BAFICI 2019: crítica de «L’homme fidele», de Louis Garrel
La nueva película del actor y director francés, premiada en la competencia internacional del BAFICI, es un clásico triángulo amoroso a la francesa, un claro homenaje a las películas de la «nouvelle vague» en un tono que apuesta más por lo cómico que por lo dramático.
Difícil hacer una película más francesa y más «nouvelle vague» que L’HOMME FIDELE, la nueva de Louis Garrel. A diferencia de su padre Philippe, que en su cine un tanto más grave, oscuro y desesperanzado trató de quebrar ciertos códigos de la generación de cineastas que lo precedió, su hijo parece abrazar gran parte de esos recursos, incluyendo los momentos más livianos, luminosos y juguetones.
Con guion de Garrel y Jean-Claude Carriere (gran colaborador de Luis Buñuel), la película coquetea con varios géneros, de la comedia hecha y derecha al policial, pero finalmente es una historia de amor y lazos familiares, enredada lo suficiente como para darle al espectador una suerte de paseo por lo que a esta altura podrían ser figuras casi retóricas de cierto tipo de cine francés.
La película tiene un notable gag inicial en el que vemos a Abel (el propio Garrel) enterarse que su pareja está embarazada y, luego de que él acepta con una costosa sonrisa la inesperada noticia, ella agrega que él no es el padre sino Paul, un amigo de la universidad de ambos con el que está teniendo un affaire hace tiempo. Marianne (Laetitia Casta, esposa en la vida real de Louis) y Abel se separan, algo que él parece tomar de forma bastante calma y racional aunque pronto queda claro que no es tan así.
La historia salta diez años (el que no quiera toparse con ningún SPOILER puede detenerse aquí) y Abel recibe la noticia de que Paul ha muerto, quedando Marianne sola con su hijo, Joseph. A su vez, la hermana menor de Paul, Eve (Lily-Rose Depp) ya no es más la niña-adolescente que Abel conoció alguna vez y es ya una bella veinteañera perdidamente enamorada de él. Abel quiere volver con Marianne, la chica acecha desde afuera, el hijo sospecha que la muerte de su padre no ha sido accidental, hay un sospechoso doctor de por medio y una serie de intrigas a resolver en medio de una constante manipulación emocional que juegan los cuatro protagonistas. ¿Alguien saldrá bien parado entre todo este torbellino?
Garrel juega sus cartas de manera lúdica. Si bien hay despechos amorosos y hasta intrigas de tono policial, Louis deja en claro todo el tiempo el carácter juguetón de su película. Mientas los personajes van explicando sus deseos y necesidades en respectivas voces en off (Abel, Marianne y Eve, cada uno aporta su punto de vista aquí), L’HOMME FIDELE avanza de manera fluida y efectiva en sus breves 75 minutos.
Por momenos uno tiene la sensación de que la película ganaría en complejidad si se tomara más en serio a sí misma, pero al final queda claro que el tono es el ideal: la densidad emocional está presente, solo que alivianada entre gags de comedia (hay uno muy bueno con los mozos de un restaurante) y juegos policiales que hacen pensar que algo más oscuro se esconde por detrás de las apariencias.
Y si bien es innegable su enorme deuda con varias tradiciones del cine francés (solo le faltaría haber sido filmada en blanco y negro), eso no quita el disfrute de la experiencia. Sí, es otra historia de amor francés con amantes, despechos cruzados, gente que corre por la calle y voces en off dichas como al pasar. Sí, lo vimos un montón de veces. Y sí, cuando está bien hecho, el asunto sigue funcionando muy bien.