Cannes 2016: «The Happiest Day in the Life of Olli Maki», de Juho Kuosmanen
Tal vez una de las películas sobre boxeo menos convencionales de la historia, THE HAPPIEST DAY IN THE LIFE OF OLLI MAKI cuenta la historia de un boxeador callado, silencioso, poco ambicioso y que no parece demasiado preocupado por si gana o pierde la pelea por el título mundial de los pesos pluma. En la […]
Tal vez una de las películas sobre boxeo menos convencionales de la historia, THE HAPPIEST DAY IN THE LIFE OF OLLI MAKI cuenta la historia de un boxeador callado, silencioso, poco ambicioso y que no parece demasiado preocupado por si gana o pierde la pelea por el título mundial de los pesos pluma. En la forma, la película es tradicional: un drama en blanco y negro que transcurre en 1962 y que, al menos en ese aspecto, trae a la memoria títulos clásicos del género hasta llegar a TORO SALVAJE. Pero es la actitud del personaje la que lo vuelve poco convencional. En un subgénero caracterizado por la lucha, el esfuerzo, la ambición y la apuesta por la superación, Olli Maki preferiría estar en su casa durmiendo una siestita con su novia.
En esta película basada en un caso real, Maki es el candidato a pelear por el título con el norteamericano Davey Moore. Corre 1962 y el tipo es la sensación de Finlandia, ya que la pelea se considera un momento histórico del deporte de ese país. Tiene que bajar unos kilos para entrar en la categoría pero no parece poder hacer mucho esfuerzo. Le preocupa más su novia, de la que está enamorado, y que en un momento del entrenamiento viaja a su ciudad natal, y pese a la insistencia de su coach, se lo ve desenfocado. O, tal vez, solo es finlandés…
A la vez hay un equipo de documentalistas que lo filman, lo cual enrarece aún más toda su preparación. Llegará, claro, el momento clave de la pelea. Y ahí se verá como, de una forma muy poco convencional para los cánones de una película «deportiva», el título no es irónico ni mucho menos. Es, simplemente, una manera inusual de ser feliz dentro de un universo en el que el ego, la fama, la gloria y el dinero se privilegian por sobre todas las cosas.
Bellamente fotografiada y narrada con delicadeza –aunque promediando el relato se vuelve un tanto repetitiva–, la opera prima de Kuosmanen es una digna ganadora de una sección como Un Certain Regard que, al menos por lo que he visto y lo que se ha comentado, no ha tenido obras maestras. Esta no lo es. Pero su dignidad, la manera en la que maneja su universo de valores y prioridades, y su seco humor la convierten en una película más que recomendable.