Festival de Mar del Plata 2019: crítica de «Vendrá la muerte y tendrá tus ojos», de José Luis Torres Leiva

Festival de Mar del Plata 2019: crítica de «Vendrá la muerte y tendrá tus ojos», de José Luis Torres Leiva

por - cine, Críticas, Festivales
02 Nov, 2019 06:19 | Sin comentarios

Una triste y dolorosa historia de amor en medio de la enfermedad terminal de una de las protagonistas es la que cuenta la nueva película del realizador chileno que llega a Mar del Plata tras participar de la competencia del Festival de San Sebastián.

Una historia de amor y muerte, de despedida, de últimas miradas, de historias que se cuentan para matizar la espera de lo inevitable. Ana y María (Amparo Noguera y Julieta Figueroa) son pareja, parece, hace ya mucho tiempo. Y lo que pronto nos damos cuenta es que María sufre una enfermedad terminal y no le queda mucho tiempo de vida. Ana, que es enfermera y trabaja en un hospital, dedica gran parte del tiempo a cuidarla, a mimarla, a estar cerca suyo mediante besos, caricias y unas pocas palabras para reconfortarla. Pero a María no parece alcanzarle: necesita llorar, descargarse, llegado el caso hasta enojarse con Ana. Es una mujer joven y la idea de que esté cerca de la muerte es devastadora y no solo para ella.

En una película calma y sutil, como todas las del realizador de VERANO, con pocos diálogos, somos testigos privilegiados y a la vez incómodos de esa despedida. Es una película de muchos besos y caricias, en la que el amor de una hacia la otra trata de hacer más soportable la trágica situación. En el medio de la película, Ana le cuenta a María dos historias –una ligada al encuentro de una mujer con una niña indígena y otra centrada en una aventura sexual de un pariente suyo con otro hombre– que aligeran un poco la gravedad del film pero a su vez lo sacan un poco de su centro, si bien tienen su sentido metafórico en el contexto. Quizás, sin ellas, sería una película aún más angustiante pero más directa y específica.

En una historia minimalista que apenas tiene lugar para un personaje más (la hermana de Ana) y mientras van vaciando una casa –acrecentando la sensación de final– y paseando por un hermoso bosque, Torres Leiva va de a poco yendo hacia lo esperado, el momento en que la salud de María empieza claramente a desmejorar. Ana podrá darle música para escuchar, más besos y caricias, pero lo que queda es acompañarla muchas veces en silencio, estar junto a ella, aguantar sus malos momentos y llevar el proceso de la mejor manera posible: con amor, entrega y devoción absoluta.

VENDRA LA MUERTE Y TENDRA TUS OJOS es un poema de amor y de despedida, una canción triste en la que se nos cuenta el final de una vida y de una historia de amor. Una historia de acompañamiento y de devoción, y de respeto y dolor ante la muerte. En la última escena, cuando un grupo de niñas se acerque al mar y se ponga a bailar una vieja canción de Rafaella Carrá que dice que «en el amor todo es empezar», Torres Leiva renueva la apuesta por ir a fondo en las relaciones, aún sabiendo –como dice la frase– que por lo general terminan mal. Una historia tan triste y dolorosa como humana y universal.