Debates: la controversia «Jauja»
¿Conocen el concepto de backlash? No tiene una traducción, en este caso, del todo clara al castellano. Los diccionarios hablan de «reacción», pero el término no termina de definir del todo un término que se usa mucho en la industria del cine y que consiste, más o menos, en lo siguiente. Una película se estrena en […]
¿Conocen el concepto de backlash? No tiene una traducción, en este caso, del todo clara al castellano. Los diccionarios hablan de «reacción», pero el término no termina de definir del todo un término que se usa mucho en la industria del cine y que consiste, más o menos, en lo siguiente. Una película se estrena en un festival internacional o es vista por unos pocos críticos, programadores o eso que llaman «formadores de opinión». La película se la celebra como si fuera la llegada de alguna sonda a Marte que descubre que era cierto que allá vivía la familia entera de David Lynch. Se la pone en listas, se la recomienda en redes sociales, a amigos, se dice a «diestra y siniestra» (me gusta ese avejentado concepto) que es la última maravilla del mundo y queda así, a la espera de que –semanas o meses más tarde– la película finalmente llegue a un mayor número de críticos y, un poco después, a los espectadores.
Por algún motivo que nunca conseguiré desentrañar del todo (para desentrañarlo, tal vez, escribo este post) es muy común que esa película sea recibida, en el mejor de los casos, con una frase del tipo: «No era para tanto». En otros, con desidia, fastidio, bronca, odio, como si a ese nuevo espectador o crítico le hubieran (hubiéramos, en este y otros casos) mentido y engañado vilmente. «¿Esta porquería era la mejor película del año?», suele ser la respuesta habitual, seguida por críticas donde muchos se dedican a destrozar, plano a plano, ese edificio que algunos habían levantado. Con los espectadores, de otra manera, suele pasar algo parecido. Esa «Palma de Oro» no merecía serlo, esa película argentina tan celebrada esta hecha por un manco o la clásica: «¿A ustedes les pagan para decir que es buena, no?» Ese es, digamos, el famoso backlash del que hablaba al principio: una fuerte energía negativa que intenta contrarrestar la anterior. «Pararle el carro» o «bajar un cambio» serían acepciones más coloquiales a esa situación.
Tengo experiencia en el tema. Yendo a festivales internacionales desde hace casi 20 años tuve la suerte –o la desgracia– de ver muchos de estos «controvertidos» títulos en sus primeras funciones mundiales. Las películas vienen sin mucho background previo más que los nombres de sus directores y protagonistas (que ya traen sus grupos de fans y detractores) y allí ninguno de nosotros puede pilotearla sobre conceptos ya vertidos respecto a dichos filmes. Uno se enfrenta con la película, si se quiere, mutuamente vírgenes. Es muy usual que muchos aplaudamos películas en festivales como Cannes para luego toparnos, meses después, con que esas mismas películas celebradas son recibidas «en casa» con desdén, desprecio, desinterés y hasta fastidio.
Ejemplos tengo miles –y si bien en algunos casos uno debe admitir que en los festivales se deja llevar un poco por la excitación del momento y exagera apreciaciones sobre filmes que luego, vueltos a ver, empiezan a mostrar sus fallas–, muchos me sorprenden. Me acuerdo de algunos. De EL SABOR DE LA CEREZA a LA VIDA DE ADELE podría citar decenas de títulos que funcionaron de similar manera: gran recepción internacional, backlash de público o crítica en los sucesivos meses. Curiosamente, muchas veces pasa lo opuesto: películas que fueron poco consideradas en los festivales se vuelven «descubrimientos» una vez estrenadas en festivales o salas locales. Creo que la proporción habla por sí sola: hay una necesidad de generar una voz crítica que pueda desmarcarse de cierta «avalancha» de coincidencias y tomar distancia, como necesitando presentar batalla a la película, para ellos, acríticamente celebrada. O viceversa.
Dejo de lado esta eterna introducción para hablar de JAUJA. La película de Lisandro Alonso se estrenó en Cannes y fue considerada por buena parte de la crítica como una película extraordinaria que merecía ganar su competencia y que también debería haber estado en la pelea por la Palma de Oro. Convertida en «objeto maldito», celebrada por los festivales más vanguardistas y los críticos más dispuestos a apoyar este tipo de cine, JAUJA se fue convirtiendo, de mayo a noviembre, en un pequeño mito local e internacional, Top 10 de varias listas anuales de críticos. «La obra maestra de Lisandro Alonso», «una actuación increíble de Viggo Mortensen», «algo nunca visto en el cine argentino», etc, etc. Lo cual, al menos en mi opinión, esta vez no está demasiado lejos de la verdad.
La película llega a Mar del Plata y la recepción es un poco más tibia. Ya sabemos –conocemos el cine de Alonso y es obvio que mucha crítica que considera snob, ridículo y absurdo este cine la va a despreciar de principio a fin–, pero también los que habitualmente defienden –o entienden o aceptan– el cine del director de LOS MUERTOS empiezan a expresar sus dudas, primero, y a sacar su desenfrenado odio después. Pueden leer muchos comentarios en blogs (los que leí en el de Roger Koza, ver aquí y aquí, fueron los que motivaron este post) y hasta varias críticas (aquí les dejo una como ejemplo de varias que hay) que, con argumentos discutibles pero muchas veces bien planteados, empiezan a cuestionar, a desollar la película como si se tratara de un objeto que hay que observar con lupa hasta que se le noten todas las costuras.
Y eso es algo que no se suele hacer ni con la mitad de las películas que operan en ese nivel «festivalero». No veo el mismo nivel de obsesividad para ver si «pegan» los planos y contraplanos de la película de José Campusano (EL PERRO MOLINA) y ni hablar que allí se celebran los mismos desajustes actorales que se le cuestionan a Alonso. No recuerdo nunca tanta preocupación en que se «entienda» exactamente la compleja y lúdica lógica espacio/temporal de la película (ni en David Lynch ni en Christopher Nolan ni en ningún director de cine de autor que haya hecho de ese tipo de rupturas los fundamentos de su cine, de Alain Resnais a esta parte). Que si Viggo agarra bien el arma, si la agarra mal, que si el perro se rasca, si no se rasca. Salvo excepciones, no he visto ese tipo de despedazamientos técnico/filosófico/políticos en el 90% de los cineastas argentinos que estrenan sus películas. Se ha puesto a JAUJA bajo la lupa crítica de una manera que parece hasta premeditada y a la que casi ninguna película podría resistir. ¿Por qué? ¿A qué se debe?
Insisto, no hablo de los que dicen que lo que hace Alonso no es cine o no es entretenido o no cuenta historias y que no pueden salir del multiplex porque les da urticaria si no hay un personaje de Marvel en la dieta cinematográfica diaria, sino otros críticos que han sabido apreciar su cine y que han dicho, hasta hace poco, que se había vuelto hasta un tanto repetitivo y que necesitaba cambiar. Alonso, en JAUJA, cambia, crece, se complejiza, se abre a zonas inexploradas y en la gran mayoría de los casos sale airoso con una potencia lírica y cinematográfica con la que el 95% de los directores argentinos solo podría soñar en noches de tormenta pesada. Y la película –perdonen la insistencia– responde con creces a esos desafíos planteados. Y sin embargo, sin embargo…
Aquí es donde empiezo con las preguntas: ¿Qué es lo que les molesta tanto de la película? ¿Qué trabaje Viggo Mortensen, una estresha de Jolibud? ¿Qué tenga un guión hecho por un escritor (Fabían Casas) y sea mucho más literario que los anteriores? ¿Que tenga fotografía hecha por un finlandés? ¿Qué no sigan siendo filmes sobre un hombre que camina o viaja solo? ¿Qué Alonso no sea la persona más clara y elocuente del mundo para hablar y explicar su cine? ¿Qué la haya presentado en Mar del Plata en lugar del BAFICI? ¿Que no se haya estrenado mundialmente en la Argentina como si se estrenaron casi todas las anteriores y hayan tenido que verla con más expectativas que lo normal? ¿Que al hablar en público Lisandro parece cagarse un poco de risa de todo y hacer bromas? ¿Qué no es K, que no es anti-K? ¿Cuál es el problema?
