Series: crítica de «Fargo» (Temporada 3)
La nueva historia de la saga inspirada en la película de los hermanos Coen no está a la altura de las previas. Pese a un gran elenco e intrigantes personajes, su creador Noah Hawley no consigue encontrar un eje dramático claro y así, más allá de algunas escenas y momentos memorables, la temporada jamás cobra vida ni genera demasiado interés.
Tuve la (mala) suerte de ver el Episodio 8 de TWIN PEAKS poco antes de empezar a escribir este post sobre FARGO, por lo que no puedo negar que mis parámetros están completamente alterados. Especialmente en cuanto a estas series que, a su modo, son herederas de aquella creación de David Lynch, como lo son ésta y las últimas dos temporadas de THE LEFTOVERS, entre otras, las que apuestan a enfrentar al espectador con situaciones raras e inexplicables, por no llamarlas directamente bizarras. El problema de haber visto ese episodio (bah, toda la tercera temporada de TWIN PEAKS pero este caso es el más extremo) es que empequeñece al resto de las series que intentan, al menos mediante algunos recursos formales y ciertas decisiones narrativas que podrían ser consideradas «alternativas» o al menos raras dentro de los modelos de series psicológicamente realistas y ajustadamente guionadas, tomar la posta de la obra de Lynch.
De alguna manera, lo que hace Noah Hawley en FARGO tiene que ver con TWIN PEAKS, pero la comparación no hace más que dejar en claro lo que las unen y lo que las separan, de los riesgos narrativos que puede tomar la televisión y la diferencia entre ingenio e imaginación, entre talento y genio, entre inteligencia y sabiduría. En algún punto, Hawley es heredero del cine de Lynch, en especial de TERCIOPELO AZUL y TWIN PEAKS. Si bien, obviamente, su referencia principal es el mundo de los hermanos Coen –no solo FARGO, sino que en esta temporada aparecieron claros homenajes a otros filmes de ellos, especialmente EL GRAN LEBOWSKI–, existe una mirada similar de la América profunda, del «medio-oeste», esa zona de los Estados Unidos en la que, según ambos, amables personajes que viven en casas prolijas y de «verjas blancas», ocultan dobles o triples vidas. Como criminales, asesinos, estafadores o, simplemente, con un estilo de vida peculiar que no pega demasiado con la amabilidad que demuestran de la boca para afuera. Sonrisa y todo…
En ese choque se ha sostenido siempre el universo de FARGO. En lo que sucede cuando uno pega las sonrisas francas de los protagonistas y sus acentos campechanos (esos «oh yeah», «geez» o «ok, well, then», tan prototípicos) con lo que realmente sucede a puertas cerradas. En Lynch no es tan distinto (él mismo suele utilizar esos términos y tiene un acento igualmente inocente), solo que es un tanto más bizarro, oscuro y provocador. Hay sí, una diferencia grande entre el mundo de los Coen y el de Lynch y está en el que el realizador de CARRETERA PERDIDA quiere, entiende o al menos intenta acompañar las acciones de sus personajes mientras que los realizadores de SIMPLEMENTE SANGRE por lo general suelen tratarlos como idiotas que se merecen todo lo que les pasa.
En ese sentido, Hawley es un tanto más «humanista» que los Coen. Sus personajes, pese a sus contradicciones, su andar errático y sus egoísmos varíos, están presentados de manera tal que los espectadores pueden sentir cierta identificación con ellos. Salvo, claro, con el villano que encarna David Thewlis, pero diría que hasta ese personaje genera cierta simpatía. No por sus actitudes sino por su muchas veces inapelable lógica. En esta temporada, Hawley hizo una jugada riesgosa, y otra que lo acerca a Lynch: decidió (o le salió así) que su serie fuera más abierta y disgresiva, menos claramente delineada en términos dramáticos, narrativos y de suspenso que las anteriores. Pero el experimento no le salió del todo redondo.
