Estrenos: «Relatos iraníes», de Rakhshān Bani E’temād y «La religiosa», de Guillaume Nicloux
RELATOS IRANIES, de Rakhshān Bani E’temād Este nuevo filme de la denominada «Primera Dama del Cine Iraní» es una colección de historias breves conectadas entre sí, de manera circular: un grupo de cortos que se van, literalmente, pasando la posta narrativa hasta completar esta serie de relatos. El sistema tiene dos funciones. Por un lado, fue […]
RELATOS IRANIES, de Rakhshān Bani E’temād
Este nuevo filme de la denominada «Primera Dama del Cine Iraní» es una colección de historias breves conectadas entre sí, de manera circular: un grupo de cortos que se van, literalmente, pasando la posta narrativa hasta completar esta serie de relatos. El sistema tiene dos funciones. Por un lado, fue una posibilidad para Bani E’temād de poder filmar –ya que, aparentemente, el gobierno iraní le dio permiso para hacer cortos y no un largo, y así fue como terminó «trampeando» el sistema– y, por el otro, porque los distintos cortos retoman personajes de filmes anteriores de la realizadora. De todos modos, no hace falta estar al día con su filmografía para entenderlos, ya que en el fondo es un bastante directo retrato crítico de la situación social y política iraní, con especial énfasis en la situación de la mujer.
Las tramas involucrarán a un documentalista que vuelve a Irán y filma lo que ve, al taxista (universitario) que lo transporta, a una prostituta, a un anciano que hace un reclamo ante un sistema burocrático que lo ignora, a dos hermanos que traman matar a su padre, a una pareja que recibe una carta del ex marido de la mujer y a una mujer víctima de la violencia de género, entre otros casos, para retomar al taxista y al cineasta del principio. Algunas historias funcionan mejor que otras en un filme excesivamente dialogado que descansa cuando sale a la calle (al taxi) y que tiene sus momentos más emotivos en las historias finales. De todos modos, más allá de los apuntes precisos que el filme hace sobre la situación del país, por momentos a la película la recorre un tufillo de ¿qué nos pasa a los iraníes? –un intento de catársis sobre los diversos problemas del país– que se vuelve un tanto obvio y redundante. De todos modos es una propuesta valiosa.
———————————————————————————————————————————————–
LA RELIGIOSA, de Guillaume Nicloux.
Basada en la célebre novela escrita por Didier Diderot en 1760 y llevada previamente al cine en 1966 por Jacques Rivette, esta película dirigida por Guillaume Nicloux –un cineasta con una bastante larga carrera con títulos no demasiado conocidos– es una sobria y por momentos muy lograda transposición de la la historia de una joven francesa que es enviada a un convento contra su voluntad y tiene que sobrevivir allí a una serie de situaciones complejas y humillaciones de todo tipo, mientras trata de no dejar sus creencias de lado por culpa de la corrupción de la institución.
La película, seca e intensa, cuenta con una gran actuación de Pauline Etienne en el papel principal, mientras que Isabelle Huppert aparece sobre la segunda parte encarnando a una madre superiora bastante particular. La irrupción de Huppert es efectiva en sí misma, pero lleva a este film del realizador de La llave, El secuestro de Michel Houellebecq y Valley of Love (que compitió en Cannes 2015) a una zona casi humorística, debido a la manera en la que encarna a su personaje, más cerca del sketch cómico que del drama que la precedía. Lo suyo divierte, es cierto, pero parece salido de otra película.
(Esta reseña fue publicada durante el Festival de Berlín 2013)
Sigo insistiendo: para ver una cinta (o dos, como en el presente caso)hay que hacerlo libre de efectos etílicos o del sopor de la habitual estulticia, sino la calidad del escrito se resiente. No acaba de comprender cómo el magnífico guión de Bani-Etemad (una ristra sublime que un tarado Haggis fue incapaz de hacer con la vomitiva Crash)puede ser descrita o tachada de «muy dialogada». Vamos, qué se espera de una peli con enjundia en la que se tocan casi todas las problemáticas que acucian a esa lastimada sociedad? Tal vez la indolencia del cronista prefiera el visionado del «pelotazo» si lo que desea es no oír mucho parlamento o uno del grueso calibre como el de las «barras bravas».
La tardía de Nicloux (creo que se vio en el 2013 en Berlín y demás)aparte del buen hacer de la prota, flaquea en esas tres religiosas superioras, cada una más esperpéntica y risible que la anterior. Una fallida adaptación que hace ver a la predecesora como de museo.
Heraldo.