No puedo quitarme de encima la impresión que hay algo en contra de Alonso: personal, político, motivado por intereses que desconozco. No es que me parezcan injustificadas todas las críticas (puedo no compartir la mayoría de ellas, pero las entiendo), pero son muchas, demasiadas, coincidentes y consistentes hasta en sus formulaciones como para que no resulte raro. No hay película argentina (no hay película en el mundo) que resista a un análisis machacón como el que algunos hacen con JAUJA, realizados casi todos ellos como si hiciera falta destronar a Alonso del hecho incuestionable de que se trata de uno de los mejores cineastas argentinos de los últimos 15 años.
El párrafo que sigue contiene algunos SPOILERS por si quieren evitarlos.
Los casi tres finales de JAUJA han dejado a muchos confundidos, para bien o para mal. Podemos estar más o menos de acuerdo con sus elecciones, pero es innegable que la conexión eleva a la película a zonas a las que Alonso nunca había aspirado antes: ¿es un viaje temporal con el agua como un agujero negro a lo INTERESTELAR –como muy bien lo definió Mortensen–? ¿Es un sueño, un sueño dentro de un sueño? ¿La señora es la hija vuelta anciana, la anciana es la niña del presente? ¿El perro viaja de acá para allá o de allá para acá? ¿Qué onda con el soldadito? ¿O todo es un juego que no significa finalmente nada? Coincido con Alonso y Casas: no lo sé y acaso no me importa. La magia de todas esas escenas, el poder de esas imágenes, la compejidad misteriosa que abrazan esas relaciones me alcanzan para llevarme a lugar de éxtasis cinematográfico que casi ningún cineasta argentino logra llevarme.
Fin de los SPOILERS
Sí, JAUJA es un western pero no es un western. Es una película realista pero completamente surrealista o bizarra. Es una película histórica y no lo es, contemplativa y no lo es, estructuralmente incierta, dramáticamente confusa, visualmente excelsa. Pensé que éramos muchos los que queríamos ver eso en el cine argentino y no tantos dramas pedestres guionados por algún programa online sobre hombres solos en pueblos chicos, comedias de enredos de segundo grado, películas hechas en laboratorios de alguna fundación belga o documentales armados leyendo los diarios de la década del ’70 y buscando algún océano de testimonios para atravesar. Tal vez me haya equivocado o tal vez Alonso, en estos tiempos políticamente espinosos donde hay tantos guardianes de estas o aquellas correcciones, no responde hoy al modelo de cineasta que debería ser: no lo quieren las salas comerciales, no lo quieren los distribuidores, no lo quieren los críticos que se dedican a hacer podcasts de las nuevas películas de las majors y ahora, parece, tampoco lo quieren muchos de los críticos que pretenden defender que en la Argentina se haga un cine original, distinto, alejado de los modelos prefabricados tanto por el mercado como por los laboratorios de fondos.
Fueron hasta ahora unas 7.000 personas a ver JAUJA y tal vez terminen siendo unas 10 mil. Debe ser el triple, o más, que las anteriores de Lisandro. No estuvo bien estrenada (el distribuidor creyó que lanzándola en 16 salas iba a llevar de las orejas a los fans de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS o a los hinchas de San Lorenzo) ni tuvo una buena campaña publicitaria. Al espectador común probablemente no le convenció (lo cual era esperable, por lo demandante de la propuesta) y ya hablamos de lo que pasó con la crítica. Así y todo generó cierta curiosidad como para movilizar a una buena cantidad de gente. Esa termina siendo la mejor noticia –tal vez la única– del estreno de JAUJA en la Argentina, a la que encima proyectaron sin subtítulos en la función de prensa, agregando aún más confusión al asunto.
Me da tremenda pena. Tenemos a uno de los mejores cineastas del mundo y nos dedicamos a demolerlo. Leo online cosas que no puedo creer. Que usa «académicos contraplanos». Que «no sabe filmar». Que «no es un director ni de los artesanos que cuentan historias, pero tampoco un autor como algunos periodistas, críticos, programadores y muy poco público afirman». Que «cualquier comercial de cerveza tiene composiciones superiores mas y mejor equilibradas». Y más cosas así. No salgo de mi asombro y, al final, me quedo con una triste y enojada conclusión: que tienen y seguirán teniendo el cine de mierda que se merecen.
Diego no entiendo por que queres q la critica (los elogios) sean homogeneos. Buscarle las fallas es natural para una pelicula con ese nivel de exposicion, que viene tan celebrada desde las gacetillas de los festivales…le pasa a Trapero, Martel, Szifron y no lo veo malo. Dejemos de lado de lado el chauvinismo: «es uno de los mejores cineastas argentinos». Es cine y punto. No se cual es el gran drama. El tiempo la pondra en su lugar.
El nivel de detalle (la lupa) de la crítica me sorprende.
Vos escuchás de muchas películas que se critiquen los ángulos de un contraplano?
Falta que empiecen a decir que el acento de Mortensen en realidad es de un siglo previo al personaje que representa.
Entiendo críticas conceptuales fuertes, pero hablar mal de la fotografía de la película no solo es una tontería (argumentativamente) sino que no tiene peso conceptual ni se justifica.
Todas las películas tienen, además, imperfecciones, y eso es lo que las hace mejores para mí…
Estoy muy de acuerdo con la nota. Pero así como un final fallido puede arruinar un film, su última y descarrilada frase, a mi criterio, arruina el contenido de la nota. El estilo conciliador, reflexivo, lleno de interrogatorios que pretendía develar, termina arrasado con una oración que desteuye todo y sobre todo, destruye la engañosa elegancia con la que me mantuvo atento leyendo la extensa nota.
Tal vez tengas razón, pero entendé también que uno lee algunas cosas (si vas viendo ese párrafo adivinarás que estaba haciendo copy y paste de varias) y se ceba, se enoja.
Descartá la última frase –no la voy a borrar igual, no da– y hablemos del resto…
«Se ha puesto a JAUJA bajo la lupa crítica de una manera que parece hasta premeditada y a la que casi ninguna película podría resistir. ¿Por qué? ¿A qué se debe?»
La respuesta la das vos mismo más arriba, Diego: «JAUJA se fue convirtiendo, de mayo a noviembre, en un pequeño mito local e internacional, Top 10 de varias listas anuales de críticos. “La obra maestra de Lisandro Alonso”, “algo nunca visto en el cine argentino”, etc, etc.»
Obviamente una película con ese nivel de canonización (que no recuerdo en ningún otro caso argentino, Alonso incluido) iba a (a)traer una mirada hipercritica…
De hecho detesto las crìticas envidiosas, malaleche y populistas que se le han hecho, porque luego en el backlash entramos todos los detractores en la misma bolsa. Y creo que la mía (citada en tu nota) se esfuerza en dar algunos argumentos, gusten mas o menos.
Sin embargo, todas las crìticas contrarias son apenas una pulga picando un perro… No es que el sistema haya dejado de lado una obra maestra, cosa que sería efectivamente lamentable, y ante lo que solo cabría la indignaciòn general (pero tampoco al gran Costa le fue mucho mejor, y aún así no tiene de qué quejarse…)
En fin: yo puedo decir que, como vos, defiendo «que en la Argentina se haga un cine original, distinto, alejado de los modelos prefabricados tanto por el mercado como por los laboratorios de fondos». Simplemente no coincido en que el de Alonso sea el mejor ejemplo.
Saludos
Pero no es la única.
FAVULA es una película que si te ponés ñañoso le encontrás mil problemas.
MAURO también. Ni hablar de la de Rejtman.
Pero me parece triste que en un cine con 120 películas pedorras como tenemos se despedacen películas cuyos méritos son más que evidentes.
Entiendo que no te guste el cine de Alonso y entiendo algunas de tus objeciones, pero muchas que he leído por ahí son hasta de orden técnico que nunca jamás vi que alguien le haga al cine argentino.
En la historia de la cultura pop (cine, TV, música, etc) uno se da cuenta cuando hay una «actitud» o una «intencionalidad» de derribar un mito. Es claro, es obvio, se nota, se lee en el ambiente. Trato de encontrar las razones, simplemente…
Entiendo tu punto, pero me parece que hay que verlo en perspectiva.
