
Estrenos online: crítica de «Greyhound», de Aaron Schneider (Apple TV+)
Este relato de acción marítima transcurre durante la Segunda Guerra y se centra en el capitán de un barco que debe conducir a una flotilla de Estados Unidos a Inglaterra atravesando el Océano Atlántico bajo la amenaza constante de los submarinos nazis. Escrita y protagonizada por Tom Hanks.
Promediando GREYHOUND tuve una sensación que raramente me pasa al ver una película protagonizada por Tom Hanks: me estaba aburriendo mucho. Habrá mejores y peores películas con el actor de FILADELFIA y RESCATANDO AL SOLDADO RYAN pero es muy difícil que aburran. Es un actor que no solo elige en general muy bien sus proyectos (salvo la saga derivada de EL CODIGO DA VINCI, que debe ser lo más parecido a una serie de pesados ladrillos en su carrera) sino que su sola presencia, el tan mentado «magnetismo» que tienen estrellas como él, hace que casi cualquier cosa que haga nos mantenga entretenidos. Aún cuando no nos parezcan demasiado buenas.
Con GREYHOUND pasa algo curioso. Uno no podría decir que sea una mala película ni que no esté apoyada en sólidas ideas de narración y de puesta en escena (efectiva, eficiente, desprovista casi de excesos, pura acción y reacción) pero de todos modos se vuelve monótona, cansina, repetitiva. Es un juego bélico en el que casi todas las acciones son similares unas a otras y solo los protagonistas parecen entender bien lo que está sucediendo. Una cosa es pensar, escribir y preparar una película que tenga todo para ser muy buena. Otra cosa es que salga bien.

No, no es una película sobre la famosa línea de ómnibus de larga distancia norteamericana. El «Greyhound» es el nombre en código de un barco (el USS Keeling) que, en plena Segunda Guerra Mundial, está encargado de liderar y proteger militarmente a una serie de otros navíos (tres de apoyo militar y 37 de cargamento y personal) que transportan materiales para las tropas aliadas en Europa desde Estados Unidos. Su recorrido puede ser «protegido» por aviones solo al principio y al final de su viaje por lo que en el medio quedan unos días en alta mar en los que la flotilla está a merced de posibles ataques de submarinos nazis. Y la película se centra en uno de esos viajes, en 1942, claramente de los más peligrosos. Y su comandante es un novato en estas lides: Ernest Krause (Hanks), un tipo serio y responsable pero nervioso por su inexperiencia.
La película va directo al asunto sin desarrollar prácticamente a ninguno de los otros personajes que viajan en el Greyhound, más allá de una breve presentación de Charlie, su segundo en comando (Stephen Graham) y Cleveland (Rob Morgan), el soldado afroamericano que le sirve las comidas. De hecho, a Krause apenas lo vemos dialogar con su prometida, Evie (Elisabeth Shue, en un rol demasiado breve) en un flashback que transcurre poco después de Pearl Harbour y antes de partir para su entrenamiento y su primer operativo, que tendrá lugar unos meses después. El quiere casarse antes y ella prefiere esperar a su regreso. Además de eso –y que es un hombre serio, religioso y profesional pese a su poca experiencia–, no se nos cuenta mucho más. De allí en adelante, el barco ya estará a merced de posibles ataques y todo habrá que resolverlo a través de la acción.
En el Greyhound (y en los otros barcos) hay decenas de otras personas, pero casi nada sabemos de ellas tampoco. Schneider no pierde el tiempo ni con presentaciones ni con las típicas escenas de camaradería entre la tripulación, como sí lo hacía la reciente THE OUTPOST, película con la que tiene varias similitudes, especialmente en su manera de contar a través de la acción. Económico y directo (dura apenas 90 minutos), el relato va sin rodeos a los hechos y enfrentamientos. Esto, que en los papeles suena como una manera directa, honesta y sin preámbulos de contar una historia bélica, en la película en sí termina volviéndose un poco confuso y monótono. Seguramente sin quererlo, no está muy lejos de parecer una adaptación de un videojuego.

Con una economía de recursos que seguramente aprendió de directores como Clint Eastwood (de hecho, hay elementos de SULLY dando vueltas en GREYHOUND), Hanks escribió un guión seco y al grano, lleno de jerga naval específica y órdenes que suenan tan realistas como, por momentos, incomprensibles. Es valorable la idea de no «explicar» demasiado al espectador cada cosa que se hace –se intenta dar una sensación casi de documental de lo que está pasando–, pero a la vez es imposible que uno no se pierda entre tantos soldados idénticos (de hecho, el propio Krause nunca parece recordar sus nombres), barcos amigos, enemigos y frases técnicas. Y el otro problema es que Schneider no es Eastwood y, visualmente, los combates se le vuelven excesivamente confusos ya que no posee la claridad visual expositiva del maestro. A tal punto lo es que en algunos momentos nos tienen que poner carteles para que sepamos cuál es cada barco.
