Estrenos: «Te sigue», de David Robert Mitchell
No es casual que muchos cineastas independientes –del género llamado mumblecore o ligados a él– hayan tenido alguna repercusión comercial tras su paso al cine de género, más específicamente al de terror. Como los hermanos Duplass lo hicieron en BAGHEAD (y luego en otras que dirigieron o actuaron), el realizador de TE SIGUE, David Robert Mitchell, […]
No es casual que muchos cineastas independientes –del género llamado mumblecore o ligados a él– hayan tenido alguna repercusión comercial tras su paso al cine de género, más específicamente al de terror. Como los hermanos Duplass lo hicieron en BAGHEAD (y luego en otras que dirigieron o actuaron), el realizador de TE SIGUE, David Robert Mitchell, viene de hacer un drama ultra-indie llamado THE MYTH OF THE AMERICAN SLEEPOVER que pasó por BAFICI hace unos años. Para este tipo de cineastas acostumbrados a relatos de bajo presupuesto, pocos personajes y locaciones, pasar a un relato de terror es una alternativa posible, especialmente si el esquema básico consiste en un grupo de amigos que se reúne en una casa o cuando algo raro e invisible está sucediendo en un pequeño pueblito. Solo es cuestión de saber manejar los recursos cinematográficos y el éxito (masivo o de culto) está a la vuelta de la esquina.
Mitchell logró ese objetivo con TE SIGUE y la prueba de que estamos antes un buen ojo cinematográfico es evidente en el primer y largo plano secuencia de la película en el que una chica corre desesperada perseguida por algo que no podemos ver pero ella aparentemente sí. Al otro día aparecerá destrozada. Luego iremos conociendo más detalles del asunto, detalles que ponen el aspecto «metafórico» que todo filme de terror tiene en primer plano dejando las explicaciones de lado. Hay una persona –pueden ser varias– que te siguen a la manera de zombies luego de que tenés sexo con una persona ya infectada con ese ¿virus? Y la única manera de liberarte de esa persecución es tener sexo con otra persona y, literalmente, pasarle el problema a él.
Tras ese comienzo la película sigue a un grupo de jóvenes de un suburbio de clase media de Detroit, una de cuyas integrantes comienza a sufrir esta persecución que solo ella puede observar (y nosotros, cuando la cámara toma su punto de vista). El perseguidor puede cambiar de forma y persona –un familiar o un desconocido– pero acecha, de a poco, en todos lados y cuando menos lo imaginás. Mitchell logra crear tensión, al mejor estilo del primer John Carpenter y de buena parte del cine de horror de los ’70– solo con atmósfera, sonido y música. Con eso es suficiente para que cada paso que los protagonistas dan esté envuelto en el misterio y el miedo.
Habrá, claro, una pista a seguir y vicisitudes que pondrán en conflicto al grupo para llegar a una resolución que no es del todo convincente desde lo argumental pero que al menos evita dos lugares comunes muy propios del género. Por un lado, la «explicación»: no hay un libro medieval de brujerías, no hay un cementerio indígena, nada de eso. El «perseguidor» es metáfora pura, alguien que acecha en la mente de los personajes después de tener una relación sexual. Pero, a la vez, es real. Muy real. Cada uno podrá interpretarlo como quiera, y si es con la ayuda de las obras completas de Freud, mejor…
Otra curiosidad del filme es que jamás se revela su época: no hay computadoras ni celulares, por lo que parecen ser los ’70 u ’80, pero algunos detalles de arte hacen dudar de esa impresión. De hecho, la idea que surge es que esto mismo sucede en todas las épocas, simultáneamente, una suerte de persecución mental que sigue a los adolescentes o jóvenes luego de tener una relación sexual. Más allá del elemento de terror, Mitchell es más hábil que la mayoría de los directores de películas de terror con protagonistas jóvenes al construir personajes creíbles y que exceden la habitual división de roles (el atleta, el estudioso, la chica promiscua, la inocente, etc) de los personajes de este tipo de filmes. TE SIGUE, con su bajo presupuesto y su naturalismo a prueba de fantasmas, es una de las películas de terror más interesantes y efectivas en mucho tiempo.
Aquí, la excelente banda sonora de la película, compuesta e interpretada por Rich Vreeland, AKA Disasterpiece.
Sin lugar a dudas un filme con lecturas interesantes y que la aúpan un poco por encima de la media. Es una lástima que más de un espectador haya creído ver una mala película de terror (responsabilidad también de los distribuidores),cuando no entra en ese canon, sino que está más cerca de la atmósfera de «El carnaval de las almas», de Herk Harvey e incluso de subtextos del cine de Romero.
Saludos,
H.
Coincido con las referencias. EL CARNAVAL DE LAS ALMAS es extraordinaria…
Slds
Me gustó bastante. Sí aparecen celulares (la chica de la primera escena llama a sus padres con uno desde la playa), pero los televisores que aparecen son bien antiguos.
Hay todo un tema ético acerca de si pasarle tu maldición a otro o aguantártela vos solo, y un acto de entrega en el chico que desea a la protagonista toda la película.