Estrenos: crítica de «Día del atentado», de Peter Berg
La película de Peter Berg se centra en el atentado con bombas en la Maratón de Boston de 2013. Efectista pero muy efectiva, narra paso a paso lo que sucedió antes, durante y después del hecho, transformándose en un homenaje a la ciudad que en esos días atravesó una de las situaciones más tensas y difíciles de su historia.
A cuatro años casi exactos del atentado que tuvo lugar en Boston, en medio de la maratón tradicional de esa ciudad, llega DIA DEL ATENTADO, una película que intenta recrear el antes, el durante y el después de esas duras jornadas que vivió la ciudad. Combinando historias reales con algunos personajes ficticios, lo que hace Peter Berg –un avezado y muy consistente realizador de películas de acción y suspenso que generalmente tienen algún tinte patriótico, como EL SOBREVIVIENTE o BATALLA NAVAL— es construir una mirada panorámica sobre ese suceso, una que apunta a describirlo desde distintos ámbitos y puntos de vista.
El papel protagónico recae en Mark Wahlberg, pero es solo uno de los muchos personajes del filme. Se trata de un policía de Boston un tanto indisciplinado, bebedor y con problemas personales al que, casi como castigo, mandan a trabajar cuidando el sector de llegadas de la consabida maratón. Es él quien resulta ser el hombre que no solo estará entre los primeros en responder cuando las bombas estallen sino que seguirá siempre en la primera línea de persecución de los culpables del atentado, tanto ayudando a encontrarlos via cámaras de seguridad como en los enfrentamientos y demás situaciones del final.
Pero el filme incluye también varias historias de vida de personas que –salvo que uno conozca el caso real en todos sus detalles– no sabemos bien qué rol tendrán hasta que son atravesados por la situación. Algunos serán víctimas de las bombas, otros ayudarán en la búsqueda y detención de los culpables, otros tendrán imprevistos roles en distintos momentos de la trama y así. El filme, además, no oculta el punto de vista de los terroristas: los vemos desde el principio preparar sus bombas, ir hacia la maratón y los seguimos casi paso a paso en lo que sucede después.
Berg es un gran narrador, algo que ya ha demostrado en varias películas previas. Si bien no es lo que se puede llamar un realizador sutil, tiene muy claros los recursos visuales que debe utilizar para contar su historia y un elenco de actores talentosos (Kevin Bacon, John Goodman, J.K. Simmons, Michelle Monaghan y otros) para agregarle potencia dramática. Y es por eso que DIA DEL ATENTADO, aún sabiendo todo o buena parte de lo que va a pasar, es muy efectiva en casi todos sus pasos. Si bien se pueden discutir algunas elecciones estéticas (las escenas del atentado en sí son, para mí gusto, excesivamente cruentas), Berg y Wahlberg tienen en claro que su principal objetivo es hacer una película sobre Boston y sus habitantes, sobre la fuerza, la intuición y el coraje que manifestaron durante esos días de persecución y miedo.
DIA DEL ATENTADO trata de no ser una película política en el sentido de analizar las causas relacionadas a este tipo de actos criminales o terroristas. Puede que la pintura de los culpables del atentado sea un tanto simplista y que la de los policías de Boston se pase de «folclórica» (son casi el cliché de la policía de Boston), pero el acento siempre está puesto en la crónica y en hacer avanzar el relato. También, claro, en sus escenas de persecución y enfrentamientos, entre las que se destaca claramente una que tiene lugar promediando el filme y que –bombas y disparos mediante– transforma las calles de un suburbio de Boston en un caos que parece salido de una película bélica.
Acaso lo más inusual del sistema narrativo de DIA DEL ATENTADO tenga que ver con la forma en la que estos diversos personajes secundarios van siendo introducidos y cómo su suerte o papel en la historia va siendo revelado. Pero queda claro con el correr de los minutos que todos ellos forman parte de este homenaje a la ciudad que la película propone. ¿Efectista? Seguramente. Pero muy efectivo también.
Lástima que alguien como Peter Berg sea incapaz de explorar más a fondo.