San Sebastián 2019: crítica de «Ficción privada», de Andrés Di Tella (Zabaltegi)
En su nuevo film, el realizador argentino continúa la exploración de sus lazos familiares a través de la relación epistolar de sus propios padres contada a través del documental y de la ficción.
Ya un habitué del Festival de San Sebastián, a partir de sus constantes visitas con películas, exposiciones y como jurado, Andrés Di Tella estrenó mundialmente aquí su nuevo documental/ensayo biográfico en la sección Zabaltegi del evento. Titulado FICCION PRIVADA el film es una exploración de las relaciones amorosas a partir de la correspondencia entre la madre y el padre del director. A lo largo de la película, en la que el realizador incorpora una dimensión si se quiere de corte más ficcional, esas cartas serán leídas por él y por su hija Lola, pero también por dos actores (Julián Larquier Tellarini y Denise Groisman) que parecen trabajar su relación personal a la luz de estos textos escritos décadas atrás.
Como es su costumbre, Di Tella es también protagonista –con su voz y sus apariciones en cámara– del film. Y la saga familiar que ya ha explorado en buena parte de su obra (LA TELEVISION Y YO, FOTOGRAFIAS) reaparece luego de su experiencia haciendo 327 CUADERNOS centrada en el escritor Ricardo Piglia. A partir de esas cartas, de fotos, de viajes, de recuerdos y conversaciones y, en paralelo, con esa puesta en escena de conflictos similares a los que tuvieron sus padres, Di Tella va justificando un título que pone en juego el carácter personal de la propuesta y, a la vez, su universalidad al entrar en contacto con otras experiencias.
Larquier y Groisman –que parecen interpretar también versiones de sí mismos, ya que el actor aquí, como en la vida real, tiene un alter ego rapero (Jvlian), entre otros detalles personales– encuentran en las palabras un eco para poner en juego cuestiones de su propia relación. Y también el cineasta y escritor Edgardo Cozarinsky lee algunos de esos textos en un estudio de grabación, dándoles con su voz grave y serena una perspectiva bastante diferente a la de la pareja más joven.
Los padres de Di Tella intercambiaron correspondencia durante años, estando juntos o separados, viviendo en distintos lugares (Gran Bretaña, la India, Argentina) y el realizador también busca a partir de esos textos ahondar en su relación con ellos y en el amor, si se quiere, que pasa de generación a generación, algo que consigue incorporando a su propia hija adolescente a la discusión.
Entre viajes, fotografías, lecturas y siempre manejándose en ese híbrido que existe entre el documental y la ficción, su FICCION PRIVADA interpela al espectador aún cuando la especificidad de la experiencia familiar de Di Tella seguramente sea muy distinta a la de la mayoría. Y lo hace gracias a la universalidad de sus temas, a la necesidad de un hijo que querer saber más acerca de la relación de sus padres (ambos fallecidos), sus vaivenes amorosos, sus tensiones y su historia. Parte del archivo personal que Di Tella logra convertir en una bella experiencia cinematográfica.