Berlinale 2015: «Rabo de peixe», «Beira Mar» y «Nasty Baby»

Berlinale 2015: «Rabo de peixe», «Beira Mar» y «Nasty Baby»

por - Críticas
18 Feb, 2015 09:23 | 1 comentario

RABO DE PEIXE, de Joaquim Pinto y Nuno Leonel. La historia de RABO DE PEIXE es bastante curiosa. Pinto y Leonel, la pareja creativa y protagónica del excelente documental Y AHORA? RECUERDAME viajaron varias veces, entre 1999 y 2002, a las Islas Azores a retratar la vida en el pequeño pueblo pesquero de allí cuyo […]

raboRABO DE PEIXE, de Joaquim Pinto y Nuno Leonel. La historia de RABO DE PEIXE es bastante curiosa. Pinto y Leonel, la pareja creativa y protagónica del excelente documental Y AHORA? RECUERDAME viajaron varias veces, entre 1999 y 2002, a las Islas Azores a retratar la vida en el pequeño pueblo pesquero de allí cuyo nombre da título al filme. De hecho, vivieron meses enteros ahí. De ese material surgió un documental que el canal de TV que lo comisionó luego alteró radicalmente, quitándole todo material que pintara negativamente la vida en la comunidad, entre otras cosas.

Alrededor de 15 años después, los realizadores portugueses recuperan, reorganizan y reeditan este material para presentarlo de la manera en la que hubieran querido hacerlo originalmente, detalles más, detalles menos. Y lo raro es que no es un filme que presente la vida en esa comunidad de manera negativa ni mucho menos. Al contrario, pese a los conflictos y dificultades que implican vivir en una zona con grandes dificultades económicas, bastante caótica y desorganizada, y con un trabajo en extremo peligroso por las malas condiciones en las que se realiza, RABO DE PEIXE es un retrato humano, cariñoso y noble acerca de las vidas de un grupo de pescadores del lugar, una pintura de una comunidad «a la antigua» que fue perdiendo su identidad y de un trabajo artesanal que ya no existe más.

rabo2La isla puede ser bella y sus paisajes, espectaculares. Pero las vidas de los pescadores no son para nada glamorosas, trabajando en barcos muy inseguros y recibiendo poquísimo dinero por su esforzada, manual y peligrosa labor. Pero el filme prefiere centrarse en los personajes, una familia extendida de hermanos y primos y amigos que viven de la pesca y atraviesan varios cambios personales a lo largo de los años durante los que fueron acompañados por Nuno y Joaquim.

La voz en off que conocimos en el otro filme volverá acá, cálida y reflexiva, una voz que complementa con observaciones personales más que informar o tirar datos. La voz fue agregada luego, claro, y relata también los viajes de los cineastas a la isla y su relación con los lugareños. Y en ese sentido, ya que las imágenes están grabadas en un video de baja calidad (la standard para la época, pero que hoy luce casi casera), se tiene todo el tiempo la impresión que el filme es más un diario personal de viaje que un documental sobre el lugar.

Tal vez la experiencia de Y AHORA? le hizo descubrir a Pinto y Leonel un estilo, una forma de encarar el retrato (o autorretrato) documental, que les resulta útil a ellos para organizar su material. Y, por suerte, también resulta fascinante para los espectadores para sentir que sus filmes son pedazos de vida capturada en imagen y sonido, sí, pero transformada en algo más contundente por la sensibilidad, el humor y la melancolía que los cineastas le agregan con sus cálidos textos.

 

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beiramarBEIRA MAR, de Filipe Matzembacher, Marcio Reolon. Buena parte del tiempo, mientras miraba esta película brasileña, tenía la sensación de estar viendo una argentina. Más allá del idioma y de ciertas especificidades, hay algo en el tono, en el tiempo y en el modo en el que los personajes se relacionan y los acontecimientos –pocos– suceden que hacen recordar a muchos títulos del nuevo cine nacional, especialmente al cine de Marco Berger, que también participó en el festival.