Digo: nadie puede no acordar en que ”en un cine con 120 películas pedorras como tenemos se despedacen películas cuyos méritos son más que evidentes”. Pero Jauja no es una película más! No se la puede comparar con Favula o Mauro (y eso que no les fue mal): está a años luz en cuanto a su canonización, esa es la cuestión.
Pero en esto yo no veo una “intencionalidad de derribar un mito”, al menos no de modo tan autoconciente… del mismo modo en que no lo fue la construcción del mito, supongo. En todo caso, es cierto que cuando un cineasta pica muy alto en la consideración internacional (y nació en el propio país) hay mucha gente dispuesta al abucheo: a Martel le pasó lo mismo en Cannes con La mujer sin cabeza, pero tampoco afectó a su carrera… Alonso va a seguir filmando y estando en la consideración de la crítica por largo tiempo, no cabe dudas.
Digamos entonces que lo que habría que exigir es una crítica más argumentada (sea en contra o a favor…)
Creo que exagerás con su canonización internacional. Es solo en ciertos sectores de la crítica y solo en ciertos festivales. A Fremaux no le interesa el cine de Alonso (los detalles son off the record, pero ese dato es insoslayable) y solo es «endiosado» en algunos costados cada vez más perdidos del cine internacional, uno del que ya Cannes no se ocupa, Venecia tampoco, Berlín muy poco y Rotterdam lo hace porque funciona como un supermercado.
No te confundas: canonizada por Cannes está Lucrecia y Trapero, a quien Fremaux pone a presidir un jurado. Alonso, a duras penas, es tolerado allí para darle a la «gilada» (nosotros, digamos) algo de lo que agarrarse y no salir puteando de ahí.
Lo tuyo, igual, leyendo los intercambios y comments de tu post en el blog de Roger, va por una dimensión política que no ves en el cine de Lisandro a lo David Walsh a través de la cual no te puedo seguir. Respeto que veas el cine así, pero me parece que son como «anteojeras» que te hacen perder muchas cosas bellas que ofrece el cine…
Abrazo,
d
Ok. Se que a Fremaux no le interesa, y que «solo es endiosado en algunos costados cada vez más perdidos del cine internacional», pero aún así no lo veo tan lastimoso: no deja de estar en la lista del año de S&S, y dudo en que tenga problemas para encontrar fondos, productores y festivales que lo acojan… Ahora bien, si lo que quería incluyendo a Viggo es saltar hacia ese otro nivel de consideraciòn, tal vez sea lo que debiéramos estar discutiendo (o no es todo lo contrario de «La libertad»?).
Desde ya, lo mio va por «una dimensión política a lo David Walsh», pero no se trata de un alien insertado con forceps desde una suerte de afuera apolitico, sino una dimensión presente en cualquier pelìcula! Es decir, yo siento màs bien que son quienes no la ven quienes llevan “anteojeras” para no ver la realidad (como en They Live, como para tirar un tìtulo que es puro disfrute, je).
En ciertas èpocas solo se podía leer todo desde lo polìtico, en la nuestra parece que debemos hacerlo negando todo lo político… incluso en una pelìcula con un discurso tan fuerte como el de «Jauja».
Abrazo.
NP: Bueno, justamente, lo de ver en JAUJA un discurso político fuerte nos lleva al territorio en el que resulta muy difícil seguirte.
Yo no tengo cómo seguir una discusión desde ahí.
Comparto tu enojo, Diego, y también comparto lo que decís respecto del éxtasis y la complejidad que abrazan ciertas imágenes que Alonso propone.
Momentos como los del plano en el que vemos, sentado, por primera vez al ya célebre perro de la película, representan algo extraordinario en el cine argentino reciente (y no tan reciente), cuestión que siquiera merece una reflexión algo más dedicada en lugar de tanto ditirambo o diatriba.
hola diego¡
te aclaro q vi todo el cine de alonso y sus peliculas me gustaron todas al punto q liverpool
me habia parecido genial .
estamos ante «un distinto» futbolisticamente hablando.ese cine que parece la mayoria no interpreta o no quiere enroscarse al verlo.
no esta mal q la critica hable maraviilas de jauja ,lo malo seria subestimar al publico por no ir( y saber si le gusto no lo sabremos ya q no existe el boca de urna cinefilo)
la pelicula no me gusto.y por ende no la puedo recomendar.ni viggo. ni casas. ni los planos.punto.
y no te enojes con la gente,por q si 3.000.000 de personas vieron relatos salvajes por algo es.
y bien sabes q no es un cine de mierda.
resumiendo. los criticos q sigan recomendando peliculas como las de alonso y q el publico decida q quiere ver .
David Lynch es un ladri, pero al menos en la de Nolan (que no es ninguna maravilla) la ruptura tiempo/espacio tiene un sentido con la trama que se viene contando, nos guste mucho o poco, de eso se trata toda la película. En JAUJA ese final es un capricho snob de quien no tiene idea como terminar una película que no va a ningún lado, ni tiene el menor interés en ir en ninguna dirección, porque la nada es muy valorada últimamente. Si al final apareciera Alf y se lleva a Viggo en un plato volador sería el mismo final, uno absurdo que no tiene la menor conexión con la película. Basta escuchar hablar a Alonso sobre eso para darse cuenta su propio desoriente. JAUJA es la peor película de Alonso, que supo hacer muy bien sus docu-ficciones previas, pero con actores a la mano y cierta «presión» (autoimpuesta) de tener que «contar historia», naufraga feo. La primera parte de la película es un papelón a todo nivel, después repunta cuando queda Viggo solo (el Alonso clásico), y al final… ya sabemos.
«Si 3.000.000 de personas vieron relatos salvajes por algo es.»
Muchas de las discusiones se mueren ahí. Les recuerdo que Manuelita, un bodrio descomunal sin director, la vieron 4 millones o algo así. Dicho de otro modo, Szifron o Campanella no se pueden discutir. Solo se discute a los que no recaudan millones.
Bien Peacock. Buena nota. Ahora el problema es encontrar la razón profunda detrás del odio y las críticas ensañadas contra Alonso (no hablo de Prividera, que es un detractor sistemático de su cine y sostiene sus ideas). Eso de que no sabe filmar, que los contraplanos son académicos, que los actores no sé cuanto, que es peor que un comercial.
Pero, en el fondo, creo que no me gustaría conocerl esas razones. Lo que se intuye es demasiado feo.
Quintìn, no termino de ver que intuyen vos o Lerer. Pareciera haber algo del orden del complot, y ese anàlisis no sirve ni para pensar la canonización, no digamos ya la respuesta crítica negativa (mínima, insisto, porque estamos ante un indiscutible… y las reacciones airadas ante los cuestionamientos lo demuestran).
Por otra parte, es falso que Campanella o Szifrón no hayan sido discutidos! Si reducimos esto a la mera batalla entre «cine industrial» versus «independiente» no hacemos más que reforzar dicotomísa que no sirven en estos casos…
Porque no basta con decir, como Casas, que «si se pasa la pelìcula para atràs aparece Darín»: ese chiste como mìnimo poco feliz (en cuanto Mortensen es una megaestrella que oscurece a Darín) es bastante claro en cuanto a lo que al menos yo le critico… Y creo que ese cancherismo, ese sentirse màs allà del bien y del mal que se ve en esas y otras declaraciones, son parte de lo que irrita a algunos crìticos.
En fin: que no debiera haber intocables, sino buenos o malos argumentos para atacarlos o defenderlos. Pero ya sabemos que los cánones no se construyen (solo) con argumentos.
Creo que lo que intuís es cierto, Q.
Creo que a Lisandro –como a la troupe de El Pampero, a Rejtman o a Piñeiro– lo que no se les perdona es que sean tipos de cierta clase social (acusación que no se sostiene en la mayoría de los casos), que hayan ido a la FUC, que no sean K (o no hayan demostrado serlo), mientras que es mucho más «políticamente correcto» ponerse del lado de Jose Cluster Campusano, el «Chango» Perrone, Hernán Rosselli o ahora a Rodrigo Moreno porque habla de la plusvalía en sus películas.