¿Por qué? Un posible motivo es que, a diferencia de Lynch, sus set pieces, sus escenas y secuencias sueltas, si no tienen un fuerte hilo conductor y un peso dramático que las conecte entre sí, se sienten como ingeniosas construcciones de puesta en escena y no mucho más. Lynch tiende a hacer esto –armar escenas que no tienen demasiada lógica y son disparatadas, desconectadas y bizarras– pero su apuesta por el sinsentido se siente más orgánica y menos una pose. Viendo FARGO uno no puede dejar de pensar que las muchas y en muchos casos muy buenas secuencias de la serie imponen un sinsentido desde el guión mismo. Es como si se notara el gesto del absurdo y la mano del prestidigitador o titiritero quedara muy en evidencia. Siguiendo la carrera de Lynch es obvio que no hay gesto para afuera, sus disgresiones no son cool, sino que más bien suelen poner en riesgo la continuidad de su propia carrera.
FARGO en esta temporada no terminó de encontrar su centro y eso que en los personajes de Carrie Coon y la excelente Mary Elizabeth Winstead tenía dos evidentes posibilidades de obtenerlo. Coon –para mí el descubrimiento actoral de los últimos años– era el ancla de la temporada, la voz de la lógica y la sensatez en medio de los absurdos e insensatos crímenes que se iban apilando. Y Winstead era casi un personaje de Tarantino: una mujer de armas tomar que, ante la traición, intenta volverse una cruenta vengadora. Pero la película iba y venía entre ellas y los dos personajes de Ewan McGregor, cuya pelea por su pasado y su presente (encarnan a hermanos con literales deudas pendientes) retomaba por momentos los peores toques de ironía hueca y canchera de los Coen. Dos hermanos bastante idiotas peleándose por una idiotez y cuya historia se vuelve trágica por una circunstancia igualmente idiota.
Esa serie de disgresiones narrativas y la imposibilidad de centralizar la historia en un par de ejes claros hacía que las escenas brutales, como las que suceden especialmente en los primeros y en los últimos episodios, fueran completamente gratuitas. De hecho, la manera casi cómica en la que muere uno de los personajes principales –y el plano que atraviesa su cuerpo para mostrarlo– resulta bastante desagradable y hasta de mal gusto. Es como si Hawley, como los Coen, necesitara esa coraza irónica que no nos permita empatizar del todo con sus criaturas.
Otro de los recursos que Hawley –cuya serie LEGION también parece deberle bastante al cine de Lynch– utiliza en todas sus temporadas y que viene de los Coen es ese momento en que alguno de sus personajes, a la manera de SIN LUGAR PARA LOS DEBILES, tienen algún tipo de extravagante y curioso discurso sobre el estado del mundo, sobre el mal, el destino, el pasado o el futuro. Aquí recae en Varga (Thewlis), el gangster que toma la compañía de uno de los hermanos Stussy y da pie a un caos que se desenvuelve a lo largo de diez episodios (en paralelo, claro, al equivocado asesinato cometido en el primer episodio, ordenado por el otro hermano Stussy). Es el encargado de dar sus sentencias un tanto extravagantes sobre el mundo intentando que el espectador las tome como algún tipo de curiosa máxima cuando en realidad son puro gesto, más cerca del aforismo enrevesado que de algún tipo de verdad sobre… algo.
Tampoco importa demasiado. Cuando sobre el final de la serie (POSIBLES SPOILERS), los dos grandes enemigos se encuentran (la policía que encarna Coon y el malvado Varga) lo que él tiene para decirle está a mitad de camino entre ser algo inteligente y una absoluta ñoñez. Ahí es donde, una vez más, se aleja del mundo de Lynch, un hombre que cuando se juega al misterio se tira con todo el cuerpo adentro de un pozo ciego. Hawley se queda en los juegos de palabras, en las referencias incomprensibles, en hacer pensar a los espectadores si lo que pasó o lo que se dijo es o no importante y a qué se refiere, una especie de mensaje de chinese cookie que pareciera sonar muy importante pero que está escrito con astucia, ingenio y siempre a dos puntas: ¿hay que tomarlo en serio o es una tontería? La astucia, especialmente para cerrar los hilos de una serie, no parece ser la mejor aliada.
Pobre Hawley, hacer una serie para que le hagan una crítica en la que se habla más de Lynch y Twin Peaks que de su serie en sí.