La falta de organización del espacio y una banda sonora ostentosa que intenta darle al film un impacto emocional grandilocuente –que claramente no es lo que Hanks busca desde la personificación ni los diálogos– atentan también contra una película que, quizás en otras manos, podría haber resultado mucho más efectiva, ya que sus temas –el profesionalismo y el sacrificio de los soldados durante la Segunda Guerra– no solo son caros a la tradición del cine bélico de Hollywood sino que muchas de las mejores películas clásicas del género trabajaron esos ejes, como FUIMOS LOS SACRIFICADOS, de John Ford o HIDALGO DE LOS MARES, de David Lean, entre muchas otras.
Hay una extraña disociación entre lo que la película pretende ser y lo que es. En la segunda mitad del film los combates se vuelven más intensos y crecen tanto el peligro como las víctimas, pero por más que el riesgo sea cada vez más grande la confusión sigue reinando. Salvo, imagino, para algún espectador bien preparado en jerga naval que capte todas y cada una de las referencias que se hacen. Sobre el final, Schneider parece en cierto sentido retomar el control del tono del film y otorga esos momentos de discreto heroísmo que son muy caros al cine de Eastwood. Es una lástima que en los otros 80 minutos la sombra del maestro solo haya sobrevolado la película solo por arriba, como los aviones de la RAF que protegen a los barcos de los submarinos nazis.
Para realizar una pelicula de guerra por lo menos estudia un poco de la historia de las tacticas navales de ambos mandos .. una vuelta atras a las viejas peliculas donde los alemanes eran muy malos y muy torpes y agregando algunas escenas de combate relamente ridiculas
Totalmente de acuerdo. Las transmisiones radiofónicas desde los submarinos al convoy son ridículas.
Las escenas de los submarinos en duelo artillero con buques de guerra de superficie, grotescas.
Una oportunidad perdida de haber hecho algo creíble.
Buenisima película, te mantiene atento al stress navio cosa que muy pocos muestran.
La peor película en la actuó Tom Hanks fue, por muy lejos, «The Circle». Se ve que estaba aburrido el hombre y no tenía nada mejor para hacer. «Greyhound» es puro Hollywood.
Quizás no quieran «presentarnos» a los personajes, quizás sea una forma de destacar ese sentimiento de soledad del capitán… A mi me ha parecido una buena película.
Yo la encontré excelente me mantuvo al pendiente durante toda la duración de ella, pero quizás a ojos de un crítico no sea perfecta pero a ojos de un espectador en mi caso que no veo este tipo de films la adore y la encontré una joya.
pésima película…..ridícula, lejos de la realidad….decepcionante,,,,
Proporcionar una visión desde los Convoyes,es siempre una buena idea( aunque Burt Lancaster lo hizo hace 60 años),pero estamos en el siglo XXI y presentar a los alemanes como malvados con transmisiones ridículas es pueril y muy poco ético.La peli entretiene pero tiene escenas bélicas cual bergantín pirata y un abuso absurdo de efectos especiales que le quitan el mérito de su buena intención.
En lo personal quien no ha estado en los mares en un barco, no podria entender a fondo lo que pasa ahi a dentro.
1.- el estornudar y no estar atento a las indicaciones puede costarte la vida.
2.- muchos critican las intervenciones en la frecuencia del navio. esto pasaba con mucha regularidad de ambos bandos. es un distractor que pone muy nerviosos al combatiente.
3.- el no aprenderse los nombres y estar despierto durante muchas horas. es normal al ser su pirimera mision en ese navio.
Tom nos demostró nuevamente un fragmento de lo que se vivio en esos años.
Muy buenas tardes!
Creo que es una buena película.
Solo una pregunta a los críticos.
En cuantas batallas navales han estado?
Cuantos submarinos enfrentaron? En realidad conocen el estrés de una batalla en donde se juega la vida de muchos hombres? Están calificados para juzgar una situación que nunca han vivido?
No es la primera película que muestra enfrentamientos a cañonazos entre destructores y u-boats, por lo que no es descabellada ni falsa tal acción.
Para mi es una muy buena película!!