Streaming: crítica de «Game of Thrones: The Bells»
Un episodio que no dejó a nadie indiferente por su brutal cambio de rumbo respecto a uno de sus personajes principales. Controvertida pero bastante respetuosa de la lógica de sus personajes, el capítulo deja las puertas a un enfrentamiento final con resultados impredecibles.
El «fan service» y la coherencia narrativa no siempre se llevan de la mano y este episodio de GAME OF THRONES es la prueba de ello. Muchos se quejaron y odiaron el capítulo por (SPOILER ALERT) convertir la que muchos creían la heroína de la serie en lo que parece ser la principal villana. Sí, la heroica Daenerys, la que se pasó cinco temporadas –como los 40 años que Moisés pasó en el desierto–, para reclamar su trono en Westeros, llegó a King’s Landing, y montada a su dragón, liquidó prácticamente la ciudad entera cuando el ejército de Cersei se había rendido y todo, clara señal de alguien que ha perdido la cordura. Es cierto, para los que amaban a la rubia puede haber sido un duro golpe, pero no solo estaba más que preavisado en la serie sino que la propia lógica de esta especie de «revolucionarios» que conquistan el poder suele inclur este tipo de bestialidades.
Daenerys, y los Targaryen, como ya todos saben, tienen un historial de ambición, poder y locura que ha estado planteado desde el principio. Es cierto, podía haber sido un tanto menos cruento (Dani podría haber ido directo al Red Keep sin barrer a todos en la ciudad o atacado antes del sonar de las campanas), pero el giro de la serie no tendría el mismo sentido en función del final: si sus actos hubiesen estado de algún u otro modo justificados por algo más que no sea la revancha, los acontecimientos que seguro tendrán lugar en el próximo episodio (uno ya los puede imaginar, más allá de no saber si Arya, Jon u otro será el responsable) no serían tan convincentes o provocarían el mismo odio de los fans. ¿Hizo falta que el giro fuera tan brusco? No. La sutileza no es lo fuerte de esta última temporada. Pero lo logrado y aplaudible es que decidieron seguir una lógica bélica creíble y no mover las piezas para satisfacer a los fans que no quieren que sus héroes hagan algo malo. O mueran…
La serie sigue teniendo problemas de coherencia, lógica y apuro de resolución, de eso no hay duda. Uno esperaba más actividad de parte de Cersei después de haber estado en el banco de suplentes casi toda la temporada, pero el encuentro final más importante lo tuvo. Y eso alcanza. Un guionista no escribe las escenas que la gente quiere ver, escribe las que son necesarias para contar su historia. Y en este caso hicieron eso. ¿Queríamos más y mejores escenas con ella? ¿Qué presentara más batalla? Tal vez sí, pero pecó de soberbia o imagino que los dragones no eran tan imbatibles. Y el poder tiende a marear a la gente. Le pasó a ella y a Dany.
No voy a entrar en la discusión sobre si son buenos ejemplos “feministas” porque me parece un debate absurdo. Está Arya, si quieren eso. Y quizás Sansa demuestre que tiene más recursos que su cara de oler mierda permanentemente de los últimos tiempos. Cersei murió en su ley y Daenerys probablemente sufra un destino similar, a manos de los que se ven ahora traicionados por ella.
Hubo varias líneas narrativas no del todo bien desarrolladas y otras que sobraron, pero visual y cinematográficamente fue muy superior a la batalla nocturna en Winterfell. Fue siempre clara narrativamente en términos de espacio/tiempo, no tuvo momentos tremendamente absurdos en lo que respecta al desarrollo bélico (más allá de la facilidad un poco asombrosa de Arya y Jamie de colarse en lugares sin ser vistos. Murieron personajes como se muere en una guerra sin necesariamente hacer algo importante al respecto, caso Qyburn o algún otro, y la batalla entre los hermanos Clegane, si bien fue un poco “fan service” (no era realmente importante a esa altura), tuvo una belleza visual épica reminiscente de cuadros renacentistas, algo que los investigadores de trama no suelen prestar atención. Hay veces que una imagen icónica justifica una escena. Algo similar al caballo con el que milagrosamente se cruza Arya sobre el final. ¿Lógico? No lo sé. Pero muy bello.
Nadie dice que haya sido un capítulo perfecto ni mucho menos. Pero fue uno en el que los creadores se animaron a caerle mal a los fans en función de lo que creían necesario para ir terminando la serie. Me gusta esta vuelta de tuerca. Me parece bien la idea de que el enemigo final no sea ni Cersei ni el Night King sino, tal vez, Daenerys, la que muchos consideraron una de las grandes heroínas de la serie. Tiene algo similar a lo que pasaba con Frodo en el final de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, cuando el poder lo empieza a nublar y ya no sabe bien de qué lado está. No sé qué pasará con Dany pero sé que si Tolkien hubiera seguido al Twitter de su época seguramente lo habrían criticado por acabar su saga como la acabó. Y hoy ese cierre es un clásico. Claro que los creadores de GAME OF THRONES están lejos de ser Tolkien, pero seguramente G.R.R. Martín les dio algunas pistas de cómo quería ir terminando la cuestión y, finalmente, volvieron a hacerle caso. No van a contentar a todos. Así es el trabajo artístico. No se hace por comité. Algunos lo crean y nuestra tarea es apreciarlo o no, pero no forzar a que sea lo que nosotros queremos.
Justificando el mal trabajo, muy bien.