Estrenos: «Tres recuerdos de mi juventud», de Arnaud Desplechin
El original y excéntrico director francés vuelve en cierto modo sobre sus pasos en esta película que narra la infancia y adolescencia de Paul Dedalus, poniendo el eje principalmente en su relación amorosa con una chica cuando él rondaba los 19, 20 años. El filme es una especie de precuela de MI VIDA SEXUAL, su […]
El original y excéntrico director francés vuelve en cierto modo sobre sus pasos en esta película que narra la infancia y adolescencia de Paul Dedalus, poniendo el eje principalmente en su relación amorosa con una chica cuando él rondaba los 19, 20 años. El filme es una especie de precuela de MI VIDA SEXUAL, su película de mediados de los ’90 que exploraba los años posteriores del mismo personaje, interpretado por Mathieu Amalric.
Aquí, Amalric encarna a Paul adulto quien, a partir de una situación policial en un aeropuerto cuando está regresando a Francia, debe contar su historia, o parte de ella, ante el oficial que lo interroga. Antes de eso lo veremos de pequeño, ya demostrando la fuerte personalidad e inquietante ansiedad que el personaje tendrá a lo largo de toda su cinematográfica vida. Un segundo episodio lo mostrará metiéndose en problemas en la Unión Soviética en un viaje escolar que lo llevó a actuar de espía adoleceente, con inesperados contratiempos que lo siguen marcando hasta hoy y que son el motivo de su detención policial.
Pero lo que más lo marcó, sin duda, y es ése el corazón del resto del relato, es su relación con Esther, una chica muy seductora y popular de 16 años con la que empieza una relación gracias a la verborragia y al ingenio del chico, condiciones que logran que por primera vez la bella chica en cuestión se involucre con alguien más o menos seriamente. La relación será fuerte y por momentos caótica, complicada además por sus largas estadías en París –donde estudia en la universidad– mientras ella sigue en el colegio en su pueblo natal.
Habrá otros elementos en juego que el espectador deberá descubrir viendo la película, especialmente por lo inesperados que resultan. Es que, en realidad, todo y nada puede ser inesperado en el cine de Desplechin, un cineasta que juega con formas raras y antiacadémicas de la puesta en escena, el montaje y la actuación sin que por eso sus personajes pierdan el poder de emocionarnos con los recursos más nobles.
Una historia de amor adolescente, “truffautiana” en tema pero más extravagante en su puesta en escena, MY GOLDEN YEARS es una de esas películas en las que algunos cineastas adultos miran su adolescencia con una mezcla de cariño y fastidio, logrando que los conozcamos mejor en el camino, una suerte de autobiografía contada a la manera de un viaje de la adolescencia a la adultez. Y con un gran personaje como la tal Esther, esa chica fascinante que todos conocimos en la secundaria que acecha nuestros sueños, de vez en cuando, décadas después…
(Versión corregida de la crítica publicada durante el Festival de Cannes 2015)