TV: «Cromo» (Episodios 1 y 2)

TV: «Cromo» (Episodios 1 y 2)

por - Series
06 Oct, 2015 07:43 | comentarios

Les ofrezco dos opciones para leer esta reseña de los dos primeros episodios de la serie CROMO que estrena hoy a las 22.30 la TV Pública. Una, es leer solo este párrafo y esta breve frase casi a modo de tuit: véanla, está muy bien, vale la pena. La otra opción es la crítica propiamente […]

cromoposterLes ofrezco dos opciones para leer esta reseña de los dos primeros episodios de la serie CROMO que estrena hoy a las 22.30 la TV Pública. Una, es leer solo este párrafo y esta breve frase casi a modo de tuit: véanla, está muy bien, vale la pena. La otra opción es la crítica propiamente dicha que sigue abajo pero contiene un inevitable spoiler de algo que pasa promediando el primer episodio. Algo que, si bien se ha difundido en varias notas y entrevistas a los directores y a los protagonistas, quizás algunos prefieran no saberlo. Si son de los que quieren no enterarse de nada, dejen de leer al final de este párrafo y vean la serie. De lo contrario, aquí vamos…

Al menos a partir de la visión de sus dos primeros episodios, CROMO narra la serie de historias cruzadas que se disparan y descubren a partir de la sospechosa muerte de una bióloga (Emilia Attias) que está investigando algo en una zona de riachos y pantanos de Corrientes. Al principio no sabemos bien qué busca (toma muestras de agua) pero es claro que hay gente en la zona que no la quiere ahí y primero la amenazan para luego terminar matándola. Eso es algo que el espectador ve y sabe pero no así los otros protagonistas. Interpretados por Germán Palacios y Guillermo Pfening, ellos son dos científicos que ahora están en la Antártida y que, en medio de una tormenta de nieve, se enteran de lo que sucedió: la chica está muerta.

cromo1Diego (Pfening) es el marido de Valentina (Attias) y amigo íntimo de Simón (Palacios). De lo que se entera allí, además de la muerte de su esposa, es que Simón era su amante durante los años previos en los que vivió con ella trabajando en Corrientes. Ambos marchan juntos a reconocer su cadáver y a empezar una investigación cuando comienzan a sospechar que la muerte de la chica puede no ser tan accidental como les dicen que fue.

Antes de morir, Valentina manda a Buenos Aires esa muestra para ser analizada por investigadores del Conicet. Y, uno supone, lo que se descubrirá allí podría explicar su muerte. Si bien tras los dos episodios algunas cosas empiezan a sospecharse –respecto a quienes pueden haberla matado y porqué–, muchas puertas narrativas continúan abiertas para ese entonces y varios miembros del elenco principal todavía no han aparecido. Si bien llama la atención que Attias aparezca como una de las protagonistas principales pese a morir en el primer episodio, digamos que no se trata de una trampa hitchcockiana para sorprender al espectador. Para el segundo episodio queda claro que los flashbacks serán una parte importante de la historia y allí ella tendrá, obviamente, una presencia clave.

cromo3En lo que es un reparto de notables intérpretes CROMO tiene además a Alberto Ajaka, Moro Anghileri y Valentina Bassi en Corrientes, cuyos roles uno supone irán cobrando mayor importancia cuando se vaya descubriendo en qué andaba la bióloga en los meses previos a su muerte. Mientras que en Buenos Aires la investigación de las muestras corre por cuenta de María Ucedo y aparenta ser clave la dupla de padre e hija que encarnan Daniel Veronese y Malena Sánchez. El, un empresario multimillonario que supuestamente cuida la ecología (en estos casos ya la sola mención del título «empresario multimillonario» lo vuelve sospechoso) y ella, una estudiante de biología y en apariencia amiga y confidente de la asesinada Valentina. Luis Machín y Esteban Bigliardi integran el elenco principal pero aún no han dado señales de vida…

CROMO se plantea como una especie de eco-thriller mezclado con un triángulo amoroso que no se aleja demasiado de otros modelos de series que parten de un crimen misterioso para ir desarticulando una trama de corrupción o delitos. Ya desde el título y las investigaciones de Valentina es evidente que la trama estará relacionada con aspectos del medio ambiente de los que tanto se habló en los últimos tiempos a partir de contaminaciones en las aguas en diversas zonas del país. Aunque, como en toda miniserie que uno vio parcialmente, quizás el asunto pegue un vuelco inesperado…

Lo que diferencia a la serie de otras, en su mayoría internacionales, que uno ha visto, es su uso de los escenarios naturales que, en especial en las escenas que se desarrollan en el sur del país, son sencillamente espectaculares. Y en lo que respecta a cuestiones técnicas y narrativas, no está demasiado alejada de los formatos que se han ido solidificando en los últimos años en este género. Que en la Argentina se pueda hacer a este nivel, por decirlo de algún modo, internacional, no es algo menor y en ese punto es comparable a HISTORIA DE UN CLAN, otra serie con formato de thriller que también sabe utilizar a la perfección las ideas visuales y narrativas que hoy circulan en las series de TV sin por eso volverse una imitación o copia de nada, como sí parece serlo por momentos la muy floja SIGNOS.

cromo-la-serie-de-lucía-puenzoAlgunas debilidades de todos modos existen. Ciertos desniveles actorales, un formato narrativo que deja demasiado en evidencia –mediante las elecciones visuales cercanas a lo turístico y las tipologías en apariencia bastante evidentes de los personajes– que se trata de una ficción de la llamada TDA (Televisión Digital Argentina) hecha con un fuerte apoyo del Ministerio de Turismo y el Conicet, pero de todos modos son detalles relativamente menores o que pueden ser pasados por alto dentro de un todo (ese todo, reitero, son solo dos episodios) que es altamente consistente y sobre todo, promisorio.

No hay tantas series locales cuya intriga narrativa sea lo suficientemente fuerte como para generar ese binge watching (atracón de episodios) que a veces producen muchas series norteamericanas. Y CROMO –dirigida por Lucía Puenzo, Nicolás Puenzo y Pablo Fendrik, que en función de los créditos de los episodios vistos parecieran dirigirlos juntos– la genera. Uno ve los dos primeros episodios y tranquilamente podría arrancar con el tercero. Y eso, convengamos, no es un mérito nada menor en una televisión como la argentina que recién en estos años le está encontrando, un poco, el pulso a las narrativas serializadas. CROMO lo hace y con suficiente personalidad propia como para escaparle a la fórmula.