Cannes 2019: crítica de «Diego Maradona», de Asif Kapadia (Fuera de competencia)
El film del director de «Amy» es un sólido documental que, con mucho material de archivo inédito, cuenta la vida de Maradona centrándose principalmente en sus años en Nápoles.
Es difícil de analizar una película como DIEGO MARADONA sin implicarse de manera personal en el asunto. Entonces digamos esto: para una persona de mi generación y que le gusta el fútbol y que estuvo muy pendiente durante mucho tiempo de todo lo que hacía y decía (y jugaba) Maradona, la experiencia de ver la película será muy distinta de la que podría tener alguien con menos o ningún conocimiento o interés en él. O alguien que no escuchó hablar, una y mil veces, de muchas de las cosas que se cuentan aquí.
Es desde ese punto de vista que escribo. Y, tratando de ser lo menos subjetivo posible respecto a mi experiencia y opinión sobre «el Diego», hay que decir que el film de Kapadia es un muy buen trabajo documental, entendiendo esa palabra de manera estricta, como documento de una persona y de una época. Contiene una impresionante cantidad de material inédito o poco visto que asombra, además de recuperar (y sonorizar de manera muy elocuente) materiales del archivo futbolero de Maradona.
Otra de las cosas que Kapadia hace muy bien es limitar el periodo de su film al de los años en los que el jugador estuvo en Nápoli. Si bien la película incluye el periodo previo y el posterior, lo hace de manera muy rápida. No es su objetivo contar toda la vida del 10 sino trabajar sobre el eje de su paso por el sur de Italia y, en especial, a partir de la relación que tuvo con la ciudad, en general, y con la Camorra, la mafia napolitana, en particular. La hipótesis del film, según Kapadia, puede resumirse así: la Camorra lo compró (al Barcelona), lo cuidó y a su manera protegió y, después de lo sucedido en el Mundial 90, le soltó la mano. Literalmente.
Con testimonios en off del propio Maradona, de Claudia Villafañe, de una de sus hermanas, de muchas personas ligadas a su paso napolitano y de varios periodistas argentinos (incluyendo a Daniel Arcucci y Gonzalo Bonadeo), pero sin hacer un denso y monótono popurrí de entrevistas, Kapadia trata de encontrar el punto justo entre el relato futbolístico (cómo Maradona se convirtió en ídolo allí y cómo cambió la historia del club) y el drama personal, que incluye su hijo no reconocido (entonces), su vida nocturna, amantes varias y su adicción a las drogas, casi siempre en relación a sus contactos con los jefes de la mafia napolitana.
Lo más sorprendente del film para los que creemos conocer ya bastante al personaje es el material de archivo, que es la base más impactante de DIEGO MARADONA. Filmado por un camarógrafo que siguió a Diego durante muchos años, es un material que, por lo que entiendo, no se había visto y revela mucho no solo sobre la intimidad del jugador sino sobre la locura que generaba a su paso. Es un material de baja calidad técnica, digamos, pero mucha potencia documental.
A eso hay que agregarle lo estrictamente futbolístico. Y si bien, lamentablemente, no es el centro aquí (sería genial ver un film dedicado al análisis específicamente futbolístico de grandes jugadores), el material de los mundiales y del Napoli es muy bueno. Uno ha visto mil veces los pasos de Diego y de la selección argentina por los mundiales y aquí hay algunas imágenes muy raras. Más todavía de las campañas del Napoli, que en esas épocas sin internet ni TV por cable casi no veíamos.
De ese material se ha hecho una muy buena restauración visual y a eso se le ha agregado lo que parece ser un trabajo de artistas de foley (los que sonorizan todo tipo de ruidos en postproducción) para reimaginar los sonidos que se producen en un partido de fútbol y que son apreciables en la cancha pero no en la televisión, en especial todo lo ligado a los golpes a la pelota o las patadas. Si bien por momentos parece hasta excesivo, de algún modo el trabajo sonoro hace más vivencial la experiencia estrictamente futbolística.
Como en sus films anteriores, SENNA y AMY, Kapadia intenta combinar lo personal y lo profesional de sus personajes. Y aquí sabe cuál es el punto justo y no abusa del escándalo más de lo que el personaje de por sí ya daba y aún sigue dando. En sus teorías sobre Maradona quizás no haya grandes descubrimientos (van del análisis de la diferencia entre el Diego-persona y el Maradona-personaje, o la síntesis que Arcucci hace sobre cómo todo lo «maradoniano» se pone en juego en el partido del Mundial 86 contra Inglaterra) y su tesis de que fue «un genio traicionado por el sistema» es por lo menos debatible, pero el material vale la pena por sí solo. Los que solo conocen al Maradona de los escándalos podrán también saber lo que hacía dentro de una cancha, el mejor jugador de fútbol… del siglo XX.