onda por Palermo, por ejemplo? Es extraño que en Buenos Aires no se haya abierto algo así. El público del Bafici (que apuntaba Diego) parecería afín a una propuesta así.
Igual hay que tener cuidado con las expectativas que genera un festival como el Bafici: si la gente comprara tantos libros como en la Feria del Libro habría librerías en todas las cuadras.
Un Tonalá en Buenos Aires la rompería.
Hay planes, según escuché, pero no se concretan.
No sé porqué.
Bah, sí, porque acá la gente no bebe tanto como en México y Colombia y esos cines se sostienen por los bares…
Qué pasa con la sala del nuevo Matienzo? No fui nunca, pero me dijeron que está muy bien. Por qué no entra en un circuito de este tipo?
No sabía del Nuevo Matienzo, recién lo veo.
La verdad es que desconozco. Tienen instalado un cine más o menos como la gente?
La ubicación no está mal…
Otra duda que me surge es, cuándo se piensa/diseña el presupuesto de estas películas medianas, se piensa en destinar un % del dinero para la promoción/marketing de la misma o quedan atadas a la suerte de la crítica y PR?
Entiendo que una campaña como Relatos o Muerte en BA es impagable, pero algo en el medio?
Salgo poco, Martín, je!
No sé si la calle está cubierta de afiches ni compro diarios para saber si salen avisos. No creo, igual…
Calculo que algunos habrá, pero también depende de los distribuidores y los productores y como deciden gastar sus dineros. Notas se hicieron un montón, pero publicidad clásica, digamos, no sé. Tal vez esté más allá del presupuesto reservado para estas cosas. Pero igual es cierto lo que vos decís: es fundamental destinar algún dinero a eso.
Habrá que preguntarles detalles a ellos, que nos leen por acá…
No vi ni un cartel, ningún publicidad en revistas, ningún banner en internet. Tampoco vi gente repartiendo flyers de la pelicula por calle corrientes, pensando en acciones más baratas de guerrilla d epromoción. Eso me llama un poco la atención. Alcanza con que te den salas? No hace falta un trabajo de promo y marketing día a día? lo pregunto en general, aunque DD puede ser un caso que sirve como ejemplo de análisis.
Lo podemos debatir en un asado.