Estrenos online: crítica de «You Should Have Left», de David Koepp
La película dirigida por el guionista de «Jurassic Park» y «Misión imposible» es un relato de suspenso centrado en los misteriosos eventos que vive una pareja con su pequeña hija cuando alquilan una casa perdida en medio del campo. Una copia minimalista y en clave Air Bnb de «El resplandor».
Uno de los análisis más insistentes y recurrentes respecto a EL RESPLANDOR tiene que ver con la forma del Hotel Overlook. Según los obsesivos que vieron la película decenas o cientos de veces, el hotel en cuestión tiene espacios internos que no se corresponden a su exterior. Para algunos se trata, simplemente, de un error (los exteriores no fueron filmados en el mismo lugar del interior y acaso haya alguna diferencia ligada a eso). Para otros, en cambio, las diferencias están relacionadas con el hecho de que el hotel en sí tiene una arquitectura cambiante, ligada al estado de ánimo y los problemas mentales de Jack Torrance o lo que sea que sucede ahí…
David Koepp, célebre guionista de JURASSIC PARK, CARLITO’S WAY, MISION: IMPOSIBLE y el SPIDERMAN de Sam Raimi, entre muchas otras, y bastante menos afortunado director de ECOS MORTALES y LA VENTANA SECRETA, regresa al género del suspenso y terror después del fallido experimento de ¿comedia de espionaje? que fue MORTDECAI. Y lo hace aquí con algo que bien podría ser la versión Air Bnb del clásico de Stanley Kubrick. Aquí tenemos a otra familia compuesta por padre agresivo, esposa e hijo pequeño (en este caso niña) que van a un lugar supuestamente paradisíaco y alejado del mundo a pasar un tiempo. Y la casa en cuestión, digamos, no es del todo lo que parece.
En esta producción de Blumhouse, como suele suceder en otros films de ese sello, se tratan de resolver los asuntos en pocas locaciones y con un limitado presupuesto, así que la gran estrella de la película (bueno, además de los dos reconocidos actores que la protagonizan) es la casa en sí, una construcción moderna y elegante que tiene poco que ver con el lugar campestre –cerca de una aldea en el medio de Gales– que la rodea. Y la casa, volviendo a la comparación con el film de Kubrick, muestra de entrada sus mañas: lo que vemos no es lo que hay y para entender cómo moverse ahí adentro quizás ni siquiera alcance con una escuadra ni con una cinta métrica.
Adaptada de una novela escrita por el alemán Daniel Kehlmann –aparentemente con algunas libertades respecto al texto–, YOU SHOULD HAVE LEFT (traducible como «Deberías haberte ido» pero también usable en plural) tiene como protagonista al eterno Kevin Bacon que, a los 61 años, parece una década o más menos. El actor de FOOTLOOSE interpreta a Theo Conroy, un millonario banquero retirado que vive escuchando en auriculares a una especie de gurú de autoayuda que intenta calmarlo ante lo que parecen ser brotes de ansiedad, impaciencia o celos, que suelen estar acompañados de brutales pesadillas. Es, claramente, un tipo nervioso y torturado.
Hay motivos para eso en su pasado reciente. Su primera esposa murió en circunstancias sospechosas y él, si bien fue absuelto por la Justicia, quedó como «culpable» ante los ojos de mucha gente. Además de eso, en el presente, lo que lo perturban son los celos que tiene de su actual mujer, Susanna (Amanda Seyfried), una actriz famosa que filma escenas de sexo constantemente y que vive pendiente de su celular, lo que lo incomoda muchísimo. Para «bajar tensiones», la pareja decide irse con su pequeña hija Ella (Avery Essex) a pasar un tiempo a esta coqueta casa en Gales, donde esperan relajarse y conectar antes de que Susanna tenga que partir hacia otras ocho semanas de rodaje. Nada puede salir mal, ¿no es cierto?
Ese es el planteo «resplandoriano» de la película de Koepp, que funciona bastante orgánica y armónicamente durante la primera mitad de su metraje para ir desintegrándose lenta pero progresivamente cuando las escenas de suspenso, revelaciones y, digamos, terror, deberían llegar. Como el Jack Torrance de la novela de Stephen King, Theo también escribe en un cuaderno casi compulsivamente algo parecido a un diario. Y, también como en ese film, una vez en la casa empezará a notar que las cosas se mueven, que aparecen frases escritas que él no recuerda haber escrito, fotos en las paredes que lo muestran y, lo más extraño de todo, que desde adentro la casa parece ser un laberinto que no se corresponde para nada con el afuera.
Si quieren seguir con las comparaciones, agregaré también que la casa también tiene –al menos en apariencia– una historia siniestra por detrás, pero recién al final sabremos un poco más al respecto. Si bien Koepp es elegante para ir mostrando las tensiones que se van acumulando en la cabeza de Theo (algunas más creíbles que otras), el plan se le desarma cuando debe dejar la sugestión y pasar a la acción. Los problemas que se acumulan en su segunda mitad, así como la confusa y apresurada resolución, no están para nada a la altura de lo que se venía gestando, lo cual generará en el espectador, seguramente, la sensación de estar ante una oportunidad desaprovechada.
No es una mala película YOU SHOULD HAVE LEFT pero da la impresión que entre el Koepp guionista y el Koepp director hay una gran diferencia: la ejecución. Quizás otro director con más ideas de puesta en escena, especialmente de este tipo de situaciones de compleja relación espacio-tiempo (De Palma o Spielberg, para citar dos con los que trabajó varias veces), podría haber resuelto el entuerto con mayor elegancia o potencia. Koepp no logra hacerlo. Y por más esfuerzo y transpiración que le ponga Bacon al asunto, la película no logra tornar creíble su universo más fantástico. Son tres muy buenos personajes en busca de una trama un poco más consistente.