Estrenos online: crítica de «Get Duked!», de Ninian Doff (Amazon Prime)

Estrenos online: crítica de «Get Duked!», de Ninian Doff (Amazon Prime)

Esta mezcla de comedia absurda y película de terror campestre se centra en cuatro adolescentes británicos que tienen que cumplir un ritual de supervivencia en las Tierras Altas escocesas que se vuelve más complicado de lo que imaginan.

Mezcla de comedia de terror y coming of age bizarro, esta opera prima inglesa ganadora del premio del público en el festival South By Southwest apuesta por la liviandad y cierto tono ridículo para hablar de una suerte de enfrentamiento generacional a partir de un relato de aventuras. Uno podría categorizar esta película como una suerte de cruza, muy británica, entre los primeros filmes de Ben Wheatley y el sentido del humor oscuro pero a la vez cándido de Taika Waititi, especialmente en films suyos como THE HUNT FOR THE WILDERPEOPLE. Sin llegar a la altura de sus predecesoras –por motivos que ya analizaré–, de todos modos GET DUKED! logra superar las dudas iniciales para construir una simpática historia de un grupo de perdedores que, a partir de vivir las más extrañas aventuras imaginables en las Tierras Altas de Escocia, salen mucho más enteros, psicológicamente, para enfrentar el mundo.

Dicho así todo parece muy serio, pero GET DUKED! (cuyo título original y en festivales era BOYZ IN THE WOOD y fue recientemente cambiado tal vez para no generar alguna destemplada reacción por «apropiación cultural») es básicamente una comedia absurda durante su primera mitad para, lentamente, tornarse un relato de terror sin perder jamás el eje cómico y hasta ridículo. En los créditos se nos pone rápidamente al día con la situación disparadora. El Premio Duque de Edimburgo se le da (en la ficción, entiendo) a los alumnos que atraviesan una experiencia de supervivencia en los Highlands escoceses. Ese esfuerzo de cross country que se extiende por un par de días de caminata a la intemperie cambió con los años: al principio participaban los mejores alumnos de una escuela para engordar sus currículums pero con el tiempo se transformó en un castigo para alumnos díscolos.

Tres de los cuatro participantes de esta aventura caen ahí tras haber causado destrozos en su escuela. Son Dean (Rian Gordon), el aparente líder del trío; el algo tontuelo Duncan (Lewis Gribben) y el peculiar DJ Beatroot (Viraj Juneja), obsesionado por el hip-hop. Ninguno de los tres parecen ser demasiado inteligente y casi todos saben que nada bueno los espera en el futuro, laboralmente hablando. Pero hay un cuarto y sorpresivo integrante del grupo que se cuela en la aventura. Se trata de Ian (Samuel Bottomley), un chico educado, prolijo y tímido que hace la experiencia por los viejos y nobles preceptos de esa «institución»: salir de ahí convertido en un adulto. Algo que hará, sí, aunque no de la manera imaginada.

GET DUKED! comienza como una comedia un poco tontuela en la que vemos a los cuatro protagonistas perderse una y otra vez en el camino, cometer un error tras otro y dejar en claro que se embarcaron en esa aventura (al menos los tres amigos) para consumir hash que lograron colar a escondidas. A diferencia de ellos –que no prestan atención a nada–, los espectadores logramos ver que la zona está plagada con pósters de personas desaparecidas y algún que otro cadáver ronda la aparentemente hobbiteana campiña. En un momento, un hombre que los viene siguiendo les dice ser el mismísimo Duque (el marido de la Reina de Inglaterra, no olvidemos) y, de la nada, empieza a dispararles a quemarropa. Allí comienzan las aventuras reales, bizarras, absurdas y apenas terroríficas de los chicos.

Director de videos musicales antes de debutar en cine con esta película, Doff se excede por momentos con trucos de cámara y una edición brutal al estilo Guy Ritchie para contar las distintas situaciones de una manera que supone atractiva para el público. Pero debo confesar que a mí no me funcionó: durante la primera media hora tuve varias veces ganas de dejar de ver la película. Es que solo prometía más aventuras entre tontas e idiotas de cuatro personajes –y algunos secundarios– que no parecían tener nada interesante para ofrecer. Pero cuando la situación se vuelve más violenta y los chicos, de impensadas maneras, comienzan a tomar decisiones un poco más sensatas, GET DUKED! empieza a tener cierta gracia, cierta vida.

Hay algunos recursos visuales inteligentes, hechos con poco presupuesto, que permite a los espectadores ponerse en la cabeza de los alucinados protagonistas (ver foto), que van descubriendo que sus drogas no son las únicas que circulan por el lugar. Y un grupo de peculiares granjeros aparecen para también darle un inesperado color local a la situación. Sí, en un momento verán un establo con barbudos agricultores drogados con mierda fermentada de conejo bailando y cantando un tema de hip hop junto al tal DJ Beatroot («Beat», «no «Beet», aclara para evitar confusiones con la remolacha) y ahí tendrán que decidir si eso es lo más bizarro y gracioso que vieron en mucho tiempo o si les da vergüenza ajena.

Un poco pasan las dos cosas y está bien que así sea. GET DUKED! es graciosa e inteligente pero no teme ser una comedia cringe con todas las letras. De hecho, cuando más cerca del final, los personajes se ponen un tanto más serios a discutir con un grupo de mayores que intenta liquidarlos a tiros acerca de la responsabilidad que una u otra generación tiene respecto al (mal) estado del mundo, la conversación puede ser interesante pero suena tan falsa como impuesta desde afuera. No hacía falta eso para que se entienda que Doff tiene en mente demostrar que, por más apáticos y cínicos que parezcan los adolescentes centennials que protagonizan la película, en el fondo logran entender que –como dice la guía que lleva Ian siempre consigo– que si se orientan, trabajan en equipo y se comprometen en la búsqueda quizás encuentren algo parecido a un futuro.