Te contesto. El guión de TALES me pareció por momentos bastante previsible, obvio por demás, volviendo a retratar situaciones que hemos visto en cientos de películas iraníes: el viaje en auto, el cineasta que vuelve del exterior, el reclamo burocrático, la violencia de género. No digo que no sean temas importantes, pero digo que se los plantea de una manera que no tiene demasiada originalidad y que sí bordea el CRASH de Haggis en mi opinión. La defiendo como película –me parecee noble, admiro sus «buenas intenciones»–, pero no considero que una peli «en la que se tocan casi todas las problemáticas que acucian a esa lastimada sociedad» sea valorable solo por el hecho de hacerlo. El único bloque realmente original me parece el de la carta y, en menor medida, el último. El del anciano reclamando a un funcionario corrupto me pareció cine argentino de los ’80.
Lo que no entiendo son las referencias futbolísticas que me tirás que, imagino, surgen de algun que otro tweet bromista y/o entusiasmado que mandé durante algún partido del Mundial o de la Copa América y que habrá captado alguno de tus diversos y cambiantes avatares que usas aquí y allá. Si te ofendí con alguna referencia futbolera de baja calaña, me disculpo. No es mi tono habitual, pero entiendo que Twitter a veces da para ese tipo de expresiones un tanto exageradas durante algún evento deportvo, expresiones que normalmente no usarías en la vida cotidiana.
Tampoco me parece necesario –ya te lo comenté varias veces– que uses comentarios del tipo «efectos etílicos» o ironías a quien escribe. Te acepto los comentarios de las películas porque me parecen atinados e inteligentes aunque no esté de acuerdo en muchos casos. Preferiría que te abstuvieras de chascarrillos personales, así podemos seguir mantendiendo un diálogo cinéfilo que es más interesante que cualquier maltrato de tipo personal.
Sería ideal que pudieras mantener tus comentarios en el tono que lo hacés respecto a la película de Nicloux, con la que no estás de acuerdo conmigo pero hacés observaciones que pueden ser acertadas o al menos discutibles. Pero veo que, inevitablemente, te hace falta burlarte o ironizar sobre mi persona y sigo sin entender el motivo.
Saludos,
d
Primeramente,¿sos crítico de cine, verdad? Supongo entonces que está de más te explique en qué consiste «criticar», tautológico como el guión de «Tales», según tu paupérrimo paladar. Y no, no te ofusques o «calentés» si te zahiero con esta categorización, ya que el solo hecho de aludir a cierta ¿originalidad? en «Crash» dice mucho de ti, tu formación, gustos, preparación, intuición, sindéresis, raciocinio, lucidez, ética o simple sentido común. Vamos, mi pseudo-crítico,que esa bazofia denostada era el culmen de tópicos y cripto-racismo visto en años, si te precias de ser tan ducho remíteme (te conmino)a alguno de tus articulillos en los que defendiste ese detrito fílmico.
No justifico las flaquezas de la cinta de Bani Etemad, pero ni por mero conocimiento superficial te detuviste en considerar las draconianas imposiciones que ese país impone a la hora de filmar a sus cineastas. Cierto, quizá no es una excusa, pero está en la génesis de buena parte de la temática y tratamiento de su cine. Una justificación difícil de aplicar para el séptimo arte
de estos lares, ¿no te parece? ¿O qué nos impide el tocar temas y procedimientos si supuestamente contamos con apertura mental y democracias cojas? Deploro que seas tan limitado de miras en esto del cine, como si la oferta en cartelera tuviera que ser siempre una adaptación más de Marvel, la saga jurásica de Spielberg, la pirotecnia de Mann o la involución de tu bien tratado Piroyansky (¿quiéres evidenciarte más?), del que casi nada te incomodó, a diferencia de la iraní. Margaritas a los cerdos, compadre.
Yo no apadrino porquerías, encontrándoles la quintaesencia donde no la hay o validando su existencia «per se». Empero, aquilato las virtudes con total desembarazo de prejuicios e imposturas como la tuya. Misma impostura que lleva a que me respondas con la carcasa de impertérrito crítico que todo lo aguanta, cuando sabemos vos y yo que no es así, que más de las veces respondes acremente y con ese lenguaje procaz que intentas justificar en el mundo del twitter. Por cierto, no tengo cuenta para esa red social, así que domeña tu paranoia, no puedo ser ubicuo. Ah,con respeto para los verdaderos sanos seguidores, el fútbol me trae al pairo y si aludí a él no es porque sea «referencias futbolísticas» que quiero tirarte, sino porque has evidenciado tu querencia por dicha disciplina en este espacio, con toda la cutrez que también posee.
