Streaming: crítica de «Late Night», de Nisha Ganatra (Amazon)
Esta comedia protagonizada por Emma Thompson y Mindy Kaling se centra en la relación entre una conductora de un talk show televisivo y una guionista recién llegada e inexperta. Una divertida, aunque poco audaz, mirada a los choques culturales y generacionales en el mundo del trabajo. En Amazon Prime.
Comedias laborales. Comedias sobre oficinas y puestos de trabajo. ¿Románticas? No necesariamente. De hecho, el intento de darle algún costado romántico a LATE NIGHT es lo que peor funciona ya que la película está en función de un universo y una relación diferente. La que se establece entre una veterana, establecida y un tanto fuera de época conductora de un talk show nocturno televisivo y una joven de origen indio que se suma, de manera inesperada, a su equipo de guionistas. Es, por decirlo de otro modo, la clásica comedia en la que un personaje alejado del mundo real y metido en su propia burbuja se reconecta gracias al contacto, bueno, con una «persona real».
Mindy Kaling es la protagonista y guionista de este film que no aprovecha del todo sus capacidades cómicas ya que le toca encarnar a un personaje amable, sencillo e inspirador al borde del estereotipo positivo. Ella es Molly Patel, una empleada de una planta química que, al ganarse un premio en su trabajo, termina teniendo una entrevista laboral en «Tonight with Katherine Newburn», un multipremiado talk show que lleva más de 25 años al aire. La chica, aparentemente, no reúne las cualidades para el trabajo, pero el programa está siendo criticado por su falta de diversidad (todos los guionistas son hombres blancos) y por tener un humor y unos invitados que no funcionan muy bien en un mercado actual que apunta a los videos virales y a las redes sociales.
En un ambiente de trabajo hostil y en un grupo de guionistas que no parece tener muchas buenas ideas, Molly cae primero como una presencia exótica y molesta, pero de a poco va convenciendo a los demás gracias a su capacidad de trabajo, su honestidad y su sentido común. Allí es donde entra a jugar fuerte su relación con Katherine (Emma Thompson), que más allá de ser una celebridad llena de galardones es una mujer bastante frustrada con su vida, maltratadora en su trabajo y completamente alejada de la realidad, de ese modo británico, irónico y un tanto altivo en el que se puede «sobrar» casi todo lo que no esté a cierto nivel.
Ganatra no aprovecha del todo el costado «pez fuera del agua» que permite el punto de partida (hay momentos muy graciosos, al principio, ligados a la torpeza y candidez de Molly al entrar en este universo de egos masculinos desatados) ya que LATE NIGHT pone más el eje en la suerte de ballet de acercamientos y alejamientos que existen entre ella y Katherine. Hay algunas subtramas románticas dando vueltas pero que en realidad distraen del principal tema de la película: el enfrentamiento cultural entre un establishment blanco, privilegiado y alejado de las emociones y del mundo real y esta mujer que, en cierto modo, representa una nueva generación que puede tener su costado banal (Katherine odia cuando le traen estrellas de YouTube a su programa para llegar a un público más joven y las humilla) pero que también prefiere ser más sincera, política y directa.
Acaso ese costado políticamente correcto en extremo le quite a la película cierta posibilidad de ser un tanto más ácida y salvaje. LATE NIGHT parece telegrafiar las respuestas a todos los problemas que presenta su guion muy de entrada y no siempre llega del todo bien de un punto al otro del relato. Si bien observa de manera inteligente esos conflictos generacionales y culturales, por momentos marca líneas demasiado obvias. No tiene demasiado sentido dramático que a Katherine la quieran reemplazar por un comediante más joven de un humor bastante reaccionario ni aporta mucho un escándalo por un affaire amoroso. De hecho, la vida personal de Molly es casi inexistente en el relato (un poco menos la de Katherine, casada con un veterano y enfermo profesor encarnado por John Lithgow) por lo que todo lo que se aleja del conflicto central y las relaciones estrictamente laborales un poco sobra.
LATE NIGHT tiene una primera hora bastante graciosa y efectiva, pero su tercer acto peca de querer cerrar adecuadamente todas las puertas abiertas para lograr un merecido final feliz para todo el mundo y no lo hace demasiado bien. Thompson es el gran atractivo de la película, encarnando a una mujer tan endiosada y creída que no tiene forma de bajar a la Tierra. En su manera irónica de lapidar con un par de palabras y una mirada brutal a sus maltratados guionistas (cuyos nombres ni conoce y los llama por número) pasa gran parte del atractivo cómico de un film que podría haber sido más divertido si no hubiera tenido tanto miedo de molestar o incomodar a alguien. Y ese, de acá a futuro, será uno de los problemas a resolver por el cine (no solo la comedia) contemporáneo.