Estrenos: «El movimiento», de Benjamín Naishtat
El realizador de HISTORIA DEL MIEDO y de varios muy buenos cortos se corre un poco en lo que respecta a la época pero no en lo que respecta a sus temas preferidos en esta curiosa suerte de western gauchesco experimental, cuyo modelo austero y extrañado para observar la Argentina del siglo XIX hace recordar […]
El realizador de HISTORIA DEL MIEDO y de varios muy buenos cortos se corre un poco en lo que respecta a la época pero no en lo que respecta a sus temas preferidos en esta curiosa suerte de western gauchesco experimental, cuyo modelo austero y extrañado para observar la Argentina del siglo XIX hace recordar un poco a JAUJA. No tanto en lo específico –ni el blanco y negro de la fotografía ni la trama tienen mucho que ver con los del filme de Lisandro Alonso, aunque sí el académico cuadro 4:3–, si no más bien en el intento de observar el pasado nacional desde una nueva o diferente perspectiva a las más convencionales, algo que uno imagina volverá a aparecer el año que viene con ZAMA, de Lucrecia Martel.
El tema de Naishtat siempre ha sido la violencia latente que tensiona todas las relaciones humanas. En cortos como EL JUEGO y ESTAMOS BIEN, esa violencia se hace presente a través del uso de armas, sí, pero también en función de la imprevisibilidad psicológica de los personajes. En HISTORIA DEL MIEDOpasa algo parecido, pero allí el miedo es ya casi un estado de la mente, una condición de la existencia en el mundo actual, la sensación de que lo real, lo aparentemente normal, tiene siempre un costado oscuro e imprevisible.
En EL MOVIMIENTO –filme realizador a partir de un premio del Festival de Jeonju y estrenado mundialmente allí– estamos en 1835, la Argentina es un páramo donde la peste ataca y los soldados sobreviven casi sin comida en sus viajes por parajes desérticos o abandonados a su suerte. En medio de esa misteriosa tierra de nadie en la que no parece salir nunca el sol y las amenazas pueden venir de cualquier lado, nos encontramos con un hombre (interpretado magníficamente por Pablo Cedrón) que viaja tratando de convencer, como sea, a los pueblerinos de unirse a su tan mentado y nunca explicado “movimiento”. Las opciones no parecen ser muchas: sumarse o pasar a degüello.
No hay que ser historiador ni saber mucho de política argentina para notar por donde pasa la metáfora que intenta contar Naishtat, que viaja al pasado para trazar una historia de la violencia política en la Argentina en nombre de improbables causas políticas que esconden, más que otra cosa, intereses y deseos personales. El filme relatará la “campaña” de este hombre y sus dos secuaces (uno de ellos jamás abre la boca y el otro es un hombrem muy joven) en su paso por una serie de cada vez más abandonados parajes provinciales, incluyendo algunos alucinatorios inerludios musicales.
Con una fotografía magnífica en blanco y negro y una atención especial por los rostros, los gestos y las miradas, EL MOVIMIENTO no avanza de una manera narrativa clásica, sino que más bien se va hundiendo hacia una especie de abismo de la locura, la matanza y la masacre. Todo lo que puede salir mal va a salir mal, y los muertos y degollados se irán apilando en esta breve (la película apeas supera la hora de duración) pero impactante peripecia.
Sobre el final Naishtat reserva una sorpresa mediante un procedimiento que ya había usado en otros trabajos suyos (la idea de “romper la cuarta pared” con el espectador), como si fuera una manera de trazar una línea directa entre esos extravagantes sucesos, la actualidad y poniendo el recurso de la ficción versus el documental como espejos de un mismo sistema de cosas. La película puede parecer muy alejada a nuestra forma de vida pero la ficción es solo un pase de magia: con un mínimo detalle escenográfico, la realidad se hace presente planteando con claridad que, acaso, las cosas no sean tan distintas ahora de lo que lo eran 180 años atrás.
En la constante discusión de la crítica local sobre si las nuevas generaciones de cineastas se atreven o no a meterse en temas políticos, Naishtat deja en claro que no le teme al desafío.
(Crítica publicada durante el Festival de Locarno 2015)
La cuestión no es solo animarse a los temas políticos sino ver como se los trata. Al crítico y cineasta Nicolás Prividera esta película no le pareció digna de elogio y el director trató de defenderse. El intercambio de ideas puede seguirse aquí:
http://ojosabiertos.otroscines.com/una-vision-desde-algun-lugar-el-misterioso-fuera-de-campo-de-la-ficcion/#comments
Prividera dice siempre que quiere películas políticas pero en realidad quiere películas que coincidan con su modo de ver la política.
No me parece una sabia manera de mirar las cosas…
Si, comparto lo que decis de prividera. Hay en youtube un debate entre el y llinas muy interesante sobre lo popular, lo politico, etc y prividera trastabilla muchisimo. Lo veo cada tanto al drbate porque ademas se torna grotesco y divertido
Por suerte aparecen voces que intentan colocar a NP en un lugar màs apropiado.
A partir de evaluar sus participaciones comentando algunas pelìculas, me permitì decir, casi simpaticamente, que era un tipo pa’lio.
Se puso como loco y hasta desmereciò que le haya dicho que sus peliculas me habian gustado mucho, en serio.
Ahora pienso que es un tipo que le encanta la controversia, se siente còmodo en ello y maneja un vocabulario envidiable y que siempre logra oponentes, que en la contienda, enriquecen los temas que aparecen.
Eso no obsta para que otros lectores no puedan evitar estufarse un poco…
Nicolás es un notable analista y un gran debatidor –si se me permite el término–, solo que tengo la impresión que jamás escucha lo que dice el otro. Se emperra a muerte en su propia verdad y no hay cómo sacarlo de ahí. Eso, en mi opinión, es su gran punto débil, lo que termina volviendo que sea un tanto inútil debatir con él. Digo, él es convincente y muchas veces logra hacerte ver cosas que no ves. Pero siento que él jamás admitiría lo contrario. Un «tenés razón» de vez en cuando no le vendría mal, je!
Recién veo este intercambio, al parecer más sobre mis incapacidades que sobre la película. Por suerte el mismo Naishtat considera que el citado debate que tuvimos en el blog fue lo suficientemente productivo coomo para invitarme a seguirlo este sábado 26 tras la proyección en el Malba. A buen entendedor…
Muy pocos horarios en muy pocas salas, es casi imposible ir a verla. Una lástima.
Es medio imposible, una pena…
Por qué la gente sigue contestándole a Prividera? Está demente, lo más sano es ignorarlo
No estoy de acuerdo en ignorarlo, para nada.
A la vez asumo que contestarle es siempre una batalla perdida de antemano.
Te gana por cansancio, je!
Slds
d