La relación con ciertos estilos del cine nacional no está dicha de modo negativo ni mucho menos. Al contrario, por momentos la convierte en una inusual película brasileña al elegir un modo sereno y casi desdramatizado para pintar la relación entre dos amigos que viajan a un pueblo cercano a Porto Alegre a lidiar con una propiedad familiar, a pedido del padre de Martin, uno de los chicos.

beiramar2El viaje a ese pequeña y despoblada ciudad –un lugar costero fuera de temporada, parece– se convierte en un tiempo para estar entre ellos, conversar, recorrer el lugar y, más allá de algunas situaciones con amigas y con la familia que vive en esa propiedad –y que en principio se presenta complicada de tratar para el inexperto veinteañero–, la película se centra en los descubrimientos mutuos (básicamente, sexuales) de los protagonistas.

Es poco lo que sucede en términos dramáticos, pero la sensación de experiencia compartida es notable. Los directores logran transformar a esos días de viaje de vacaciones/trabajo en una experiencia que será reveladora, finalmente, para ambos y que implicará cierta idea de pérdida de inocencia. Esos días en apariencia intrascendentes que, tal vez, les terminen cambiando la vida para siempre.

 

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nasty1NASTY BABY, de Sebastián Silva. El realizador chileno continúa con su relación con cierto «indie» americano, pero a diferencia de películas anteriores en las que hizo traer figuras estadounidenses a Chile (como Michael Cera, Juno Temple y otros), ahora es él quien va a Estados Unidos (en realidad, vive allí) y se incorpora a una historia básicamente americana. Silva, de hecho, es Freddy, el protagonista del filme, un artista visual/conceptual gay que vive en Brooklyn con su pareja, Mo (Tunde Adebimpe, el cantante de TV on the Radio). Ellos son muy amigos de Polly (la extraordinaria comediante Kristen Wiig), quien desea tener un bebé con la idea de formar un núcleo familiar con ellos dos.

La película se centrará en principio en los esfuerzos de Polly por quedar embarazada. Debido a la infertilidad de Freddy, el que tendrá que donar su semen será Mo, pero el cambio resulta complicado por las dudas que el hombre empieza a tener respecto a todo el proceso. Paralelamente vemos las dificultades de Freddy para hacer y presentar en una galería un trabajo conceptual en video sobre todo el proceso de la paternidad y, más que nada, la cada vez más complicada relación que este moderno trío de Brooklyn tiene con un molesto y un tanto «loco» vecino del barrio, que vive haciéndoles la vida imposible en todo momento.

201510476_2La primera hora del filme, la dedicada a las vidas del trío, sus intentos de quedar embarazados, su camaradería y situaciones cotidianas casuales están extraordinariamente logradas, al punto que bien podrían dar punto de partida para una serie sobre Brooklyn más realista y humana que la cada vez más bizarra y excéntrica GIRLS. Pero luego el filme hace un giro dramático raro, poniendo el acento en la cada vez más tensa y violenta relación con el vecino, y ese segmento de la película no está a la altura del primero, ni tiene su frescura ni naturalidad.

De todos modos, esas dos «partes» de la película tienen como eje en común la violencia y la intolerancia, un tema que NASTY BABY parece dejar de lado durante buena parte del tiempo (Brooklyn parece una especie de paraíso hipster, políticamente correcto, moderno y abierto mentalmente a un matrimonio de tres), pero que vuelve sobre el final, no solo para demostrar que quedan resabios de otro tipo de mentalidad allí, sino que ciertos hábitos culturales no han cambiado demasiado, ya que los nuevos habitantes del barrio tampoco son ejemplos perfectos de comportamiento social. En ese choque, la película recupera –si bien de manera más oscura que en el amable principio– su eje, y si bien pierde cierta gracia y accesibilidad del principio llega a algo bastante más perturbador como conclusión, algo con lo que Silva viene trabajando en varias de sus películas recientes.