No tengo nada en contra de todas estas películas (para mí no cambia nada que sean de acá o de allá en tanto su cine me interese), pero leyendo todo lo que se escribe sobre ellos en algunos sitios (Haciendo la Crítica, en especial; y NP y, me temo, cada vez más Roger, cuyo entusiasmo por JAUJA parece haber disminuido estos últimos días tal vez en el mismo contexto) lo que recorre gran parte de los textos es, básicamente, un clima de época político que nos va a terminar por liquidar a todos…
En realidad, lo que deberían mirar muchos de ellos y no ven son las curiosas listas de subsidios del INCAA, en la que se maneja mucha más plata de la que los «acusados» deben rendir cuentas.
Diego, yo he criticado a Perrone y a Moreno. Y Roger no para de hablar bien de Jauja… Así que reducir todo al clima de època es un disparate (màs cuando en el cine no cambió nada: o todos están haciendo «cine kirchnerista» o «antikirchnerista»y no me di cuenta?)
Digo: discutamos a fondo «las curiosas listas de subsidios del INCAA», pero recordá que lo suele hacer La Nación dicendo que pelìculas como Jauja recibieron apoyo… O sea: no generalicemos ni mezclemos los tantos.
Dicho de otro modo, es este clima kirchnerista de mierda, lleno de alcahuetes y policías. Yo no los tengo claramente identificados, pero se respira un poco de clima de delación en el ambiente.
Horrible.
Q, retomo a partir de tu comment de arriba, donde decís: «justamente, lo de ver en JAUJA un discurso político fuerte nos lleva al territorio en el que resulta muy difícil seguirte. Yo no tengo cómo seguir una discusión desde ahí.»
Yo dije que la pelìcula tenìa un discurso fuerte. Lo polìtico es precisamente negarse a leerlo, cuando está en primer plano (su posiciòn posmoderna, para decirlo en una línea).
Pero desde ya prefiero que no la sigamos si todo va a derivar en «este clima kirchnerista de mierda», porque ahì el que no te puede seguir soy yo: no veo como se puede sostener una discusiòn polìtica desde ahí. Y mucho menos leer desde ahí esta discusión en particular.
No se si Alonso es K, antiK o apolítico. Para el caso importa tanto como la filiación de Campanella (un antikirchnerista que ha hecho a su pesar pelìculas «kirchneristas»…). La cosa es complicada, y de eso se trata cualquier lectura de lo político en el cine.
En fin: te pedirìa que leas el capìtulo que le dedico en el libro a «La libertad». Ahí sí podemos seguir la discusiòn con màs argumentos…
NP. En este momento, la política me hiere de tal modo que no tengo ganas de verla en las películas. El kirchnerismo es una pesadilla de la que el cine no logra rescatarme.
No se donde va a caer este comment (con tantas capas esto parece una película de Nolan), pero quiere ser una respuesta a tu última salida, Q:
Cuando decís que «el kirchnerismo es una pesadilla de la que el cine no logra rescatarme» lo hacés sin ironía joyceana, no viendo que la evasión no solo es imposible sino paradójica: la política es precisamente eso que hiere aun a quien no quiere verla ni en las películas… (No casualmente en ese sentido leías también el cine de Piñeiro en tu artículo de Cinemascope.)
NP.
1) Yo no hablé de complot y no pienso que lo haya.
2) Lo de Campanella y Szifron iba para el que dijo «Si metió 3 palos por algo es».
3) De todos modos, tu apoyo a Campanella (ese sí que filma muy mal) me sigue resultando inexplicable. Szifron no filma mucho mejor, después de todo, pero es más prolijo.
4) Yo a Casas no le compraría un auto usado. ¿Pero qué tienen que ver sus comentarios frente al público en MDP?
5) Nunca defendí que haya intocables. Como Martel, por ejemplo, que además no me saluda, Así de intratable es. Mucho más soberbia que Alonso, si vamos a ese terreno.
Saludos
Q
1) Preguntè porque dijiste «lo que se intuye es demasiado feo», y lo dejaste picando…
2)Yo no «apoyo» a Campanella, del mismo modo en que no «odio» a Alonso. Más bien trato de entender el éxito de sus películas (sea de público o crìtica), más allà del juicio de valor.
3) Lo de la relaciòn entre los comentarios y la pelìcula lo expliquè en mi propia nota y sus comments de lectores. Creo que hay relaciòn directa, el mismo modo en que entiendo la necesidad de separarlos que tienen algunos críticos. Y ya que tiraste lo del auto usado pregunto: por qué le comprarías un guión?
5) Nadie acepta que hay «intocables», pero fijate las respuestas que hay cuando se critica a Alonso! No recuerdo que haya pasado lo mismo con Martel o ningún otro director. Está màs canonizado que el Papa, otro argentino orgullo del mundo.
Saludos.
Lo de Casas venía por la actitudes. Lo de San Lorenzo, etc.
No creo que Jauja tenga «un guión» en sentido convencional, un argumento. Sí tiene cosas que están claramente escritas por Casas, como toda la sarasa del principio, que está ahí como contexto de un situación más bien farsesca. Esa es una de las cosas que me gustan de la película, el tono de farsa al que Viggo se presta muy bien, como cuando hizo de Freud con Cronenberg. Pero es una de las tantas cosas raras, originales, divertidas de la película.
Como siempre, estamos de acuerdo pero en el sentido inverso: toda «la sarasa del principio, que está ahí como contexto de un situación más bien farsesca» me parece precisamente lo que desnuda la impostura de la película (que el final confirma). Y obviamente no puedo ver en eso nada de «raro, original, divertido». Pero tampoco entiendo cómo podés hacerlo vos después de haber ensalzado «La libertad» por los motivos opuestos (es decir, por no ser una farsa… que es lo que yo siempre vi, aunque en el peor sentido de la palabra). En mi libro hablo precisamente de eso en el capìtulo dedicado a la película (y discuto con un no tan viejo artículo tuyo…)
Sr. Quintín, se que seguramente es atrevido pedirle una explicación al dicho de que Campanella y (algo menos) Szifrón filman mal o muy mal. Digo atrevido porque posiblemente no tenga ganas de hacerlo por este medio o simplemente no tenga ganas. Aun así, habrá algún escrito suyo en donde argumente esta posición? Muchas gracias.
«Debate: La controversia Jauja»… Hay que estar al pedo, muchachos, eh.
Lerer:
No soy detractor de Lisandro Alonso. Tengo en alta consideración sus 4 primeras películas, sobre todo Los muertos y Liverpool. Me parece que es un cineasta fundamental del nuevo cine argentino. Pero: ¿no es posible considerar el caso de que haya hecho una película fallida? ¿Es la primera vez en la historia de la crítica, argentina o internacional, que una película despierta valoraciones contrapuestas?
» No salgo de mi asombro y, al final, me quedo con una triste y enojada conclusión: que tienen y seguirán teniendo el cine de mierda que se merecen». Nunca dijiste que el cine que se hace acá es «un cine de mierda». Ese final parece un exabrupto, es injusto, pero lo sorprendente es que solo en el final de tu nota enojada y nunca antes hayas indicado ese desprecio. ¿Te parece que el resto de la producción argentina está tan por debajo de JAUJA? ¿Podrías fundamentar la maestría de esta película, que colocás tan lejos del resto, más allá de tu bronca?
» No salgo de mi asombro y, al final, me quedo con una triste y enojada conclusión: que tienen y seguirán teniendo el cine de mierda que se merecen». Dice: «Se ha puesto a JAUJA bajo la lupa crítica de una manera que parece hasta premeditada y a la que casi ninguna película podría resistir. ¿Por qué? ¿A qué se debe?».
Sorprende que a un crítico le sorprenda y hasta le indigne que una película se ponga «bajo la lupa crítica de una manera que parece hasta premeditada». ¿Qué otra cosa podría hacer la crítica de cine?
Decís: «Se ha puesto a JAUJA bajo la lupa crítica de una manera que parece hasta premeditada y a la que casi ninguna película podría resistir. ¿Por qué? ¿A qué se debe?».
Que yo sepa es lo que la crítica tiene que hacer con cualquier película, poner la lupa crítica de una manera premeditada. ¿Por qué no lo hacés también con FAVULA o MAURO? Se supone que eso es a lo que los críticos se dedican. Porque si no, queda la penosa sensación que te parece que son «películas de mierda» pero vos obviaste el punto con aire de perdonavidas.
