Estrenos: «Dólares de arena», de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas
Seamos sinceros: tras una serie de películas al borde de lo impresentable que ha hecho Geraldine Chaplin en los últimos años en América Latina (AMAPOLA, UN AMOR DE PELICULA, THERE BE DRAGONS, etc), las expectativas no suelen ser muy altas por ver otra experiencia en nuestro continente de la actriz. Da la impresión que trabaja […]
Seamos sinceros: tras una serie de películas al borde de lo impresentable que ha hecho Geraldine Chaplin en los últimos años en América Latina (AMAPOLA, UN AMOR DE PELICULA, THERE BE DRAGONS, etc), las expectativas no suelen ser muy altas por ver otra experiencia en nuestro continente de la actriz. Da la impresión que trabaja en más películas de las que debería y que, acaso, no sepa decir que no a malos proyectos. Si a eso le sumamos un tema –como la explotación sexual/económica que los europeos hacen en América Central– que se ha trabajado algunas veces desde un lugar obvio y previsible, es hasta entendible que las expectativas para una película como DOLARES DE ARENA puedan no ser muy altas.
Pero la solución al problema está en manos de dos talentosos directores como Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, la pareja dominicano-mexicana (COCHOCHI, JEAN GENTIL) que adaptó la novela en la que se basa la película y no solo trascendió lo potencialmente trillado de la temática sino que le cambió el punto de vista, encontró una humanidad profundísima para todos sus personajes principales y, además, logró la mejor actuación de Geraldine que yo recuerde haber visto en décadas. Tal vez, desde las viejas películas de Altman, Saura y Rivette.
La película transcurre en República Dominicana, más precisamente en una zona llamada Las Terrenas y, en cierto sentido, puede unirse a la gran MUERTE EN VENECIA en su búsqueda temática y su costado emocional. Geraldine encarna a Anne, una veterana turista británica y con mucho dinero que se ha enamorado de una chica local, Noeli (Yanet Mojica) y sueña con llevársela a Europa con ella. Pero Anne también sabe que para Noeli la relación tiene un sentido más económico que sentimental: ella tiene un novio y se la pasa pidiéndole dinero y regalos a la devota anciana.
La película tendrá como eje dramático la decisión de Noeli si irse o no con ella y los problemas que esto le trae con su novio, con el que tampoco las cosas parecen funcionar demasiado bien. Pero bajo la trama relativamente previsible que presenta ese conflicto (y otro que vendrá luego), la inteligencia de los directores está en centrar la película en las emociones, la tristeza, desesperanza y momentáneas alegrías de Anne, que Chaplin encarna con una nobleza única, mientras la cámara recorre con delicadeza su rostro arrugado, sus ojos llorosos, sus risas y su cuerpo. Hay, evidentemente, un enorme grado de confianza y de entrega entre actriz y directores, lo que les permite llegar a lo más profundo de los conflictos y sensaciones del personaje y la actriz.
También un hallazgo de los directores está en no victimizar a Noeli como la “pobre explotada” por los millonarios europeos. La mirada local hace que la película no funcione desde la culpa ni la obvia denuncia: es claro para todos que más allá de la devoción de Anne por la chica, lo que ronda a todo el asunto es el dinero y la posibilidad de ir a vivir a Europa y mandar dinero de regreso, una forma que limita con la prostitución. En ese sentido, DOLARES DE ARENA se aleja de la obvia corrección política que ha arruinado a muchas de estas películas convirtiéndolas en simples materiales de denuncia periodística, como le sucedió a Laurent Cantet, entre otros, con un tema similar. Acá, los sentimientos y la conveniencia por momentos se confunden.
Otro logro de la dupla de directores es el tono del filme, que siempre es sutil, delicado, casi como si una cámara estuviera espiando los encuentros entre ambas, los de ella con su novio o los de otros personajes (millonarios europeos que están radicados allí, varios en una situación similar) sin juzgar sus actitudes de una manera obvia sino observando un mundo muy particular en sus más sutiles detalles. Coproducida con la Argentina (ReiCine es la compañía local), DOLARES DE ARENA no es una sorpresa porque uno ya conocía el talento de los directores, pero sí lo es en cuanto al trabajo de Chaplin, que vuelve a brillar en una pantalla como en sus mejores momentos dando una actuación monumental. Uno de los regresos más sorprendentes e inesperados en mucho tiempo en una de las mejores películas latinoamericanas del año. (Crítica publicada durante el Festival de Roma 2014)
Estreno exclusivo en Gaumont y BAMA
PD: Hice una entrevista con los directores, que están aquí presentando el filme, que aún no he tenido tiempo de desgrabar. Prometo subirla el fin de semana.