Libros: Cuadernos de Cinema 23 (pdf)

Libros: Cuadernos de Cinema 23 (pdf)

por - Críticas
12 Jul, 2015 11:58 | comentarios

Primera aclaración: hay algo de «autobombo» en este post ya que uno de los cinco cuadernos publicados por Cinema 23 (tres textos críticos originales y dos guiones de películas) lo escribí yo y es un breve estudio sobre la obra de Leonardo Favio. Breve, digo, porque es obvio que la obra de Favio da para […]

Los-cuadernos-de-cinema23Primera aclaración: hay algo de «autobombo» en este post ya que uno de los cinco cuadernos publicados por Cinema 23 (tres textos críticos originales y dos guiones de películas) lo escribí yo y es un breve estudio sobre la obra de Leonardo Favio. Breve, digo, porque es obvio que la obra de Favio da para mucho más y mi ambición al empezar a escribir esto excedía y mucho la cantidad de espacio del que disponía, por lo cual siento que el trabajo en sí quedó un poco apretado. De todos modos espero que lo disfruten. Esta hecho especialmente para los que conocen su obra y quieren profundizar más en ella en cuestiones específicas de puesta en escena, o al menos esa fue mi intención. Además de eso, les dejo los links a dos muy buenos textos críticos de dos colegas como el brasileño José Carlos Avellar y el español Carlos Heredero. Los guiones, al menos por ahora, no están online.

Antes de los links que están abajo les dejo el prólogo y la introducción al texto de Favio, que tienen poco y nada que ver con el tono del resto del cuaderno pero, bueno, lo lógico es empezar por el principio…

 

PRÓLOGO

BARRIO DE ONCE

favio2Vivo a pocas cuadras de la casa en la que Leonardo Favio pasó la última etapa de su vida. Fui a verlo una vez antes del estreno de Aniceto, su última película, para hacerle una entrevista. Entrar allí, conocer el lugar y hablar con Favio durante más de una hora fue como haber visitado algún tipo de Olimpo donde habitan los dioses y los mitos del Panteón Cinematográfco. Recuerdo esa experiencia de la manera en la que se recuerdan algunas escenas clave de las grandes películas: mitad verdad, mitad mentira; una parte memoria, la otra, pura invención.

Cada vez que pasaba por esa misma puerta, miraba hacia adentro, como para convencerme de que Favio seguía ahí y que aquel recuerdo era verdadero. Un día de octubre de 2012, recorría la cuadra en la que vivía Leonardo cuando vi una ambulancia parada en la puerta del edificio. Pocos segundos después vi salir un grupo de personas con una camilla y me di cuenta que quien iba allí, acostado, era Favio, con su ya típico gorro en la cabeza. Como llevaba años con problemas de salud y le era muy difícil movilizarse, no sabía si se trataba de algún tipo de emergencia o era sólo algún procedimiento de rutina. Pensé en ofrecer mi ayuda pero me di cuenta de que sólo iba a estorbar y, bastante preocupado, decidí alejarme.

Unos días después, un mediodía cálido de noviembre, me llegó la noticia de su muerte. Casi sin quererlo, retrocedí sobre mis pasos y estúpidamente —tal vez será que veo demasiadas películas— pensé si podía o debía haber hecho algo ese día. Por supuesto que no: nada habría cambiado. Pero esa imagen no me la puedo quitar de la cabeza. Favio recorrió América Latina y el mundo con sus canciones y sus películas, pero ahora, cuando pienso en él, veo un señor frágil en una camilla y un departamento vacío en el barrio de Once.

Es desde ahí que recorro el camino hacia atrás.

 

INTRODUCCIÓN

favio8Cineasta y actor, cantante y poeta, Leonardo Favio fue un personaje claro y misterioso a la vez, transparente e intrigante. Tal vez no haya artista alguno en la cultura o en el cine latinoamericanos que sea capaz de abrazar los misterios, la fascinación y las contradicciones de este hombre que nació, en la pobreza, el 28 de mayo de 1938 en un pequeño pueblo de la provincia de Mendoza y que murió, venerado en el Congreso de la Nación, el 5 de noviembre de 2012, cuando ya su cuerpo no pudo seguir resistiendo los achaques de una larga enfermedad.

La vida de Fuad Jorge Jury —tal era su nombre legal— tiene la amplitud, la extensión y los giros de la vida argentina del último siglo, y su cine refleja claramente esos condimentos: cambiante, personal, iconoclasta. Como el peronismo —que tanto amó y al que dedicó buena parte de su vida— el de Favio es un fenómeno abarcador de enorme raigambre popular en la Argentina, pero a la vez de difícil traducción verbal. Y tal vez sea por eso que su vida y su cine pueden ser pensados del mismo modo que el título que el propio Favio le dedicó a su filme sobre Perón: Una sinfonía del sentimiento.

El cine fue el primer amor de Favio pero fue el último elemento que lo transformó en una celebridad en la Argentina. Sus películas de los años sesenta, lo mismo que su trayectoria como actor, lo habían convertido en una figura reconocida y hasta admirada por la cinefilia y el mundo de la cultura, pero fue la música la que lo convirtió en un personaje popular y la política la que lo transformó en una personalidad. Recién entonces, gracias a sus películas más exitosas (Juan Moreira y Nazareno Cruz y el lobo), el gran público empezó a ser consciente de su dimensión como cineasta. Al día de hoy, de todas las formas que ha tomado su figura pública, la de cineasta siempre ha quedado como la menos conocida y más respetada.

favio7Lo curioso de la figura de Favio es que siempre se trató de un hombre tímido, de hablar bajo y con fraseos poéticos, muy lejos de lo que uno podría imaginarse como una figura de gran alcance popular, como lo fue por ejemplo Sandro, otro cantante igualmente popular en esos años en Argentina y América Latina. Pero esa aparente contención desaparecía una vez que Favio empezaba a cantar o hacía notar los potentes desbordes emocionales de los personajes de sus películas. Allí, ese aparentemente discreto muchacho de provincia parecía liberarse y dar rienda suelta a sus pasiones: la obsesión amorosa, el romanticismo de vieja escuela, el cariño por todas las criaturas abandonadas de este mundo, la admiración por los artistas, los locos, los soñadores.

Favio fue eso. Un chico que salió de la pobreza y del abandono en un pequeño pueblo de provincia para convertirse en una de las fguras más populares de la música y el cine de la Argentina. De alguna manera, su historia es tan fantástica e increíble que tranquilamente podría haber sido una de sus películas: tiene todos los ingredientes y los condimentos de una de sus historias. Y tal vez sea eso lo que la vuelve tan fascinante. Es como la vida real pero más grande, más dramática, más intensa. Mejor.

Su vida es cine.

 

LINKS:

-LEONARDO FAVIO: SOÑAR EL CINE, de Diego Lerer (pdf)

-VIGENCIA Y NECESIDAD DE LA CRITICA, de Carlos F. Heredero (pdf)

-GUION PARA LA IMAGINACION, de José Carlos Avellar (pdf)