Si, es cierto, disculpas. Pero igual pensaba lo mismo de esta temporada de FARGO antes de ver TWIN PEAKS. Eso no cambió.
totalmente!! qué pereza me ha dado
Con permiso, una única crítica que le cabe, valga la redundancia, a todos los críticos de cine, TV y libros: no pueden referirse a alguien directamente sino mencionándolo como «el autor de esto» o «el director de aquello», olvidando quizás que no todos los lectores conocen la totalidad de la obra de los referidos. No fue éste mi caso, pero podría haberlo sido
No entiendo. Decís que deberíamos mencionarlo como el autor de esto o aquello o no?
A veces se hace para poner en contexto y por si el lector no sabe quien es la persona de la que estás hablando.
Otras veces se hace para no repetir el apellido cada vez que mencionás a esa persona.
Este temporada es floja en comparación a las precedentes, básicamente porque las dos primeras son extraordinarias. No obstante tiene un capítulo genial (el de Carrie Coon en California, con un cameo de Ray «Leland Palmer» Wise), y sigue estando muy por encima de la media.
Que pesado con twin peaks, fargo no tiene nada que ver, para mi ha sido una gran tercera temporada sabiendo reinventar la formula sin perder la esencia, no se que tiene que ver la serie de lynch aqui, es como sin digo que breaking bad es mala por que acabo de ver juego de tronos y no ha estado a la altura
Son dos cosas distintas. No es que una anule a la otra. Esta temporada de Fargo no me interesó tanto. La segunda me había parecido muy buena.
A nivel tecnico la tercera temporada de fargo es brutaaal, cada encuadre, desenfoque, paisajes,dialogos, por no hablar de los personajes.. y la musica espectacular..para mí, obra maestra, como las dos anteriores, chapoooó????☺?
La escena del bosque es una fiesta de la cámara,la seductora Nikki muy bien tel villano carga para asesinarlo,confieso me mantuvo en vilo, pero le faltó algo
Yo discrepo. Esta temporada ne ha gustado más que la segunda, peeero no ha sido redonda, sobre todo al final. El malo era casi tan imponente como Lorne Malvo, y al final el y sus sicarios rusos son vencidos por una fulana, muy lista eso si, y un cachas sordomudo. No se lo cree nadie. Por otro lado me esperaba algo más de la historia del robotito milenario de la novela y la caja esa de la palanca que se cerraba sola con la palanquita que le dejaron en el motel. No entiendo esas vaciadas, como la de los platillos volantes de la segunda temporada. Han vivido de los réditos de la 1.ª temporada. Esa sí que fue genial. Perdonad el retraso en el comentario, pero es que acabo de terminarla
Esta temporada me aburrió espantosamente. Tenía expectativas, pensé que iba a gustarme, pero los diálogos iniciales ya eran para matarse del tedio. Una bonita factura no logra ocultar un guion fallido desde el inicio. El malabarismo se queda en pura fachada. Atrapa tan poquito, es tan pretenciosa, tan evidente la mano del director diciéndonos «hey, televidente al que creo un tonto, mira lo que hago aquí», que a la mitad del quinto capítulo dejé de verla: no me interesaba para nada que pasaría con los hermanos, ni con el mafioso, ni siquiera con las dos mujeres que algo de encanto le daban a la serie. Ya ni me acordaba de cuál era el crimen o porqué debía interesarme. Las tramas paralelas pasan igualmente al olvido.
Por qué
Los dos gemelos de la 2a temporada son como los gemelos de Better call saul.
Los malos, Lorne Malvo, los de kansas city etc, parecen personajes de comic.
Ademas necesito que alguien me aclare una cosa porque o me he liado o es un fallo de guión grande.
En la 1a temporada el padre de la policia, el que regenta la cafetería, cojea por un disparo que le dieron en el 79 en Minnesota.
En la 2a temporada en el 79 en Minnesota, quien recibe el disparo no es el padre de la policia sinoi el abuelo Ted Danso es el actor. ¿Me he liado o se han liado ellos?
La 1a temporada me la he tragado entera del tiron, la 2a me ha costado un poco mas, demasiado comic, demasiada casualidad y accion absolutamente inverosimil y la 3a temporada llevo 3 capitulos y no me esta gustando nada . Es todo una chorrada como un piano.