Estrenos online: crítica de «On the Record», de Kirby Dick y Amy Ziering (HBO Max)

Estrenos online: crítica de «On the Record», de Kirby Dick y Amy Ziering (HBO Max)

El documental de los realizadores de «The Hunting Ground» se centra en las explosivas denuncias de abusos sexuales al célebre empresario de hip-hop Russell Simmons, a partir de la historia de vida de una de sus víctimas, la productora Drew Dixon.

Los documentales sobre los casos de abusos sexuales cometidos por celebridades que salieron a la luz a lo largo de los últimos años han probado ser explosivos. Las series sobre Michael Jackson, Jeffrey Epstein y R. Kelly, o las películas sobre Harvey Weinstein –más aún que los documentales sobre casos que no involucran a famosos– se han visto enredados en controversias, fundamentalmente por las conexiones que esas celebridades tienen o tenían en el propio mundo de la producción audiovisual. Y si sacar a la luz esos asuntos en diarios y revistas ha sido complicado y difícil, poner gente adelante de las cámaras a contar lo que les sucedió es igual o aún más complicado.

ON THE RECORD apunta sus dardos, en primera instancia, hacia Russell Simmons, reconocido productor y empresario del mundo del hip-hop, considerado uno de los pilares del éxito del género desde mediados de los años ’80 gracias a su sello Def Jam, que contaba con artistas como LL Cool J., Beastie Boys, Public Enemy y muchos más. En 2017, Simmons fue acusado por una veintena de mujeres por abusos sexuales de todo tipo. Y el film de los directores de THE HUNTING GROUND y THE INVISIBLE WAR, dos documentales que exploraban temáticas similares a esta, concentran su atención principalmente en una de esas historias. La de Drew Dixon, a quien siguen antes, durante y después su denuncia.

A diferencia de la mayoría de las producciones del género, ON THE RECORD se ocupa más de la historia de la víctima que la del victimario. Muchas veces estos documentales se focalizan tanto en el depredador sexual que las historias de las víctimas de sus abusos terminan siendo secundarias, funcionan como lo hacen los testigos de un caso judicial. Están ahí para probar un hecho y para hablar más del abusador que de ellas mismas. Lo cual no es menor, pero Dick y Ziering le devuelven la palabra y el centro de la narrativa a la víctima, lo cual crea un formato diferente al habitual y sirve para dar un componente dramático personal.

Por momentos uno puede creer que se trata de una sola denuncia y suponer, por eso, que no es tan contundente como documento. Pero no es así. Es una elección de punto de vista, ya que con el correr de los minutos sabremos que son muchas más las mujeres que lo denunciaron y también conoceremos a algunas de ellas y escucharemos sus historias. Pero ON THE RECORD se centra en la de Dixon, una chica fanática del hip-hop –hija de una ex alcaldesa de Washington– que comenzó a trabajar en Def Jam como asistente, pasó a producir algunos éxitos en los ’90 pero pronto empezó a verse asediada por Simmons y el asunto terminó mal, muy mal.

Dixon contará los detalles de sus horribles experiencias con él y lo que pasó después, una serie de abusos que la llevaron a dejar por completo su promisoria carrera en el mundo musical que adora, quizás el componente más doloroso que estos hechos violentos dejan como consecuencia. Con la repercusión del movimiento «Me Too», Dixon y muchas otras mujeres se atrevieron a contar sus horrendas historias con Simmons. Pero no fue fácil. Como dicen las protagonistas, ciertos preconceptos sobre las mujeres afroamericanas han vuelto difícil que sus historias sean creídas (una versión extrema del «algo habrán hecho») a lo que se suma una idea de protección de grupo por la cual denunciar a ciertos «héroes» culturales afroamericanos, especialmente de un movimiento como el hip-hop con su componente de defensa del orgullo negro, no suele ser bien recibido aún dentro de la propia comunidad ya que huele a traición.

Las dificultades de asumir que su caso podía ser llevado a la luz y validado públicamente la persiguieron a lo largo de su vida y si bien finalmente la denuncia se hizo y los periódicos publicaron muchos casos similares al suyo (ya verán la postura de Simmons respecto de las acusaciones), la controversia volvió a resurgir con el estreno de ON THE RECORD. La película tenía como una de sus productoras a Oprah Winfrey, pero la estrella televisiva decidió abrirse del asunto pocas semanas antes de su debut en el Festival de Sundance, citando oficialmente diferencias de criterio con la credibilidad de la denunciante aunque casi todos creen que existieron otro tipo de presiones. Sin Winfrey la película dejó de ser un producto de Apple (empresa con la que la diva tiene un acuerdo comercial) y fue adquirida, curiosamente, por HBO, que ha colaborado en muchas ocasiones con Simmons y Def Jam en décadas pasadas. Es así que hoy la película forma parte de la programación de su servicio HBO Max.

ON THE RECORD, como el título de doble sentido lo dice (la expresión puede usarse como «grabar» o «hacer público» algo así como también hace referencia a la industria musical), pone el eje en otro ítem no lo suficientemente explorado que es el tema de los abusos sexuales en el mundo de la música. Así como el cine, la televisión, la literatura y casi todo tipo de empresas e industrias han tenido que revisar hábitos y costumbres en función de admitir los abusos sexuales cometidos a lo largo de décadas, el universo de la música todavía está muy lejos de abrir todos sus arcones secretos. Han habido decenas de casos y denuncias, es cierto, pero allí adentro se mezclan tantas cosas (desde el fanatismo desaforado que duda de las denunciantes a la forma en que la propia industria ha lidiado con el tema del sexo a lo largo de su historia, entre otros factores) que vuelve muy complicado hacer una verdadera revisión de las miles de ocultas historias que allí existen. ON THE RECORD es un paso en ese importante camino.