Cannes 2015: los cortometrajes argentinos

Cannes 2015: los cortometrajes argentinos

por - Críticas
11 Jul, 2015 10:04 | comentarios

Pasó el Festival de Cannes de largo y por algún motivo u otro, nunca llegué a escribir sobre los tres cortos argentinos que se vieron allí. Todos los había visto en su momento pero fue recién el otro día, en un evento organizado por la Alianza Francesa en el que se presentó el cortometraje de […]

cannes posterPasó el Festival de Cannes de largo y por algún motivo u otro, nunca llegué a escribir sobre los tres cortos argentinos que se vieron allí. Todos los había visto en su momento pero fue recién el otro día, en un evento organizado por la Alianza Francesa en el que se presentó el cortometraje de Iair Said y en el que ambos participamos, que recordé no solo que no había escrito sobre ellos si no que realmente eran muy valiosos y dejaban en claro que en el cortometraje parece seguir habiendo un espacio para la originalidad que se ve cada vez menos en los largos.

En este caso destacaría especialmente que dos de ellos son comedias, algo muy poco usual en el cortometraje nacional –en todo el cine joven nacional de corte «independiente» habría que decir– y mucho menos participando de festivales de supuesto prestigio como el francés. Así que aquí van mis reseñas de los tres muy buenos cortos argentinos que pasaron hace unas semanas por el Festival de Cannes.

 

presente imperfectoPRESENTE IMPERFECTO, de Iair Said (Argentina) El actor y director compitió por la Palma de Oro en Cannes con este corto que podríamos definir como «rejtmaniano» a partir de su concatenación extraña de eventos,  su humor seco y la obsesividad/peculiaridad de su personaje central, interpretado por el propio director. Iair encarna a Martín, quien festeja su cumpleaños con amigos en su casa y, cuando revisa los regalos que le han dejado, encuentra que uno de ellos es una falda, lo cual lo obliga no solo a cambiarla por otra cosa sino que le molesta mucho el hecho de que alguien pueda ser tan descuidado como para regalarle algo así. Pero cambiar el regalo no será nada fácil y la pequeña aventura llevará a Martín a un viaje de conexiones cada vez más inesperadas y sorpresivas. Con un humor seco y efectivo, con planos largos en los que cada pequeño gesto y movimiento cuenta, Said logra una pequeña comedia humana que a partir de ua anécdota simple se convierte, casi a la manera de un episodio de SEINFELD, en una extravagante y enrarecida aventura. Con un final de corte más televisivo que cinematográfico (en mi opinión la resolución/explicación es efectiva, pero innecesaria), uno quisiera que las aventuras de Martín se convirtieran en una especie de sitcom como aquella: las desventuras curiosas de un paranoico/obsesivo en una ciudad llena de personajes tan o más extravagantes que él. De por sí, es mucho más original, inteligente y sutil que el 90% de las comedias (televisivas o no) que se hacen por acá…

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el ser magneticoEL SER MAGNETICO, de Mateo Bendesky. Tras su largo ACA ADENTRO –que, casualmente, protagonizaba casi exclusivamente Iair Said–, Bendesky entró en la competencia de escuelas de cine de Cannes con un corto bastante diferente de aquel. Este se centra en dos hermanos cincuentones que tienen una suerte de iglesia/culto llamada «Magnetismo Filosófico» que los lleva a tener una vida muy organizada y casi ascética, plagada de bastante absurdos mandatos y prácticas, que solo se rompe por la necesidad de salir a la calle a vender/promocionar el culto en cuestión, algo que hace uno de los dos. Tras uno de esos viajes «comerciales», el hombre regresa cambiado tras una mínima experiencia –por decirlo de cierta manera– que le modifica su forma de ver las cosas, algo que generará una fractura con su hermano y «correligionario». Con un humor sutil y seco –aún más que el del corto de Said, aunque igualmente «rejtmaniano» en su tono–, Bendesky describe la particular forma de vida de estos dos peculiares «místicos» y lo que pasa cuando en sus vidas se introduce un elemento extraño con posibilidades de desordenarla para siempre. Ese sutil toque de humor es el que conduce al filme hacia un final excelente, en el que un simple y breve acto tiene connotaciones tan universales y terminales como una explosión nuclear.

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el pasado rotoEL PASADO ROTO, de Martín Morgenfeld y Sebastián Schjaer. Presentado en la Quincena de Realizadores, el corto reúne a dos «veteranos» del género, ya que el primero lleva varios realizados en compañía de Gastón Margolín y el segundo ya había estado en Cannes con MAÑANA TODAS LAS COSAS, además de ser el editor de dos de los cortos previos de su hoy codirector, entre otros cortos y también largos como la inminente LA PRINCESA DE FRANCIA. En esta «combinación de sensibilidades» hay que decir que EL PASADO… se parece más a los cortos de Schjaer que a los de Morgenfeld, en su tono algo más realista y en un tema con puntos de contacto con su anterior corto, en el que también un embarazo era central a la historia. Aquí la trama se despliega a través de tres personajes: una chica muy joven que acaba de tener un bebé y está aún en el hospital, su madre y el padre del bebé, que luego de haber desaparecido del mapa tras enterarse de la noticia regresa y trata de reconectarse con ella. En la manera económica en la que vamos adentrándonos en la situación y en la forma elegante en la que los diálogos se combinan con los precisos movimientos de cámara es donde el filme encuentra su funcionamiento y ritmo. El encuentro entre los protagonistas sobre el final reserva, curiosamente, lo mejor y lo único flojo del corto: la contenida emoción y la fractura emocional entre ambos se ve un poco atenuada por unos textos un tanto «teatrales» y una actuación en ese mismo sentido del protagonista masculino, cuyo registro parece estar más en consonancia con un escenario que con una cámara de cine. Más allá de ese detalle que desacomoda un poco el resultado final, se trata de un muy buen corto, que se atreve a tratar un tema complicado y no aplicarle recetas ni soluciones sencillas.