Saludos
Sorprende que a un crítico le sorprenda y hasta le indigne que una película se ponga «bajo la lupa crítica de una manera que parece hasta premeditada». ¿Qué otra cosa podría hacer la crítica de cine?
Bueno, mi comentario anterior salió un poco dislocado por las repeticiones. Espero que se entienda, saludos.
Me preocupa la final de Huracán, Cuervo.
El resto, me tiene sin cuidado…
No, hablando en serio, mañana te contesto mejor. La cabeza no me da para más y las obligaciones familiares me convocan!
PD: Una sola cosa, buena parte del cine «de mierda» del que hablo casi nadie llega a verlo. Me refiero a esas 60, 70 películas que se estrenan y que no existen más que para cobrar subsidios. O acaso exagero, no sé, pero viendo tanta película mediocre y adocenada (el clásico 5, 6 puntos) me duele ver la violencia que le desatan a una peli como JAUJA que al menos se arriesga a ser «desacatada»…
Ok, el porcentaje de películas buenas en relación a las descartables no difiere entre el cine argentino y el del resto del mundo. Lo mismo se podría decir de las películas que se dan en el Bafici: hay un 20% de películas buenas y un montón de chatarra. En general, creo que proporciones similares se pueden encontrar en cualquier época y lugar. Lo que me llamó la atención es el exabrupto de decir que tenemos un cine de mierda: incluso entre esas 130 películas que no ve nadie (y que los críticos no comentan) hay muchas que son discutibles pero no de mierda. Un solo ejemplo: ¿quién puso a Criada, una de las películas más notables de los últimos años, en el foco de la consideración que se merece?
Simplemente no creo que tengamos un cine de mierda.
Y sí, yo también estoy más preocupado por Huracán que por Jauja.
Lo mismo que se le critica a algunos es ignorado cuando no justificado en otros. Pasa en el cine y en todos lados.
PD: La publicidad que hicieron de la película en la radio era cualquier cosa, hablaba de «polémica» y cosas así, te querían vender la película, no sé, como si fuera una de Von Trier o Noé.
Felicitaciones Diego, escribiste todo lo que yo pienso y ojo que no soy fan de Alonso dado que es la primer pelicula que veo de él, pero realmente me fascinó, es como una obra de arte y si la gente no puede sentarse en una butaca a disfrutar de una pelicula así es una verdadera lástima.-
No me extrañan las reacciones porque también se discute a Messi, pero hemos retrocedido mucho como sociedad, yo recuerdo el gran debate masivo que generó 2001 Odisea del Espacio de Kubrik, pero son otros tiempos.- Me di cuenta que sos hincha de Huracán saludos de una cuerva Ja!!!
manuelita,bañeros 4… Ya se q metieron mas de tres palos
Lo digo por q relatos gracias al boca boca anduvo
No hay q enojarse como criticos si no funciona la peli. Uds hacen muy bien su trabajo . Y repito. El publico elige.
Hola.
«…y hasta varias críticas (aquí les dejo una como ejemplo de varias que hay) que, con argumentos discutibles pero muchas veces bien planteados, empiezan a cuestionar, a desollar la película como si se tratara de un objeto que hay que observar con lupa hasta que se le noten todas las costuras».
¿Cuestionar? ¿Desollar? ¿Meterme con sus costuras? Posta que no creo haber hecho semejante cosa con «Jauja», que me cuenta entre sus defensores.
José, disculpas, creo que puse el link equivocado ahí.
Saludos,
diego
Buena nota, coincido mucho y acompaño en el dolor -me gustó muchísimo la peli, tan hermosa, fresca, libre, divertida, tan suya- ignoraba que Alonso generaba semejante mala onda entre sus compatriotas, lo cual es sólo otra cosa que habla mal de ellos. Pero me sorpendí mucho en Mar del Plata con el nivel de agresividad en que dejó a algunos después de verla. Nos peleamos con un sacado que me dijo cómo podía haberme gustado, que «habría que denunciar a los que dan subsidios a semejante cosa» -ni sé, pero creo que subsidios oficiales ni tiene la pobre y bella Jauja- porque era resultado de «un reprobado ejercicio de primer año de escuela de cine». Sic.
En un punto, es tan tristemente argento el asunto, ¿no? Fuera de la mediocridad boquean.
Que les den.
Jauja fue subsidiada, tiene el sello del INCAA. Alonso y Casas formaron parte de la comitiva que fue a reunirse con Cristina, organizada por el INCAA, antes de viajar a Cannes. Jauja se programó como primera película de la competencia internacional de un festival como Mar del Plata, que cuenta al INCAA entre sus organizadores.
Agrego un factor que no tiene nada que ver con lo que se dijo hasta ahora: En Mar del Plata fue un hit con salas llenas y mucha atención. En las salas comerciales en Bs As fue muy mal. Creo que se debe a gente que fue atraída por Viggo Mortensen y al hecho de figurar en la cartelera de los cines shoppings. Mucha gente va al shopping a ver qué hay y se encuentra con «una de Viggo», Yo he conversado con Alonso hace unos años y me dijo que no quería estrenar Fantasma o Liverpool en shoppings, porque eso era tirar la película en un campo hostil. El prefería hacer 16 funciones en la Lugones, para un público que supiera lo que iba a ver. Se ve que ahora cambió de opinión. Además de que el macrismo tiene la Lugones cerrada desde hace más de un año.
Oscar.
Vamos de a poco.
-JAUJA tiene guita del INCAA porque Alonso decidió –está en su derecho– de participar del sistema de subsidios. No hay delito en eso. No es, queda claro, una película «favorita» de la institución tampoco. En Cannes todo el INCAA fue a ver RELATOS SALVAJES y no recuerdo a nadie en la sala viendo JAUJA. Tal vez me equivoco, pero si había alguien era alguno que otro suelto y no la delegación que fue a ver RS.
-Alonso y Casas fueron a la Casa Rosada porque no podían tampoco no ir, no corresponde rechazar una invitación así. O ellos pensaron que no correspondía y es una decisión aceptable para mí. De hecho –no sé si debería contar esto, pero ya fue– metieron en la Casa Rosada a un par de amigos de un bar que son muy K y los hicieron pasar como técnicos de la peli porque querían conocer a Cristina. Si mirás el video de la ceremonia te darás cuenta que no están ahí ni robando cámara ni buscando selfies. De hecho, ni siquiera sé cuál es su opinión respecto a la presidenta. Nunca lo he hablado con ninguno…
-JAUJA entra a Mar del Plata porque el festival tiene un pequeño grupo de programadores talentosos e inteligentes que tienen excelente gusto en cine. Apostaría que sin ellos jamás la habrías visto allí.
-La película se estrenó en 16 salas por decisión de la distribuidora, no de Alonso. Sí, es cierto, Alonso aceptó que era una película más comercial que las otras (lo cual no es mucho decir) ya que al menos tiene un actor conocido y algo parecido a una trama. Y le fue mal, pero de todos modos hizo más espectadores que las anteriores. Coincido con vos que era una película para menos salas (6, 7, 8? cuak), pero muchos entran en este juego absurdo de ir por todo el primer fin de semana y perder. Preguntale a Fendrik sino…
-Lo de la Lugones es una verguenza, lo sabemos todos. Esperemos que la vuelvan a abrir en febrero y con DCP. Y que la película que la abra sea JAUJA…
Diego:
– no se me ocurriría decir que es un delito tener subsidios del INCAA, ya que soy partidario de que el cine argentino sea subsidiado; tampoco se me ocurriría quejarme por que el INCAA subsidie a películas que tienen pocos espectadores, porque entonces me podría quejar de que el Instituto haya subsidiado El romance del Aniceto y la Francisca, Liverpool o, sin ir más lejos, Jauja. Creo que este cine frágil debe ser subsidiado. Si dije lo del subsidio a Jauja no es para imputar delito alguno, sino para refutar a la lectora Mariana, que dijo:
» creo que subsidios oficiales ni tiene la pobre y bella Jauja- porque era resultado de “un reprobado ejercicio de primer año de escuela de cine».
Así que, en buena hora Jauja haya sido subsidiada y ojalá el INCAA lo siga haciendo con esas «130 películas que no ve nadie» (grupo que incluye a Jauja).
