Estrenos online: crítica de «DAU. New Man», de Ilya Khrzhanovskiy e Ilya Permyakov
Esta nueva película de la saga centrada en el instituto científico de la Unión Soviética vuelve sobre los eventos de «Degeneration» agregándole elementos narrativos desconocidos que resignifican en buena medida los sucesos de aquel film.
Recuerdo que, en 2004, me había impactado mucho un trío de películas belgas dirigidas por Lucas Belvaux, conocidas como la Trilogía. La particularidad de estos films tenía que ver con su estructura: todas tenían a los mismos personajes principales pero cada una contaba una historia distinta y con un género diferente. Los protagonistas de una de las historias eran personajes secundarios en otra y viceversa. Gran parte de las escenas eran diferentes, pero algunas eran las mismas, solo que desde otro punto de vista. Veías un mismo encuentro, cena o reunión desde el lugar de uno u otro personaje, lo cual contenía información narrativa diferente. Y al regresar a un escena en concreto, por ejemplo, con un nuevo dato sobre un personaje, te la podía resignificar completamente.
DAU amplía todavía más esta experiencia, ya que estamos muchas veces viendo a distintos personajes habitando un mismo lugar a través de un largo plazo temporal. En NEW MAN, por primera vez desde que comenzó esta saga de más de una decena de películas que transcurren en un instituto científico soviético entre mediados de los años ’30 y fines de los ’60, los directores eligen volver sobre un hecho pero desde otro punto de vista, complementando la información que teníamos sobre ese evento y, quizás, resignificándolo.
Pensado de otro modo, se podría decir que NEW MAN consiste en casi 100 minutos de out-takes o escenas dejadas de lado de DEGENERATION. Tranquilamente muchas de las escenas que hay aquí podrían haberse integrado a ese film de más de seis horas sobre los últimos años del instituto, pero por motivos que desconocemos –quizás una cuestión de extensión– han sido dejadas de lado allí y armadas como otra película completa. Los que vieron DEGENERATION –y, en este caso, sí creo que es importante haberla visto antes– sabrán lo que sucede cuando Maxim y un grupo de «jóvenes comunistas» radicales llegan al lugar, primero como parte de los experimentos que hacen allí los científicos y luego siendo ellos los que experimentan con los veteranos del lugar.
Maxim, el líder del grupo, el más intelectualmente preparado de todos ellos y el ideólogo, en cierto modo, de esta suerte de nacionalismo conservador que atravesó la Unión Soviética entonces (y que continúa en la Rusia actual), es aquí el protagonista. NEW MAN retoma los eventos de DEGENERATION pero desde la vida personal de Maxim, en especial su relación con Vika, la chica rubia de rulos que atiende el bar del instituto, con quien ya vimos, íntimamente, en aquel film. Pero acá iremos más lejos: lo que entonces se mostraba como una relación puramente sexual y física, en la nueva película revela ser bastante más íntima y complicada, al punto de hacernos repensar el final de aquella película en función de la nueva información.
Para Maxim será más difícil de lo que suponíamos lo que sucede al final de DEGENERATION y, a partir de lo visto en NEW MAN, uno puede ver al personaje desde otra perspectiva. No necesariamente una que lo torne más simpático –difícil que lo sea–, pero sí una que intente explorar sus contradicciones, sus conflictos personales. Y lo mismo pasará con Vika, una chica que en aquella película nos daba la impresión de estar al borde de ser lo que uno llamaría «colaboracionista», pero que uno aquí empieza a entender mucho más en sus actitudes. Básicamente, que ambos no solo tenían pasionales encuentros sexuales (que acá siguen) sino que habían empezado a tener una fuerte relación afectiva.
El otro ángulo importante respecto a NEW MAN (esto puede ser considerado SPOILER, si es que eso cabe en esta saga) es que, al observar los eventos previos que llevaron al brutal «cierre» del instituto, ahora vemos muy claramente cómo todo el caos que se generó allí en los últimos tiempos fue orquestado de entrada por el servicio secreto. En DEGENERATION quedaban dudas al respecto, ya que por momentos los «muchachos» del NKVD parecían ser testigos de los conflictos que los jóvenes generaban (los aprietes, las agresiones, la «ley seca», etc) y los dejaban hacer sin meterse, salvo en el terrible final. Acá queda clarísimo como todo es orquestado, de entrada, por ellos. Los chicos funcionan como sus ejecutores.
Hay algunas escenas aquí que son notables. Una es la conversación de Vika con Palych, uno de los más agresivos miembros del servicio secreto, a quien le cuenta de sus sentimientos por Maxim y lo utiliza casi como terapeuta o sacerdote, logrando sacar un lado más que inusual de este duro e intransigente torturador. No parece haber aquí manipulación alguna que la obligue a «confesar». Es, simplemente, la extraña situación de tener que usar a uno de estos siniestros personajes para desnudarse emocionalmente. Y otras las descubrirán al ver el film.
Respecto a los choques entre NEW MAN y DEGENERATION verán que la nueva película vuelve sobre situaciones que ya hemos visto allí. La diferencia está en cómo llegamos a ellas (ver ambas es casi una clase para entender cómo funciona el montaje en el cine) y qué eligieron mostrar esta vez. Lo que allí se contaba en toda su extensión aquí se resume evitando muchas veces lo ya visto (como la parte más cruenta de la ya famosa «secuencia del cerdo») aunque agregando otras partes antes dejadas de lado. Pero lo principal no tiene tanto que ver con lo que se ve sino con la posición del espectador al respecto de lo que observa.
Lo sabe cualquier montajista o director que haya tenido que sacar escenas enteras, un personaje o hasta una subtrama importante en un film, bien por su extensión o porque no funcionaban. El recorte puede hacerse y la película quizás sea igualmente coherente, pero no será la misma. No responderemos a los eventos de la misma manera con esas escenas que sin ellas. Es decir: si lo que vemos en NEW MAN hubiera sido parte de DEGENERATION otra sería nuestra relación con esa película y con dos de sus personajes principales.
ALERTA DE SPOILER Hay una escena que es modélica al respecto y tiene que ver con el momento en el que Azhippo le encomienda a Maxim lo que podríamos llamar «la solución final». Es, con algunas diferencias, la misma escena que vimos en DEGENERATION, pero la sensación es muy diferente. Allí servía para confirmar lo que se temía: que el plan estaba armado para llegar a ese brutal cierre del establecimiento. Acá sirve para otra cosa: para ver cómo Maxim lidia con la terminal orden en relación a su historia de amor. Así, NEW MAN incorpora al relato del final una tragedia personal, quizás un sacrificio. Pero, más que nada, la prueba de que no hay escapatoria ni aún para los «vencedores».