Mantuve el mismo tenor en mi crítica a la película francesa, no sé por qué coliges que me manejé en dos tonos. Ya veo que tu pundonor sale siempre a relucir cada vez que te hago una somera observación. Por lo visto solo puedes interpretarlo como burla o ironía y ahora soy yo quien no entiende ese motivo.
Saludos,
Heraldo
P.D.:»Fish and cat», de Shahram Mokri;»Fat Shaker»,de Mohammad Shirvani;»Athomic heart», de Ali Ahmadzadeh…no todo el cine que se cuece por allá entronca con el costumbrismo, la metáfora poética, el dramón familiar y la acertada denuncia social. Eso que vos exteriorizás lacónicamente como «visto en cientos de películas iraníes». No todo se constriñe al universo farhadiano, que llegaste a calificar de modo burdo como «occidentalizado». Pero es que si tu acervo abarcara más…
Se ve que no me conocés. Si de algo tengo conocimiento es de cine iraní. De hecho, para mucha gente acá soy uno de los «culpables» del furor que generó el cine iraní durante algunos años, a fines de los ’90, gracias a las críticas que hacíamos sobre el cine de Kiarostami, Makhmalbaf (padre e hija), Panahi, etc, etc, que hicieron que esas películas se estrenaran en Argentina por primera vez. Es desde ese lugar –de haber visto cientos de películas iraníes– que me permito dudar de la originalidad o de la eficacia de TALES. No digo que sea una mala película, digo que ya la vi, antes y mejor. Prefiero ATOMIC HEART, que está comentada y celebrada en este blog en el post del BAFICI. Pero me da la impresión que esas cosas no la lees o no las comentás y que tu único interés al entrar aquí es buscar las películas con las que no coincidís y atacarlas. De otra manera no entiendo para que te tomas el trabajo de entrar consistentemente a un blog y leerlo –y escribir largos comments– si no hay nada de lo que yo escriba acá que te genere siquiera un mínimo interés. Te agradezco las críticas –insisto, cuando no vienen mezcladas con agresiones personales–, pero no estaría mal que escribieras también cuando coincidís en algo…
Saludos,
d
Bueno, esperaba una respuesta tuya con mayor enjundia, para que veas que sí te conozco lo suficiente como para tomarme el tiempo de seguir tu página web y encomiarte o criticarte cuando te lo mereces. Diego o Peacock ¿no crees que si no creyera que eres uno de los pocos críticos con algo de valía en el panorama nacional actual estaría perdiendo mi tiempo con vos? Te sigo desde tus albores en Clarín, a pesar del rescoldo ideológico de ese medio (bueno, cónsono con el tuyo también)y del que estoy a años luz. Pero el arte está por encima de esas nimiedades. Lo que conocés por cine iraní es trillado, insuficiente e insubstancial;sí, se agradece tu modesta promoción a las cuatro vacas sagradas que mencionas, pero la cinematografía persa abarca mucho más que eso. Claro que leí tu parecer sobre la cinta de Ahmadzadeh y el BAFICI (si mal no recuerdo advertí un yerro tuyo sobre la nacionalidad de la película de Amirpour)¿Interpretás eso como ataque?¿Te pareció que no leo y no comento de verdad todo lo que publicás? He estudiado el cine de Irán desde la época de Abdolhossein Sepanta así como lo he hecho con el argentino desde Py, Figner…pasando por Nilsson, Solanas, Rejtman, ad infinitum. Mi interés no se queda solo en el celuloide, pues creo que el conocimiento debe abarcar el entorno histórico, social y político de un país para que sea completa y objetiva la reseña de sus productos visuales. Tú, has demostrado, insisto, solo un gusto diletante que se queda en la mera superficialidad y que casi trocás en enciclopédico. Mencionaste «Athomic heart», pero ¿y las otras? ¿Sabés de los otros derroteros del cine iraní? Hacer relaciones públicas se agradece, vale más eso que dejar como campo ignoto el cine de esa región por estos pagos. Empero, la liviandad trae consigo la percepción como «moda». Te agradezco me hayas respondido (si decís que nada de lo que escribís acá me genera un mínimo de interés yo a la vez digo que percibo que nada de lo que emito te merece-en la mayoría de los casos-la más mínima réplica)y espero volvás a hacerlo ahora, después de leer esta última entrada. Me sorprende que hables de «agresiones personales» cuando tu más profundo ser ha evidenciado un tono, lenguaje, gustos y ademanes…muy «particulares» (no es juicio moralista, pero no pretendás hacerte el recto y ofendido) Expresaré mi satisfacción por lo que escribas solo cuando lo merezcas. Nada tiene que ver con «no estaría mal que escribieras también…»
Saludos,
Heraldo