– Tampoco hago ninguna acusación al referirme al hecho incontrastable de que Lisandro y Casas hayan estado en la recepción de Cristina. Lo cito para desmentir las lecturas paranoicas de que se critica duramente a Lisandro por ser antiK. Al menos en su vida pública no encuentro que él haya hecho ninguna manifestación antiK; la podría haber hecho perfectamente y estaría todo bien. Lo que se vuelve absurde es creer que hay una persecusión a Lisandro por sus ideas políticas. Por otro lado, Alonso y Casas, como cualquier otro cineasta o ciudadano argentino pueden rechazar estar en una reunión con la presidenta. No creo que eso tuviera consecuencias muy graves para Lisandro. En la Argentina de hoy rechazar una invitación de Cristina te puede dar tapas de los grandes diarios. Así que si ellos fueron es simplemente porque quisieron ir y no porque estaban obligados. De todos modos, te aclaro que yo tengo una muy amable realción con Alonso y nada de lo que digo es una imputación contra él: no es delito recibir subsidios del INCAA ni ir con Cristina. Es falso decir que a Lisandro se lo persigue por no ser K.
– Jauja se vio en Mar del Plata: si la dirección del festival no hubiera querido que se diera, es posible que no se habría dado. Fijate que Tierra de los padres no se dio en Mar del Plata ni en el Bafici: ahí parece que los programadores no hicieron suficiente fuerza para que se viera?. Así que no veo manera de victimizar a Jauja habiendo ocupado un lugar tan eminente en el Festival. Me parece que en Mar del Plata Jauja fue tratada con todos los honores. No encuentro una manera de hacer de ese trato una lectura que deje a la película como víctima. Me resulta ridículo pensar que los programadores hayan metido a Jauja en un lugar tan destacado de contrabando, pero que los kirchneristas o «los conservadores del festival» hayan mandado a algunos críticos a escribir críticas adversas. ¿No sería más sencillo pensar que a muchos críticos no les gustó, sin ver «algo oscuro» en eso?
– La cantidad de salas: Lisandro esta vez entregó la decisión a la distribuidora. Con las películas anteriores él se reservó esa decisión. Yo creo que se trata de una responsabilidad compartida entre los distribuidores y él, y que fue una mala decisión. Jauja podría estar en cartel si hubiera tenido un lanzamiento más discreto. Incluso toda esta polémica podría ayudar a que la película se viera. Me parece que el principal atentado contra la recepción de Jauja, una película difícil, sea cual fuera la valoración que tengamos de ella, fue lanzarla con el anzuelo de Viggo Mortensen en los shoppings.
– Ojalá se abra pronto la Lugones y pasen la retrospectiva completa de Alonso, para poder discutir sus películas en perspectiva. Creo que ahí muchos tendrían que revisar la demasía de que Jauja es lo mejor que hizo. Para que se abra la Lugones deberíamos tener el tema siempre sobre el tapete. En cambio, creo que esta polémica ni siquiera nos permite hablar de Jauja sino de las «motivaciones ocultas» por las cuales algunos críticos la rechazaron, un tema que nos debe interesar a un microclima muy acotado.
Solamente dejo constancia que, excepto por las tres objeciones que he escrito en mi crítica, la película de Alonso me parece extraordinaria. Mi apoyo es el mismo que tuve desde la primera vez que la vi. El diario en el que escribo me ha pedido una defensa. Y la misma será política. Sí, política. Saludos. RK
Pregunto, igual, solo de curioso: POST TENEBRAS LUX no tenía también tres o cuatro escenas incongruentes y no del todo felices? Qué hace que esa película conserve su máxima calificación y esta –por algunas observaciones menores, ya que la masturbación está hecha con un cuidado que jamás Reygadas se tomaría, por ejemplo, y lo del culo habla más del espectador que de la película porque yo, que la vi tres veces, ni lo recuerdo– sea, digamos, «castigada»?
No sé, preguntas que me hago…
Abrazo,
d
Ya solo falta que le hagan un acto de desagravio…
Realmente me sorprende semejante reacción, simplemente porque no fue unanimente aplaudida. Pero más me sorprende que no se vea eso como un problema. No les parece hora de preguntarse qué (no) estamos discutiendo?
¿Qué no estamos discutiendo, Nicolás?
Tal vez no me doy cuenta, tal vez sigo apegado a conceptos o valores cinematográficos que quedaron viejos y que hoy, en este contexto, no significan nada.
En serio, pregunto sin ironía: ¿cuál es la discusión que hay que dar?
Parecería que lo que estamos discutiendo es «¿cuál es la razón por la cual Jauja no fue aplaudida en forma unánime? ¿por qué solo el 66 por ciento de los críticos la consideraron magistral, genial e insuperable? ¿qué cosa rara esconderá el 33 % de los críticos a los que les parece una película fallida, mala, regular, más o menos, floja o desechable?». Creo que en esa discusión ni siquiera estamos discutiendo Jauja.
Dejemos de lado el contexto (mirà quien te lo dice, je): no veo que tiene que ver en esta discusiòn, tal como lo han planteado vos o Quintín. Me parece una demasía.
Como dice Cuervo, pareciera que lo que estamos discutiendo es que la crìtica no esté 100% alineada atràs de «Jauja». Pero no es solo un 66% a favor (eso es imdb, supongo, donde vota el público): en todaslascriticas es un 74% (y solo porque una se suma como 0). Cuando salga la de Rotten tomatoes va a ser todavía màs alta… Entonces? Entendería esta discusión si ni la crìtica ni los festivales prestaron atención a una obra maestra (esao serìa una defensa necesaria), pero no es el caso: hablamos de una pelìcula que està en el top ten de los criticos, estrenada en Cannes y vendida a medio mundo!
Lo que deberìamos discutir, entonces, es por què algunos directores (o cànones) parecen ser intocables, cuando la misión de la critica no debería ser canonizar sino dudar filosoficamente de todo…
Aprovecho para dejarles un breve texto de Daniel Freidemberg que muestra la reacción contraria (y nadie puede acusarlo de no apreciar la poesía…):
http://www.tallerlaotra.blogspot.com.ar/2014/12/otra-mirada-sobre-jauja-y-la-critica.html
Nico, Daniel.
No entiendo el concepto «metafísica cholula».
Si me lo explican, agradezco. Soy torpe, un tanto bruto, vio?
Si la misma escena era con Argentino Vargas o Misael en lugar de Viggo sería «metafísica del campo popular»? O «metafísica de la explotación»?
Tampoco entiendo que habiendo hecho «Tierra de los padres» utilices términos como «declamación», «impostación» o «planificada trascendencia». A mí, aclaro, me gusta tu película, pero se la puede acusar de esas mismas tres cosas con bastantes más elementos que a JAUJA…
Con cariño,
d
Diego, en su momento Noriega confundiò las lecturas con «declamación», pero vos sabés perfectamente la diferencia: me refiero a diàlogos que si hubieran estado en otra película no hubieran pasado el control de calidad de la crítica, y ante todo a su interpretaciòn afectada (como la del actor que comparte las primeras escenas con Viggo…)
Por otra parte, en “Tierra de los padres” no hay ninguna “planificada trascendencia”: no hay ninguna metafìsica en la pelìcula, sino más bien puro materialismo (poètico, eso si, y le agradezco al maestro Freidemberg que lo vea).
Si por «planificada» te referìs a «programàtica», sin duda en parte la película lo es. No menos que «Jauja»… Pero yo nunca defendí «la libertad».
Eso deberíamos estar discutiendo, por ejemplo: por qué una película
que niega todo lo que fue canonizado por la crìtica en la obra anterior de un director es defendido por esa misma crìtica como un «giro notable» sin que se le mueva un pelo.
O incluso dejando de lado la pelìcula misma, por què esta reacción desmedida ante unas pocas críticas negativas a una película hiper-recontra canonizada como «la mejor» de su director («uno de los mejores del mundo»), etc.
Hay que aceptarlo sin chistar? (No se trata justamente de debatir los cánones? O como es el «nuestro» ya no podemos ponerlo en duda?)
