Viennale 2014: «Love Is Strange», de Ira Sachs

Viennale 2014: «Love Is Strange», de Ira Sachs

por - Críticas
29 Oct, 2014 08:00 | Sin comentarios

El cine de Ira Sachs (FORTY SHADE OF BLUE, KEEP THE LIGHTS ON) nunca termina por convencerme. Sus ideas y sus temas son interesantes, sus personajes también y su mundo es lo suficientemente particular como para que podamos identificar claramente una película suya. Lo que siento es que le faltan ideas cinematográficas, que lo que […]

love-is-strange-poster1El cine de Ira Sachs (FORTY SHADE OF BLUE, KEEP THE LIGHTS ON) nunca termina por convencerme. Sus ideas y sus temas son interesantes, sus personajes también y su mundo es lo suficientemente particular como para que podamos identificar claramente una película suya. Lo que siento es que le faltan ideas cinematográficas, que lo que veo cuando me acerco a sus películas son delicadas, inteligentes y muy humanas piezas teatrales, en las que una serie de notables actores ponen en juego universos poco vistos en la pantalla grande.

Aquí, el centro es la relación de pareja que mantienen dos neoyorquinos adultos hace ya varias décadas: John Lithgow encarna a un pintor no del todo exitoso en pareja hace muchos años con un director de coros de una iglesia, Alfred Molina. Finalmente deciden oficializar su relación y casarse, lo cual les traerá por un lado la satisfacción y alegría de familia y amigos, pero inesperados problemas económico/laborales ya que en la iglesia en la que George (Molina) trabaja deciden echarlo.

love-is-strange.9960198.87El casamiento se convierte en un problema económico, entonces, que tiene una posible solución un tanto forzada: como tienen que abandonar su departamento cada uno se va a vivir con sus respectivas familias, provocando una relación que los afecta menos a ellos que a su grupo familiar extendido y que da lugar a una serie de situaciones dramáticas, cómicas y en algunos casos emotivas. Ben se va a dormir a lo de su sobrino (más precisamente comparte cuarto con el hijo de él) y George se queda en un sofá en el departamento de otra pareja gay, que integran dos policías.

La película es sutil, tanto en lo que respecta a los conflictos que van surgiendo en cada una de las situaciones paralelas, y no hay casi escenas que puedan ser consideradas fallidas (de hecho, es notable el bajo perfil del trabajo de dos actores acostumbrados a cosas más ampulosas como Lithgow y Molina). Pero hay algo un tanto maniqueo en lo forzado de la situación (¿nadie imaginó que es podía pasar con la Iglesia?) y, por otro lado, el tema inmobiliario termina volviéndose demasiado central a la narrativa. La calidez y profundidad de la relación entre Ben y George se mantiene, pero al estar forzadamente separados, se extraña verlos juntos. En el caso de Ben, su forma de vivir y sus «consejos» terminan siendo importantes para la familia de su sobrino que atraviesa una crisis. En la de George, tendrá otras cosnsecuencias. Pero la película siempre estará más viva cuando aparezcan ambos juntos.

loveisstrangeTodo acaso es demasiado correcto, demasiado calmo, demasiado burgués. Tiene la ternura y la elegancia «apropiadas» para que no sea una película solo para un nicho gay y logra pintar a la perfección los detalles de una relación de pareja entre dos hombres que están juntos hace 40 años. Es eso lo que hace que, pese a ser una película amable y agradable, por momentos se vuelve excesivamente prolija, ciudada, hasta tediosa desde su factura cinematográfica. Mientras la veía no podía dejar de pensar que sería mucho más apreciable en una sala teatral. Hay algo chejoviano en ella –en su elección de silencios, en preferir escenas en apariencia anodinas y no las supuestamente importantes, en sus temas sociales, económicos y familiares– que pide, eso sí en voz baja, un escenario.