Estrenos online: crítica de «The Outpost», de Rod Lurie

Estrenos online: crítica de «The Outpost», de Rod Lurie

por - cine, Críticas, Estrenos, Online
09 Jul, 2020 10:35 | comentarios

Esta película bélica narra la llamada Batalla de Kamdesh, un enfrentamiento entre tropas militares estadounidenses con grupos talibanes que los superaban en número. Un film efectivo e intenso protagonizado por Scott Eastwood, Caleb Landry Jones y Orlando Bloom.

La película de resistencia, de sacrificio, de soportar los ataques de un enemigo superior a uno en número es un tipo de relato clásico del cine de Hollywood. Pueden ser westerns, policiales o, como en este caso, films bélicos en los cuales el objetivo es ver como un grupo de personas intenta sobrevivir embates en medio de condiciones muy desventajosas. Un gran ejemplo de este tipo de relato es la implacable LA CAIDA DEL HALCON NEGRO, de Ridley Scott. Y este film de Lurie, cuya carrera incluye un paso por el ejército y por la crítica de cine (no debe haber muchos casos similares), intenta seguir ese modelo de un modo acaso rutinario pero con momentos muy efectivos.

Basada en un hecho real que tuvo lugar en 2009 en plena Guerra de Afganistán –que fue recogido en el libro homónimo escrito por el periodista de CNN, Jake Tapper–, THE OUTPOST cuenta la historia de un grupo de soldados norteamericanos que fue enviado a manejar un puesto de avanzada ubicado en un valle cercano a la frontera con Pakistán. El establecimiento tenía como función ser un emprendimiento que uniera a sus tropas con el pueblo local, también amenazado por los talibanes, pero después de mucho tiempo sin lograr avances, los mandos estaban determinados a cerrarlo de una vez por todas. Y el grupo que recién llegaba tenía esa misión. Pero el cierre se iba a demorar y los talibanes no iban a hacérselo sencillo.

De entrada se nos aclara que el batallón fue enviado a una suerte de «ataúd» sobre la Tierra. Y apenas bajan los muchachos del helicóptero que los trae queda muy claro que están en una pésima posición geográfica para resistir cualquier ataque: el outpost en cuestión está un valle rodeado de altas montañas desde las cuales los pueden atacar en cualquier momento casi sin ser vistos. Y eso es lo que hacen, esporádicamente, mientras los recién llegados se preguntan cómo harán para sobrevivir o salir de allí.

Lurie introduce a decenas de soldados en la semi-oscuridad con sus cascos y uniformes puestos, lo cual vuelve bastante confuso reconocer quién es cada uno por más que sus nombres aparezcan en carteles. Se trata del típico pelotón de diversas razas y personalidades que se pasan gran parte del primer tercio del film conversando, resolviendo problemas específicos, bromeando o respondiendo ataques esporádicos. Por el viejo asunto del star system reconocemos a los principales. Está el Capitán Keating (Orlando Bloom, que tenía un papel menor en LA CAIDA DEL HALCON NEGRO), que es el jefe del pelotón; el Sargento Romesha (Scott Eastwood, descafeinada versión del padre), una suerte de líder natural; el excéntrico Especialista Ty Michael Carter (Caleb Landry Jones) y el hosco Capitán Yllescas (Milo Gibson, muy parecido a su padre), entre un montón de soldados y oficiales indistinguibles.

La primera parte del film –más allá de las sorpresas si se quiere hitchcockianas con algunos nombres del elenco– está dedicada a la negociación con los locales y a estudiar cómo y cuándo poder salir de ahí, además de las citadas anécdotas personales y charlas casuales. Pero al llegar a la primera hora comenzará otra película, una que parece narrada casi en tiempo casi real. Y es cuando el temido ataque talibán finalmente llega. Es una andanada de disparos de un lado a otro en la cual los pocos soldados norteamericanos (y algunos aliados) tendrán que tratar de sobrevivir a una avanzada de cientos de talibanes, de un modo que recuerda a los ataques de los indios en los clásicos westerns.

De ahí en adelante THE OUTPOST es la puesta en escena de la llamada Batalla de Kamdesh. Y lo que hace Lurie allí, de un modo que recuerda un poco a los videojuegos tipo «Call of Duty» y otro tanto al desembarco en Normandia de RESCATANDO AL SOLDADO RYAN, es tratar de poner al espectador en medio del asunto. El terreno es apto para que la logística visual no sea confusa y en ese sentido la película funciona muy bien. Lo mismo pasa en las específicas situaciones ligadas a personajes reconocibles, especialmente las de Carter. Landry Jones (HUYE!) logra dotar a sus escenas de una intensidad emocional mayor que las del resto de los soldados y sus momentos de heroísmo y sacrificio en medio del caos son los más potentes del film. Con el resto no sucede lo mismo, por lo que en esos casos la similitud con el videojuego se hace más evidente. Y la manera de mover la cámara en los planos secuencia subjetivos en exteriores acrecientan aún más esa sensación.

La película evita entrar en cuestiones políticas serias y se presenta más como un homenaje a la solidaridad, el heroísmo y los sacrificios de los soldados por sus compañeros. Sí, los locales son vistos como aprovechadores de los norteamericanos (quieren dinero a toda costa y los chantajean sabiéndolos en una situación frágil) y, cuando aparecen, los talibanes caen y mueren como muñequitos de cartón, pero Lurie pone el acento en los conflictos internos que tienen que ver con la difícil relación de los soldados con sus superiores quienes, literalmente, los mandaron al muere al depositarlos en ese imposible lugar.

Lo mejor es pensar a THE OUTPOST como un ejercicio audiovisual de puesta en escena de una batalla. Y en ese sentido, en su segunda hora, la película cumple con lo que promete, especialmente para el público que disfruta de este tipo de caótica carnicería humana. Lurie no manejará los niveles de potencia, organización visual y de despliegue emocional de realizadores con mayor talento –como Spielberg, Cameron, Scott, Carpenter, Hawks o el propio Gibson–, pero dentro del pobre panorama de estrenos online de estos meses, su película logra ser efectiva y atrapante.