Yo me pierdo ya a quién y qué contesto, pero no me parece mal que se lo critique, solo me llamó la atención e intenté una lectura. Fue exagerada? Tal vez, quien sabe…
De todos modos, yo no festejo que sea una película radicalmente distinta que las anteriores. Para mí es un poco distinta nomás. No es «el día y la noche». Está la crítica en el blog, si la buscás…
El plano del cementerio hacia el río no podría ser considerado como de «planificada trascendencia»?
No se, pregunto…
Y a mí Fondari no me molestó. Alguna que otra línea de diálogo posterior sí, son un poco toscas, pero quiero volver a un tema específico: la voluntad de poner la mirada en eso. Yo veo películas todo el tiempo con errores o desajustes actorales de ese tipo (de Campusano a Rosendo Ruiz, de Moreno a Murga, los que quieras) y con otros problemas también de ese tipo, pero vos también sabés que uno como crítico pone el ojo y la intención donde la quiere poner. Si la película te lleva puesto no te vas a detener demasiado en si un actor secundario dice mal un par de líneas. Si la ves con interés y enganchado, aún notando un error, digamos, de «continuidad», no te importa (yo, de hecho, defiendo el cine imperfecto más que el «redondito»). Y así, con todo…
Yo entiendo, a vos no te gusta el cine de Lisandro y lo mirás siempre buscando ese ángulo que justifique tu punto de vista y calculo que te pasa lo mismo con el de Piñeiro, entre otros. Pero que de golpe todos se hayan vuelto maestros de actores o vayan al cine con un compás a medir el ángulo de un contraplano me sorprende. Misael decía diez palabras por teléfono en LA LIBERTAD y era una piedra actuando. Nadie jamás se detuvo en eso. Anyway, ya lo dije mil veces y fue…
Respecto a «descanonizar», estoy de acuerdo con vos: hace falta. Pero no creo que sea el caso de Lisandro para mí. Yo puedo sacarte de todo canon a los Haneke, a los Von Trier, a los Escalante, a los que quieras. Pero me parece que el cine de Lisandro no lo merece. No es que dejó de hacer lo que hacía para traicionarse, no es un invento de nadie. Está buscando variantes y encontrando caminos. Y eso, para mí, es respetable. Es lo mismo que está haciendo Perrone: probar cosas nuevas con elementos similares a los de antes pero organizados de manera diferente. Acierto y error, prueba y ensayo, mejores y peores momentos, mejores y peores películas. Pero se mandan a un terreno inexplorado, como el personaje. Y yo eso lo festejo, por más que un actor diga mal una línea o que sea un chiste malo que un personaje se llame Billiken. No me cambia…
Diego:
puede ser simplemente que Lisandro se haya lanzado a intentar un camino nuevo, y a algunos nos parezca que no le salió bien. Que las líneas sobreescritas por Casas sobre la campaña del desierto, de retórica muy novelesca y dicha con dispar suerte por actores con tendencia a la teatralidad sean no solo lo contrario de la parquedad que Lisandro cultivó hasta ahora, sino que desentonen con la tonalidad de otros actores de la película: de hecho, los daneses no usan esa tonalidad y actúan en clave naturalista. A veces en una misma escena Mortensen actúa en un tono y Bigliardi viene con los clisés propios del teatro porteño independiente que funciona mejor en las películas del Pampero. Vos le quitás peso a ese problema. A mí, que no soy Prividera y que siempre valoré el cine de Alonso, esa irrupción de la teatralidad y esa coexistencia de registros, no me parece un tema técnico ni menor. Me resulta una ruptura de la fluidez de la película, me evoca el punto de vista de Bresson acerca de lo peligrosa que es una palabra falsa, así como la impostación teatral en el cinematógrafo. ¿Lisandro quiso desmarcarse de eso? Creo que no le salió bien. No hay que desterrarlo por eso. Ni siquiera todos coincidirán con esa valoración. Simplemente a algunos nos parece que la película chirría por ese lado y por eso no califica como la obra maestra que otras respetables personas quisieron ver. El asunto es que yo no me muero de ansiedad por el hecho de que vos, Quintín o Roger la consideren genial, pero vos y Quintín ven «algo muy feo» en el hecho de que algunos no nos parezca así. Y el tema de los diversos registros de actuación no es el único tema FORMAL (no simplemente técnico) que encuentro en la película; yo encuentro fallas en la estructura, un punto de vista errático, cambios en el criterio de puesta en escena. El diálogo entre la hechicera y Viggo está filmada como un paso teatral, con los sillones dispuestos como un escenario y la iluminación de una sala teatral, con la cámara en un juego de plano y contraplano que va siguiendo los parlamentos de los actores; la puesta en escena de esta secuencia no tiene nada que ver con lo anterior ni con lo posterior en la película. Así como el tono histórico farsesco del primer tramo, donde Casas introduce la novela del desierto, es abandonado a la media hora de película para no volver a retomarse nunca bajo ningún aspecto: ¿hay ahí algún metalenguaje que nos lleve a reflexionar sobre los estilos contrapuestos del cine, sobre la relación entre cine y literatura, entre actuaciones teatrales y naturalistas, sobre la fricción entre el cine y el teatro? Yo no encuentro indicios para decir eso, sino solo un criterio errático para resolver las escenas. Si alguien encuentra alguna articulación entre estas discordancias e incongruencias estilísticas, debería mencionar los signos que lo indican. Mientras tanto, el señalar esos ruidos (en mi caso sin ningún encono personal hacia Alonso) me lleva a poner en serias dudas el caracter genial que los primeros espectadores argentinos en Cannes encontraron en Jauja.
Por otro lado, por mi parte el cine de Campusano me parece horrendo. Y Perrone me parece un maestro en el manejo de los ritmos y las tonalidades. Y el Canon me importa muy poco.
Saludos
Para mí el plano del cementerio hacia el río no tiene “planificada trascendencia” (digo: planificado obviamente estuvo y es la base del “programa” de la película, pero una vez màs: no es “trascendente” en un sentido metafísico, no licua todo en la nada…). Igual la crítica es libre de interpretarlo como quiera, si puede fundamentarlo. Es lo que de hecho trato de hacer cuando escribo sobre cine: fundamentar, porque se que voy un poco contra el mood de la época.
Desde ya, hay muchas películas con desajustes actorales, pero (amén que Campusan, una vez más, es ejemplo de otra mirada), si nos detenemos mucho más en Jauja es porque la crítica lo ha hecho al leverala al panteón de lo mejor del año y lo mejor de Alonso… O no estamos de acuerdo en eso? El punto pasa por ahí. Y también porque, insisto, veo que ahora esa misma crítica alaba lo que antes Alonso venía supuestamente a romper (eso quise señalar con lo de los “académicos contraplanos”).
Y en eso y otras cosas yo veo un efecto de la canonización: esta película es casi un programa de lo que la crìtica le “pedía” a Alonso (como paso para pasar de la quincena de Cannes a la competencia grande, digamos). Perrone està haciendo algo parecdio de otro modo y a su escala: no en vano “de pronto” es descubierto por festivales que nunca le dieron bola. Ahora la onda es el neo-primitivismo y unos cuantos van por ahí… Variaciones del “estilo internacional” para mantener a los festivales en movimiento y a la crítica contenta, dicho brutalmente. En el camino, la autenticidad se pierde como en ese sistema de fondos que vos mismo criticabas en tu anterior nota!
Lo que dice Prividiera sobre por qué se considera un «giro notable» en su carrera calculo que es porque todos notaban que su carrera necesitaba un giro. Al menos en mi caso así lo fue, y me encontraba con mucha expectativa ante esta nueva película de Alonso porque he seguido siempre su cine.
No me gustó, y, a mi criterio, está muy lejos de ser su mejor película, sí marca un giro en su carrera y renuevo expectativas hacia la próxima, porque Jauja me parece más parte de un camino que destino en si mismo. Y diría ¿Es necesario Casas?
La sarasa del principio, que Quintin leyó como «farsesca» yo lo veo fallido. El mejor momento es cuando Mortensen está solo en el desierto, y no es casual, porque es el terreno en que Alonso se siente comodo, en el principió y en el final todo lo contrario.
