Estrenos online: crítica de «Arkansas», de Clark Duke (Amazon Prime)

Estrenos online: crítica de «Arkansas», de Clark Duke (Amazon Prime)

Este policial se centra en las complicadas relaciones entre los pintorescos y peligrosos integrantes de un grupo de narcotraficantes del sur de los Estados Unidos. Con Liam Hemsworth, Vince Vaughn, John Malkovich y Michael Kenneth Williams.

El tipo de combo que propone ARKANSAS solía ser muy popular y novedoso en los años ’90, luego del furor causado por las primeras tres películas de Quentin Tarantino. Me refiero a un tipo de «cine negro» con características muy específicas: personajes un tanto extravagantes, diálogos bastante literarios y con ciertas licencias poéticas para el tipo de mundo que retrataba, una selección musical alejada de lo esperable para ese tipo de cine, un elenco importante de muchos nombres reconocidos y una estructura temporal (o en capítulos) no estrictamente cronológicos. A unos veinticinco años, más o menos, de codificarse ese estilo, es poco lo que se le puede aportar a él. No se trata de géneros puros y maleables como el western o el policial sino un sistema formal demasiado específico como para que las copias o imitaciones no se noten tanto.

Basada en una novela homónima de 2008 escrita por John Brandon, ARKANSAS retoma ese estilo en su variante sureña, en lo que hoy llamaríamos «Trump country», una suerte de recorrido por un mundo de maleantes, policías y traficantes de pueblos chicos que también traen a la memoria los libros de Jim Thompson o Elmore Leonard, por citar algunas referencias más que evidentes. Es, en principio, la historia de Kyle (Liam Hemsworth) y Swim (el también director Duke), dos «socios» que trabajan para un jefe narco al que no conocen y que responde al nombre de Frog (Vince Vaughn). En un viaje en el que llevan «mercadería» de Arkansas a Texas son detenidos por un tal Bright (John Malkovich), un guardaparques que también trabaja para el mismo hombre y quien los mete a trabajar con él en una cadena de reparto de drogas que también incluye a la misteriosa «Her» (Vivica A. Fox), entre otros personajes bastante pintorescos.

Kyle es el más seco y violento mientras que Swim es el típico charlatán un tanto filosófico que es el encargado de negociar. Es, también, el que una vez acomodados en unos trailers cerca de la casa del bizarro Bright (siendo Malkovich, no hay forma de que no sea un personaje un tanto extraño) se enamora de Johnna (Eden Brolin), una chica a la que conoce en un supermercado. En uno de sus primeros trabajos se topan con una situación violenta e inesperada que los obliga a tener que recalibrar sus planes.

Es ahí que la película corta y regresa a 1985 para contar la historia del ascenso a jefe narco de Frog, que empieza metiéndose en el negocio de casualidad y luego se une a Almond (Michael Kenneth Williams, el «mítico» Omar Little de THE WIRE), quien ya está establecido como el hombre pesado de la zona. Y tras mostrar la complicada relación entre ambos a lo largo de cierto tiempo (Frog quiere vender cada vez más mientras que Almond es más cauto y conservador), la película de a poco irá uniendo hilos entre ambas historias. Un dato importante es que, si bien los espectadores saben quién es Frog, para Kyle y Swim es alguien misterioso al que no saben que conocen, ya que en el presente el tipo se presenta a sí mismo como el dueño de una suerte de tienda de ramos generales. Y Frog, por motivos que dejan de tener sentido al avanzar la trama, no les revela que en realidad es su jefe.

Con dos horas de duración y un desarrollo narrativo un poco fracturado por las idas y vueltas en el tiempo, ARKANSAS también sufre porque las partes ligadas a las andanzas de Frog, Bright y compañía son bastante más atractivas que las de Kyle y Swim. Mucho tiene que ver el casting. Vaughn y Williams son actores mucho más interesantes de ver y seguir que el opaco Hemsworth (hermano del «Capitán América») y el irritante Duke (a quien algunos recordarán por su paso por la última temporada de THE OFFICE o en KICK ASS), quien claramente tiene ese papel porque es el director y guionista del film. Y, además, porque las desventuras que les tocan vivir a los «veteranos» son un poco más intensas que las de los más jóvenes, que se pasan buena parte de la película sin saber muy bien qué hacer.

Siempre con el eje puesto en la relación conflictiva entre jefes y empleados en ese negocio (cada personaje responde a algún superior al que termina, de una u otra manera, traicionando), ARKANSAS mejora en su segunda mitad, donde se vuelve un poco más seria y grave, dejando la actitud cool un poco de lado para que el espectador pueda absorber las consecuencias de los actos cada vez más violentos de los personajes conocidos y de otros que aparecerán luego. Pero quizás ya es un poco tarde para que logremos interesarnos realmente en su suerte.

Otro elemento curioso del film es la música. Realizada por Devendra Banhart y The Flaming Lips, funciona del mismo modo un tanto hipster que la película, ya que no busca los efectos clásicos del género policial sino llamar la atención por sí misma. La banda psicodélica de Oklahoma se despacha con unos extraños covers de música country (hacen versiones de temas hechos famosos por Hank Williams, George Jones o The Band, entre otros) y hasta aparecen como la un tanto atípica banda de un bar de pueblo de Arkansas. Al final, terminan siendo más una simpática distracción que otra cosa.

La lógica de las actuaciones, los diálogos, la trama y la música es siempre la misma: darle a la película ese tono un tanto irónico y humorístico para retratar a malvivientes de poca monta y de pueblo chico. Pero Duke no tiene el talento ni la experiencia de los Coen (que supieron retratar ese tipo de personajes en varias de sus películas) ni de Tarantino para sacarle provecho al universo que le presentaba el material original. Y es así que ARKANSAS, más allá de varios buenos momentos, se ve con más tedio que placer. Y con la sensación de estar ante una oportunidad bastante desperdiciada.