Por otro lado, lo de Lerer, que pone todos los motivos posibles de crítica a Jauja en razones ajenas a lo cinematográfico no lo entiendo porque, en la medida que lo sostiene, habla muy mal se su propia profesión y de sí mismo.
En mi caso siempre me gustó el cine de Alonso, soy Anti K y pienso lo que pienso, es decir no estoy en ninguna de tus elucubraciones.
Querido Diego: tu comentario después del mío, el que citás Post Tenebras Lux, ¿es una pregunta que me hacés personalmente?
Si, yo se que es confuso el sistema de comments acá, pero esa era la intención.
Digo, sin ánimo de entrar en controversia por eso. Me llama la atención los detalles de JAUJA que te hicieron bajarle la calificación en relación a otras películas (puse esa como ejemplo) que, aún con algunas escenas que uno pueda considerar no del todo felices, no bajan de «categoría» por algunas imperfecciones específicas.
Salvo que a vos esos que para mí son detalles no lo sean tanto…
Querido Diego: en el diario salió con «excelente», de ta modo que en todaslascriticas aparece con un 100%. He pensado muchísimo sobre cómo calificarla en el blog. Si estuviéramos hablando de números, es un 9.50, si se quiere, pero los números son ridículos.
Durante un tiempo estuve convencido de que era una obra maestra. Pero mis tres señalamientos me llevaron a considerar que no.
Si para muchos se trata de una película fallida de Alonso, entonces me apropio de ese dicho y la concibo de este modo: Jauja es una obra maestra fallida de Alonso (y aún así creo que es su mejor película)
Mi entusiasmo sigue siendo el mismo, y he hecho todo lo posible por contagiarlo, porque creo en el film y en Alonso en particular. Como vos, creo que es uno de los cineastas que hacen una diferencia en el cine contemporáneo. Eso no me impide señalar los que he señalado. Y lo hecho por un doble amor: al cine de Alonso y a la verdad estética, si se quiere.
Lo que (me) señalas de Post Tenebras Lux fue justamente lo que me llevó a calificarla en el blog del mismo modo: Un Must See (altísimo).
Espero que haya quedado claro.
Yo sigo pensando Jauja, y sigo creyendo que se trata de una película fundamental en el contexto del cine contemporáneo.
Saludos.
RK
Evidencia: http://ojosabiertos.otroscines.com/post-tenebras-lux/
El problema de toda esta discusión es precisamente pensarla en tèrminos de la disputa por la «diferencia en el cine contemporáneo». No se trata de poner a Alonso como hèroe contra los de Marvel, en ese punto vamos a estar todos de acuerdo. Más bien se trata de pensarlo contra Costa o Godard, por ejemplo, por poner ejemplos disímiles de antihèroes…
jaja, es cierto. Yo recordaba mas un 10 de la encuesta de Cannes!
abrazo,
d
Sumo acá un link, a manera de comentario, enviado por el propio Lisandro Alonso. Me parece sumamente atinado y comparto plenamente lo que «cita», tanto el cuadro como el texto, escrito por Silvio Rodríguez (sí, ese Silvio Rodríguez)
http://segundacita.blogspot.com.ar/2013/09/el-origen-del-mundo.html
Dice Silvio Rodríguez «Nunca me he sentido más artista que cuando hacía canciones que no eran comprendidas. Unas veces el rechazo era por letras con ideas que la sociedad recibía con sospechas –cuando no con franca hostilidad–, y otras era porque usaba maneras de hacer, estructuras, que rompían con lo que entonces se aceptaba como canción». Eso no sé si aplica a Jauja, porque como ya se dijo varias veces, tiene mayoría de críticas favorables en Argentina y en las encuestas de la cinefilia internacional, un premio del Fipresci en Cannes y consiguió ser seleccionada en dos festivales clase A. No parece ser una película que sufre de incomprensión. A menos que lo que se pretende sea unanimidad. Pero eso creo que no lo lograron ni Bresson, ni Godard, ni Welles, ni Apichatpong, ni Lang.
Esta intervenciòn es signo de todo lo que estamos discutiendo:
El artista (desde su torre de marfil) se lee a si mismo como «incomprendido», lo que es un mito en un doble sentido: por un lado, en cuanto a que desde el romaticismo es una figura d la propia crìtica, por el otro, a que mal puede llamarse así a un cineasta cuya obra es valorizada en todo el mundo y defendida a capa y espada como muestra esta discusiòn!
Dejando de lado lo de Silvio Rodríguez (que hace precisamengte una lectura política, y que si fuera citado por cualquier otro mrecerìa burla), detengámonos en lo señalado en relaciòn a Courbet: proponer que «Jauja» serà considerada gran arte dentro de 100 o 200 años es una discusiòn que nos excede tanto como decir lo contrario. La Historia dirà como se leerà incluso a Ford o Dreyer, o el mismo cine, cuando finalmente sea un arte de museo como la pintura de caballete. Toda crìtica de este tipo es una apuesta que el crìtico no podrà cobrar en vida. Me encantarìa que nos dieran a todos un instante de resurrecciòn para vernos aquì en 200 años a ver que a quedado de todo esto (pero supongo que «Jauja» va a ser la menor de nuestras preocupaciones al despertar). Lo que no se puede es cobrar a cuenta, más si uno reivindica el rol de artista incomprendido.
Bue… la verdad una lastima pero Alonso, que estrenó todas sus películas en Cannes, está mucho más cerca de ser un nene mimado que un artista incomprendido
Ja-ja, mandó un link de Silvio Rodríguez en su defensa, pobrecito!
Estoy realmente anonadado…la nota me pareciò lùcida y minuciosa respecto de las reacciones ante cada pelicula, atravesada por vaya a saber cuantas cuestiones de envidia, confromtaciòn polìtica, interpretadores seriales, internas de realizadores y de crìticos…y de lectores que recibimos este aluviòn de 58 post.
Y la cosa venia bien hasta que se crispò de una patetica forma a la que estamos acostumbrados en la tv y no precisamente en salas de cine arte.
Yo siento que me gusta muchisimo lo que escribe Lerer sobre JAUJA. contagia su pasiòn por el estilo y resultado de la obra, pero cuando la vi en pantalla volvi a sentir mi distancia afectiva con el relato a lo Alonso…y bueno eso es asi pàra mi y no hay que avergonzarse que la cosa no guste.
Habrà muchos otros que la disfrutaràn y esta perfecto. Para eso se hace el cine.
Estaria bueno hacer otro minucioso análisis sobre a donde llegò la discuciòn y de que forma y que argumentos aparecieron, que me parece no tienen que ver con la pasion màs pura y sustentable por el cine.
Al Sr. Lerer el cine argentino le parece una mierda, como salto la ficha gorilon.
Nunca me referí específicamente al cine argentino en ese párrafo…
No entiendo la conexión, igual, entre eso y «gorilón».
Impresionante que lisandro lea un blog de silvio rodríguez… en realidad es más impresionante que silvio rodríguez tenga un blog.
Hay algo fundamental que se les está escapando a todos.
El movimiento de Alonso es claro: radicalizar, llevar al extremo el estado presente del cine argentino.
En el 2001: ¿Realismo? Acá tienen «La libertad», entonces.
En el 2014: ¿Teatro, artificialidad? Acá tienen «Jauja», entonces.
No es casual que su última película «realista» date del 2008; recuerdo cómo en ese Bafici, mientras se celebraba a «Historias extraordinarias», su «Liverpool» pasaba desapercibida y era recibida con cansancio.
Quizás por oportunismo estilístico, o quizás por voluntad renovadora, Alonso parece siempre querer decir: «Hasta acá se llega, muchachos, estas son nuestras fronteras». Tal vez por eso haya dicho «fue como hacer La libertad de nuevo».
No se escapó nada:
http://ojosabiertos.otroscines.com/jauja-02/
Peacock, muy interesante la discusión sobre Jauja y el rol de la critica, hoy viendo otro sitio que se llama Escribiendo Cine me tope con esta nota de opinion, bastante polemica sobre dicho rol. me gustaria saber su opinion y la de NP:
http://www.escribiendocine.com/articulo/0010009-opinion-la-critica-de-cine-no-sirve-para-nada/
Prefiero ni opinar. Ese texto no merece ni siquiera análisis. Es, por decirlo en criollo, una pelotudez…